rumiar la biblioteca

lunes, 3 de agosto de 2020

La novela deejay XII

Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.


Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con los posts La novela deejay, La novela deejay II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X y XI utilizando un fragmento de un diario de Chantal Maillard recopilado en India para explicar cómo conduzco mi vida (o mejor, cómo soy conducida por ella) a partir de intuiciones, esos oráculos internos:



lunes, 27 de julio de 2020

Marge Piercy: Mujer al borde del tiempo



Marge Piercy, Mujer al borde del tiempo (1976), traducción de Helen Torres, Bilbao, Consonni (2020)

Me decepcionó un poco Mujer al borde del tiempo. Tal vez porque tenía demasiadas expectativas sobre un libro de ciencia ficción feminista, con crítica social y una propuesta ecológica y medioambiental contundente para su tiempo (y para el nuestro). La protagonista, una mujer mexicana que tiene todas las de perder, está internada en un manicomio y recibe la visita de un ser de sexualidad fluida que la invita a viajar al futuro. El futuro es una sociedad igualitaria y ecológica, una panacea. Y nunca sabemos si esta panacea no es más que un delirio.
"Es curioso, pero la manera en que ustedes hablan me recuerda a la gente de... de la institución en la que estoy encerrada... La mayoría del tiempo no hablamos entre nosotros, pero hay... menos barreras que en el exterior. Sea como sea, de alguna manera siempre he tenido tres nombres dentro de mí. Consuelo, mi nombre de nacimiento. Consuelo es una mujer mexicana, sirvienta de sirvientes, silenciosa como una arcilla. La mujer que sufre. La que carga y soporta. Después soy Connie, la que se las arregló para ir dos años al centro de estudios superiores, hasta que Consuelo se quedó embarazada. Connie consiguió algún trabajo decente de vez en cuando y luchó por un subsidio para tener algo de dinero extra para Angie. Me metió en un bus cuando dejé Chicago. Pero fue ella la que se casó con Eddie, pensaba que era una decisión inteligente. Después soy Conchita, mi parte depresiva, mezquina y alcohólica que va a la cárcel, al loquero, que solo ama a hombres inútiles, que hizo daño a su hija..."
La historia se desarrolla sin sobresaltos, sin intención estilística alguna. (Tal vez sea una excelente lectura panfletaria, pero no es lectura literaria.) Esto viene a confirmar una vez más que importa mucho más el cómo que el qué, al menos para lectores acostumbrados a libros que pretenden dialogar con la literatura.

lunes, 20 de julio de 2020

Andrés Ibáñez o escribir es matar



Andrés Ibáñez, Nunca preguntes su nombre a un pájaro, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2020)

Horst, un escritor de terror, decide pasar una temporada en una casa en medio de un bosque para encontrar la inspiración. La casa pertenecía a otro escritor ya fallecido, Winslow Patrick, a quien el protagonista admira. Patrick le dijo una vez que "escribir es matar". Por suerte, los jueves viene a visitarlo su cuñada Eva, de quien está secretamente enamorado. Además, está por allí el viejo Willard, un pescador experimentado que conoce bien la zona. De modo que Horst está muy entusiasmado, hasta que empiezan a pasarle cosas cada vez más raras.
"A menudo tenía la sensación de encontrarse atrapado dentro de una novela de Stephen King, pero a pesar de todo la casa le gustaba y se sentía feliz dentro de ella."
La novela se va convirtiendo en una novela de terror. El escritor de terror se ve atrapado, cual Quijote, en una realidad que cada vez es más parecida a una de esas tramas terroríficas. Es novela de género, novela homenaje al género y novela que cuestiona al género. Con esa prosa tan propia de Ibáñez, llena de acción, de movimiento, de sorpresa, de exageración, de humor.
"Oh, ya basta, se dice a sí mismo, deja de jugar con las palabras, deja de ser tan inteligente. No se escribe con la inteligencia, sino con las entrañas. No se escribe con el ingenio, sino con la fuerza. Fuerza, se dice a sí mismo, fuerza. ¿Acaso tenía Kafka fuerza? ¿Tenían fuerza T. S. Eliot o Wallace Stevens, honrados funcionarios? No, yo no tengo fuerza alguna, se dice, pero tengo terror, y eso es quizá lo que une a todos los escritores."

lunes, 13 de julio de 2020

Álex Chico y la elegía de Portbou


Álex Chico, Un final para Benjamin Walter, Avinyonet del Penedés, (Candaya (2017)

Uno piensa que va a leer una biografía de Walter Benjamin, una crónica de sus últimas horas en Portbou, pero lo que se encuentra es un rodeo: Benjamin funciona como "punto ciego" o "piscina llena de algas" sobre la que gira todo el avance de este "ensayo-ficción", o mejor: de esta crónica de cómo se escribe una crónica. Un backstage de la investigación, de la visita a Portbou, de las reflexiones del narrador desplegándose siempre en titubeo, con incontables dudas, en un tono melancólico, por momentos elegíaco y sobre todo serio.
"La escritura consistirá entonces en dar vueltas alrededor de una piscina que, sin previo aviso, se llena de algas."
Se puede decir que este libro trata sobre Portbou, porque el pueblo le sirve al narrador para reflexionar sobre gran parte de los acontecimientos más abyectos del siglo XX. Portbou es un pueblo de frontera que ha perdido su razón de ser desde Schengen pero que encarna esa cultura del que emigra. Pero también es un libro sobre la memoria y sobre el olvido, porque hay cosas que es mejor olvidar para "no tener que dar explicaciones".
"Ripoll apunta algo que me parece ensencial: un exiliado, para serlo, necesita una frontera. En realidad, añade, no solo una frontera, sino una necesidad de renacer, de reinventarse a sí mismo. Todo lo que ha conocido desaparece para siempre de su vista, por eso debe hacerse a la idea de que su mundo anterior ha dejado de existir. De alguna forma, es ya otra persona, porque lo que le rodea tiene una consecuencia distinta, menos sólida, más inestable. La guerra convierte una vida cualquiera en una vida miserable. El exilio da un nuevo paso: no solo prolonga esa vida miserable, sino que borra de un golpe las razones de una existencia."

lunes, 6 de julio de 2020

Jorge Carrión y la viralidad


Jorge Carrión, Lo viral, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2020)


Lo viral es un antidiario de no ficción. ¿Qué es eso? Un diario fake de la pandemia, de los días de cuarentena, porque "la literatura será artificial o no será". Lo cierto es que Carrión contrapone lo viral a lo clásico como dos categorías para entender el presente, una manera de leer el nuevo siglo que acaba de empezar.
"¿Será la viralidad la categoría que mejor define los mecanismos sociales, políticos y económicos de nuestra época?"
A decir verdad, lo viral es un concepto que el marketing aplica como metáfora de lo deseable desde los años noventa. Porque el mercado siempre se apropia y se sirve de todo, incluso de aquello que en un principio parece irle en contra. Y Carrión hace lo propio aplicando la lógica del disturbio desde dentro. Como ya hiciera en Contra Amazon, que evidentemente se vende en la plataforma.
"Solamente circulan los textos que se infiltran en las conversaciones, que se pueden socializar, porque sus lectores creen que compartirlos supone un aporte o un regalo a sus círculos de interlocutores."

Lo viral mezcla la experiencia personal de la cuarentena y la desolación de la pandemia mundial con reflexiones sobre cómo consumimos la cultura y, por supuesto lo más atractivo del libro, sobre cómo la consumiremos de ahora en adelante.

lunes, 29 de junio de 2020

Tatiana Goransky o cómo amarte menos

Tatiana Goransky, Quisiera amarte menos, Barcelona, Ril Editores (2020)

https://www.rileditores.com/rilespana

Seis personajes en busca de sexo nos cuentan, cada uno con su propia voz, su personal versión de los hechos. Se trata de un doble asesinato, un crimen pasional, del que nos vamos enterando a medida que avanzamos, monólogo a monólogo. Estas voces, muy bien conseguidas, nos van desentrañando el hilo argumental. Goransky maneja la musicalidad de la prosa con mucha soltura, y la estructura desmembrada mantiene el suspense hasta el último momento. Pensamos que estamos leyendo confesiones de la vida privada de estos personajes y en realidad lo que esas voces nos cuentan es que todas son víctimas de algún tipo de violencia. Pero a pesar de lo serio del asunto, la cosa transcurre con cierta liviandad y mucho sentido del humor, narrado con una prosa ocurrente y bastante poética.

No se pierdan a Tatiana Goransky leyendo el primer monólogo, vale la pena: