rumiar la biblioteca: Alberto Laiseca
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lunes, 24 de abril de 2017

Alberto Laiseca, el monstruo iluminado

Alberto Laiseca, La hija de Kheops, Barcelona, Tusquets (2006)
https://www.planetadelibros.com/libro-la-hija-de-kheops/88693

Creo en la iluminación, no en la inspiración.
El faraón tiene un sueño y el astrólogo lo interpreta: debe construir la pirámide pero no estará enterrado allí sino en el vértice de la sombra que dará la pirámide a cierta hora del día. El arquitecto, Tofis, es un loco obsesionado con los mosquitos a quien el astrólogo Cetes protege a toda costa, porque es el único que aún conoce la tradición.
De modo que mientras se va construyendo la pirámide, la novela nos presenta un imaginario fresco de aquella sociedad: la Casa de los Locos, la biblioteca secreta del mago, el ejército y su organización, los esclavos, los pescadores y campesinos, los matrimonios, las casas de prostitución y todo tipo de costumbres sexuales, etcétera, todo engarzado con una prosa irónica, creativa, directa, de delirio contenido y de cuento tradicional del tipo Las mil y una noches
Una novela sorprendentemente narrativa (teniendo en cuenta que es Laiseca) y encantada. Una novela divertidísima, pues el humor atraviesa toda la escritura. ¡Y qué humor! Un humor que trabaja por acumulación.

"¿Por qué lo amos no serán más claros? Cuánto más fácil sería la vida si cada tanto a ellos no se les ocurriesen excentricidades ininteligibles. Es más sencillo aprender a leer que captar los deseos de un amo."


lunes, 21 de abril de 2014

Sobre el estilo y el plagio: Macedonio, Laiseca y Barthes

Macedonio Fernández
Museo de la novela de la eterna,
Buenos Aires, El Corregidor (2012)
Macedonio Fernández: "Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo han dicho, repuso quizá desde la vieja, hendida nada. Y comenzó. / Una frase de música del pueblo me cantó una rumana y luego la he hallado diez veces en distintas obras y autores de los últimos cuatrocientos años. Es indudable que las cosas no comienzan; o no comienzan cuando se las inventa. O el mundo fue inventado antiguo".








Roland Barthes, El susurro del lenguaje (1984),
trad. de C. Fernández Medrano,
Barcelona, Paidós (2009)
Roland Barthes: "[...] considerar los rasgos estilísticos como transformaciones, ormaciones, bien derivadas de fórmulas colectivas (de origen ilocalizable, a veces literario, a veces preliterario), o bien, por juego metafórico, formas idiolectales; en ambos casos lo que debería dominar el trabajo estilístico es la búsqueda de modelos, de patterns: estructuras frásticas, clichés sintagmáticos, comienzos y cierres de frases; y lo que debería animarla es la convicción de que el estilo es esencialmente un procedimiento de la cita, un corpus de trazos, una memoria (casi en el sentido cibernético del término), una herencia basada en la cultura y no en expresividad".




Alberto laiseca, Por favor, ¡plágienme!(1991),
Buenos Aires, Eudeba (2013)
Alberto Laiseca a mansalva.

Sumamente interesante este pequeño manual del plagiador, que teoriza y reflexiona sobre el plagio y a continuación desarrolla una serie de ejercicios plagiantes, los Apéndices, todo condimentado de injertos laisecos, escaladas delirantes y tremendo humor.


"Si lográsemos inventar un estilo podríamos plagiar a gusto: porque con estilo, las ideas y hasta las imágenes viejas se presentan de manera nueva y las nuevas, si surgieran, seríanlo doblemente".

"La creación consiste en plagiar el plagio." 

"El que plagia a uno es plagiario. El que plagia a muchos es un erudito."

"Bueno es plagiar al plagiario, pero aún lo es más plagiar el propio plagio."

"Generalmente un autor no habla de plagio, de la misma forma que las personas sanas no hablan del cáncer."

"Se ha dicho que un hombre no merece el título de artista hasta que no ha sido plagiado por lo menos siete veces."

"¿Desea agregar alguna otra cosa? Sí, un plagio: 'plagiarios del mundo entero: uníos'."

lunes, 17 de febrero de 2014

Alberto Laiseca y el realismo delirante

Alberto Laiseca, Su turno (1976), Buenos Aires, Mansalva (2010)

Se llama a sí mismo "el monstruo" (su blog: http://albertolaiseca.blogspot.com.es/), este personaje tan carismático y simpático como su escritura, un delirio de miles de ojos, un tirar del hilo a fuerza de ocurrencias y excentricidades, como podría decirse de la mitología de todos los tiempos y de todos los lugares, donde los personajes a primera vista aparecidos sin venir a cuento, reaparecen más tarde para cerrar la historia y darle cierta coherencia.
Porque a pesar de que en un primer momento esto parece una broma surrealista y absurda (y en buena parte lo es), por lo visto se llama realismo delirante, según terminología del autor, un método con el que destripar y juguetear con el género negro y el romántico y el de terror, y hasta se podría decir que con absolutamente todos los géneros populares, y no sé yo cómo consigue finalmente dar colofón y aplauso y en cierta medida continuidad a eso que a primera vista se desmadra tanto que parece imposible enderezarlo.

Leemos frases como estas:

"En toda la vida del comisario inspector delirante John Craguin, cuyo pontificado transcurre principalmente en la época de la Ley Seca, tuvieron lugar irrupciones de espacio-tiempo con sucesos de los tiempos venideros que se entremezclaban con los de su presente. Luego las retrograbaciones del futuro desaparecían, pero quedaba la metafísica que indujo. Exactamente como ocurre en la realidad sin que nos demos cuenta."

"No es pecado alguno robar y matar, ambas cosas son ponderables humanamente, como dijo alguien: lo inconcebible es destruir la cerveza: aunque sea la del enemigo."

Por supuesto que el humor es el componente principal de toda esta locura, que comienza con el asesinato de un sindicalista, hecho que da pie a la aparición de dos personajes disparatados: un comisario que utiliza música de Wagner en sus arrestos y un capo de la mafia al que llaman "la nonna", e intercalados muchos desvaríos (como, por ejemplo, un sádico catálogo de métodos de tortura), reflexiones hilarantes sobre el comunismo y el fascismo, sobre la ciencia ficción, sobre Poe y Sartre, etcétera. Y solo es su primera novela.

Una entrevista al monstruo, no se la pierdan: