rumiar la biblioteca: Liudmila Ulítskaya
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lunes, 10 de agosto de 2015

Liudmila Ulítskaya o el lector intérprete

Liudmila Ulítskaya, Daniel Stein, intérprete (2006), trad. de Marta Rebón, Barcelona, Alba (2013)
http://www.albaeditorial.es/php/sl.php?shop.showprod&nt=7455&ref=97884-84288602&fldr=0#.Vb4Mkvl9lko

Recopilar y rellenar, inventar cuando lo necesita la novela, hacer collage con documentos, cartas, entrevistas, notas oficiales y todo aquello necesario o disponible o no tanto para que el lector interprete. Lector intérprete, como Daniel Stein, de cuya historia versa este texto, un judío polaco que siempre estuvo del otro lado, del lado de la dificultad. Cuando los nazis, fue intérprete de la Gestapo; cuando se fue a vivir a Israel, un sacerdote católico. Todo al revés. 

Por eso la misma Ulítskaya que también es personaje/comentarista de eso que viene construyendo, dice:
"Me reservo el derecho, como siempre, al fracaso rotundo. Tal vez sea el mayor lujo que se pueda permitir un autor en esta época de relaciones de mercado."

Pero diríase que con Daniel Stein Ulítstkaya construye (o deconstruye) un lúcido recorrido por los que ya son mitos del siglo XX: Segunda Guerra Mundial, Holocausto, Israel.
Un libro excelente.


"[...] la misma existencia de Israel no se garantiza sino con la perpetua resistencia al amenzante mundo árabe."


"[...] cualquier actividad intelectual puede ser considerada un acto terrorista contra los cánones establecidos, tanto en el campo de la ciencia como en el de la cultura y en el de la sociología."


"Pensé que esta división tan sencilla, entre nazis y judíos, entre asesinos y víctimas, entre buenos y malos, en realidad no era tan sencilla."


lunes, 11 de mayo de 2015

La novela deejay III

Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.

Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con el post La novela deejay y La novela deejay II utilizando una página de Mentiras de mujeres de Liudmila Ulítskaya como reflejo de mi propio humor anarcofeminista que de tanto en tanto ataca rotundo y se inmiscuye en las reuniones de amigas: