rumiar la biblioteca: Mardulce
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lunes, 10 de febrero de 2025

Andrea Márquez y la economía de la lengua conyugal (cita)

 

Andrea Márquez, Plan de parto, Buenos Aires, Mardulce (2023)

https://www.mardulceeditora.com.ar/product/plan-de-parto/

"Me manda un guiño por whatstapp. Está abajo viendo la tele y seguro tiene ganas de coger. No le constesto a propósito, para ver si logro adivinar lo que sigue. Guiño, guiño. Conmovedor. La economía de la lengua conyugal debería ser tenida en cuenta para el desarrollo de la inteligencia artificial, del lenguaje por venir. Le contesto con un emoticón de perro. [...] Últimamente creo que solo hablamos por whatsapp, con caritas y flechas. Pinturas rupestres. Cuando estamos en la misma habitación, las palabras se vuelven pesadas como el plomo; nuestra comunicación se parece a intercambiar utensilios de piedra como lo harían dos criaturas paleolíticas, objetos contundentes y fatigosos que se hunden en el fondo del mar sin hacer ruido. Desde hace rato ya. Empezamos a hablar una lengua sin pliegues ni metáforas, como extranjeros, hecha de nombres indispensables y omitiendo las preposiciones, las marcas temporales de los verbos, los conectores causales. Puro lenguaje instrumental de dos que señalan."

lunes, 25 de julio de 2022

Damián Tabarovsky o narrar es comentar

 

Damián Tabarovsky, El momento de la verdad, Buenos Aires, Mardulce (2022)

https://www.mardulceeditora.com.ar/wp/product/el-momento-de-la-verdad/

Un narrador que observa desde "la mira", tal vez un panóptico, pero no, porque no sabemos si lo mira todo, no es del todo un narrador omnisciente. Un narrador sin cuerpo que solo es mente, o mejor, que solo es escritura: comentarios y razonamientos y devaneos sobre cómo eso que es podría ser. 

Así, leemos por ejemplo reflexiones sobre la escritura ("Pensar y escribir son lo mismo (se piensa con la punta de los dedos)"); sobre el mercado ("el discurso de nuestro enemigo que se propaga por todos los canales para volverse sentido común"); sobre la memoria ("Tal vez sea la memoria lo que le restituye al pasado su incompletud, y lo vuelve así posible para nosotros"), sobre el acto de narrar ("Narrar es comentar, es un comentario interpretativo [...]. La interpretación es un arma"). 

Un libro, por supuesto, a caballo entre lo narrativo y lo ensayístico, o entre lo narrativo, ensayístico y programático:

"Cae una hoja de un árbol y entretanto, ante la mira, pienso que tal vez no hice otra cosa en mi vida que escribir manifiestos. Proclamas. O, mejor dicho, programas. El aspecto programático de toda narración, de todo pensamiento: si falta eso, el texto ya no tiene interés para mí."

Pocos autores como Tabarovsky consiguen desnudar al narrador de toda figuración y construir una narración que concatena ensayo, reflexiones sobre qué significa escribir y cómo la literatura es capaz de convertirse en arma contra el mercado.

lunes, 21 de septiembre de 2020

Cynthia Ozick: escritores, monstruos y fantasmas

 

 

Cynthia Ozick, Críticos, monstruos, fanáticos y otros ensayos literarios (2016), traducción de Ariel Dilon, Buenos Aires, Mardulce (2020)

http://www.mardulceeditora.com.ar/ensayo.php

Cynthia Ozick define a los escritores como monstruos, es decir, esos seres que difícilmente encajan con la gente común. Cualquiera que haya tenido que dar explicaciones de por qué prefiere quedarse en casa leyendo a irse de fin de semana entenderá perfectamente a qué se refiere. Un escritor-monstruo ha montado su vida a partir de la escritura y la lectura, y si eso no existe es como si él no existiera, como si muriera. Debería construirse desde otro lugar, convertirse en otra persona. A eso se refiere el tópico de "si no escribiera querría morir", porque de verdad que tendría que morir, al menos metafóricamente, ya que la vida tal y como la ha concebido perdería el sentido, se desmoronaría por completo si la literatura no estuviera allí. Tendría que construirse otra identidad y eso es algo que da mucho trabajo. 

Hay además otra cuestión a propósito de quiénes son estos escritores-monstruos. El escritor es tal solo cuando está escribiendo, el resto es una máscara con funciones meramente prácticas o sociales. Se puede decir que el escritor es la encarnación más literal de Jekyll y Hide. Ozick plantea estas cuestiones en "Escritores, visibles e invisibles", y vale la pena copiar algunos párrafos:

"Los escritores son seres ocultos. Uno nunca se los encuentra; o bien, si alguna vez usted cree estar viendo a un escritor, teniendo una discusión con un escritor, o escuchando una charla dada por un escritor, entonces puede estar seguro de que todo ha sido una equivocación. [...] Los escritores solo son lo que auténticamente son cuando se encuentran trabajando en la silenciosa e instintiva celda de la soledad fantasmal, y nunca cuando están afuera conversando industriosamente en la terraza."

De modo que el escritor tiene dos caras: la social y la fantasmal. La cuerda y la arrebatada por la locura del arte. Ozick le da un vuelco al asunto y cree que la locura del escritor está del lado de la sociedad, de la multitud, no del lado del que teclea escondido, invisible, como un fantasma.

"La locura del arte [...] no está en el arte, sino en la enloquecida y enloquecedora multitud, donde todas las formas de visibilidad se codean entre sí, mientras los fantasmas se sientan a solas ante sus mesas de escritura y escriben, escriben, escriben, como si la necesaria transparencia de sus almas dependiera de ello."

Qué preciso eso de buscar la "transparencia de las almas", porque ¿quién demonios es el escritor? Sabemos que no es el que está hablando en la terraza, pero tampoco es fácil conocer realmente la identidad de ese fantasma cuando está escribiendo, cuando es escritor. Lo bueno del asunto es que parte de esa esencia queda plasmada en la escritura. Piensen en aquello que decía Blanchot de la imposibilidad de leerse a sí mismo pero trasladado a la identidad: oh, alma resbaladiza, insondable, fantasmal, que el escritor-monstruo se empeña en volcar hacia fuera.

lunes, 8 de julio de 2019

Pier Paolo Pasolini o el neorrealismo en la novela

Pier Paolo Pasolini, El sueño de una cosa (1962), traducción de Guillermo Piro, Buenos Aires, Mardulce (2019)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

El sueño de una cosa nos cuenta la historia de un grupo de jóvenes para quienes todo es nuevo y aún están llenos del entusiasmo de la juventud. En tono realista, costumbrista y casi documental, con ese aire a neorrealismo italiano, donde el paisaje también es uno de los protagonistas, la novela narra el ambiente empobrecido de la posguerra mundial. Los muchachos sueñan con huir de la pobreza, por eso viajan a Yugoslavia en busca de trabajo y descubren que el comunismo no es precisamente lo que imaginaban: pasan mucha hambre y no es fácil conseguir cartilla de racionamiento. Entonces vuelven a Italia.
"Cuando la revolución la hagamos nosotros dijo Germano, las cosas no serán como acá."
Enseguida vemos la escena de una manifestación contra los terratenientes. De hecho, El sueño de una cosa iba a llamarse Los días de la resolución De Gasperi, en referencia a los intentos de llegar a un acuerdo entre campesinos y terratenientes en marzo de 1946 a fin de otorgar ciertas ayudas a los campesinos que aún sufrían las consecuencias de la guerra. La novela se planteaba narrar esos hechos.

Pero la parte final nos enseña un fresco del cambio de los tiempos: los viejos despotrican contra los jóvenes que han olvidado las costumbres del decoro. La novela narra los amoríos de los jóvenes, amoríos frescos, como si el mundo acabara de ser creado.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Damián Tabarovsky: Un fantasma del futuro

Damián Tabarovsky, Fantasma de la vanguardia, Buenos Aires, Mardulce (2018)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ensayo.php

[Publicado en Revista de Letras, el 09/11/2018]

En la línea de Literatura de izquierda (2004), o mejor, como la continuación de dicho programa para el futuro de la literatura, nos llega Fantasma de la vanguardia (Mardulce, 2018) de Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967), un ensayo que toma la forma de manifiesto o de discusión polémica y cuya lectura provoca eso mismo en quien lo tenga entre manos (cosa, por otra parte, que debería conseguir todo ensayo que se precie): un replanteamiento de los postulados con que tendemos a pensar la literatura, su papel en el mercado, su circulación y publicación, y la posibilidad de construir una literatura que desestabilice el presente y dialogue con el porvenir.
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lunes, 20 de noviembre de 2017

Pablo Maurette y las cosas del tocar

Pablo Maurette, El sentido olvidado, Buenos Aires, Mardulce (2017)
http://www.mardulceeditora.com.ar/philos.php

[Publicado en Revista de Letras el 20/11/217]

En la era del oculocentrismo, es decir, del privilegio de la vista por encima de todos los demás sentidos al que nos tiene acostumbrados nuestra cultura occidental desde el principio de los tiempos, no deja de llamar la atención un ensayo sobre el tacto o lo háptico, un recorrido por la literatura que privilegia las cosas del tocar.
Pablo Maurette (Buenos Aires, 1979), escritor, guionista cinematográfico y profesor de literatura en la Universidad de Chicago, nos trae El sentido olvidado: ensayos sobre el tacto de la mano de Mardulce, con prólogo de José Emilio Burucúa, que complementa con representaciones pictóricas aquello que viene a decirnos el autor: el sentido del tacto es “la única forma del sentir que el ser humano no puede perder”; también “la única variedad del sentir que no está localizada en un punto u órgano específico del cuerpo”, y “el único sentido que se desdobla”, pues “cuando nos tocamos estamos a la vez tocando y siendo tocados”.


lunes, 9 de octubre de 2017

Cynthia Ozick o no hay que rendirse demasiado rápido

Cynthia Ozick, La galaxia caníbal (1985), traducción de Ernesto Montequin, Buenos Aires, Mardulce (2017)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

[Publicado en Revista de Letras el 04/10/2017]

Cynthia Ozick (Nueva York, 1928) dice que escribir es una especie de “locura alucinatoria” de la que no se puede escapar, y tal vez por eso sus textos exhalan autenticidad e ironía, erudición y algo de alocamiento. Ella es maestra del desparpajo filoso y de servirse de metáforas sorprendentes, pues suele construirlas con lenguaje cotidiano de trazo certero. Rasgos estos que encontramos ya en La galaxia caníbal, segunda novela publicada originalmente en 1985 y por fin traducida al castellano de la mano de Mardulce, novela que viene a confirmar que Cynthia Ozick construyó su voz, desde el comienzo, con decisión y originalidad. Es cierto que suele contarnos historias que implican el Holocausto o la condición de extranjero, cuyos personajes acostumbran a relacionarse con el arte o con la intelectualidad. Esta novela no se aleja de ello, por eso se la agrupa generalmente con la narrativa judía norteamericana: un tono bastante próximo a la ironía triste de Saul Bellow.
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lunes, 29 de mayo de 2017

Marguerite Duras: el tiempo impasible

Marguerite Duras, La vida tranquila (1944), traducción de Alejandra Pizarnik, Buenos Aires, Mardulce (2017)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

[Publicado en Revista de Letras, 24/05/2017]

