rumiar la biblioteca: Literatura Random House
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lunes, 15 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 3


Rodrigo Fresán,
 El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento tercero

Arranca el movimiento tercero con un ejercicio formal que, para qué negarlo, me fascina: el libro se ha convertido en un manual de estilo, un manual con instrucciones sobre cómo escribir o cómo editar el presente y el lector (es decir, yo) se va preguntando si primero vinieron las instrucciones y luego la escritura o primero la escritura y luego se insertaron las instrucciones, pregunta que viene a ser la misma que la del huevo y la gallina o si primero es el lector y luego el escritor. 

Lo que vemos en esta tercera parte es a Land ya adulto viviendo en Gran Ciudad III, es decir, Barcelona, y notamos que la narración ha pasado a primera persona y Land es el Land del pasado y "yo" es el Land del presente. Y pareciera que esta parte es una variación de las dos partes anteriores, un recorrido por la memoria de las dos partes anteriores, porque ha llegado una pandemia, la pandemia del Nome (palabra que aparece a lo largo de todo el libro como comodín), es decir, una pandemia que afecta a la memoria:

"O qué era lo que hacía que todas las personas vacilasen y dijesen la palabra Nome cuando, cada vez más seguido, no se recordaba una determinada ubicación de lugar o autor de libro o título de canción o actor de película o apellido de conocido de pronto desconocido como si todo y todos fuesen paraguas tan fáciles de olvidar bajo la tempestad de la desmemoria. Y no era desmemoria arbitraria o asistemática: se iba olvidando desde adelante hacia atrás, desde el presente al pasado."

Vuelve la femme fatale y el escritor aquel que había conocido en Ciudad II y que tanto se parece al propio Fresán, aunque no es exactamente Fresán, y termina pasando algo calamitoso: Land adulto y el escritor se enfrentan con violencia, lo que terminará por destruir su tercera biblioteca. Leemos sobre escritores fantasmas, sobre enseñar a escribir, sobre cómo un libro puede crear a sus propios lectores, sobre la muerte de los escritores, sobre las variaciones Goldberg de Glenn Gould, entre otras cosas.

Sin duda que entre esas otras cosas la más importante es que reaparece ella. Esta ella es Ella con la misma apariencia que tenía de adolescente, y al poco sabemos que ella es hija de Ella y que el parecido es notable. La hija de Ella le trae a Land adulto unas grabaciones de su propia voz y la de Ella cuando eran adolescentes, porque entonces Ella iba a todos lados con un grabador con forma de corazón con el que registraba conversaciones entre los dos. Y todo ese pasado llega de golpe a Land adulto, en un corazón rosa que atesora la voz de la adolescencia, de modo que en la tercera parte, que por momentos es una novela fantasmagórica y onírica y hasta bioycasaresca (porque dudamos de si ella realmente existe), asistimos a la recuperación de la memoria de Land, y sabemos que todo lo que hemos leído, todo el libro, es precisamente ese ejercicio. Porque recordar, junto a inventar y soñar, son los elementos (o las partes) del escribir:

"Inventar era recordar hacia adelante. Recordar era inventar hacia atrás. Soñar era recordar inventando de arriba abajo."

No me cabe duda de que El estilo de los elementos va de camino a ocupar merecidamente uno de los primeros puestos de mejor novela del año: inteligencia, humor a raudales (humor del qué y también del cómo: insertado en el propio lenguaje), nostalgia y emoción, fascinación formal.

lunes, 8 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 2

 

Rodrigo Fresán, El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento segundo

(Leo esta segunda parte con muchas interrupciones y aun así no tengo ningún problema para seguir la trama, cosa llamativa en una novela de estas características.)

Land viaja a Ciudad II, ciudad tropical, donde vive ahora, es decir, Caracas. Un apartamento con piscina compartida en la que pasa la mayor parte del tiempo y donde conoce a adolescentes de todo el mundo (hasta hay cameo de un escritor que siempre quiso ser escritor y que fue secuestrado de niño, un escritor, en definitiva, tremendamente parecido a Fresán mismo, aunque Fresán no es ni Land ni este escritor). La felicidad de la adolescencia. La felicidad de relacionarse por primera vez con niñas y por fin enamorarse de Ella. Leer a Jane Austen y a las Brontë. Escuchar música de otra manera. Lo cierto es que el comienzo de la adolescencia coincide con el cambio de escenario como si fuera un pasar página. O cambiar de libro. Y esto no es del todo metafórico porque, como rito de paso, como abandono de la infancia, sus padres le obligan a destruir su biblioteca primera. 

De golpe aquí abundan los centros comerciales y aunque hay pocas librerías, Land las frecuenta y se hace experto en robar libros. Uno que ha robado, que lo acompañará durante toda esta etapa: el Tractactus logico philosophicus de Wittgenstein. Y llega el momento de ir al colegio y lo apuntan a uno católico y Land odia las matemáticas y no hace un examen y entonces lo expulsan. Esto es la Big Vaina: se pasa dos años simulando ir al colegio pero en realidad se interna en un centro comercial y lee. Roba libros y lee y sigue leyendo. Comienza a mirar la realidad como si fuera un libro, porque para entonces, adicto a la lectura, Land es El Lector:

"[...] sí, para él ya todo es literatura, ya no puede sino leer la realidad como si releyera ficciones, ya está perdido [...]."

Pero los padres se enteran y entonces llega la segunda destrucción de su biblioteca como castigo. Y lo obligan a quedarse en casa. Y quieren que escriba, que deje de leer y escriba. Pero Land no. Él solo quiere ser lector. Y sueña con su futuro, donde trabaja de asistente en la banda Supertramp y como librero y vuelve a Ciudad I y se convierte en periodista. Pero el sueño premonitorio termina y vuelve a la realidad, es decir, al presente. Menos mal que el Tractatus se salvó de la destrucción, y lo lee con fervor. Pero la realidad golpea: Drill ha muerto, Ella se ha enamorado de otro, sus padres ahora toman cocaína. En una de las fiestas de sus padres, Land prueba la cocaína y debuta sexualmente con una amiga de sus padres, la escritora femme fatale. Y Land se siente vacío y ya nada tiene sentido porque sabe que la juventud se terminó definitivamente. 

Oh, Land.

lunes, 1 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 1

 

Rodrigo Fresán, El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento primero

El libro está dividido en tres partes y la primera ocurre en la Gran Ciudad que sin ninguna duda es Buenos Aires, ciudad de nacimiento de Land, alter ego de Rodrigo Fresán, aunque en realidad no es para nada Rodrigo Fresán (que quede claro). Porque estamos aquí en el terreno resbaladizo de la autoficción o autobiografía libre y liberada de corsés, como aquella En busca del tiempo perdido, que tal vez sea el único modelo de escritura autoficcional que convence al narrador. Entonces sabemos que Land no quiere ser escritor, solo quiere ser lector. Sus padres son editores de Ex Editors y además se relacionan o directamente pertenecen a grupos guerrilleros, lo que a la postre los obliga a emigrar a otra Gran Ciudad. Pero aún estamos en la primera parte y aquí Land nos cuenta su infancia, su educación sentimental, su adoración por Drácula, por La Evanauta (novela gráfica sin duda trasunto de El Eternauta) y a la vez es un inventario de juguetes y golosinas tan argentinas, aunque a Land el juguete que más le gusta sea el libro. Le gusta más que los programas televisivos del tipo Colosos de la Lucha (que evidentemente es Titanes en el Ring), y el libro por momentos es un museo de la memoria argentina y a la vez historia argentina contada en clave argentina. 

Sabemos entonces que sus padres, que no son nada buenos padres, que no paran de organizar fiestas en casa que no dejan dormir a nadie, un día, a causa de una notable redacción en el colegio, le regalan a Land The Elements of Style, un libro recetario sobre en qué consiste el estilo. Claro que a Land aquello le parece absurdo. Sus padres son del tipo de padres que creen que sus hijos son genios y tienen amigos escritores como Silvio Platho que siempre anda diciendo que se va a suicidar. Aunque hay uno, mayor que sus padres, que viene a funcionar como maestro y lugar seguro de Land, cosa que sus padres no le brindan. Se trata nada menos que del autor de La Evanauta, César X Drill, y la parte en que conocemos las enseñanzas de Drill es sin duda la mejor parte dentro de la primera parte de la novela. Drill varía o filosofa o reflexiona en voz alta, y lo que le dice a Land deja huella en Land pero también, qué duda cabe, en los lectores. Le habla de la mentira, de que decir "no entiendo" es mejor que decir "no se entiende", de la ficción, la realidad, el pasado, de qué es un artista, de la memoria y del tiempo, entre otras cosas, sin duda provechosas y sobre todo propicias a leer lápiz en mano, da igual si azul o rojo. 

"He aquí la razón del Gran Arte. Razón que pasa, paradójicamente, por primero hacer sentir pequeño a su destinatario para que este, perseverando, pueda experimentar por sí mismo la excitante e intransferible sensación de crecer, de ir creciendo. De no entender en principio para acabar entendiendo. Y descubrir entonces que su relación con eso ha sido tanto más intensa y trascendente y provechosa que cualquiera de esas otras relaciones en las que todo estaba claro desde el comienzo."

La cosa sigue así: poco a poco la gente que se relaciona con sus padres empieza a desaparecer y aquello va tomando la forma de cuento de fantasmas hasta que vemos a Land despedirse de su biblioteca y partir en avión a nuevo destino. 

Los lectores a este punto estamos encantados: humor y estilo y a la vez historia argentina y sin duda reflexiones verdaderas sobre la escritura y la vida, pilares que construyen El estilo de los elementos, que va en camino de convertirse en uno de mis libros preferidos de Fresán y tal vez incluso del año.

lunes, 22 de enero de 2024

Gabriela Cabezón Cámara o la llamada de la selva

 

Gabriela Cabezón Cámara, Las niñas del naranjel, Barcelona, Literatura Random House (2023)

https://www.penguinlibros.com/es/novela-historica/332172-ebook-las-ninas-del-naranjel-9788439742647

Siempre es una fiesta leer a Gabriela Cabezón Cámara, pues hace del lenguaje fiesta misma. Hace aquello de construir una lengua para cada novela, un lenguaje propio y apropiado. En este caso, una extraña mezcla entre lo castizo y lo guaraní: un lenguaje entre secano y selva. Además, el personaje del que nos habla es real y fascinante: la conocida como Monja Alférez, siglo XVII, una mujer que se escapó de un convento y se vistió de hombre y se transformó en varón para poder viajar y recorrer mundo, pues no sabía estarse quieto y ser varón era la única forma de ser libre. Anduvo por mil lugares de España y luego viajó a América. 

Esa es la historia de Antonio que se nos cuenta en tres momentos: sabemos que está en la selva en una especie de familia interespecie (personas y animales) desde donde escribe una carta a su tía, la priora del convento del que se escapó, y sabemos también que está preso. Luego entenderemos qué viene antes y qué después en la cronología verdadera. 

Las niñas del naranjel es llamada de la selva y descripción de la fuerza de la naturaleza; es entrar en la naturaleza, darse cuenta de que naturaleza somos y no solo estamos en ella:

"Se va uno a dormir un día y se despierta al siguiente, y es por esta causa que los días aparecen cortados los unos de los otros. Pero no. Se suceden sin borde, empiezan y terminan por cualquier lado. O por ninguno. Salvo que se tome al sol como principio y fin. Aun así, no están separados. Debió haberse enterado en el bosque cercano al convento. En las batallas en la Araucanía. En las vísperas de patíbulo que ha sobrevivido. Se entera ahora. Cuando lo rigen los despertares intermitentes de las niñas, sus hambres caprichosas, los juegos de bolitas, los de orejas. Antonio se entrega. Se dedica a sentir que el tiempo pasa como un río al que se le pone y se le sale el sol. Una corriente. Como la que lo está atravesando ahora mismo, en el embeleso de caer en la carta que le escribe a la tía. Se deja llevar. Cómo podría hacer otra cosa. Cómo explicar con palabras de este mundo que parte de sí un barco llevándolo. Navega, Antonio, en esa escritura que es y no es él. Lo hamacan los cantos. Las respiraciones de las niñas y los monos. El latido cálido de la Roja pegada a él. Los cascos cada vez más lejanos de los caballos. La música de la selva."

lunes, 2 de octubre de 2023

Belén Gopegui o acaso Google no puede predecirlo todo


Belén Gopegui, Quédate este día y esta noche conmigo, Barcelona, Literatura Random House (2017)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/37022-libro-quedate-este-dia-y-esta-noche-conmigo-9788439733089

"¿Será seguir creyendo que existe el mérito, olvidar que la igualdad no es un punto de partida sino algo que hay que cultivar?"

Novela que es una extraña solicitud de empleo en Google, y es extraña porque no se ajusta precisamente a lo que se pide. Para empezar, la solicitud viene firmada por dos personas: Olga, mujer madura, y Mateo, joven estudiante universitario. Es una larga, larguísima carta a Google, un compendio de días y días de conversación entre los dos. Los temas de los que hablan: robótica y matemáticas, el libre albedrío, la igualdad de oportunidades (qué gran farsa), el amor, el perdón, la libertad y la resignación. Es curiosa esta relación: dos personas que se conocen en una biblioteca pública y que están en momentos completamente diferentes de la vida. De buenas a primeras, Google jamás hubiera podido predecirla. Pero no es una relación de amor romántico, para nada. Es una relación de amistad muy intensa, atravesada por el amor a la filosofía. Así, la novela es un complejo diálogo entre dos generaciones en un mundo que ha cambiado bastante. Pensar se les da bien, y el lector acompaña sus reflexiones con el gusto propio de estar leyendo algo híbrido entre narrativa y ensayo.

"Las máquinas no se dan cuenta de que son máquinas. No se dan cuenta, por tanto, de que no se dan cuenta. Hay quien dice que ese es el papel que cumple el sentimiento de libertad. Dado un nivel de conciencia en el que algunas preguntas pueden aparecer, el cuerpo, el cerebro, el mecanismo entero se blinda generando una emoción, quizá una fuerza, llamada libertad. Si el miedo protege al organismo de dar el paso irreversible hacia el barranco, el sentimiento de libertad lo protege de dar el paso irreversible hacia... ¿hacia qué? Esta pregunta debería responderla Google. No afecta a las futuras inteligencias artificiales que acaso lleguen a emerger. Nos afecta a las personas: ¿qué sucede el día en que una máquina comprende que es una máquina?, ¿qué pasa cuando un robot se da cuenta de que es un robot?"

lunes, 2 de mayo de 2022

Rodrigo Fresán no te subestima, lector

 

Rodrigo Fresán, Melvill, Barcelona, Literatura Random House (2022)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/273323-ebook-melvill

Allan Melvill, el padre de Herman Melville, caminando sobre el congelado río Hudson: la imagen despliega infinitas posibilidades de narración chez Fresán. La historia del padre, su viaje a Europa y cómo conoce a un ser notablemente afantasmado, un ente medio fantasma y medio vampiro: un fanpiro. El hijo, Melville, puntuando el texto con notas al pie, comentando la narración al tiempo que explica su biografía. En el centro del libro: el delirio del padre a punto de morir. Al final: la biografía adulta del hijo, la amistad con Nathaniel Hawthorne, el poco caso que le hacen a sus libros. 

Hay un diálogo constante con Frankenstein de Mary Shelley, que empieza y acaba en el hielo, que cuenta la historia de un hijo compuesto por trozos, retazos. Como una novela. Hay diálogo también con Cosas transparentes de Nabokov.

A veces pensamos en cómo se puede escribir de otra manera y sabemos que el asunto está en el cómo: Aquí el qué es la biografía de Melvill y Melville. Pero el cómo: el estilo inconfundible de Fresán, deslizante, veloz y rebosante de humor ("el lenguaje como un virus llegado desde fuera de este mundo"); la estructura: notas al pie (a la manera de Yo, el Supremo de Augusto Roa Bastos), frases que se despliegan como una larga plegaria a la literatura, un tono entre rapsódico y elegíaco por la muerte del padre y tal vez la del hijo, el escritor en mayúsculas. 

"Un nuevo estilo a la hora de empezar a contar las cosas, sí. Un estilo que yo quiero mío para las cosas que acabaré contando. Un estilo que ya no pase por lo que se cuenta sino por cómo se lo cuenta. El presente de un estilo que sea el estilo del futuro sabiendo que todo estilo no es otra cosa que la resultante de un nuevo idioma sumándose a un viejo gesto. O viceversa."

Se suele decir que apenas quedan lectores para libros que no los subestimen. Normalmente se los considera libros poco amables, porque exigen mucho del lector. Son libros que necesitan (de verdad) al lector. Libros que el lector activo y exigente agradece como agua de mayo, porque "Leer, si se hace bien, es lo más parecido a escribir que existe".




lunes, 20 de diciembre de 2021

Laura Fernández no es exactamente la señora Potter

 

Laura Fernández. La señora Potter no es exactamente Santa Claus, Barcelona, Literatura Random House (2021)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/261331-libro-la-senora-potter-no-es-exactamente-santa-claus-9788439738077

Esta es la historia del pueblo donde ha sido escrita la novela juvenil La señora Potter no es exactamente Santa Claus, cuya autora es una tal Louise Cassidy Feldman. Por supuesto que el pueblo se llena de turistas fans de la novela, y por eso hay una tienda de souvenirs a propósito de la novela. Al parecer, la novela cuenta la historia de una tal señora Potter que concede deseos como una especie de cuarto Rey Mago o una mujer Santa Claus. Hay que escribir ese deseo en una postal y ella lo concede. 

El dueño de la tienda de souvenirs está harto de la señora Potter y tiene muchas ganas de marcharse. Pero no puede decir abiertamente que quiere marcharse, por supuesto. Ha heredado una casa en el pueblo y quiere venderla, pero ordena al agente inmobiliario que no publique ningún anuncio de venta. ¿Cómo quiere vender una casa sin publicar un anuncio? Al agente se le ocurre publicar la venta en una revista literaria y es así como caza a un matrimonio de escritores de terror que están buscando una casa encantada. Evidentemente necesita contratar fantasmas para encantar la casa. 

Además, en el pueblo todos miran una serie de televisión sobre casos policiales. Por cierto, se dice que mataron hace un tiempo a una chica, aunque el dueño de la tienda de suvenires cree que no fue exactamente un asesinato.

Todo es así de delirante en esta novela. Fernández usa todos los tópicos del cuento de Navidad, el cuento de terror, el cuento de misterio, el policial, FargoTwin Peaks, la lógica del cómic, la lógica del cartoon. Pero también recuerda, claro que sí, al Quijote: títulos de capítulos explicativos y larguísimos, la novela dentro de la novela. Usa, además, algunos recursos como onomatopeyas o el remplazo de las comillas por paréntesis, que vienen a recordarnos los globos de diálogos de los cómics. Además de esas cursivas de énfasis tan anglosajonas. Porque todo en Fernández es anglosajón. Ese imaginario cultural en el que crecimos absolutamente invadido por Yanquilandia. Y todo reboza humor, chorrea ironía pura y está escrito con un ritmazo tan veloz (FIU-FIU), como si fuera una hermana o prima más o menos cercana de (TACHÁN) Rodrigo Fresán, una prosa tan rápida e hipnótica y deslizante y tan puramente estilosa que es fiesta (ZAS) allá donde se abra el libro.

"¿Qué podía decirle? ¿Me he mudado a esta ciudad solo para estar cerca del Lou's Café? ¿Me he mudado a esta ciudad solo para estar cerca, en realidad, de gente como usted? ¿De gente que querría vivir dentro de La señora Potter no es exactamente Santa Claus pero no puede porque no es un personaje de la novela y no habrá nunca forma de que lo sea? Oh, señor Peltzer, ¿por qué no puede ser todo tan sencillo como lo es en la Kimberly Clark Weymouth de Louise Cassidy Feldman? ¿Por qué no puede uno escribir lo que desea en una de esas postales navideñas y dejar que los diminutos empleados de correos de la señora Potter hagan con ella lo que sea que deban hacer para que su deseo se haga realidad? ¿Por qué tiene que seguir pasando frío y lamentando su suerte en un lugar al que, a todas luces, nadie en su sano juicio, nadie que no pretenda (TIRAR SU VIDA POR LA BORDA), pensaba mudarse?"



lunes, 27 de enero de 2020

Rodrigo Fresán o visitar el palacio de la memoria

Rodrigo Fresán, La parte recordada, Barcelona, Literatura Random House (2019)
https://www.megustaleer.com/libros/la-parte-recordada/MES-107002

"Y esa es la única certeza: uno empieza a escribir para bien o para mal de verdad y como uno cuando por fin comprende que jamás podrá escribir como otro. [...] El Estilo. El Estilo Propio a partir de fragmentos ajenos."
La última parte de la trilogía de Rodrigo Fresán empieza con ese (el mismo) escritor (que ya es excritor) en un avión, porque parece que en el aire se activa la memoria, los viajes propician la introspección. Así, este libro que es mucho más estilo que "historia", que se presta mejor a escuchar (ejecutar) que a resumir su trama, despliega sus temáticas habituales (obsesiones fresanianas) pero lo hace desde el análisis de qué es la memoria para un escritor. ¿Qué es recordar para un escritor? Primero, como algo que más o menos se acerca a la parte teórica del asunto, y luego, siguiendo lo que hace poco Enrique Vila-Matas denominó como la "dinámica del me acuerdo" de Georges Perec: me acuerdo de eso y de lo otro y de lo de más allá, suponemos que muy cerca de la biografía de Fresán (y cuando digo Fresán piénsese en el escritor), esos episodios de toda una vida de escritor que fueron importantes para ese escritor. La educación sentimental de ese escritor. La visita a su palacio de la memoria, esas habitaciones en las que uno guarda cosas y se encuentra con cosas y a veces hasta crecen cosas que en principio no deberían estar allí.

Todo esto usando enumeraciones, citas intercaladas, diferentes tipografías, sus obsesiones: 2001 (la película), The Beatles, Nabokov, Proust, Bellow, el escritor IKEA, Ella, sus diatribas contra la autoficción y las costumbres a las que nos someten las nuevas tecnologías, ¿contar la historia de sus padres?, Vonnegut, su inexistente país de origen, un tal Nebel (¿Fogwill?), su hermana Penélope, el hijo de esta, su tío Hey Walrus, Pertusato, Nicolasito, Dylan, Glenn Gould, Philip Dick, la novela Drácula, Blade Runner, Barcelona y los escritores latinoamericanos, Barcelona y el independentismo (la anécdota de cómo la vicepresidenta regaló uno de sus libros), y mucho más, todo eso contado por nuestro superhéroe favorito: Bildungsro-Man. Un final a la de Fellini. Muchas risas, por supuesto.
"Había cada vez más narradores y cada vez menos escritores, pensaba él. Y estaba claro que unos y otros no eran lo mismo: no era lo mismo un gran escritor que un gran narrador (un gran narrador era suplantado por otro gran narrador sin gran dificultad y eran numerosos; mientras que los contados grandes escritores eran insustituibles y se iban acumulando para siempre y siempre dispuestos si se los llamaba). Los libros de los grandes escritores hablaban un idioma único y propio y muy difícil de aprender y de dominar por otros. Los libros de los narradores de diverso tamaño, en cambio, parloteaban todos con la misma lengua y emitían frases como redactadas por funcionales pero desapasionados autómatas."   

lunes, 28 de octubre de 2019

Gabriela Cabezón Cámara y la barbarie

Gabriela Cabezón Cámara, Las aventuras de la China Iron (2016), Barcelona, Literatura Random House (2019)
https://www.megustaleer.com/libros/las-aventuras-de-la-china-iron/MAR-012243

La China Iron es la China Fierro (mujer de Martín Fierro) que ha abandonado al gaucho y a sus dos hijos porque ha conocido a una inglesa, Liz, que le descubre la lengua inglesa y su cultura. La adoctrina de cultura, como si la China misma fuera Argentina y toda su historia elaborada a partir del mito de la civilización construido por Sarmiento. Ambas se van de viaje, junto al perro Estreya, hacia el desierto, allí donde todavía habita la indiada. De camino conocen a Hernández, el autor del Martín Fierro y defensor de la civilización y los ferrocarriles ingleses. Pero cuando llegan al desierto encuentran los tolderíos y a todos los rebeldes que viven aparte del mito de la civilización y que aún comulgan con el imaginario indígena de la naturaleza viva. Anegada de esa maravillosa barbarie, la China no solo descubre su nueva sexualidad sino también un universo donde el género es confuso y todo se confunde a su vez con el latir de los seres vivos: la naturaleza, el lenguaje, la alucinación.
Cabezón Cámara despliega este viaje bellísimo con su inconfundible prosa mestiza y borbotante.
"Yo misma, que puedo ser mujer y puedo ser varón, he debido dirigir las maniobras de más de una marea bestial y de algunas escaramuzas con los argentinos que temían que no los dejáramos bajar sus granos y sus cueros por nuestro Paraná. Kauka, que es una de nuestros guerreros más valientes y sabios, ha liderado batallas cruentas, de esas que llenan los ysyry de cuerpos que el agua se encarga de expulsar al mar apenas puede porque quiere que sean perlas esos que fueron ojos."

lunes, 16 de abril de 2018

La noche luminosa de Mathias Enard

Mathias Enard, Brújula (2015), traducción de Robert Juan-Cantavella, Barcelona, Literatura Random House (2016)
https://www.megustaleer.com/libro/brujula/ES0144748

