rumiar la biblioteca: Fernanda García Lao
Mostrando entradas con la etiqueta Fernanda García Lao. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fernanda García Lao. Mostrar todas las entradas

lunes, 5 de febrero de 2024

Fernanda García Lao: muerte, familia, animales y cuerpo

 

Fernanda García Lao, Teoría del tacto, Barcelona, Candaya (2023)

https://www.candaya.com/libro/teoria-del-tacto/

Un libro que estaba leyendo mamá cuando murió papá, ¿es capaz de volver a matar?; un hombre con un exagerado complejo de Edipo tiene que enterrar a mamá; una joven alquila su vientre; un hombre intenta olvidar a su ex acostándose con una desconocida; una pareja no acepta la muerte del hijo; una hija visita la casa de sus padres recién fallecidos; una mujer puede seguir la vida de la anterior inquilina de la casa por su correspondencia; una mujer algo desquiciada pare frutos secos; un mayordomo convive con el fantasma de la sirvienta y unos lirios asesinos; justo cuando una mujer mayor necesita cuidados no da con sus hijas; una hija busca a su padre; una mujer en silla de ruedas sueña que vuela con silla y todo; una mujer y la figura de yeso; una condenada en el castillo; una mujer percibe la muerte de un cascarudo como el cambio de patrón de sus parejas; una hija que acompaña a su madre moribunda en el hospital; una mujer recuerda un episodio de juventud en casa de una amiga; Palmira pide un vestido a su vecino; un año nuevo con mamá internada por una fractura de cadera; un anciano quiere llamar al amor de su vida; un amor mediado por pantallas; una carta con tachaduras; una mujer que lee el diario de su marido fallecido; una mujer que queda viuda y siente por fin la libertad; una mujer y su relación con el teléfono; la relación entre una gaviota y una mujer embarazada; una mujer que habla de su vida partida en dos continentes.

Breves cuentos de situaciones, a veces apenas una postal. Postales en prosa, pues, siempre enrarecidas, que muestran relaciones familiares y asuntos del cuerpo narrados con mirada desquiciada o con momentos glichtes. Hay otros que adivino autoficcionales con aires a lo Lucia Berlin. La prosa de García Lao tiene el don de la poiesis: crea un imaginario notablemente sorprendente con frases cortas y afiladas.

"La imagen de él había menguado, era como un ser de bolsillo, una moneda: su cara y su cruz." ("Errado el tiro")

"Ayúdame a sacarme la piel, quiero estar descalza." ("Esto es el vacío")

"Te llamo a voces. Como no hay viento, el llamado se cae al piso." ("Caza y pesca")

"En sus cuerpos siempre hay una siesta por venir." ("Mis dos hemisferios")


lunes, 12 de junio de 2023

Conversación con Fernanda García Lao a propósito de "Autobiografía con objetos"

 

Fernanda García Lao, Autobiografía con objetos, Barcelona, Kriller71 (2022)

https://kriller71ediciones.com/coleccion-poesia/autobiografia-con-objetos/

[Publicado en Quimera 469 en enero de 2023]

Narradora, dramaturga y poeta, Fernanda García Lao (Mendoza, Argentina, 1966) nos tiene acostumbrados a la sorpresa. Frases cortas y precisas que elevan nuestra percepción del mundo y nos sitúan en la azotea de las cosas. Autora de Nación vacuna (Candaya, 2020) y Sulfuro (Candaya, 2021), entre otros, publica en España el poemario Autobiografía con objetos (Kriller71, 2022). Dice aquí García Lao que «las ideas deben pronunciarse para que existan». Es así como la fuerza poética (en el sentido de hacedora de cosas) pone en pie este museo de la memoria de sus años del asombro. 

En Autobiografía con objetos me encontré con una especie de álbum de fotos y a la vez un diccionario personalísimo o un catálogo de algún museo que fue construyéndose en tu memoria. ¿A qué responde este ánimo de hacer repaso de la vida? ¿Qué fue lo que te llevó a esa voluntad de archivar? He practicado el ejercicio de la pérdida desde muy temprano. El primer exilio, obligatorio, significó distancia, anulación. Nací en tierra temblorosa, adicta a los sismos: las cosas que quedaron en Mendoza aparecieron bajo los escombros en la casa de mi abuela, producto de un terremoto que acabó con esa habitación en particular. La que guardaba lo nuestro. No hubo metáfora sino literalidad. La vida no se distrae con eufemismos. Este libro es un modo de rescatar lo perdido. En general, los inventarios se confeccionan antes. Yo lo hice después, apelando a la memoria. Pero soy bastante amnésica, es decir, quizás el olvido sea un método de supervivencia y escribir sea trabajar en contra. Sentí la tentación de recuperar. La escritura se parece a la arqueología: escarba, encuentra restos que ha de conectar, traza líneas temporales y parentescos. Asume un universo ausente. Hice auto arqueología íntima. Digo, no había tesoros que descubrir sino objetos simples que hablaron con discreción de mí. 

Al comienzo del libro, leemos una especie de advertencia donde explicas que «una biografía podría ser un repertorio de materia». Y los poemas nos presentan objetos y experiencias que parecieran inaugurales, fruto del asombro, la curiosidad o el accidente. ¿Cómo elegiste los objetos de tu autobiografía? ¿Las palabras también son objetos? ¿El lenguaje tiene cuerpo, ocupa espacio? El lenguaje es un cuerpo precioso. Y los objetos también. Ambos conversan con quien los toca, son reveladores. Decir es una elección de contacto. No da igual cualquier palabra, hacemos sintaxis de conexión. Me he pasado años buscando objetos y palabras. En el teatro, el vínculo entre persona/voz, objeto/cuerpo, y espacio/trayectoria crea un organismo único de poesía y significación. Vengo de ese vicio. De asociar cuerpos de distinta temperatura, es decir, de apelar a la discordancia. Estos objetos míos podrían ser considerados mi arquitectura efímera. Las piezas a partir de las cuales reconstruyo lo que perdí. Fueron apareciendo solos, unos trajeron a otros. Hay gente que paga trasteros porque no puede deshacerse de lo que ya no tiene lugar. Este libro es mi desván mental. Entro y salgo cuando quiero.

Tu escritura parece utilizar el lenguaje como semillas. Y la conciencia se expande en la mente del lector. Tu fuerza poética germina y consigue crear mundo. Podemos decir que ese es el misterio de la literatura. Hay en el libro muchas referencias al lenguaje de la literatura que no es el mismo que usamos como herramienta de comunicación. El lenguaje es «una bestia lúcida que mira de frente» o «el miedo escribe sin idioma». ¿Cómo trabajas con el lenguaje? ¿Hasta qué punto el lenguaje literario es capaz de describir las cosas o de crear otros mundos posibles? Oh, gracias por semejante lectura. Trabajo muy a oscuras, la verdad. Voy iluminando áreas a medida que avanzo. Como si prendiera luces de un espacio del que desconozco su dimensión. A veces encuentro sectores de tamaño generoso y otras, apenas habitaciones, un músculo o un cajón. Bachelard indagaba en la forma y, en su biología poética, habilitó un modo de escribir el mundo, donde la poesía era pariente pobre de la ciencia. O como diría María Zambrano, loca por demasiada razón, lúcida en su deliro, la poesía hace del lenguaje su lugar. Me gusta vivir ahí. Hago y deshago para perturbar al tiempo. Me seduce ocupar el mundo, probar sus instalaciones, pero la libertad de pensamiento es la única libertad. 

Eres una escritora anfibia, pareciera que trabajaras muy cerca de las fronteras de los géneros hasta conseguir desdibujarlas. También tienes la experiencia de la identidad extranjera o nómada. ¿Crees que esta borradura de fronteras en la vida repercutió en la construcción de tu poética? Creo que la escritura es una zona en sí. Y no quiero ponerle vallas ni puertas. La cabeza no las tiene. La vida me puso en marcha y la extranjería, estar fuera de lugar, duele al principio, pero es indispensable. Caminar y distanciarse, desplazar y contaminar el lenguaje, incluso quedar sin palabra, cuestiona y amplía la percepción de lo que fui. El mundo ha ido perdiendo su tamaño, es más fácil de abarcar. Antes irse era un verbo definitivo. Cuando no viajo, leo o imagino. Leer es un modo económico de mutar.

¿Te consideras una escritora argentina, inserta en esa tradición, o en una más general? ¿Qué piensas de clasificar la literatura por nacionalidades? Por momentos me considero argentina, por momentos marciana. Mi tradición existe en su impureza, como la de todos. Qué hacer con lo heredado es lo inquietante. Pero mis referentes no pertenecen sólo a mi tiempo ni a mi lugar de origen. Son mi familia espectral y, como tales, no respetan las leyes del cuerpo ni de la franja horaria. 

¿Cuál es tu familia poética o tus influencias a la hora de escribir poesía? ¿Y qué buscas como lectora de poesía? Mi familia es enorme y contradictoria. Hay decadentistas, médicos, inadaptadas, filósofas, desterradas. Algunas poetas muertas: Emily Dickinson, Mina Loy, Joyce Mansour, Olga Orozco, Anne Sexton, Marosa Di Giorgio, Susana Thénon, Juana Bignozzi. Algunas vivas: Anne Carson, Mary Ruefle, María Negroni, Robin Myers. Como lectora de poesía sólo espero dos cosas: el milagro o la gracia.

lunes, 16 de mayo de 2022

Fernanda García Lao y lo inquietante por dos

 

Fernanda García Lao, Sulfuro, Barcelona, Candaya (2022)


Prosa poética, de ritmo ágil y cadencioso; fraseo directo, como navajazos: García Lao despliega aquí una narración en segunda persona: la voz que narra se observa a sí misma y a la vez interpela directamente al lector. La protagonista se ha mudado a una casa nueva al lado de un cementerio y enseguida comienza una relación con un escribano viudo que tiene dos hijos. La casa tiene dos piscinas, en el agua aparecen cosas flotando: un tanga de raso, un murciélago muerto. Un aire inquietante lo inunda todo. Ella además ha sufrido dos abortos que ha enterrado: los abortos dieron plantas de quinoto. Menos mal que está la perra, tal vez el personaje más simpático de todos. 
"La perra te sigue hasta la puerta del auto como si entendiera la situación. Y eso te reconcilia. Te dan ganas de quererla, que sea tuya. Nada es tuyo en la casa de las dos piletas. