rumiar la biblioteca: junio 2021

lunes, 28 de junio de 2021

In the mood for love (Fragmento del diario, 12/04/2021)

Estaba viendo In de mood for love y me aburrí y pensé en que ya hace mucho que no escribo, y después pensé en lo que le dije al amigo a quien le gusta In the mood for love: que para escribir hay que tener algo que decir. Por eso sirven los diarios, para aplacar las ganas de escribir. Al menos así pienso yo, aunque debería escribir más, al menos en el diario, porque hace demasiado que no escribo y eso porque el amor me distrae. ¿Será por eso, realmente?

Pero no quiero hablar del amante, quiero obligarme a escribir, que es lo que me propuse al cerrar Filmin porque me estaba aburriendo con In the mood for love. Hay películas o series tan aburridas que consiguen que tenga realmente ganas de escribir, no en el sentido de “se me acaba de ocurrir una idea”, sino en el sentido de que tal vez escribiendo me aburra menos. Entonces recuerdo que a veces escribir es una fiesta. Ahora mismo ni siquiera suena música, pero estoy escribiendo más o menos rápido y comienzo a notar ese placer de los dedos dándole al teclado y las ideas que comienzan a borbotar improvisadas y a veces todo fluye directamente con las teclas del ordenador y entonces es maravilloso.

Escribir es también el acto de darle a las teclas, la parte orgánica y mecánica del asunto. Engancha. Tal vez mucho más que la función comunicativa de la escritura, que es cuando uno tiene algo que decir. Porque hay que tener algo que decir. A veces eso que uno tiene que decir viene mientras se está escribiendo, y entonces uno se sorprende de esa idea que vivía adentro, una idea que estaba a punto de salir o tal vez solo desarrollándose en la zona inconsciente.

(Solo llevo diez minutos escribiendo.)

No es tan fácil tener ideas, aunque uno se esfuerce y se obligue a entrar en el diario. Ahora podría releer las entradas más recientes, como para seguir una narrativa de mi vida, cosa que suelo hacer de vez en cuando, pero como he escrito tan poco últimamente, recuerdo más o menos todas las entradas de los últimos tiempos, en las que prácticamente siempre aparece este amante al que estoy viendo.

Eso lo sabemos y no hace falta estar hablando de él todo el tiempo, aunque esté prácticamente todo el tiempo en mi mente. Hablar del amor es algo pasteloso al final. Aburre hablar siempre del amor, porque el amor del que se habla es anhelo. Es difícil hablar del amor mientras está ocurriendo el amor, porque el amor suele ser absolutamente ñoño, y los amantes se quedan mucho rato mirándose a los ojos y sonriendo sin poder evitarlo y sintiendo felicidad, cosa que apenas se puede describir más que con la palabra felicidad.

(Quince minutos escribiendo. El tiempo es completamente diferente cuando se escribe.)

lunes, 21 de junio de 2021

Witold Gombrowicz y el talento (cita)

Witold Gombrowicz, Diario argentino (1986), traducción de Sergio Pitol, Buenos Aires, El cuenco de plata (2016)

https://elcuencodeplata.mitiendanube.com/productos/9789873743481/

"¿Qué valor puede tener en todo caso esta idea si no soy capaz de realizarla aquí, en mi diario? Sin embargo no logro hacerlo, algo me lo impide; cuando entre la gente y yo no existe una forma artística, el contacto se vuelve demasiado molesto. Debería tratar este diario como un instrumento de mi devenir ante ustedes..., obligarlos a que me enfoquen de cierta manera, de una manera que hiciera en mí posible (¡adelante, que aparezca esa peligrosa palabra!) el talento. Que este diario sea más moderno y más consciente y quede impregnado de la idea de que mi talento solo puede nacer en relación con ustedes, es decir que solo ustedes pueden incitarme al talento, es más: crearlo en mí."

lunes, 7 de junio de 2021

Roger Chartier: la vida cultural es cada vez más virtual (cita)

Roger Chartier, Lectura y pandemia, Buenos Aires, Katz (2021)

http://www.katzeditores.com/fichaLibro.asp?IDL=208
 

"En la misma investigación ya citada sobre las prácticas culturales de los franceses hay otro dato muy interesante: uno de cada seis franceses afirma que su vida cultural tiene lugar por completo en el mundo digital, particularmente a través de las redes sociales, los vídeos online, o los juegos electrónicos. Leen o escriben solamente en las pantallas. La mitad de estos individuos, que ya desde antes de la pandemia vivían en condiciones similares a las pandémicas, tienen menos de 25 años. La cuestión es, por un lado, saber si sus prácticas culturales van a mantenerse exclusivamente online o si en algún momento van a salir del mundo digital para encontrarse con otras prácticas, culturales o no. Por otro lado, podríamos preguntarnos también si esta minoría de hoy prefigura la sociedad entera de los lectores del futuro."