rumiar la biblioteca: septiembre 2019

lunes, 30 de septiembre de 2019

Josep Palau i Fabra y Picasso

Josep Palau i Fabre, Querido Picasso, edición de Julià Guillamon, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2019)

Estuve leyendo un libro muy lindo de Palau i Fabre sobre Picasso, Querido Picasso. Es una especie de diario de sus entrevistas con Picasso, las entrevistas que le hacía para todos esos libros que escribió sobre él, al que iba a visitar a su casa en Francia cuando Picasso era ya bastante mayor y bastante conocido. Consigue transmitir la devoción o admiración que siente por Picasso, y lo cuenta todo con un sentido del humor muy irónico, pero con una ironía tierna. Me llamó la atención la minuciosidad de algunos detalles, como las horas precisas a las que intentaba ponerse en contacto con Picasso llamándolo a la casa, las horas a las que tomaba el autobús que lo acercaba hasta allí (cerca de Cannes, que es donde él paraba en un hotel cualquiera), y toda la frustración porque no era nada fácil verlo. Así y todo lo recibió muchísimas veces en su casa, le firmó un montón de libros y le regaló cuadros y cerámicas, entre otras cosas. Más allá de la anécdota, es un libro entretenido, con muchas fotos de las obras a las que se refiere a lo largo del texto y también fotografías tomadas allí por alguno de los presentes en las reuniones, que eran unos cuantos.
 "Agradecí a Jacqueline su gentileza, volviéndome a Cannes y, al día siguiente, a Barcelona, contento y decepcionado a la vez. Contento por la aguada y decepcionado por no haber podido ver a Picasso. Cuando, al cabo de unos días, mostraba la obra a alguien, no decía que no había visto a Picasso, no decía nada, dejaba planear el equívoco y la gente suponía que, puesto que llevaba un trabajo dedicado, yo lo acababa de ver. Se hubieran puesto demasiado contentos al saber la parte de mi fracaso y no quería darles ese placer."

lunes, 23 de septiembre de 2019

Germán Padinger conectado a la red

Germán Padinger, Britannica, Madrid, Magma (2019)

Britannica nos cuenta un futuro próximo donde Infopeek, el principal buscador en internet, ha tomado el poder y ya es capaz de guardar una copia de todas las mentes de las personas en una monstruosa y universal base de datos. La gente se conecta con un dispositivo y realiza un enhacement, procedimiento mediante el cual uno puede navegar dentro de su propia memoria o también puede transmigrar su mente para quedarse a vivir en la red. 
"Hay dos formas de usarlo. La primera es simple: te conectas con la ficha y usas una computadora para navegar por la información guardada en tu cerebro. La otra, mucho más excitante: te conectas directamente a la red y se te empiezan a cerrar los párpados. Cuando te dormís, vivís una fantasía adentro de la red. No te lo puedo explicar bien... es como, como uno de esos sueños en los que mil cosas se dan al mismo tiempo, sin narrativa que las una, y todo igual se siente bien."
Evidentemente hay retractores (los virgilios, gente que no duerme nunca y que organiza manifestaciones con pancartas que rezan "Infopeek = Aleph = End of humanity"), gente que realiza la transmigración completa, gente que acude a nuevas terapias donde a uno se lo encierra en una cámara sin comunicación alguna, gente que modifica el programa Wolfgang, en principio destinado a adivinar melodías, para predecir el futuro. Todo esto está contado mediante historias independientes que pivotan alredor de Infopeek, casi a la manera de libro de cuentos, con un tono liviano y sumamente simpático.
  

lunes, 16 de septiembre de 2019

Jorge Carrión y su biblioteca (una cita y una pregunta)

Jorge Carrión, Contra Amazon, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2019)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/contra-amazon/
"La lógica del mundo es mimética. Todo funciona por imitación. La originalidad de nuestra personalidad no es más que una combinación compleja de opciones que hemos ido tomando prestadas de diversos modelos. En mi biblioteca, que supongo que es la respuesta al vacío con que conviví en casa de mis padres, hay rastros de todas las bibliotecas públicas que he frecuentado desde niño. [...] Amigos, conocidos, futuros. Esas son las tres etiquetas que van a organizar mi biblioteca, decido ahora, mientras termino de escribir este ensayo, a partir del próximo mes, cuando reestructuremos la casa por motivos felices, familiares. La voy a desarticular para reinventarla. Voy a poner cerca de mí sólo a los autores y los libros con quien mantengo una relación de amistad más o menos íntima. Se quedarán (o ingresarán) en el estudio. Me rodearán, como ya lo hace su recuerdo o el de sus autores. En el comedor tendré a los conocidos, esos con quienes mantengo una relación de simpatía y de respeto. La mayoría de los libros que no he leído y que no sé si leeré serán donados, regalados, sacrificados; los que queden, en el pasillo, esperarán su turno, pacientes, lejanos, como personas a quienes no conoces y quienes nada ni nadie puede saber si algún día frecuentarás. [...] Convivir con una biblioteca personal significa saber que no te rindes, que siempre tendrás ante ti menos lecturas realizadas que lecturas por venir, que los libros en compañía son cadenas de significados, contextos mutantes, preguntas que cambian de entonación y de respuestas. Una biblioteca tiene que ser heterodoxa: sólo la combinatoria de elementos diversos, de relaciones problemáticas, puede conducir a un pensamiento propio." ("Desarticulo mi biblioteca")

Teniendo en cuenta esta disposición sentimental de su biblioteca personal, le pregunté a Jorge Carrión dónde colocaba sus propios libros, y me dijo que guardaba tres ejemplares de cada uno y que los tenía escondidos. ¿Para que no te los pidan?, le pregunté. Eso por un lado, me dijo, pero sobre todo por pudor, por no verme obligado a hablar de mis libros.

lunes, 9 de septiembre de 2019

J. G. Ballard o narrar el deseo

J. G. Ballard, El día de la creación (1987), traducción de Carlos Peralta, Barcelona, Minotauro (2003)

Este es un libro bellísimo que narra la creación de un deseo: Mallory, médico destinado en África en una localidad prácticamente abandonada a causa de la sequía, atestada de basura y amenazada por las guerrillas, se obsesiona con encontrar agua subterránea para que el lago Kotto vuelva a llenarse. Un día encuentra esa agua y poco a poco se va transformando en un río que no deja de crecer, que va inundando toda África y que llena de vida el continente. Pero Mallory, que se cree dueño del río y por eso mismo pide que se lo bautice con su nombre, tiene una relación bastante ambivalente con él. Como si el río fuera su propio yo. Por momentos quiere aniquilarlo, por momentos es el río quien quiere salvarlo.
"Como si olvidara toda esa actividad militar, el río alisó su superficie y se sumió en sí mismo, en aquellas secretas profundidades donde algo mío se había ahogado. Todavía sentía el agua corriendo por mis venas y reconocía los cambios que el río había impuesto en el reino del tiempo y en el de los sentidos. Sabía que mi obsesión con el río había provocado la muerte de la fotógrafa japonesa, y que su cuerpo yacía en el cementerio de la desierta misión católica, junto a los trabajadores de la compañía petrolera y al anterior gerente del garaje Toyota. Sin embargo, en mi mente ella y yo todavía nadábamos en aquella corriente brillante y llena de grava. Yo quería sumergirme en los grandes ríos del mundo, ser atraído a sus profundidades. Ya había imaginado que no quería matar al Mallory sino a mí mismo, y que el río creado por mí trataba, en realidad, de salvarme."
Entonces decide secuestrar una embarcación y navegar hasta el origen del río. Ese viaje, que hace junto a Noon, una niña de doce años, es una viaje al comienzo de los tiempos. Evidentemente se ven amenzados todo el tiempo por la policía que quiere recuperar el barco y por la guerrilla. Todos quieren servirse del río para sus propósitos. Incluso hay un tal Sanger que está filmando un documental. Mallory está cada vez más enloquecido y enfermo. Obsesionado con el río. Él cree que solo la niña comprende que el río y él son una misma cosa y por eso es la única persona en quien confía.
"Mientras remontábamos la corriente, mi deseo de destruir el río cedía paso a la creencia de que había algún secreto en la fuente del Mallory y de que solamente Noon me guiaría hacia él."

lunes, 2 de septiembre de 2019

Nick Land, el androide

Nick Land, Fanged Noumena, traducción de Ramiro Sanchiz, Barcelona, Holobionte (2019)
https://edicionesholobionte.com/fanged-noumena-vol-1-de-nick-land/

Leo a Nick Land y pareciera que un androide nos habla con un lenguaje supertecnificado, un androide que conoce la tradición filosófica, el psicoanálisis, el marxismo, un androide que ha leído a Antonin Artaud, a George Bataille, a Maurice Blanchot, a Deleuze y Guattari, que desconoce los límites entre géneros o que practica uno que a veces es poesía y otras algo así como teoría-ficción. 
"El deseo maquínico nos resulta inhumano porque desgarra las culturas políticas, borra las tradiciones, disuelve subjetividades y hackea los aparatos de seguridad, rastreando un tropismo sin alma hacia el grado cero del control. Por lo tanto, lo que se le aparece a la humanidad como la historia del capitalismo es un espacio artificial inteligente del futuro que nos invade y debe ensamblarse a sí mismo a partir de los recursos del enemigo. La digitomercantilización es el índice de un tecnovirus en escalada ciberpositiva hacia la singularidad tecnocapitalista planetaria: un traumatismo malicioso autoorganizante que guía virtualmente al complejo del deseo biológico completo hacia la usurpación replicadora poscarbono."