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lunes, 3 de octubre de 2022

Enrique Vila-Matas o qué pasa en la habitación de al lado

 

Enrique Vila-Matas, Montevideo, Barcelona, Seix Barral (2022)

https://www.planetadelibros.com/libro-montevideo/355599

Montevideo es una novela que habla de la imaginación, de los mecanismos que se activan cuando se escribe, siempre enigmáticos, de cómo de ambiguas y caprichosas son las conexiones que hace la mente cuando relaciona ideas, muchas veces descabelladas. 

El narrador es un escritor que está en un punto muerto, parece que se ha quedado sin ideas. Sufre el síndrome de Rimbaud, mejor conocido como el síndrome de Bartebly. Preferiría no hacerlo. 

Viaja a Montevideo y se hospeda en un hotel que es protagonista de dos cuentos: uno de Cortázar y otro de Bioy Casares. Ambos escritores cuentan que, en ese hotel, sus protagonistas escuchan lo que pasa en la habitación de al lado. El narrador se empeña en visitar la habitación que describe Cortázar en el cuento, pero el conserje no está dispuesto. Por la noche, el narrador comienza a tener experiencias inquietantes: hay puertas que están y luego desaparecen, hay arañas del otro lado del umbral.

Las arañas aparecen constantemente. Lo bueno de esta novela es que es tan ambigua que uno puede interpretarla como le dé la gana. Por ejemplo, yo creo que las arañas representan la capacidad de narrar, pues sabemos que un texto es un tejido y las arañas son expertas tejedoras. Pero la araña puede ser miedo, o cómo no, aquello que solo tienen las mujeres.

El narrador sigue visitando distintas ciudades, si no físicamente, al menos en su mente. En su mente o a través de ciertas experiencias relacionadas con el arte moderno: dos artistas plásticas le construyen una habitación única (a la manera del cuarto propio de Virginia Woolf) para que tenga allí ciertas experiencias, para que su narración vuelva a desplegarse. Y sin duda que tiene experiencias. Hay puertas, esas puertas dan a distintos lugares, él las abre y allí pasan cosas, pero puede ir a otra puerta y estar en otro lugar. 

Las puertas son los vasos comunicantes que construye la imaginación. Allá está la araña que teje, o el soplo divino, la inspiración. Las cosas siempre pasan al otro lado de la puerta, en la habitación contigua. Y a veces pareciera que quien narra está detrás de la puerta y nosotros somos la novela.

"Si te fijas, le dije, no hay un solo escritor, por mucho que recurra al psicoanálisis, que sepa verdaderamente por qué escribe. Algunos sí lo saben, dijo Cuadrelli, pero son los más pelotudos. Y no conozco, dije yo, a un solo escritor que haya podido explicarse por qué, por ejemplo, al encontrar un problema en lo que estaba escribiendo en aquel momento, saliera a dar un paseo y, al volver a casa, viera que la dificultad se había solucionado. Antes, dijo, lo llamaban 'inspiración', y mucho antes, 'soplo divino', pero no hay un solo escritor que sepa lo que realmente pasa ahí. Bueno, solo lo saben aquellos que son muy malos escritores, dije. Sí, es cierto, esos explican muy detalladamente todo lo que han hecho, dijo, y delatan con su boludez que no son escritores ni nada, creen que explicar el libro es explicar la historia que puede leerse en él. Y los peores, dije, son los que aseguran no poder explicar lo más interesante de la historia porque la arruinarían contándola. Reímos juntos. Sobre una buena novela, dijo, no hay nada para contar, o no debería haberlo si el escritor ha hecho bien su trabajo, y que así sea siempre se debe a que la misma escritura de la novela ya es una explicación de algo que sucedió en la vida o en la mente del narrador; algo que exigía ser puesto en palabras y que terminó dando forma al libro. / Me mostré plenamente de acuerdo. Después de todo, dije, proponer una explicación no deja de ser algo muy complicado, y tal vez se trate de una tarea sin esperanza y condenada a la redundancia. Y, un poco más tarde, volvimos al tema de la inspiración, y al antes llamado 'soplo divino'. Sí, dijo, los escritores en realidad solo creen en ese soplo; mira a Coleridge, sin ir más lejos; a él, por lo visto, le dictaron un poema entero. Y seguramente toda su obra, añadí tratando de ver qué tal me sentaba ser un tanto malévolo. Sí, claro, dijo. Basta con leer las entrevistas que dan cuando publican un nuevo libro, dije, y verás que no hay ninguno que sepa explicar lo que ha hecho. Sí, dijo Cuadrelli, es como si todos escribieran al dictado del habitante contiguo. Le pregunté cómo creía que se llamaba ese habitante. El Soplo, dijo Cuadrelli. ¿Cómo tomarme aquello? Lo dejé pasar como un soplo."


lunes, 25 de abril de 2022

La novela deejay XIV


Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.


Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con los posts La novela deejayLa novela deejay II, III, IVVVI, VIIVIII, IX, XXIXII y XIII utilizando un fragmento de Cómo estar solo de Jonathan Franzen para explicar qué tipo de lectora soy o cómo un escritor empieza a escribir:



lunes, 14 de marzo de 2022

Ricardo Menéndez Salmón y la desaparición de la palabra

Ricardo Menéndez Salmón, Horda, Barcelona, Seix Barral (2021)

https://www.planetadelibros.com/libro-horda/337045

Si desaparece la palabra desaparece la risa, nos viene a decir esta novela. Los hombres que leen, hombres que conocen el lenguaje, hombres con sentido del humor, hombres felices. Pero los niños se cansaron de las mentiras, de las fake news, porque "las palabras se habían convertido en mero espectáculo", y prohibieron el lenguaje, al menos el lenguaje con palabras. Porque prefieren las imágenes, y en este mundo apocalíptico existe una cosa llamada Magma que proyecta imágenes por todos lados. Y claro, los libros están prohibidos.

"El argumento para la prohibición tuvo que ser por fuerza su mal uso. Para qué servía la palabras entonces, en aquel remoto esplendor. Para nada. Prostituida. Desvirtuada. Degradada. Para qué seguir permitiendo su empleo si cada palabra pronunciada era máscara, humo, fantasma. Que pagaran por ello. Que pagaran por un empleo infamado, convertido en justificación para cualquier tipo de capricho y componenda. Por eso fueron los niños quienes concertaron la alianza. Porque ellos sufrían más que nadie la práctica bastarda de sus mayores: mentiras, dobles sentidos, oportunismo. [...] Qué paz en cambio en las imágenes, siempre disponibles. Tan plásticas. Tan rotundas. Su frenesí, su ubicuidad, su desprecio por la glosa. No digáis; mostrad. No habléis; mirad. Un pueblo sin narradores. Un pueblo sin oyentes. Un pueblo sin débiles. Porque las historias son el patrimonio de los débiles. Narrar historias sin haberlas protagonizado es su privilegio. Qué delicia para la denostada verdad encontrar un grupo que no tenía al fin necesidad de historias engañosas, que no se refugiaba tras las interpretaciones diversas, que no había levantado un altar a la ambigüedad."


lunes, 14 de febrero de 2022

Paulina Flores o mejor que corra el aire

 

Paulina Flores, Isla Decepción, Barcelona, Seix Baral (2021)

https://www.planetadelibros.com/libro-isla-decepcion/333337

[Texto publicado en Cuadernos Hispanoamericanos, febrero de 2022]

Dicen que toda primera novela es una novela de aprendizaje, e Isla Decepción (Seix Barral, 2021) de Paulina Flores (Santiago de Chile, 1988) no termina de contradecir esta opinión. Aunque es cierto que no se centra en la adolescencia, aquí los personajes aprenden cosas de la vida, ese saber que da la experiencia. 

Para empezar, tenemos a Miguel, un marinero que se ha ido a vivir a la chilena Punta Arenas, o lo que es lo mismo, el fin del mundo. Obviamente ha escapado de algo, sobre todo de su familia, como muchos de los que viven allí. Un día, mientras navega junto a sus compañeros de trabajo en una barca de pesca, encuentran a un hombre flotando y lo rescatan. ¡Está vivo! Parece un chino, pero en realidad es coreano y encima es jovencísimo. Enseguida se dan cuenta de que posiblemente esté huyendo de un buque de calamares que suele pescar por allí, no se sabe si de forma legal, tal vez alegal. Es sabido que los marineros de esos buques trabajan en condiciones penosas, casi de explotación, muy próximas a la esclavitud. Evidentemente, Miguel se apiada del pobre chico y lo esconde en casa. A los pocos días se enteran por la prensa de que el buque de calamares Melilla 201 ha perdido a tres de sus hombres: dos cuerpos han sido encontrados, pero el tercero ha desaparecido. 

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lunes, 11 de octubre de 2021

Don DeLillo o el apagón

 

Don DeLillo, Silencio, traducción de Javier Calvo, Barcelona, Seix Barral (2020)

https://www.planetadelibros.com/libro-el-silencio/320096

Un matrimonio está viajando en avión y aterrizan accidentadamente, aunque sobreviven. Apenas unas magulladuras. Han quedado para mirar un partido de la Super Bowl con unos amigos. Mientras tanto, en la casa donde esperan un matrimonio y un amigo joven, la pantalla del televisor se queda sin señal. Poco a poco todo se va apagando. Parece que el partido no podrá verse. Pero aquello no afecta solo al partido porque el apagón dura demasiado. La gente está saliendo a la calle. El amigo joven comienza un soliloquio extraño, ha cambiado la voz. Habla como si estuviera recibiendo un dictado, como si fuera él mismo una antena. Entonces el matrimonio del avión consigue llegar y todos comienzan a notar que les pasan cosas raras, que el tiempo es distinto, que la memoria les cuesta.

"Parece que se han vaciado todas las pantallas del mundo. ¿Qué nos queda por ver, por oír, por sentir? ¿Acaso hay un grupo selecto de personas provistas de una especie de teléfono implantado en el cuerpo? Lo pregunto en serio, dice el joven. ¿No será una salvaguarda contra ese silencio global que ahora marca nuestras horas, minutos y segundos? ¿Y quién es esa gente? ¿Cómo acceden a las llamadas subcutáneas? ¿Hay un código corporal, una especie de segundo ritmo cardiaco que transmite un aviso local?"

lunes, 22 de febrero de 2021

Raquel Taranilla o larga disertación con enciclopedia

 

Raquel Taranilla, Noche y océano, Barcelona, Seix Barral (2020)

https://www.planetadelibros.com/libro-noche-y-oceano/311737

Bea Silva abre el periódico y lee la noticia de que la cabeza de Murnau, el director de cine, ha sido robada de forma misteriosa. Pero lo más sorprendente no es este hecho en sí, sino que la misma Bea tenga sobradas sospechas de quién podría ser el culpable. Por eso nos cuenta, a partir de una larguísima disertación erudita entretejida de incontables referencias y anécdotas alrededor de Murnau y sobre todo alrededor de los entresijos del rodaje de su última película, Tabú, cómo conoció al con toda probabilidad autor del robo cuando su casera alemana, un tiempo atrás, alquiló a un tal Quirós la parte de arriba de la casona vieja donde Bea vive. Bea es una profesora universitaria de sociología del turismo que está feliz porque tiene el verano por delante para aislarse de todos y escribir el artículo de turno, pero enseguida se siente atraída por el tal Quirós y sus aventuras obsesivas en busca de Murnau. De hecho, esa es toda la trama de la novela, la confesión de Bea de que se se enamoró de Quirós, pero también nos dice que es incapaz de hablar de amor, de modo que la novela se construye con infinidad de citas y referencias al modo de una enorme enciclopedia sumamente irónica (cosa de agradecer) y notablemente bien escrita (estilo impecable el de Taranilla), repleta de notas al pie como si de un trabajo de investigación se tratase, que van variando y sobre todo hipertrofiando aquella noticia del robo del cráneo de Murnau.

"Hasta que me viniese el sueño me dedicaba a pasar las páginas de un libro de fotografías con la confianza de encontrar algún detalle, elemental pero sugerente, que me sirviera de punto de enganche desde el que empezar el artículo que tenía por escribir. Dándome ínfulas podría decir que invocaba a las musas o que me ponía al alcance de la inspiración, pero seguir manteniendo en vigor esa idea de la escritura (en general, de todo trabajo creativo) me parece hortera (como metáfora) o delirante (como descripción). Por lo menos en mi caso, confeccionar textos es un trabajo terrenal que está más cerca de una tarea a pico y pala que de una conexión íntima con el cosmos."

 



lunes, 15 de febrero de 2021

Laura Fernández y la novela-cómic

 

Laura Fernández, Wendolin Kramer, Barcelona, Seix Barral (2011)

https://www.planetadelibros.com/libro-wendolin-kramer/48023

Delirante y divertidísima novela-cómic donde las cosas hacen PUM, CLIC-CLAC y TACHÁN, que cuenta la historia de una treintañera que ha leído demasiados cómics y que se toma la vida como un cómic de detectives (aunque no existan demasiados). Es una mujer Quijote que entiende la realidad según todo ese material que ha leído, de modo que se considera una Súper Chica que debe descubrir el fraude que hay detrás de una escritora superventas ya muerta, para lo que tiene que enfrentarse a unos cuantos supervillanos, con la compañía de su perro (que va al psicólogo). 

Todo esto contado con una prosa veloz e irónica repleta de diálogos:

"Wen llamaba 'intervenir' a entrar en acción, quitarse el jersey, dejar al descubierto la letra 'S' en amarillo chillón sobre fondo blanco (el diseño había sido cosa de su madre) de su traje y perseguir ladrones, obligar a los maleducados a portarse bien y alejar cualquier tipo de amenaza supervillana."

 



lunes, 13 de enero de 2020

Siri Hustvedt o cómo trabaja la ficción

Siri Hustvedt, Recuerdos del futuro, traducción de Aurora Echevarría Pérez, Barcelona, Seix Barral (2019)
https://www.planetadelibros.com/libro-recuerdos-del-futuro/292284


"Cuanto más lee uno, más promiscuo es el viaje de un libro a otro."
Uno de los aspectos más notables de esta ya de por sí notable novela es la exposición de ese misterio inexplicable: me refiero al asunto de cómo trabaja la ficción. 

Recuerdos del futuro es una novela a medio camino entre la autoficción, la novela de iniciación y el ensayo. El argumento es sencillo: la autora visita a su madre y encuentra un diario suyo de juventud. El diario corresponde al momento en que la autora decide instalarse en Nueva York y dedicarse por completo a la escritura. Así conocemos sus paseos por la ciudad, sus dificultades económicas, sus amistades y fiestas, sus amantes, sus lecturas y sobre todo a su vecina, a quien escucha a través de la pared y que parece estar bastante loca. Además, durante ese año le sucede un acontecimiento algo traumático. Lo curioso es comprobar cómo algunas de esas peripecias de la vida cotidiana se cuelan en la novela que está escribiendo por entonces, pero siempre de modo caprichoso, pues es así como trabaja la ficción.

De manera que tenemos tres tipos/registros de texto: el diario en sí mismo, la novela que estaba escribiendo por entonces y este plano del presente donde todo eso se interpreta o reescribe. Evidentemente, hay un profundo análisis de la memoria y de cuánto hay en ella de imaginación, así como también de todo lo relacionado con la escritura. Una amalgama entre memoria y escritura y cuánto hay en ambas de biografía e imaginación.
"Siempre he creído que la memoria y la imaginación son una sola facultad."
"Si el pasado no es un lugar que se puede visitar, entonces arrancar verdades de él es como sacar nada de la nada. Y el pasado no es un lugar. Y si el pasado no existe más que en las maquinaciones de la física teórica y la ciencia ficción, ¿qué nos queda entonces? ¿Debo creer que todo lo que queda son fluctuantes imágenes mentales en la mente de las personas que desaparecerán con ellas cuando mueran, y los registros históricos, volumen tras volumen de palabras y números?"

lunes, 22 de julio de 2019

Juan Vico o la novela como multiplicación

Juan Vico, El animal más triste, Barcelona, Seix Barral (2019)
https://www.planetadelibros.com/libro-el-animal-mas-triste/287570

¿Qué es El animal más triste? Bueno, es el título de la última novela de Juan Vico, y también el título de un corto que los protagonistas grabaron en su juventud, pero también el título de un cuento que escribe el personaje Paula, en el que alguien encuentra un manuscrito que lleva (oh, casualidad) el mismo título. Un juego de matrioshkas, un experimento metaliterario, o tal vez:
"[...] una novela cambiante y resbaladiza, una novela con la piel del revés, sin personajes melodramáticos, sin sorpresas bien calculadas ni un desenlace glorioso."
Unos cuantos amigos van a pasar un fin de semana a un pueblo apartado donde hay unas ruinas. Aprovechan la ocasión para mirar un corto que grabaron en su juventud. Enseguida afloran las complicidades y también las complicaciones de todas las relaciones humanas tamizadas por la mirada nostálgica de la mediana edad. A continuación leemos el cuento que ha escrito Paula, uno de los personajes. El cuento en sí es una historia de amor entre un maestro de escuela anarquista y una viuda. Un amor más platónico que otra cosa. Es del maestro ese manuscrito que lleva el mismo título. La tercera parte se multiplica en las distintas voces de los personajes y toma la forma de novela coral. Así leemos una interpretación de todo lo que ha sucedido hasta el momento desde el punto de vista de cada uno de ellos, incuidas las críticas/lecturas del cuento de Paula.

Dicen algunos que para innovar en la novela hay que innovar en la forma. Tomar elementos de otros géneros, de otros soportes, de otros lenguajes, e insertarlos allí. Nada que no esté en germen en El Quijote, por otro lado. Afortunadamente la novela es fagocitadora por naturaleza, y los lectores exigentes queremos más abanicos parecidos a este, más despliegues de la trama en anfiteatro. Si todo esto viene de la mano de un estilo preciso e irónico de sí mismo, estamos de suerte.
"Los escritores estamos obsesionados con nuestro trabajo, pero el lector no tiene la culpa. La teoría es innecesaria porque suele ser a posteriori, conviene no olvidarlo. Por otro lado, todos los libros tratan del hecho de escribir, sea cual sea su tema. Ponerlo en primer plano es redundante."

lunes, 22 de abril de 2019

Ursula K. Le Guin y Carson McCullers: escribir es confiar (citas)