Si se dice que la segunda novela de todo escritor tiende a ser una novela fallida, he aquí la excepción que confirma la regla, pues La vida tranquila es una bellísima segunda novela de Marguerite Duras (1914-1996), publicada originalmente en 1944 y ahora reeditada por Mardulce en traducción de Alejandra Pizarnik. “Escribe, no hagas nada más”, le aconsejó Raymond Queneau después de leerla. Más influenciada por las lecturas de Faulkner y Hemingway que por el nouveau roman y el relato autobiográfico con que construiría sus escritos posteriores, La vida tranquila está narrada en primera persona, la voz de una joven que sabe que ha dejado la infancia cuando se da cuenta de que ha perdido la capacidad de olvidar.
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lunes, 26 de diciembre de 2016

Damián Tabarovsky o cómo narrar post-desaparecidos

Damián Tabarovsky, El amo bueno, Buenos Aires, Mardulce (2016)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

[Publicado en Revista de Letras el 23/12/2016]
“Es difícil oponerse al amo bueno, la violencia que ejerce ya no es violenta, al contrario, es una violencia pacífica, la fuerza tranquila, el método del diálogo, el consenso hueco, la conversación como horizonte último de la época.”
Que nadie se espere de El amo bueno de Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967) una novela al uso, es decir, una novela como un espejo a lo largo del camino. Aquí hay espejo pero está dentro del discurso. O también: un espejo refractado y enseguida reconstruido de varias cosas: el pensamiento, la memoria, el lenguaje, varios fantasmas de la historia. El amo bueno es la narración de un discurso reflexivo (en el sentido de reflexión pero también de reflejo). Esto es: un devenir más bien ensayístico de ciertos pensamientos que van hilándose como se hilan los devaneos: por vasos comunicantes, por recurrencias, por contraposición.

lunes, 4 de julio de 2016

Cynthia Ozick y la intimidad del ensayo

Cynthia Ozick, Metáfora y memoria, traducción de Ernesto Montequin, Buenos Aires, Mardulce (2016) 

[Publicado en Revista de Letras el 01/07/2016]
Voy a hablar de este pequeño tesoro de verdades íntimas: Metáfora y memoria, de Cynthia Ozick (Nueva York, 1928), editado por Mardulce y traducido por Ernesto Montequin, una recopilación de sus ensayos que calificaré de delicia, aunque se discrepe en muchas de sus ideas y puntos de vista. Delicioso, pues su escritura está aquí tan presente como en sus obras de ficción. Confieso que descubrí la escritura de Ozick con Los papeles de Puttermesser, una novela alocada y divertidísima, y me enamoré a la primera. Enseguida siguieron otras lecturas porque el enamoramiento tiene algo de obsesivo-compulsivo y también de ansioso, de entrega que roza lo fanático. Ella practica la ironía de Austen, la charlatanería de Bellow, un humor delicado y un espléndido desparpajo. Sigue leyendo

lunes, 12 de octubre de 2015

Cynthia Ozick o la libertad

Cynthia Ozick, Los papeles de Puttermesser (1998), traducción de Ernesto Montequin, Buenos Aires, Mardulce (2014)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php?&p=2

Oh, sí, sí, sí, la voz de una mujer irónica, inteligente, cínica, que siente atracción por los jovencitos, que anhela la justicia universal, que se sabe lista y aplicada, que lee con pasión y hasta obsesión, que trabaja el lenguaje con minucia, con aires de tragedia griega, de novela rusa, de tradición judía, que aborda el asunto de la inmigración (y el humor, señores, ¡el sentido del humor!), que construye una novela ambiciosa con diferentes materiales y un montón de cosas más. De todo.

Los papeles de Puttermesser narra algunos episodios de la vida de Puttermesser, una mujer de carne y hueso, una heroína inteligente y cínica, práctica y a la vez ambiciosa y soñadora. Pero
 "No hay que considerar a Puttermesser como un artefacto, sino como una esencia. ¿Quién la creó? A nadie le importa. De ahora en adelante, Puttermesser será presentada como una premisa."

En apenas cinco episodios, Puttermesser se ha convertido en una adorable compañera de viaje. Escenas descabelladas y siempre en conversación con otras escrituras. Después de presentárnosla brevemente y contarnos que se trata de una eficiente abogada que trabaja en una oficina del Estado, la vemos construir una golem que está a su entera disposición; luego se enamora a la manera de George Eliot; más tarde recibe a una prima de Moscú recién salida de la perestroika, y, por último, revive amores juveniles en el Paraíso.

Una novela deliciosa y alocada de una mujer que apenas se acerca a los tópicos a los que nos tienen acostumbrados, y en todo caso, cuando se refiere a ellos, es para tratarlos con absoluta ironía y libertad. 

Una auténtica y maravillosa escritura de la libertad.

lunes, 4 de agosto de 2014

Ariana Harwicz o instrucciones para leer La débil mental

Ariana Harwicz, La débil mental, Buenos Aires, Mardulce (2014)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php

Instrucciones para leer La débil mental:

1. Meta la cabeza en un cubo de agua. Aguante. Si es posible, agénciese algún voluntario que le impida levantar la cabeza del agua hasta que usted se ponga verdaderamente violeta (o violento). Siempre hay voluntarios para eso. ¿Suena a tortura? No se inquiete, este es un ejercicio que se practica asiduamente en muchísimos talleres de teatro.

"Qué se puede entender por fuera de esta asfixia."

"Ya no puedo pensar en nada más. Ya no siento mi cerebro mío."

2. Tome aire y siga. El lenguaje sinestésico favorece experiencias únicas. Recuerde usted Las criadas de Jean Genet y rondará bien cerca de estas dos protagonistas desquiciadas y mamíferas en grado sumo. Rememore también Las primas de Aurora Venturini. Son dos animalitas. Perversas también, si no fuera que la perversidad está relacionada con la inteligencia y con la conciencia de esa perversidad.

"Tengo esta manía de embrutecerme."
 "Estoy echada como un mamífero con las orejas lanudas sobre los ojos."


3. Pero no se amedrente: las almas inocentes van al cielo y la prosa es salvaje y linda. 

"Lo escuché con la reverencia y el sobrecogimiento de una débil mental que se nubla y se pierde en mil detalles a su alrededor, una plaga de microbios sobre la explanada."

lunes, 24 de febrero de 2014

Selva Almada: el realismo arrasa

Selva Almada, El viento que arrasa, Buenos Aires, Mardulce (2012)
http://www.mardulceeditora.com.ar/ficcion.php?&p=2

Novela que es realismo de corte norteamericano, y es pincelada y comedimiento; novela que nos instala en el punto de inflexión, con el conflicto desplegado, ¿para qué andar perdiendo tiempo con introducciones?, ni perder la paciencia, ni la acción.

Al reverendo Pearson se le rompe el auto en medio de un viaje al que le acompaña su hija. Dan con un taller para repararlo: les llevará todo el día. En esas horas de espera transcurre la novela, en medio de un páramo con aires rulfianos, angustiados por el calor, que todo lo embrutece o lo desfigura, que favorece un repaso de lo hasta entonces acontecido, por obligación al tener que conversar y explicarse; por inercia porque el coche se ha detenido y con él el camino del reverendo y su hija, ¿de dónde venía yo?
El joven que tiene a cargo el mecánico se convertirá poco a poco en protagonista.

Interesante la trama, que sobre todo al principio se estructura con saltos temporales muy estimulantes para el lector. Pero lo que abunda en su prosa y su voz y su estilo es la asepsia: neutralidad, discreción.

"De repente deseó que el Gringo no arreglara nunca el auto y que el hombre y su hija se quedaran con ellos para siempre. ¿Qué iba a ser de él cuando se marcharan? No era un changuito para correr detrás del coche, berreando, como lo había hecho atrás del camión que se llevó a su madre."

Una entrevista con Beatriz Sarlo para Revista Ñ:

http://www.clarin.com/rn/Sarlo-Almada-Dos-generaciones_3_895740435.html