rumiar la biblioteca: septiembre 2014

lunes, 29 de septiembre de 2014

Adolfo Bioy Casares y la felicidad

Vivos están los personajes de Bioy Casares. Desesperados, también, pero con una desesperación para nada agobiante. ¿Qué quiero decir? Que vacilan entre la despreocupación y la inquietud. Que confían y desconfían a un tiempo. Las cavilaciones son constantes, pero poco insidiosas. Estos personajes adoran a las mujeres, aunque podría decirse que de una manera algo avejentada, en concreto: sus mujeres son tontas, pero sobre todo adoran celebrar que la tonta les haga caso.

Entre la vigilia y la pesadilla, de cierto aire kafkiano o Machado de Assís, los escenarios se van enrareciendo, pero sin perder la felicidad. Un humor moderado recorre su obra, el humor del héroe que duda y que se equivoca. El tocado por la suerte a veces, lo que generalmente termina por pagarse con un golpe de mala fortuna.


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Dormir al sol (1973) cuenta la historia de un relojero que se ve obligado a internar a su mujer en un frenopático. Son los otros personajes los que van moldeando sus pensamientos y van tomando las decisiones que le sobrevienen, por lo que la desconfianza y la impotencia recorren el libro entero.





"A mí la idea de mudarme, siempre me contrarió. Siento apego por la casa, por el pasaje, por el barrio. La vida ahora me enseñó que el amor por las cosas, como todo amor no correspondido, a la larga se paga."


La historia es descabellada, pero no desde el principio. Va adquiriendo ese aspecto onírico poco a poco sin perder el sentido del humor. Como diría uno de sus personajes, se trata de un "disparate acuático", es decir, un sinsentido que transcurre hacia la rareza, aunque las acciones parecen concatenantes. Una sucesión de escenas que devienen absurdo.

"Sin ir más lejos, pensá en política. / —¿Qué tiene que ver la política? / Traté de explicar la diferencia entre la política y mi apego por Diana. Me interrumpió: / Sin ir más lejos, pensá en las elecciones y en las revoluciones. La mitad de la población está satisfecha y la otra, desesperada."

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Completo la celebración con dos libros de relatos: Una muñeca rusa (1990) y El lado de la sombra (1962).

Allí tenía marcadas algunas frases:

(De Una muñeca rusa)

"Cuando ellos tardan es porque no pudieron llegar antes; cuando yo tardo, es porque soy sudamericano." ("Una muñeca rusa")

"Estoy seguro de que llegaron a esa interpretación por el solo hecho de desearla. Si como alguien sostuvo, en cualquier libro el lector lee el libro que quiere leer, estas funciones del Politeama prueban que podemos decir lo mismo del público y de las obras de teatro." ("Catón")

"Pienso: 'Parece contento, aunque no hay razón para que lo esté. Vive, como yo, entre europeos hostiles, por más que lo disimulen. Hostiles a quienes juzgan diferentes.'" ("El navegante vuelve a su patria")


(De El lado de la sombra)

"El novelista repliquédebe ejercer la imaginación en la obra, pero en la vida, ¡por favor!, déjenos elegir cualquier expediente fácil. Le digo más: conviene Mar del Plata porque es pan comido; no andaré alelado, buscando puntos de interés, ni me distraeré de la novela." ("La obra")

"Fuera de las mantas respiraba con libertad, pero en compensación oía a la pareja. ¿Qué murmuraba ahora la peruana? Suspiraba en voz ronquísima: 'Me muero me muero me muero me muero'. Casi le grito: 'Ojalá y de una vez, por favor'. Busqué refugio en El diablo cojuelo; seguía oyendo. Busqué refugio en el sueño; apagué la luz, cerré los ojos, traté de abstraerme; seguía oyendo." ("Un viaje o El mago inmortal")






lunes, 22 de septiembre de 2014

Hebe Uhart o el desparpajo

Hebe Uhart, Relatos reunidos, Buenos Aires (2010)
http://www.alfaguara.com/ar/libro/relatos-reunidos-u/

El universo Uhart abunda en el campo argentino y en la inmigración de Italia y deviene sencillez de mirada asombrada, de niño quizá, para transformarse sorpresivamente y con suma agilidad en lenguaje saltarín y preciso a la hora de narrar acciones cotidianas, detalles mínimos, riqueza de voces y matices léxicos donde el humor y el lenguaje toman protagonismo. Así las nouvelles Camilo asciende y Mudanzas, y muchos de sus cuentos, que reiteran temática.

