rumiar la biblioteca: Ignacio Echevarría
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lunes, 28 de diciembre de 2015

Emilio Renzi o una feliz meditación

Ricardo Piglia, Los diarios de Emilio Renzi - Años de formación, Barcelona, Anagrama (2015)
http://www.anagrama-ed.es/titulo/NH_551

"No pensar para poder escribir, o mejor, escribir para lograr pensamientos no del todo pensados que definen siempre el estilo de un escritor. Al menos esa es la tradición del Río de la Plata, Macedonio, Felisberto, Borges, el escritor vacila, no entiende bien lo que narra y es la contraparte de la figura despótica del escritor latinoamericano clásico que tiene todo claro antes de empezar a escribir."

Hay aquí entretejida una meditación sobre el tiempo y el narrar (que viene a ser la manifestación del tiempo en el texto), como si su formación de historiador estuviese siempre presente en esta narración medio real, medio ficticia (como toda pronunciación del yo). O mejor: como si su formación de historiador le hubiese ayudado a comprender con nitidez lo que significa narrar. Y también: este diario se lee como una novela.
"Releer mis 'cuadernos' es una experiencia novedosa, quizá se puede extraer, de esa lectura, un relato. Todo el tiempo me asombro, como si yo fuera otro (y es lo que soy)."
 
Además leemos la escenificación y lectura de Renzi-Piglia por otros Renzi-Piglia, con incontables injertos de diversos textos e intervenciones constantes (como bien explicó Patricio Pron) y también injertos emocionales para el lector (según terminología de Ignacio Echevarría), que me indujo a un estado de feliz meditación.


"Como siempre, me espera algo parecido a un mandato (de nadie), un mandato que yo mismo he construido para mí (escribir y ser un escritor). Tampoco sé si eso tiene sentido. Pero, igual, siempre, vuelve a insistir."
(Nótese en esa última frase la versión "positiva" de aquella de Beckett que decía algo parecido a "Fracasa otra vez, fracasa mejor".)

Bello y por momentos poco pigliano el estilo del último cuento, el que cierra el libro, "Canto rodado", que es a la vez la historia de su abuelo, la historia de la técnica narrativa de su madre (y tal vez la que Renzi utiliza), la historia de cómo han sido ordenados y transcritos estos textos que leemos y una invitación a continuar con los siguientes tomos, que esperamos cómplices de su felicidad.

En el fondo, ahora que acaba el año, envidio algo de la construcción de esta sofisticadísima prótesis de la memoria, pues como el mismo Renzi confiesa: "[...] mis cuadernos son para mí la máquina del tiempo".




lunes, 2 de febrero de 2015

Lamborghini, Walsh, la violencia y los dinosaurios en la cama

Osvaldo Lamborghini,
El fiord (1969), Barcelona,
Ediciones sin fin (2014)


Dos formas de manifestarse la violencia: la realidad desbordada, en Walsh, que la denuncia o señala; la ficción magnificada y hasta profética en Lamborghini, que la parodia y exubera.
(
A saber cómo se conceptualizará la violencia que sucede ahora.)

Leánse juntos o en conjunto, por ejemplo, El fiord y Operación Masacre y la Argentina de entonces se conforma con salvaje impunidad, al menos desde el punto de vista alejado o quizá también alelado o, mejor, con el imaginario desde el que un hijo de los años setenta ha sido educado.

De El fiord:
"El primer LATIGAZO me arrepolló la oreja izquierda. Perdí toda mi tibieza centrista y grité, grité como un poseso: '¡Arriba los Pobres del Mundo!', y '¡Atrás, Atrás, Chancho Burgués!'. El segundo me incrustó el esternón en la pared del estómago, toda cubierta de musgo. El tercero me arrancó un testículo y vi mi sangre. Con ella regando las baldosas del piso, inicié un desaforado recule en dirección al guerriloto Sebas, quien cuando estuve a su alcance me recibió con una tocadita de upite a modo de aliento y de saludo."

De Operación Masacre:
Rodolfo Walsh, 
Operación Masacre (1957),
Madrid, 451 editores (2008)





"Parece que Rodríguez Moreno estuviera tratando de ganar tiempo. No ha de resultarle muy agradable salir con semejante noche para matar a diez o quince infelices. Personalmente está convencido de que más de la mitad no tienen nada que ver. Y aun los otros le inspiran dudas. Nerviosos partes se cambian entre él y el jefe de Policía que ya ha llegado a La Plata. Las instrucciones son terminantes: fusilarlos. La alternativa: quedar incluido él mismo en la ley marcial. Parece que hasta se habla de mandarle un delegado con tropas."




Y escúchese aquel tema de Charly García, "Los dinosaurios", incluido en Clips modernos (1983), para redondear la idea.




lunes, 13 de octubre de 2014

A propósito de los temas femeninos

La columna y la otra de Ignacio Echevarría junto con la revisión de galeradas de la muy recomendable revista Granta (de próxima aparición, editada por Galaxia Gutenberg), me ha llevado a reflexionar una vez más sobre lo que significa escribir para una mujer y sobre la importancia que se le da a lo que se denomina "temática femenina", es decir, aquello de lo que escriben las mujeres en contraposición a los temas de los hombres, o mejor: aquello sobre lo que las mujeres tienen permitido escribir. ¿No se trata acaso de un debate remanido y envejecido, al menos en Occidente?

No deja de llamarme la atención que este debate siga vigente: la discriminación, la prohibición, la violencia, el machismo/feminismo, etc.
Será que el debate no ha terminado de resolverse o que, como síntoma de su por fin pronta inanidad, está más eufórico que nunca como si se tratase de los últimos aleteos de vida: la fuerza bruta del animal a punto de caer muerto.

*
Aquí va una tentativa de algunos temas femeninos:

1. La escritura del cuerpo
2. La escritura sobre la locura/discapacidad mental
3. La trama nupcial y sus variantes (maternidad/novela erótica donde la mujer es esclavizada, etc.)
4. El suicidio
5. La fantasía andrógina
6. La escritura de las pequeñas cosas, los detalles

Ahora pensemos en autores como Artaud o Eugenides, dos ejemplos del todo femeninos según esta lista.

*
De todos estos temas, puede que a la mujer le interese detenerse en el tema de la maternidad (y me refiero al embarazo) como de ninguna manera puede interesarle al varón por razones de todos conocidas. ¿La procreación no es entonces un tema universal? Quizá la experiencia de la procreación no lo sea, como tampoco tantas experiencias de las que muchos carecemos: la guerra, el hambre, la aurora boreal, el desierto, la ceguera. 


 *
Novelas de claro público femenino donde se ata a las mujeres y se les enseña que eso es lo deseable (¡así es como ha de gustarte!), o novelas juveniles en donde se les habla a las chicas de lo "bueno" del deseo de ser mamá por encima de la necesidad de autosuficiencia e independencia, sí que me parecen incomprensibles. Nos quejamos del maltrato de género, pero lo festejamos. Nos quejamos de la desigualdad, pero enseñamos a nuestras hijas a ser dependientes y serviciales. Secretarias serviciales.

El tema sigue candente, a juzgar por los discursos. Habrá que ver si solo se trata del canto de un cisne, o más bien es asunto inherente a la diferencia, al poder o la jerarquización, y por lo tanto un tema condenado a relaborarse y repetirse.