Franz Ritter, musicólogo vienés, no puede dormir. Está enfermo y ha recibido una carta de la mujer de la que lleva toda la vida enamorado, Sarah. ¿Por qué en ese momento? Franz solo duerme durante un breve instante, un sueño inquietante que vuelve a despertarlo. Se levanta. Se prepara una infusión, se acerca a la biblioteca, hojea algún ejemplar, le escribe un correo a Sarah, se queda esperando su respuesta. Mientras espera, relee toda la correspondecia entre ellos, que guarda celosamente. He aquí toda la acción de esta novela, que transcurre en una luminosa noche de insomnio.
Pero convengamos que no es precisamente una novela de acción. Es una novela à la Proust, es decir, una novela de la memoria. Y no solo de la memoria, es una novela de la erudición, pues enseguida nos topamos con un impresionante despliegue enciclopédico: la historia completa del orientalismo, es decir, de la relación de amor-deseo de Oriente por parte de Occidente, un viaje humanístico y político notable, de lectura verdaderamente placentera, con esa prosa del placer de la que hablaba Roland Barthes. La erudición, la historia, las relaciones políticas entre Oriente y Occidente hace avanzar la novela, entreteje la trama. Ni siquiera olvida la guerra de Siria, o tal vez la novela es la respuesta melancólica a la postura de enfrentamiento que domina el presente.
"A veces tiendo a pensar que la noche ha caído, que las tinieblas occidentales se han cernido sobre el Oriente de las luces. Que el espíritu, el estudio, los placeres del espíritu y del estudio, del vino de Jayam o de Pessoa no han sobrevivido al siglo XX, que la construcción cosmopolita del mundo ya no se produce en el intercambio del amor y del pensamiento sino en el de la violencia y los objetos manufacturados. Los islamistas en lucha contra el islam. Estados Unidos, Europa, en guerra contra el otro yo."

 

lunes, 26 de marzo de 2018

Patricio Pron y la variación

Patricio Pron, Lo que está y no se usa nos fulminará, Barcelona, Literatura Random House (2018)
https://www.megustaleer.com/libro/lo-que-esta-y-no-se-usa-nos-fulminara/ES0156444

Cualquier escritor sabe que pocas cosas tienen sentido, salvo leer, escribir y a veces amar (aunque esto no siempre tiene sentido), de modo que deja volar la imaginación (aunque la imaginación más bien actúa de forma subterránea y no vuela en absoluto) y tira del hilo, sigue hacia delante (o hacia abajo). Un pintor, cuyo padre es una "nota al pie", piensa que él no puede variar a la manera de los músicos cuando versionan (aunque esto no es del todo cierto: piénsese en Las Meninas de Picasso, por ejemplo). Un personaje intenta reconstruir una fiesta muchos años después para que aparezca Ella (a la manera de Pierre Menard, pero en lugar de volver a escribir el Quijote, vuelve a acontecer la fiesta), con una fe inquietante por la repetición. Otro escritor llamado Patricio Pron contrata a dos actores para que le sustituyan en las giras promocionales. Un poeta chileno destroza un hotel, como Charly García. Un boxeador despierta en un hospital y sabe que volverá a tener ese accidente una y otra vez. Una pareja de activistas políticos en la Argentina de los setenta tienen un hijo y ya sabemos cómo terminan, es decir, muertos después de ser torturados. Un hijo que es el paréntesis en la vida de los padres, viaja con sus abuelos por el campo argentino. Una pareja no puede tener hijos y a cambio se le llena la casa de gusanos. Un cuestionario de ingreso a Estados Unidos es la repetición de una historia del Berlín antes del Muro, y ligar en Tinder es una variación de seguir estando bastante solo. 

Lo que está y no se usa nos fulminará reflexiona sobre la relación entre el arte y la vida, las variaciones o recreaciones entre ambos (¿quién copia a quién?), con sus característicos toques metaliterarios. A veces pienso que el estilo Pron ha encontrado la hilación (avanza hacia delante) como método de escritura que, afortunadamente, va desarrollando un humor absurdo que trabaja por acumulación. También: la utilización deliberada de lo tipográfico para acrecentar ese absurdo, la contradicción en esas variaciones o versiones que se despliegan a menudo hasta el delirio, y todo es divertidísimo.

"[...] ¿qué podría hacer que suponga que la repetición de un acontecimiento que se desea alterar, aunque sea mínimamente, no supone también la repetición de las circunstancias posteriores? Paulo ha pensado mucho en el tema, y cree que la palabra clave en este razonamiento es 'recreación'; es decir, una cierta forma de repetición con distancia crítica, que es la forma también en que opera el arte en su relación con la realidad. [...] La repetición de todas las circunstancias es imposible, piensa, pero la acumulación de la mayor parte de ellas ofrece algo parecido a un nuevo comienzo, a una segunda oportunidad, se dice, aunque esa oportunidad siga la lógica de las imágenes mentales o de los sueños."

lunes, 2 de octubre de 2017

Javier Cercas y Margaret Atwood: el misterio de escribir (dos citas)

Javier Cercas,
La velocidad de la luz (2005),
Literatura Random House,
Barcelona 82013)

"Que aún no sepas de qué va la novela [...]. Si lo sabes de antemano, malo: solo vas a decir lo que ya sabes, que es lo que sabemos todos. En cambio, si aún no sabes lo que quieres decir pero estás tan loco o tan desesperado o tienes el coraje suficiente para seguir escribiendo, a lo mejor acabas diciendo algo que ni siquiera tú sabías que sabías y que solo tú puedes llegar a saber, y eso a lo mejor tiene algún interés. [...] Lo que quiero decir es que quien siempre sabe adónde va nunca llega a ninguna parte, y que solo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."






Margaret Atwood,
La maldición de Eva (2005),
traducción de Montse Roca,
Lumen, Barcelona (2006)

"Odio escribir acerca de mi escritura porque no tengo nada que decir sobre el tema. No tengo nada que decir porque no me acuerdo de lo que pasa mientras lo hago. Esos momentos son como pequeñas piezas fragmentadas de mi cerebro."

lunes, 10 de abril de 2017

Rodrigo Fresán y la máquina para soñar (diario de lectura) 2

Rodrigo Fresán, La parte soñada, Barcelona, Literatura Random House (2017)
http://www.megustaleer.com/libro/la-parte-sonada/ES0144883

Y seguimos. La tercera parte, la del insomnio y la más larga de las tres, lleva por título:

Esta noche (Manual de últimos auxilios para soñadores despiertos)

Fresán nos lleva de nuevo a las definiciones: el pasado, el insomnio, la muerte, las camas, el fin del mundo, la relectura, lo que significa escribir y cómo dejarlo, la educación de un escritor, es decir, sus lecturas y sueños y fantasías, la relajación, la hipnosis, remedios y trucos para dormir, Vila-Matas, Saul Bellow, Iris Murdoch, el escritor IKEA, su propio doble y las novelas dobles de sus propias novelas, etcétera. 
Largo el etcétera. 
Las enumeraciones y digresiones fluyen con una "voz rara, además. Una voz que aun en tercera persona del singular sonaba tanto a una primera persona. Una voz, pensaba él, como llegando desde afuera, desde lo alto, pero tan asimilada como la voz de los padres leyéndoles a sus hijos en la cama para que se duerman".  
Pero acá encontré lo que buscaba. Acá encontré la respuesta a esa pregunta que me hacía al principio: ¿cómo lo hace? ¿Por qué no lo dejamos ahí tan lindo ese lomo en la biblioteca? Fresán es un encantador, aquello que Vladímir Nabókov llamaba shamanstvo (de chamán, claro). Como un encantador de serpientes: las serpientes somos sus lectores y la prosa es la música que se activa y nos hace salir de ahí de donde salen las serpientes a mirar qué es eso que hay por encima. Por encima hay insomnio. Dicen que cuando tenemos insomnio es porque aparecemos despiertos en el sueño de alguien. 
"De ser eso cierto, el insomnio recurrente sería consecuencia de estar muy presente en los pensamientos de los demás (¿de Ella?)."
Menos mal que no sueñan demasiado conmigo.
Menos mal también que el insomnio está plagado de admiración a Nabókov y sobre todo a Cosas transparentes. Hago una pausa y leo en una tarde Cosas transparentes. Trata de un corrector de pruebas que sufre de insomnio y una noche mata a su mujer. Trago saliva y regreso a La parte soñada. Hay una trama que implica a un espía que va siguiendo a Nabókov y su mujer Vera hasta Suiza. ¿Viene a cuento? Vaya uno a saber.
Aparece también la trama narrativa que llamaremos "familiar": El Niño, que es hermano de Penélope, y el Tío Hey Walrus, adorador de The Beatles y Kurt Vonnegut. Aparece la historia de El Niño: quiere convertirse en escritor ("[...] ¿acaso habrá algo más básica e intrínsecamente infantil que la idea de trabajar para hacer reales cosas que no lo son?"). Enseguida nos damos cuenta de que hemos retomado la historia primera, es decir, la del escritor a quien han extraído sus sueños en Onirium. Ahora está hablando de su pasado porque el pasado es el huésped del insomnio. El insomnio es lo contrario del sueño, pues. En el insomnio el pasado se va extendiendo como un imperio que va conquistando territorio. Va ocupando países a medida que pasan los años. Además, el escritor ya ha dejado de escribir. También nos percatamos (o necesitamos buscar la trama y la encajamos) de que el excritor ha viajado a Suiza por un encargo: debe escribir un artículo sobre el acelerador de partículas CERN. 
Bueno. Algo más o menos así. 

Entonces la terminé. ¿Qué me pareció? Una novela acelerada y recién expandida a la velocidad de la luz. Una novela big bang. Una novela inimitable. Una novela futura con poca narrativa y mucha información y jugosas digresiones ensayísticas. Una novela para escritores, pero sobre todo para lectores que escriben. Y para lectores que leen aunque no sea fin de semana.  

"Con los autores favoritos pasaba lo mismo que con las novias: en un principio, uno los quería idénticos a uno, uno quería escribir como ellos; después se iba entendiendo, acaso cuando ya era demasiado tarde, que lo que a uno más y mejor le hacía era no un opuesto pero sí un complementario (y así, en ocasiones, uno hasta se acababa casando y viviendo felizmente como lector con libros que uno detestaba y solo soñaba con abandonar o asesinar o al menos serles infiel hasta que la muerte nos separe como escritor). Alguien que no fuese un implacable espejo de los propios defectos sino un contenedor de virtudes extrañas que podían salvarte la vida, alejarte de las taras y de vicios y tics, completarte. De igual manera, cuando eres joven te seducen aquellos libros de otros que, al leerlos, piensas que alguna vez podrás llegar a escribir. Cuando ya no eres joven, en cambio, te enamoras de esos libros de otros que comprendes que jamás podrás escribir. Un amor no correspondido pero, aun así, un amor amable."


Aquí la primera parte:
Rodrigo Fresán y la máquina para soñar (diario de lectura) 1

lunes, 3 de abril de 2017

Rodrigo Fresán y la máquina para soñar (diario de lectura) 1

Rodrigo Fresán, La parte soñada, Barcelona, Literatura Random House (2017)
http://www.megustaleer.com/libro/la-parte-sonada/ES0144883

¿Qué se hace con un libro de Rodrigo Fresán en las manos aparte de empezar a ponerse inquieto y algo nervioso y también, por qué no decirlo, bastante ansioso? Uno se pregunta: ¿podré con él, con casi seiscientas páginas de prosa fresaniana por delante? Lo primero que hay que decir es que La parte soñada se sostiene por el estilo. Un estilo primaveral como si acabara de producirse el big bang, un estilo entrópico de "estructuras líquidas", referencias eruditas y pop, chistes y juegos de palabras. La escritura Fresán es sobre todo estilo, ya lo saben.
Bueno.
Vamos a intentarlo.
La ¿novela?, se divide en tres partes: el sueño, la duermevela y el insomnio, según se refirió a ellas el propio autor. 

La primera parte lleva por título:

Esa noche (Notas al pie para una enciclopedia de caminantes dormidos)

Siento temor y eso me divierte: no voy a entender nada. Esto es pura digresión cuyo único motor de avance es el tema: lo onírico. Más ensayístico que narrativo. Entramado de citas. Carácter enciclopédico. Varias tipologías. Variaciones de escenas como sueños recurrentes. Notas al pie insertadas en el cuerpo del texto "como plantas que lo enredan y lo envuelven".
Poco a poco va naciendo una historia: un escritor que ha dejado de escribir, un amor imposible (Ella), una canción y el poder de NO cumplir los sueños: es decir, si sueña algo, seguro que eso no va a pasar. Este escritor (o excritor) se interna en un lugar llamado Onirium donde procederán a extraerle los sueños. (Uno enseguida piensa en Philip K. Dick, aunque también hay referencias explícitas a Nabókov.) Pero el excritor sabe perfectamente que el único sueño es Ella. Para peor Ella también es la que está a punto de extraerle los sueños y, una vez que le hayan extirpado los sueños, desaparecerán. Ella desaparecerá.
"Porque los artistas que no son otra cosa que soñadores vocacionales están acostumbrados a que estas cosas, a que estas supuestas casualidades, existan. Y que sean como las sogas que mantienen bien atadas a la falta de ocurrencia y de ocurrencias del día a día. Su don es saber verlas y detectarlas y buscarlas y encontrarlas y hasta domesticarlas; mientras que el resto de las personas se limitan a experimentarlas de tanto en tanto y ser acariciadas ocasionalmente por el viento de la maravilla. / Así que la vio y la amó porque ya la amaba."
Resulta muy divertido leerlo, aunque todavía no comprendo por qué, o mejor, no sé cómo lo consigue. Es adictivo como la velocidad. Es adictivo como escuchar música. Transmite, además, algo del élan del rock argentino: la frescura de la juventud, algo que ha desaparecido. El anhelo del enamorado, del amor imposible, el amor adolescente.
Sospecho que la segunda parte versará sobre los sueños que se le han extirpado al protagonista (si podemos llamarlo así). Entendámoslo así. Da igual cómo lo entendamos. Nosotros leemos lo que queremos.

La segunda parte lleva por título:

Aquella noche (Catálogo irracional para una exposición)

Llegados a este punto, nos damos cuenta de que el título de cada parte (en este caso, notablemente más larga que la primera) en realidad no ayuda sino que oscurece. Fresán oscurece, pero lo sorprendente es que la cantidad de referencias internas y chistes íntimos se aceptan aunque no se entiendan. (Hay muchos guiños a otras obras suyas que no he leído, tipo Mantra, tal vez por eso me pierdo.) Fresán oscurece y enrarece, pero queremos entender. Por eso seguimos. Aunque seguimos sin entender.
Esta segunda parte se divide en tres y es claramente un homenaje a Cumbres borrascosas. Enseguida me alegro de haberla leído recientemente. La tengo fresca. La primera de estas tres subhistorias (¿tal vez un primer sueño extirpado?) comienza con un tono elegíaco, poético, onírico o algo así, cuya protagonista es Stella d'Or. ¿Quién es Stella d'Or? ¿La voz del sueño, de la noche, de la oscuridad? ¿Los "orígenes míticos de la noche"? Tal vez.
En algún momento se habla de que escribir es como entrar en una casa y de que cada texto es como una habitación de esa casa. Pensemos que hemos entrada en la casa de los sueños. Pensemos que hemos entrado en la máquina para soñar. Pensemos que después de la habitación de Stella d'Or hemos dado con un pasillo y una segunda historia: la de las hermanas Tulpa. Estas hermanas viven en la Luna y son claramente el trasunto lunático de las hermanas Brontë. Una de ellas ha escrito una historia y se las lee a las demás. Hay aquí un juego de historia dentro de la historia (sueño dentro del sueño). Esta historia trata sobre un hombre que viaja a la Tierra, es decir, el espejo invertido de Neil Armstrong y del primer viaje a la Luna.
Enseguida entramos a la tercera subhistoria: la de Penélope. Es la más larga de las tres. Evidentemente ese pasillo ha desembocado en la sala de estar o hemos subido una escalera para llegar al ático que ocupa toda la superficie de la planta de la casa. Poco a poco descubrimos que Penélope es escritora. Ha escrito la historia de Stella d'Or y también la de las tres hermanas Tulpa. Penélope está loca y es una apasionada de Cumbres borrascosas. Hay un exhaustivo análisis de Cumbres borrascosas: argumento pormenorizado, variaciones cinematográficas, análisis de personajes, biografía de las hermanas Brontë, etcétera. Aquí notamos que Fresán no le tiene miedo al cambio de registro, al ensayo, al enciclopedismo. Vuelvo a agradecer haber leído Cumbres borrascosas recientemente. Enseguida se nos informa de que Penélope ha decidido escribir variaciones de Cumbres borrascosas. También se nos deja saber que ha perdido a su hijo en una playa. Y que sus padres se parecen demasiado a Catherine y Heathcliff. Fin de la segunda parte. 
"El lector es un ladrón de tulpas. Alguien que aprovecha y se aprovecha de cuerpos construidos por otros y los incorpora a esa otra vida dentro de la vida que es la que transcurre en los libros. Dejar a otro que primero haga el trabajo duro y sucio y así el lector llegando al final, con la mesa puesta y los comensales dispuestos. Y solo teniendo que sentarse junto a ellos y mirarlos fijo (leer es la forma más fija de la mirada aunque las pupilas no dejen de moverse y contraerse y expandirse según la situación) y hacerles modificaciones muy personales, para volverlos únicos e intransferibles."
Allá vamos con la tercera. Allá vamos con el insomnio. En el siguiente post.

Aquí la segunda parte:
Rodrigo Fresán y la máquina para soñar (diario de lectura) 2

lunes, 30 de enero de 2017

Rodrigo Fresán o el rock ha muerto

Rodrigo Fresán, Esperanto (1995), Barcelona, Literatura Random House (2011)
http://www.megustaleer.com/libro/esperanto/ES0103592

Affaire Dylan aparte (y que conste que la imagen de portada y mi elección de lectura no tienen absolutamente nada que ver con los asuntos de actualidad ni con la presunta "muerte de la literatura", entre otras cosas porque a Dylan lo conozco de refilón y mal y sin entusiasmo y diríase que porque es inevitable), Esperanto narra la muerte del rock argentino y una muerte obligada de thriller de acción y la muerte estatal e institucional como una forma de realismo mágico made in Argentina, ese país donde la mayoría se psicoanaliza. ¿Para qué sirvió que el psicoanálisis alunizara sobre buena cantidad de personas adultas allá por los años setenta?, se pregunta Federico Esperanto:


"[...] todo eso sirvió para que todo un país, para que todas esas personas curadas, aprendieran a decir sin problemas, dudas o tartamudeo alguno la palabra desaparecido en lugar de la palabra asesinado... o, por lo menos, la palabra muerto... [...] ¿No le parece formidable? Si lo piensas un poco, Lombroso, se trata de la más fina y acabada expresión del realismo mágico que se conozca. Dios es argentino, Gardel cada día canta mejor y todo eso."

(Hoy tal vez la gente cambió el psicoanalista por el coach.) 

Lo cierto es que el efecto Fresán a menudo se parece a la nostalgia aquella de todo tiempo pasado fue mejor. La nostalgia, con final à la Otto e mezzo, de los discos de vinilo con lado A y lado B y las películas en blanco y negro. En blanco y negro son también los sueños de Federico Esperanto, el protagonista, un ex rocker que, a pesar de su apellido, se queja de que nadie lo entiende. Aquí, su sueño recurrente:

"En el sueño recurrente de Esperanto, el inmenso auditorio estaba siempre vacío y su boca siempre llena de objetos extraños que le impedían ofrecer su mensaje."
 
(Afortunadamente Esperanto no es Fresán.)

Divertida, veloz como su prosa, tan fresca que uno imagina a un joven Fresán como el de acá abajo escribiéndola. No se la pierdan.


 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Siete propuestas para la novela futura: Vila-Matas, Piglia, Foster Wallace


Enrique Vila-Matas,
Perder teorías, Barcelona,
Seix Barral (2010)


Aparte de homenajear y diagolar con Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino, Perder teorías se pregunta cómo habría de ser la novela futura, una pregunta, por lo demás, que en absoluto es nueva y que ronda de tanto en tanto a todos esos escritores que consideran que escribir es algo más que (y simplemente) contar una historia. Enrique Vila-Matas dice que son cinco los elementos que acechan la novela del mañana:



  • 1. La "intertextualidad": es decir, el uso de citas/citas falsas y referencias a otros libros (incluida la autorreferencia, por supuesto).
  • 2. Las conexiones con la alta poesía (decía Barthes: "todas las veces que hay un esfuerzo de estilo, hay versificación").
  • 3. La escritura vista como un reloj que avanza (más que como un espejo a lo largo del camino): "uno de los aspectos más seductores de la literatura se encuentra en el hecho de que algunas veces puede ser algo así como un espejo que se adelanta; un espejo que, como algunos relojes, tiene la capacidad de avanzarse".
  • 4. La victoria del estilo sobre la trama (ya que existen unas pocas tramas que siempre se repiten (piénsese en Vladímir Propp y similares), el novelista debe limitarse a elegir una cualquiera o una combinación cualquiera). 
  • 5. La conciencia de un paisaje moral ruinoso (esto se entiende como lo que muchos denominan "conciencia social", "denuncia de la decadencia" y sus hermanos más o menos realistas/pesimistas/"es lo que hay").  



Ricardo Piglia,
Antología personal
,
Barcelona,
Anagrama (2015)
(Lo más divertido de todo esto es que Vila-Matas expone esos cinco elementos pero también los "muestra": Perder teorías está respetuosamente construido con esos cinco requisitos, de modo que también podríamos hablar de Perder teorías como de una novela.) 




*

Pareciera que las conferencias de Calvino también llamaron la atención de Ricardo Piglia, quien se preguntó en algún momento cuál podría ser la sexta propuesta de Calvino, pues como todos recordaremos las Seis propuestas para el próximo milenio al final quedaron en cinco (levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad). 

Aunque Vila-Matas habla de elementos en una misma novela y no de distintas propuestas como modelos de novela futura, permitámonos relacionar (o confundir) por un momento elementos con propuestas. De modo que podríamos añadir a los cinco elementos vilamatianos este sexto (o al revés: añadir a la sexta propuesta de Piglia los cinco elementos de Vila-Matas). ¿Y cuál es esa sexta propuesta? Piglia: "Me parece entonces que podríamos imaginar que hay una sexta propuesta, a la que yo llamaría el deslizamiento, el desplazamiento, el cambio de lugar. Salir del centro, dejar que el lenguaje hable también en el borde, en lo que se oye, en lo que llega de otro". Esta frase tan enigmática significa la idea de incorporar los retazos de voces verdaderas (a lo Puig, a lo Walsh y la crónica, por ejemplo). De modo que agregaríamos:

  • 6. El deslizamiento, el cambio de lugar ("poner a otro en el lugar de una enunciación personal").





*

David Foster Wallace,
En cuerpo y en lo otro,
trad. Javier Calvo,
Barcelona,
Literatura Random House (2013)
Solo nos falta la séptima propuesta que anuncia el título. En un hilarante artículo, "La naturaleza de la diversión", David Foster Wallace habla de eso que es la novela citando a DeLillo y definiéndola así: "un niño repulsivamente deforme que sigue al escritor a todas partes, yéndole eternamente detrás a cuatro patas (es decir, reptando por el suelo de los restaurantes donde el escritor está intentando comer, apareciendo a primera hora de la mañana a los pies de su cama, etcétera), repulsivamente defectuoso, hidrocefálico y sin nariz y con aletas en vez de brazos e incontinente y retrasado y babeando líquido cerebroespinal por la boca mientras lloriquea y gorgotea y llama al escritor, pidiéndole amor, pidiéndole eso que su misma repulsividad le garantiza que va a obtener: la atención total del escritor". El escritor ama a su "niño deforme", y quiere que salga al mundo y que todos lo vean como un "niño perfecto". Y aunque el escritor sabe que el niño no es perfecto y que, a pesar del esfuerzo, nunca quedará perfecto, le gusta pasarse la mayor parte del día construyéndolo. Construir novelas es divertidísimo, dice Foster Wallace. Lo malo es que se puede caer en la trampa, advierte, de querer gustar al lector (eso por culpa del miedo que genera el hecho de que el niño al final es aceptado por el mundo y por los lectores que vienen a ser el mundo para una novela), y muchas veces se pierde lo genuino de ese producto, que consiste, precisamente, en la diversión. De modo que permítanme agregar la séptima:



  •  7. La diversión, o el "Trabajo Como Juego": "Bajo la nueva administración de la diversión, escribir narrativa se convierte en una forma de adentrarte en ti mismo e iluminar esas mismas cosas que no querías ni ver ni que nadie más viera, y resulta (paradójicamente) que estas cosas son justamente las cosas que todos los escritores y lectores comparten y sienten, y a las que reaccionan. La narrativa se convierte en una forma extraña de aceptarte a ti mismo y de decir la verdad en lugar de ser una forma de escapar de ti mismo o de presentarte a ti mismo de una forma que supones que hará que le gustes al máximo número de personas. Se trata de un proceso complicado, que confunde y da miedo, y también muy trabajoso, pero que resulta ser la mejor diversión que existe".



Ahora sí, recopilemos estas siete propuestas para la novela futura:

  1. Intertextualidad
  2. Alta poesía
  3. Reloj que avanza
  4. Estilo sobre trama
  5. Conciencia de la decadencia del mundo
  6. Desplazamiento o insertos de voces verdaderas
  7. Diversión



*

Acordada la "receta", la conversación terminó más o menos así:

PIGLIA: "asistimos a la destrucción del recuerdo personal (y situado)". 

VILA-MATAS: "no puede ser más ridícula e inverosímil la imagen de un creador —pongamos que literario— convencido de que es propietario de su inconsciente".

FOSTER WALLACE: “lo escribes prácticamente todo para excitarte a ti mismo”.

PIGLIA: “narrativamente podríamos hablar de la muerte de Proust, en el sentido de la muerte de la memoria como condición de la identidad verdadera”.

FOSTER WALLACE: “Al principio. Luego las cosas empiezan a complicarse y a volverse confusas, y hasta a dar miedo”.

VILA-MATAS: "todo verdadero narrador tiene que intentar inventar su teoría".

FOSTER WALLACE: "es lo que más quieres: equivocarte de forma garrafal, demente y suicida". 

PIGLIA: “¿Y qué sería un buen relato? Una historia que le interesa no solo a quien la cuenta, sino también a quien la recibe”. 

VILA-MATAS: “las frases que no entendemos pueden ayudarnos mucho más que las que entendemos perfectamente”.