rumiar la biblioteca: Ampersand
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lunes, 7 de marzo de 2022

Daniel Balderston: El método Borges

 

Daniel Balderston, El método Borges, traducción de Ernesto Montequin, Buenos Aires, Ampersand (2021)

Fascinante libro que practica lo que se conoce como "crítica genética", es decir, la crítica que se encarga de estudiar el origen de los textos, las correcciones, variaciones y reescrituras de los mismos. Un proceso que es mucho más difícil de rastrear desde que se usan procesadores de texto. Aquí vemos cómo trabajaba Jorge Luis Borges, nos acercamos a su método de escritura, sus anotaciones, la importancia de la cita, la reescrituras y correcciones de distintos textos, entre ellos el fundamental "El escritor argentino y la tradición", ese artículo que nos permitió a todos los escritores en lengua castellana escribir sobre literalmente lo que nos dé la gana. La edición además es maravillosa, pues incluye facsímiles de borradores, textos manuscritos o mecanografiados, con las correcciones a mano del propio Borges. Un libro delicioso, sin duda.

Parece que Borges anotaba muchas cosas en los libros de su biblioteca, en las guardas o páginas de cortesía, como si su obra fuera la glosa de distintas lecturas.
"Es interesante que Borges anotara todo eso en las hojas de guarda de libros ajenos en lugar de hacerlo en sus cuadernos. Eso revela una vez más que su biblioteca era fundamental para sus proyectos de escritor, que recurría constantemente a ella en busca de ideas y de citas, pero también que era una mina de ideas importantes para textos futuros [...]"
"Es curioso que Borges eligiera empezar a escribir su primer libro propiamente dicho (y uno de los pocos orgánicos que escribió) en los reducidos espacios en blanco de un ejemplar del Diccionario de Segovia, aún más restringidos debido a la presencia, en esas mismas páginas, de anotaciones hechas con anterioridad. Al mismo tiempo, es probable que esos espacios irregulares le resultaran propicios para narrar los comienzos de una vida reducida como la de Carriego, un escritor cuya poesía brota de sus limitaciones biográficas (nacido en Paraná, Entre Ríos, al igual que el padre de Borges, su vida productiva se desarrolló en unas pocas cuadras del barrio porteño de Palermo, que en aquellos tiempos se hallaba en los márgenes de la ciudad). El restringido repertorio de vocabulario y de figuras retóricas definen a Carriego como el autor de poemas que difieren tajantemente de las obras de los poetas de la generación anterior (los 'modernistas'), mientras que su evocación de los pequeños melodramas de la vida popular fueron importantes para los compositores del 'tango-canción', que empezaron a escribir letras de tango cinco años después de su muerte (antes de 1917, el tango era solo instrumental). Borges afirma que Carriego 'inventó' los barrios alejados ('suburbios') de Buenos Aires, con lo cual parece decir que Carriego descubrió un tema literario en ellos, un tema que se volvería sumamente importante unos años después de su muerte, cuando los compositores empezaron a poner letra a los tangos y a grabarlos. No sorprende, entonces, que Borges haya empezado a escribir su libro en las hojas de guarda de un diccionario de argentinismos."




lunes, 19 de octubre de 2020

Tamara Kamenszain o cómo un escritor aprende a leer

 

Tamara Kamenszain, Libros chiquitos, Buenos Aires, Ampersand (2020)

https://www.edicionesampersand.com/product-page/libros-chiquitos-tamara-kamenszain

Esta colección "Lectores" de la editorial Ampersand es la constatación de que los escritores que me interesan todavía existen. Me refiero a esos escritores que son primero lectores, o mejor, que son siempre lectores y que su escritura responde a una manera de leer. O que su estilo se construye como una respuesta a una lectura. Todo escritor es ante todo un lector, al menos así lo aprendimos después de Borges.

"[...] leer y escribir es una dupla que solo puede separarse cuando se levanta la cabeza de las páginas ajenas para volver a inclinarla en las propias. Ya sé, estoy diciendo algo que es una obviedad para cualquier escritor."

Tamara Kamenszain es una poeta y ensayista argentina que en Libros chiquitos nos cuenta su personalísima manera de leer. Uno diría que no es del todo personalísima porque es parecida a la manera de leer de sus contemporáneos, y también: a la manera de leer de los alumnos de sus contemporáneos, entre los que me incluyo, alumnos de la escuela francesa, del estructuralismo, del formalismo ruso. En España: más comparatistas y teóricos literarios que filólogos. Con esto quiero decir que desde el formalismo ruso y sobre todo después de Roland Barthes aprendimos a leer mirando el cómo y no tanto el qué. Ella lo llama aquí el "ver hacer" macedoniano, es decir, el ser capaz de leer prestando atención a cómo ese libro ha sido construido, prestando atención a lo que el otro día en el II Festival de literatura latinoamericana de Lata Peinada Rodrigo Fresán llamó leer el "estilo". Fresán dijo que apenas un 20% de lectores son capaces de leer el estilo. Supongo que la gran mayoría de ellos son escritores.

"El equilibrista máximo de estas prácticas sin red es, para mí, Roland Barthes. Nuestro Barthes, porque cada generación que lo lee -y ya van varias- tiene el suyo. Hablo del que deslumbró a la mía con El grado cero de la escritura, libro chiquito y enorme a la vez, que nosotros leíamos en voz alta como si leyéramos poemas. No sé si entendíamos mucho, no lo creo, pero simplemente escucharnos a nosotros mismos modular algunas palabras novedosas como 'escritura' o 'estilo' configuraba un acontecimiento. Hoy ya pasaron más de cuatro generaciones usando, con absoluta naturalidad, la palabra escritura en el sentido barthesiano del término. (Incluso hay que admitir que, a esta altura, se trata de una palabrita bastante devaluada, que pide a gritos ser reemplazada por otra.) Pero para nosotros, que solo disponíamos de 'literatura' -con toda la carga de sentido y de supuestos que la palabra acarreaba-, 'escritura' se había transformado en una verdadera contraseña que nos permitía resetear a cero nuestro agotado modo de leer."

 

Kamenszain plantea aquí, entre otros, un concepto interesante llamado "las tretas del débil", generalmente usado por las mujeres para apropiarse de la escritura. Ellas toman ese espacio que está al margen, en la periferia, el único que a menudo el mainstream nos deja. "Las tretas del débil" se traduciría en escribir como pidiendo permiso, como disculpándose. Uno podría argüir que El Quijote comienza de esta manera y que a menudo todo lo que comienza en el margen tiende a ir desplazándose hacia el centro. Hace poco en una charla sobre periferias feministas reflexionaba sobre esto y ponía el ejemplo del mismo Borges, ese escritor canónico de la literatura argentina. Pues bien, cuando Borges construía su obra lo hacía desde la periferia, usando géneros secundarios (policial, ciencia ficción, falsa biografía, falso ensayo), escribiendo cuentos, y sin embargo hoy es "un escritor central para nuestra literatura" (la cita pertenece a Ursula K. Le Guin). Kamenszain nos dice aquí que el concepto de "las tretas del débil" ha quedado "como un manifiesto para los estudios de género latinoamericanos".

 


 

lunes, 1 de abril de 2019

Alan Pauls: lector en trance

Alan Pauls, Trance, Buenos Aires, Ampersand (2019)
https://www.edicionesampersand.com/product-page/trance-alan-pauls

[Publicado el 27/03/2019 en Revista de Letras]

La editorial Ampersand, radicada en Buenos Aires, llega a España con Trance (2018), de Alan Pauls (Buenos Aires, 1959), escritor, crítico y profesor universitario, considerado uno de los más brillantes escritores-lectores en lengua castellana. Trance es una especie de glosario personalísimo que tiene por objeto la experiencia de lectura que todo escritor vivencia con indudable intimidad y compulsión. Este liviano artefacto pertenece a la colección Lector&s que incide precisamente en esta actividad anacrónica que hoy en día se parece mucho a un acto rebelde: leer es “monogamia absoluta”, permanecer en sí mismo, apartarse de lo que sea que acontezca alrededor, no distraerse con esa continua ametralladora de estímulos, holografiar en la propia mente la voz de otro, fantasear con otras vidas.
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