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de Tiza (2018)
https://circulodetiza.es/libros/contar-es-escuchar/

"Ahora bien, ¿qué significa confiar en la historia? Para mí, significa estar dispuesta a no tener el control absoluto de la historia mientras la escribes. / Y eso explicaría por qué lleva tanto tiempo aprender a escribir. Primero tienes que aprender a escribir en tu propio idioma y aprender a contar historias en general: adquirir técnicas, práctica, todo eso, a fin de tener el control. Y luego debes aprender a soltarlo. [...] Resumiendo, debo confiar en que la historia sabe adónde va y, después de haberla escrito, confiar en que econtrará dónde ella y yo nos hemos salido del camino y cómo reencaminarla sin que se despedace. [...] Solo después de ello -por lo general mucho después- sabré plenamente de qué iba la historia y podré decir por qué debía dirigirse en esa dirección. Toda obra de arte tiene razones que la razón no entiende por completo." ("Una cuestión de confianza")

Carson McCullers, "El mudo" y otros textos, prólogo de Rodrigo Fresán, traducción de José Luis López Muñoz, Barcelona, Seix Barral (2007)
https://www.planetadelibros.com/libro-el-mudo-y-otros-textos/250169

"El autor raras veces percibe las verdaderas dimensiones de una obra hasta que está terminada. Es
como un sueño que florece. Las ideas crecen, echan brotes en silencio, y surge un millar de iluminaciones que se suceden día a día mientras la obra progresa. Las simientes crecen en la literatura como en la naturaleza. La semilla de una idea se desarrolla gracias al trabajo, al inconsciente y al forcejeo que se produce entre ambos. [...] Entiendo solo fragmentos. Entiendo los personajes pero la novela misma no está enfocada. El enfoque llega en momentos inesperados: nadie sabe por qué y el autor menos que nadie. Para mí, de ordinario, es la consecuencia de un gran esfuerzo. En mi caso las iluminaciones son la recompensa al trabajo. Para esas iluminaciones el autor depende al mismo tiempo del azar y de la belleza. Después de meses de confusión y de trabajo, cuando la idea ha florecido, la confabulación que se produce es un don divino. Siempre procede del subconsciente y no se puede controlar." ("El sueño que florece")

lunes, 2 de julio de 2018

Diego Gándara o cualquier semejanza es pura coincidencia

Diego Gándara, Movimiento único, Buenos Aires, Seix Barral (2018)
https://www.planetadelibros.com.ar/libro-movimiento-unico/263809

La experiencia de vida se construye de pequeños detalles, momentos hilvanados que, con el transcurso del tiempo y la perspectiva, comienzan a tomar la forma de cierta narrativa. Aunque eso se ve después, cuando la memoria hace su trabajo e interpreta como le da la gana, y la historia de vida cobra sentido, o al menos pareciera que cobra algún tipo de sentido para llevarnos de un punto a otro. Esos momentos son movimientos, mínimos acontecimientos que nos echan a andar o que directamente nos arrastran. Eso nos cuenta el narrador de esta novela, Santiago Novoa, periodista cultural argentino, que gracias a esos movimientos termina viviendo en Barcelona. 

Pero pasan muchas cosas antes de eso. Acompañamos a Santiago en todo el periplo: leemos sus primeras entrevistas (o mejor, las respuestas de esas entrevistas), conversaciones sobre aquello que investiga (sobre todo en relación con la escritora Marina Balcarce, supuesta amante de un militar), su relación con sus padres, sus viajes a Galicia y a Barcelona, todos sus trabajos como colaborador editorial, etcétera, hasta que decide definitivamente, y viendo que Argentina se viene abajo, salir del país.

Santiago llega a Barcelona y la generosidad de algunos escritores latinoamericanos lo recibe con los brazos abiertos. Bolaño, Fresán, Vila-Matas, entre otros, son algunos de los personajes que vemos rondando por ahí.

Pero todo inmigrante sabe que la añoranza y la desperación están justo al lado de la promesa de un destino luminoso. Santiago termina por visitar a un psiquiatra que le diagnostica una depresión severa y le receta un antidepresivo llamado Argentol.
"Era cierto: el Argentol había tenido un efecto milagroso sobre mi ánimo, más allá de que no me gustaran algunos de sus efectos secundarios, como un problema con la memoria (y que perdura hasta el día de hoy) y que me llevaba a olvidarme los nombres de muchos escritores, a confundir los apellidos de algunas personas, y a llenar esas lagunas de la memoria con el nombre de un personaje o con un nombre que, simplemente, me inventaba. Más de una vez pensaba que si algún día me convertía en escritor y publicaba una novela sobre esos años, sobre esa experiencia de vida, no iba a ser necesario resaltar que los personajes y nombres eran ficticios y que cualquier semejanza con la realidad era pura coincidencia, aunque tenía claro que, si llegaba a escribir esa novela, Bolaño no iba a ser ningún personaje: Bolaño iba a ser Bolaño."
Toda esta enorme broma autoficcional se construye con una voz entre tierna, naif y minimal, cuya ironía se desliza suavemente entre los intersticios de continuos movimientos y fracasos cotidianos. Porque no sabemos nunca qué es fracaso y qué es éxito, porque en el fondo no importa, y porque la suposición "es la madre de todos los fracasos".

lunes, 12 de junio de 2017

Carson McCullers es verdad

Carson McCullers, El aliento del cielo, prólogo y comentarios de Rodrigo Fresán, traducciones de José Luis López Muñoz y María Campuzano, Barcelona, Seix Barral (2007)
https://www.planetadelibros.com/libro-el-aliento-del-cielo/13129

Carson McCullers es amor, dice Rodrigo Fresán en el prólogo de esta recopilación de todos los cuentos y tres de sus novelas, divertidísimas, por cierto: Reflejos en un ojo dorado, La balada del café triste y Frankie y la boda. Ella habla del amor, al fin y al cabo, pero también: de epifanías que sobrevienen en la edad de la adolescencia, de parejas venidas a menos aficionadas al alcohol, del fracaso, de la emoción, de la injusticia del racismo, de las miradas de aquellos que saben.
"Existe un tipo de personas que tienen algo que las dintigue de los mortales corrientes; son personas que poseen ese instinto que solamente suele darse en los niños pequeños, el instinto de establecer un contacto inmediato y vital entre ellos y el resto del mundo." (La balada del café triste)
"Habló con gente de la calle y una vez más percibió aquella inexplicable conexión entre sus propios ojos y los de los demás." (Frankie y la boda)

Impresiona leer (a veces releer) una buena cantidad de sus textos de seguido: la capacidad de entretejer verdadera emoción y fina ironía, con cierto desparpajo de tanto en tanto. Cada vez que leo ese cuento que tal vez sea uno de los mejores cuentos de todos los tiempos, "¿Quién ha visto el viento?", ese que narra una noche de un escritor fracasado en todos los sentidos (no consigue escribir una tercera novela, su matrimonio se desmorona irremediablemente), me sobreviene la idea de verdad: cómo escribir la verdad, ironía y emoción a un tiempo.

Carson McCullers es amor, pero también: Carson McCullers es verdad.



“―Talento ―dijo con amargura―. Un talento pequeño, de un solo relato…, eso es la cosa más traicionera que Dios puede conceder. Trabajar y trabajar, con esperanza, con fe hasta que la juventud se consume… He visto esa situación demasiadas veces. Un talento pequeño es la mayor maldición divina.

―Pero ¿cómo sabe que tengo un talento pequeño, cómo sabe que no es grande? No lo sabe, ¡no ha leído nunca una sola palabra de lo que he escrito! ―protestó el otro lleno de indignación.

―No pensaba en usted en particular. Hablo de manera abstracta.” ("¿Quién ha visto el viento?")

lunes, 5 de junio de 2017

La novela deejay VII

Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y contruye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.

Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con el post La novela deejay, La novela deejay II, La novela deejay III, La novela deejay IV, La novela deejay V y La novela deejay VI utilizando un fragmento de El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers para explicar qué es exactamente mi "cuarto interior":

lunes, 15 de mayo de 2017

Lydia Davis: precisión y verdad

Lydia Davis, Cuentos completos (2009), traducción de Justo Navarro, Barcelona, Seix Barral (2011)
https://www.planetadelibros.com/libro-cuentos-completos/49564

"No se le puede decir siempre la verdad a todo el mundo y, por supuesto, a nadie se le puede decir toda la verdad, nunca, porque llevaría mucho tiempo." ("Nuestro viaje")
Una maestra de la precisión y la verdad, del análisis pormenorizado pero utilizando el mínimo de recursos, una prosa poética y analítica y humorística y absolutamente verdadera, sobre todo: en los cuentos sobre parejas, los metaliterarios, los reflexivos, un poco menos los de juegos de palabras (aunque aquí despliega toda su inteligencia). Ella escribe con sencillez, como si se lo explicara a un niño pero para que lo entienda en toda su complejidad, con todos los matices. 

¿Cómo se hace eso? Con un estilo de mínimos recursos, es decir, aprovechando todas las posibilidades semánticas de una sola palabra o de una sola idea. Aplicando diferentes puntos de vista a una sola cosa, acción o reflexión. Focalizando hasta lo absurdo:
"Yo estaba cansada de pensar demasiado, que era a lo que más me dedicaba en aquellos días. Hacía otras cosas, pero seguía pensando mientras las hacía. Algo sentía, pero al mismo tiempo seguía pensando en lo que estaba sintiendo. Incluso tenía que pensar en lo que estaba pensando y preguntarme por qué lo estaba pensando. Cuando se me ocurrió la idea de casarme con un cowboy, imaginé que quizá un cowboy pudiera ayudarme a dejar de pensar tanto." ("La profesora de universidad")

Es fácil entrar en el pensamiento Lydia Davis, en su estilo sin adornos, su humor irónico y sutil, en el estado poético-reflexivo (emoción y verdad) que provoca su lectura.
 "[...] por fin, a mitad del camino de la vida, ya eres lo bastante inteligente para advertir que todo equivale a nada; nada significa nada, incluido el éxito. Pero ¿cómo va a aprender una persona a verse a sí misma como si fuera nada cuando, antes, le ha costado lo indecible aprender a verse a sí misma como si fuera algo? Es algo muy complicado. Dedicas la mitad de tu vida a aprender que, a pesar de todo, eres algo, y ahora debes dedicarle la otra mitad a aprender a verte como si fueras nada." ("Propósito de Año Nuevo")
Sus cuentos son auténticos poemas en prosa o máximas minimales o refranes filosóficos de lo cotidiano o autoayuda de tono irónico-naif y tan filosa como un corte de papel en la yema de los dedos: te ríes, cierto, no le das importancia porque parece poca cosa, pero tampoco puedes olvidarlo porque molesta todo el tiempo.
"Lo que ahora ha cambiado es que tengo esta idea: tengo la idea de que muy pronto dejaré de creer que mis sentimientos son el centro de todo. Esto me produce un gran consuelo, porque si has perdido la esperanza de poder aguantar, pero al mismo tiempo te dices que quizá tu desesperación no tenga mucha importancia, entonces dejas de desesperarte o sigues desesperada pero al mismo tiempo empiezas a ver que también tu desesperación podría convertirse en algo marginal, una más entre tantas cosas." ("Lo que siento")


lunes, 21 de noviembre de 2016

La novela deejay V


Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.

Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con el post La novela deejay, La novela deejay II, La novela deejay III y La novela deejay IV utilizando un framento de la novela El jardín de al lado de José Donoso como fotografía de la inmigración latinoamericana (en la que me incluyo), foto que acumula capas de años y sigue asombrosamente parecida:
 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Siete propuestas para la novela futura: Vila-Matas, Piglia, Foster Wallace


Enrique Vila-Matas,
Perder teorías, Barcelona,
Seix Barral (2010)


Aparte de homenajear y diagolar con Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino, Perder teorías se pregunta cómo habría de ser la novela futura, una pregunta, por lo demás, que en absoluto es nueva y que ronda de tanto en tanto a todos esos escritores que consideran que escribir es algo más que (y simplemente) contar una historia. Enrique Vila-Matas dice que son cinco los elementos que acechan la novela del mañana:



  • 1. La "intertextualidad": es decir, el uso de citas/citas falsas y referencias a otros libros (incluida la autorreferencia, por supuesto).
  • 2. Las conexiones con la alta poesía (decía Barthes: "todas las veces que hay un esfuerzo de estilo, hay versificación").
  • 3. La escritura vista como un reloj que avanza (más que como un espejo a lo largo del camino): "uno de los aspectos más seductores de la literatura se encuentra en el hecho de que algunas veces puede ser algo así como un espejo que se adelanta; un espejo que, como algunos relojes, tiene la capacidad de avanzarse".
  • 4. La victoria del estilo sobre la trama (ya que existen unas pocas tramas que siempre se repiten (piénsese en Vladímir Propp y similares), el novelista debe limitarse a elegir una cualquiera o una combinación cualquiera). 
  • 5. La conciencia de un paisaje moral ruinoso (esto se entiende como lo que muchos denominan "conciencia social", "denuncia de la decadencia" y sus hermanos más o menos realistas/pesimistas/"es lo que hay").  



Ricardo Piglia,
Antología personal
,
Barcelona,
Anagrama (2015)
(Lo más divertido de todo esto es que Vila-Matas expone esos cinco elementos pero también los "muestra": Perder teorías está respetuosamente construido con esos cinco requisitos, de modo que también podríamos hablar de Perder teorías como de una novela.) 




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Pareciera que las conferencias de Calvino también llamaron la atención de Ricardo Piglia, quien se preguntó en algún momento cuál podría ser la sexta propuesta de Calvino, pues como todos recordaremos las Seis propuestas para el próximo milenio al final quedaron en cinco (levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad). 

Aunque Vila-Matas habla de elementos en una misma novela y no de distintas propuestas como modelos de novela futura, permitámonos relacionar (o confundir) por un momento elementos con propuestas. De modo que podríamos añadir a los cinco elementos vilamatianos este sexto (o al revés: añadir a la sexta propuesta de Piglia los cinco elementos de Vila-Matas). ¿Y cuál es esa sexta propuesta? Piglia: "Me parece entonces que podríamos imaginar que hay una sexta propuesta, a la que yo llamaría el deslizamiento, el desplazamiento, el cambio de lugar. Salir del centro, dejar que el lenguaje hable también en el borde, en lo que se oye, en lo que llega de otro". Esta frase tan enigmática significa la idea de incorporar los retazos de voces verdaderas (a lo Puig, a lo Walsh y la crónica, por ejemplo). De modo que agregaríamos:

  • 6. El deslizamiento, el cambio de lugar ("poner a otro en el lugar de una enunciación personal").





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David Foster Wallace,
En cuerpo y en lo otro,
trad. Javier Calvo,
Barcelona,
Literatura Random House (2013)
Solo nos falta la séptima propuesta que anuncia el título. En un hilarante artículo, "La naturaleza de la diversión", David Foster Wallace habla de eso que es la novela citando a DeLillo y definiéndola así: "un niño repulsivamente deforme que sigue al escritor a todas partes, yéndole eternamente detrás a cuatro patas (es decir, reptando por el suelo de los restaurantes donde el escritor está intentando comer, apareciendo a primera hora de la mañana a los pies de su cama, etcétera), repulsivamente defectuoso, hidrocefálico y sin nariz y con aletas en vez de brazos e incontinente y retrasado y babeando líquido cerebroespinal por la boca mientras lloriquea y gorgotea y llama al escritor, pidiéndole amor, pidiéndole eso que su misma repulsividad le garantiza que va a obtener: la atención total del escritor". El escritor ama a su "niño deforme", y quiere que salga al mundo y que todos lo vean como un "niño perfecto". Y aunque el escritor sabe que el niño no es perfecto y que, a pesar del esfuerzo, nunca quedará perfecto, le gusta pasarse la mayor parte del día construyéndolo. Construir novelas es divertidísimo, dice Foster Wallace. Lo malo es que se puede caer en la trampa, advierte, de querer gustar al lector (eso por culpa del miedo que genera el hecho de que el niño al final es aceptado por el mundo y por los lectores que vienen a ser el mundo para una novela), y muchas veces se pierde lo genuino de ese producto, que consiste, precisamente, en la diversión. De modo que permítanme agregar la séptima:



  •  7. La diversión, o el "Trabajo Como Juego": "Bajo la nueva administración de la diversión, escribir narrativa se convierte en una forma de adentrarte en ti mismo e iluminar esas mismas cosas que no querías ni ver ni que nadie más viera, y resulta (paradójicamente) que estas cosas son justamente las cosas que todos los escritores y lectores comparten y sienten, y a las que reaccionan. La narrativa se convierte en una forma extraña de aceptarte a ti mismo y de decir la verdad en lugar de ser una forma de escapar de ti mismo o de presentarte a ti mismo de una forma que supones que hará que le gustes al máximo número de personas. Se trata de un proceso complicado, que confunde y da miedo, y también muy trabajoso, pero que resulta ser la mejor diversión que existe".



Ahora sí, recopilemos estas siete propuestas para la novela futura:

  1. Intertextualidad
  2. Alta poesía
  3. Reloj que avanza
  4. Estilo sobre trama
  5. Conciencia de la decadencia del mundo
  6. Desplazamiento o insertos de voces verdaderas
  7. Diversión



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Acordada la "receta", la conversación terminó más o menos así:

PIGLIA: "asistimos a la destrucción del recuerdo personal (y situado)". 

VILA-MATAS: "no puede ser más ridícula e inverosímil la imagen de un creador —pongamos que literario— convencido de que es propietario de su inconsciente".

FOSTER WALLACE: “lo escribes prácticamente todo para excitarte a ti mismo”.

PIGLIA: “narrativamente podríamos hablar de la muerte de Proust, en el sentido de la muerte de la memoria como condición de la identidad verdadera”.

FOSTER WALLACE: “Al principio. Luego las cosas empiezan a complicarse y a volverse confusas, y hasta a dar miedo”.

VILA-MATAS: "todo verdadero narrador tiene que intentar inventar su teoría".

FOSTER WALLACE: "es lo que más quieres: equivocarte de forma garrafal, demente y suicida". 

PIGLIA: “¿Y qué sería un buen relato? Una historia que le interesa no solo a quien la cuenta, sino también a quien la recibe”. 

VILA-MATAS: “las frases que no entendemos pueden ayudarnos mucho más que las que entendemos perfectamente”.