Beatrice Warde o pulir una copa de cristal : rumiar la biblioteca

lunes, 14 de marzo de 2016

Beatrice Warde o pulir una copa de cristal

Beatrice Warde, La copa de cristal (1930), traducción de Ana Elisa Gil Vodermeyer, prólogo de Josep M. Pujol, Valencia, Campgràfic (2005)
http://www.campgrafic.com

Pequeño libro imprescindible para todo aquel profesional de la impresión y la elaboración de libros y todo tipo de productos gráficos y sus derivados modernos y virtuales, pues allí se compara la tipografía a una copa de cristal, es decir, se pregona una tipografía invisible. 

No solo la tipografía ha de ser invisible sino también el trabajo del corrector ortotipográfico (y también el del corrector de estilo y del editor y hasta el del traductor), pues este no es otra cosa que facilitar en la medida de lo posible la lectura sin interferencias ni molestias ni sobresaltos. Aunque todo aquel que se dedique a esta labor coincidirá conmigo en que se trata de una de las más ingratas: allá resaltan las faltas que se escaparon pero nunca las que se pulieron (pues la naturaleza de un trabajo bien hecho es, precisamente, su invisibilidad); menos mal que dicen por ahí que no existe libro perfecto sin errata.

Reflexiones del oficio aparte, nadie que se dedique o merodee o coquetee con la producción de libros debería perder de vista la idea que sigue:
"Imagínese que tiene ante sí una botella de vino. [...] Figúrese ahora que tiene dos copas delante: la primera, de oro macizo, labrada con las formas más exquisitas; y la segunda, de vidrio cristalino, fina y transparente cual una burbuja. A continuación, sírvase y beba el vino y, según la copa que haya elegido, sabré si usted es un experto en vinos o no, pues, en caso de no sentir especial predilección por un vino u otro, deseará experimentar la sensación de beber el caldo en un recipiente que pudiera costar miles de libras; mientras que si usted pertenece a esa estirpe en extinción de los aficionados a los finos vinos de reserva, elegirá la copa de cristal, dado que todo en ella está calculado para revelar, más que ocultar, el bello interior que ha de contener."


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