rumiar la biblioteca: Rosa Ribas
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lunes, 27 de mayo de 2024

Rosa Ribas, escritora

 

Rosa Ribas, Peces abisales, Barcelona, Tusquets (20249

https://www.planetadelibros.com/libro-peces-abisales/392342

Simpatiquísimo este libro inclasificable de Rosa Ribas, que a ratos puede leerse como un testimonio de su poética. Momentos biográficos, vergüenzas infantiles, complejos de periferia, reflexiones de una escritora que escribe a lápiz, que fue durante mucho tiempo extranjera y que acaba de volver a casa, para lo que tuvo que mover su biblioteca. 

"Como los hijos de los diplomáticos, he desarrollado una buena capacidad de observación, para aprehender las reglas de los nuevos lugares y adaptarme a ellos, arrastro conmigo la constante sensación de excentricidad, pero no en el sentido de ser estrafalaria, sino en el de tener el centro desplazado, una perenne desubicación que va de la mano de un profundo anhelo de raíces."

Escrito con esa ironía entre tierna y naif que nos arranca sonrisas cómplices, de prosa trabajadamente sencilla y próxima, este compendio de postales de escritor y de cómo este se construye se desliza agradablemente entre brazadas de profunda sabiduría cotidiana. 

"Uno de los motores de la escritura es la búsqueda de respuestas que sabes inalcanzables. Que deseas inalcanzables, ya que lo más probable es que sean triviales, que no estén a la altura ni de las preguntas ni de las hipótesis."


lunes, 15 de mayo de 2023

Rosa Ribas o la urbanización inquietante

 

Rosa Ribas, Lejos, Barcelona, Tusquets (2022)

https://www.planetadelibros.com/libro-lejos/348807

Una urbanización alejada de la capital, una que quedó a medio hacer una vez derrumbado el boom del ladrillo. Está habitada apenas, hay zonas que se vienen abajo, casas okupadas. Apenas un café, un badulaque y una gasolinera. Los pobladores decentes se ven a cada rato: reuniones de vecinos, fiestas. Dicen que se tienen que cuidar entre ellos, que los okupas son cada vez más. El ambiente es opresivo, a pesar de que están en medio del campo. 

"Cada vez que llega alguien aquí, le echo un vistazo, para ver quién es. Y qué tal es. Cuando llegaste ya había aquí una pareja que lleva unos meses ocupando un piso de la fase dos. Unos rumanos andan metidos en uno de los primeros bloques de esta parte. Por ahí [...] viven también dos familias que hasta tienen huerto y animales. Y por allá, tres chicos, me imagino que fugados... Ahora no somos tantos, pero han llegado a vivir por aquí hasta treinta personas. Y la mayoría son como tú y yo, discretos y precavidos, porque si no lo saben, se imaginan que los de la urbanización no nos quieren aquí."

Eso le dice el viejo Matías al protagonista masculino, un hombre que está fugado y no sabemos muy bien por qué. Ambos son okupas. Pero también está la mujer recién separada que trabaja todo lo que puede para cansarse lo antes posible e irse a dormir, una que vive con la gente decente, con la que poco a poco se va enemistando.

Apenas hay acción en esta novela de ambiente, un ambiente inquietante y electrizado con aires a Dogville. La prosa es neutra, de frase corta, con ciertos retazos irónicos cada tanto. Lo que viene a contarnos es la historia de una comunidad asfixiante y pretendidamente perfecta que se ve infestada por outsiders. Claro que la cosa se va complicando: hay muertos, una historia de amor, gente que se vuelve loca, niños perdidos. Rosa Ribas consigue mantener la tensión hasta la última página incluso cuando nada pareciera a su favor: personajes aparentemente rutinarios en un escenario semiderruido en medio de un páramo.