Brillante, sin duda, y alejada de la temática predominante, la nouvelle Memorias de un pigmeo, tal vez variación-reverso sobre El entenado de Juan José Saer:

"Por fin me acerqué y me habló una mujer en nuestro idioma, pero suena tan raro en labios de ella que cuando nombra las cosas parecen otras. Me parece tan raro que ellos, que tienen otro espíritu, se puedan apropiar del lenguaje nuestro, ni los hemos comido ni nos han comido; al elefante le dicen fefante y a la cebra celebra. Después, hablan entre ellos con palabras más o menos así Hans, tribauss, mackassen."
"Me gusta mucho escribir, porque es como hablar pero en lenguaje mudo; es hablar sin hablar."


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Experiencia Uhart quiere decir excelencia en lo aparentemente sencillo. Quiere decir divertimento y sobre todo desparpajo.

"Y no, no nací para pobre. ¿Y qué? Preguntale si les gusta a los pobres esperar un colectivo cagados de frío en Villa Caraza, que no les ponen ni un refugio. Por otro lado está bien, porque si los ponen, los rompen." ("Cosas que pegan, cosas que no pegan")
"Hace poco tiempo, se me ocurrió que me tenía que casar con un viejo. Fue por unos días no más. Yo me imaginaba un viejo redondo, sólido, de más se sesenta años, no un hombre medio viejo. El viejo tendría lo que se llama experiencia de la vida y yo haría lo que se me antojara." ("Un posible marido viejo") 





lunes, 15 de septiembre de 2014

Sergio Galarza o la rabia también inmigra

Sergio Galarza, Paseador de perros, Avinyonet del Penedés, Candaya (2009)
http://www.candaya.com/paseadordeperros.htm

Novela de escenas alrededor del empleo de un inmigrante peruano paseador de perros, tal como indica el título, y es reflexión sobre la precariedad y sobre la discriminación y sobre todo la autodiscriminación de los que viajan y buscan un destino propio.

"Si la X no fuera la primera letra de mi documento de identidad, nadie me reconocería como inmigrante porque no uso zapatos con escamas ni ropa de imitación y mi cabello solo brilla cuando no lo lavo en varios días. X de extranjero. X de problema. X porque estás marcado."
Habría que remarcar que esto es real pero que además es también igual si dispones de doble nacionalidad: el estigma de haber nacido en otro lugar, según la violencia de la discriminación y la violencia del nacionalismo y la violencia hacia los atrevidos que se desplazan, cada cual por sus motivos, pero sobre todo la violencia, más remarcable si cabe, de pretender diferenciarse de todos los trashumantes: intentar clasificarlos en diferentes tipos, negarse a que nos envuelva la misma bolsa que contiene todo aquello extranjero.

A veces es necesario desplazarse para que la conciencia de clase te abofetee.

"Me paré frente a la fuente en la cual habían plantado un pedazo del Muro de Berlín, de aquella época cuando las ideologías servían para complejizar las diferencias entre ricos y pobres, explotadores y explotados, dueños y empleados, y deseé estar del otro lado."

Interesante novela, ágil y fresca, de frase sencilla y exudante de rabia contenida. Un baño de realidad.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Agustín Fernández Mallo o la perplejidad

Agustín Fernández Mallo, Limbo, Madrid, Alfaguara (2013)
http://www.alfaguara.com/es/libro/limbo/

Aproximaciones al limbo y su divertimento:

1. El limbo es el estado exacto donde el sonido y el espacio se comprenden o confunden. El Sonido del Fin habita en el desierto, carente de objetos (al menos numerables); la sonoridad del disco depende escrupulosamente de la disposición de los objetos en la sala de grabación.

2. El limbo es el estado intermedio entre el original y la copia, aunque todo absolutamente es copia, según nos dicen. Determinar de qué limbo es copia esta novela, o mejor: determinar hacia qué copia o desde qué copia se construye este limbo intermedio.

3. La muerte es doble, gemela, copia; la segunda persona es el hambre. El limbo es el universo paralelo donde habitan tanto el hambre como las almas muertas (y no pienso en Gogol sino en México y sus muertos).

4. La irrealidad es lo incontable; lo determinado es real.
       a) La segunda persona es real (el hambre).
       b) El limbo es irreal.
       c) Los personajes son irreales.
       d) La disposición de los objetos es absolutamente real.
       e) El desierto es irreal.
       f) El vómito es irreal.
       g) El plagio es irreal.
       h) La cita es real.

5. Limbo es una novela teórica y musical (aunque no comparto criterios). Corrijo: Limbo es una novela teórica y sonora.

6. Limbo es una novela sobre Mengele y sus gemelos.

7. La perplejidad es descaradamente real.






lunes, 1 de septiembre de 2014

William Gaddis o la novela wagneriana

William Gaddis, Jota Erre (1975), traducción de Mariano Peyrou, Madrid, Sexto Piso (2013)
http://www.sextopiso.es/5985-jota-erre/

El anillo de los nibelungo empieza con un prólogo: El oro del Rin. Aquí se cuenta cómo Alberich, el enano, roba el oro escondido bajo el agua del Rin y con él construye el anillo que otorga a quien lo posee un inusitado poder. Con el mismo oro se construye un yelmo o máscara que al colocárselo le permite tomar diversas formas por acto de magia.

Con el anillo y su desmedida ambición de riqueza (ya que solo es posible forjarlo si se está dispuesto a renunciar al amor), el enano domina a los de su especie, esos seres de las montañas, que en la mitología se relacionan generalmente con el oro y la muerte y la tecnología y la magia y los instrumentos musicales.


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¿Jota Erre no es acaso una novela absolutamente wagneriana? No solo por el argumento, también por el recurso del leitmotiv: las palabras o expresiones o interjecciones repetidas de los personajes que permiten identificarlos.

Además, es una novela completamente sonora: una construcción de voces que se elevan y voces que se entrecruzan y luego callan y se interrumpen constantemente unas a otras incluidos también los sonidos de la radio y la televisión. Un artefacto similar al rollo de pianola: colócalo y se ejecutará a la perfección, tal y como el pianista tocó la canción cuando grabó dicho rollo. (No olvidemos que antes de matar al pianista hay que asegurarse de que haga su trabajo.)
"[...] o si las lanzaderas tejieran por sí mismas y los plectros tocaran la cítara por sí mismos, sin una mano que los guiara, entonces, los arquitectos no necesitarían trabajadores y los amos no necesitarían esclavos."

Lo que enseguida me lleva a pensar en aquellos monos borgianos tecleando en una máquina de escribir durante toda la eternidad, y también en el azar y la desaparición de la conciencia de autoría.


Abre el libro y ejecuta la novela y notarás como si tuvieras entre manos un simulacro mágico: parece que el narrador haya desaparecido, solo escuchamos, interpretamos, deducimos. Tomamos la forma de lector-piano: una lectura exigente y satisfactoria para los ambiciosos, para aquellos que como Alberich buscan bajo las aguas literarias el oro del Rin.

Fascinante, también, el recurso para unir todas esas voces. Las suturas son deliciosas: un coche que pasa, una llamada telefónica, un viaje en tren, un encuentro casual nos trasladan de un escenario a otro, de una escena a otra.

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¿De qué habla la novela?

"Sobre un montón de cosas, es, no se puede saber sobre qué es un libro antes de que esté hecho, sobre eso es cualquier libro que valga la pena leer, solucionar problemas."



"O sea, justo desde el principio, que pensé que era un plan buenísimo pedirle prestado dinero a un banco, cuando descubrí que casi no se puede no pedirles dinero, hasta que ahora tienen como a todo el mundo cogido por los huevos, o sea, ¡lo que tendría que haber hecho es ir a por un banco desde el principio!"




"Dieciséis años, como vivir con un inválido, joder, dieciséis años, cada vez que entras ahí, sentado, esperando, igual que lo dejaste, mueve un palito, ahuecarle la almohada, cortar un párrafo, añadir una frase, darle la mano, joder, pequeña, calentarle la leche, añadir una coma, sales un rato a tomar el aire, paquete de cigarrillos, vuelves, exactamente igual que lo dejaste, ojos te siguen por toda la habitación, mueve su palito, tienes que imaginarte qué coño quiere, ahuecarle la almohada, joder, cambiarle la venda, leer en voz alta, cambiar una oración de sitio, limpiarle la barbilla, otro párrafo, joder, ojos te siguen cuando sales, te quedas una semana, te quedas un mes, todo el año, joder, pensar en otra cosa, joder, los amigos te preguntan cómo va, todos esperan que esté listo para salir algún día, no quieren malas noticias, no hay noticias, mejor que les cuenten mentiras, sonrisa enorme, cualquier día de estos, vas por la calle, joder, hay sol, empiezas a pensar que a lo mejor te lo encuentras, que a lo mejor ya está todo arreglado, has salido solo, vuelves, abres la puerta, joder, exactamente donde lo dejaste..."