rumiar la biblioteca: Eduardo Halfon
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lunes, 10 de junio de 2024

Eduardo Halfon: ser judío y guatemalteco

Eduardo Halfon, Tarántula, Barcelona, Libros del Asteroide (2024)

https://librosdelasteroide.com/libro/tarantula


Con su ya característico tono confeso y su narrador autoficcional, escuchamos la voz de Eduardo Halfon contándonos un episodio de su niñez. Bueno, no era exactamente un niño, sino un preadolescente de trece años, es decir, cuando ya no se es del todo niño pero aún tampoco un jovenzuelo. Sabemos que la familia ya vive en Estados Unidos desde hace tres años porque en Guatemala hay guerra y hasta los niños saben qué es la guerra aunque no entiendan sus porqués. Y entonces el padre decide que los enviará a un campamento aquel verano. Eduardo no quiere ir, pero el padre impone su autoridad.

Resulta que el campamento es un campamento para niños judíos en Guatemala donde enseñan a los niños a ser judíos y a cantar canciones en hebreo. Todo parece inocente (hacen guardias, aprenden canciones, aprenden palabras en hebreo) hasta que tiene lugar una actividad (si se puede llamar a lo que ocurre "actividad" y no simplemente "aberración") sumamente escalofriante: el monitor simula que esos niños están en un campo de concentración y los trata como tales, porque es así como entenderán lo que significó un campo de concentración para el pueblo judío.

Aquella historia traumática viene contada mediante retazos: vamos sabiendo de a poco y así consigue que nos mantengamos atentos. Es capaz de irla desmenuzando y al tiempo comentando, pues su escritura no deja de ser un proceso de autodescubrimiento. Dice el narrador en un momento que es judío y además guatemalteco, a su pesar, aunque de niño odiara ser precisamente eso. Después de leerlo a mí me queda la impresión de que Halfon nos presenta lo judío como doloroso y cruel y lo maya como misterioso y sanador. 

"Que cuáles eran los libros que nunca había leído, me preguntó el periodista español, pero que más me habían influenciado como escritor. Una pregunta ridícula y a la vez genial, le dije a Regina. Y yo, sentado ante aquel periodista español, de inmediato supe mi respuesta. Tomé un sorbo amargo de expreso y me quedé saboreándolo más de lo necesario, por puro drama. La Torá y el Popol Vuh, le dije a Regina. Aunque jamás los he leído, no hay dos libros que, como hombre y como escritor, me hayan marcado más. Y es que no necesito leerlos, le dije, pues los he llevado siempre conmigo, escritos ambos en alguna parte muy dentro de mí. El libro de los judíos y el libro de los guatemaltecos, si se me permite esa simplificación, y si es que se les puede llamar libros a esas dos obras monumentales que representan y definen las dos grandes columnas sobre las cuales está construida mi casa. Pero una casa que yo, por alguna razón, desde niño necesitaba destruir o al menos abandonar."

lunes, 14 de octubre de 2019

Eduardo Halfon y la literatura como truco (citas)

Eduardo Halfon, El boxeador polaco, Barcelona, Libros del Asteroide (2019)
http://www.librosdelasteroide.com/-el-boxeador-polaco


"La literatura, escribió Platón, es un engaño en el que quien engaña es más honesto que quien no engaña, y quien se deja engañar es más inteligente que quien no se deja engañar." ("Lejano")
"La literatura no es más que un buen truco, como el de un mago o un brujo, que hace a la realidad parecer entera, que crea la ilusión de que la realidad es una. O tal vez la literatura necesita construir una realidad destruyendo otra [...], es decir, destruyéndose a sí misma y luego construyéndose de nuevo a partir de sus propios escombros." ("Discurso de Póvoa")

lunes, 28 de agosto de 2017

Eduardo Halfon y la memoria

Eduardo Halfon, Duelo, Barcelona, Libros del Asteroide (2017)
http://www.librosdelasteroide.com/-duelo

Si acaso este libro trata sobre algo quizá sea sobre la memoria, sobre la falsedad de la memoria y la fragilidad de su construcción. También sobre un viaje al pasado, a los recuerdos que se encarnan como fantasmas en un escenario a veces tan onírico que enseguida acuden reminiscencias de Juan Rulfo.

"Y yo me convencí a mí mismo de que no los estaba engañando, de que no era mentira, de que esa versión de la historia alguna vez había sido verdad, al menos para mí."
Por lo demás, encontramos a Eduardo Halfon en estado puro: prosa meditativa y escritura de autoficción. 

lunes, 28 de marzo de 2016

Mapa del nuevo cuento latinoamericano II


[Artículo publicado en Quimera. Revista de Literatura, n.º 387, febrero de 2016: http://www.revistaquimera.com/2016/01/20/no-387-febrero-de-2016/]


La reflexión y la autoficción


Alejandro Zambra (Mis documentos, Anagrama): De frase sencilla y por momentos casi aniñada, de respiración pausada, Zambra trabaja una autoficción llamémosla histórica o político-histórica, con reflexiones intimistas y atentas a las problemáticas de los chilenos de su generación: la revalorización del pasado de la dictadura y el análisis de las reacciones de los padres que vivieron como adultos durante esa dictadura. También aborda las relaciones de pareja y las relaciones personales en general.


Carlos Labbé (Caracteres blancos, Periférica): Labbé destila una prosa poética a ratos, filosófica-meditativa, confesional-reflexiva a la manera de Piglia (si eso quiere decir algo). Abundan los sueños, las máquinas, la metaficción, la autoficción encubierta y sobre todo el imaginario borgiano.


Rodrigo Hasbún (Cuatro, El Cuervo): El estilo de Hasbún es de períodos de inmersión lenta, de frases largas pero transparentes. Quizá lo emparentaría con una prosa filosófica aunque realista-costumbrista al tiempo, es decir, más relacionada con el realismo o sus variantes. A juzgar por estos cuatro cuentos, podríamos decir que a Hasbún le interesan los problemas de familia, las relaciones personales y sus consecuencias. También trabaja la autoficción y la metaficción.


Eduardo Halfon (Signor Hoffman, Libros del Asteroide): Si de autoficción hablamos, Halfon es el exponente más aventajado. Signor Hoffman puede leerse como una novela de viajes, donde la problemática de la identidad judía y a la vez latinoamericana es quizá uno de sus intereses más claros. La prosa de Halfon es directa, sencilla y reflexiva, pues constantemente pone de manifiesto la relatividad de nuestras verdades.


Juan Carlos Méndez Guédez (Ideogramas, Páginas de Espuma): La voz de Méndez Guédez es susurrante, sencilla pero directa y persistente. Hipnotiza sin aspavientos. Los cuentos de este volumen trabajan la autoficción en relación con la condición del inmigrante, algo no demasiado ficcionalizado en la tradición de la literatura escrita en español. Digamos que su prosa oscila entre el realismo norteamericano y el monólogo caribeño. 




Raros


Guadalupe Nettel (El matrimonio de los peces rojos, Páginas de Espuma): Con una prosa contundente y aparentemente sencilla, Nettel va adentrándonos en situaciones que se van tornando inquietantes a pesar de tratarse de asuntos de lo más cotidianos. Un agradable aire de Alice Munro va soplando. Podríamos aventurar que sus intereses se centran en las relaciones de pareja, las relaciones familiares y la psicología propia de las mujeres y su relación con el cuerpo. En este caso, los animales funcionan como contrapunto y reflejo de las situaciones narradas.


Patricio Pron (Trayéndolo todo de regreso a casa, El Cuervo): Digamos que su prosa, de períodos largos, de ironía soterrada, se acerca mucho más a lo vilamatiano-borgiano y a la literatura centroeuropea. Pron es un raro, un raro feliz. Trabaja la metaficción con maestría y  notamos guiños, homenajes y conversaciones con diferentes escritores todo el tiempo, pues nunca menosprecia al lector, de quien espera un cómplice. Pareciera que su trabajo narrativo está bastante lejos del fantasma del realismo.


Carlos Yushimito (Los bosques tienen sus propias puertas, Demipage): De prosa exuberante y elegante a un tiempo, Yushimito prefiere lo fantástico, lo onírico, lo metaliterario y los insertos. Resulta sumamente interesante que en algunos de sus cuentos, sobre todo aquellos que se acercan más a nouvelles, se perciba cierta hibridación de géneros y a la vez un elaborado reflejo del fondo en la forma, lo que realza un tratamiento de la estructura notable y original.




La serie completa:
Mapa del cuento latinoamericano I
Mapa del cuento latinoamericano II
Mapa del cuento latinoamericano III 

lunes, 6 de octubre de 2014

Eduardo Halfon o Israel interrogado

Eduardo Halfon, Monasterio, Barcelona, Libros del Asteroide (2014)
http://www.librosdelasteroide.com/-monasterio

Novela de reflexión o meditación o de intimista introspección construida con recuerdos hilvanados a colación de un viaje a Israel, al origen, a las raíces de lo que se supone la identidad y la epifanía allá esperada y no sentir nada.
"Me acerqué. Estiré una mano con discreción, con cuatela, como si estuviese haciendo algo prohibido, y lo toqué. Quería sentir algo, lo que fuera, cualquier cosa. No sentí más que piedra."

De prosa certera y bien tejida, deliciosa a ratos pero sin titubeos decorativos, asistimos a escenas de desconocimiento, intolerancia, no comprensión, pero sobre todo prevalece una postura distanciada del fanatismo. Allí la pesadilla del Holocausto pero allí también el incomprensible odio al árabe. Valiente este narrador que cuestiona todo resquicio: alguien dijo que cualquier premisa llevada a su extremo se convierte en la contraria.

"Pues si es así, dijo, usted está siendo más intolerante que ellos. Me quedé callado. Le guste o no, dijo, lo acepte o no, usted es tan judío como ellos. Dijo: es así. Dijo: Esa es su herencia. Dijo: Lo lleva en la sangre. / Se me ocurrió, viendo a mi hermano de pie frente a todos los edificios grises de Kiryat Mattersdorf, que ese discurso del judaísmo llevado en la sangre, que ese discurso del judaísmo no como religión sino como genética, sonaba igual al discurso de Hitler."


Bien alejada de lo tendencioso, Monasterio nos invita al cuestionamiento constante sin prejuicios ni pelos en la letra ni violines naifs, pero el acento recae en el ejercicio mismo de dudar, no la certeza en sí. Porque a cada página consigue exponer la ambigüedad. Relativizar y subrayar a un tiempo. Y celebro ese acierto.

Os dejo una entrevista con el autor gentileza, una vez más, de Canal-L: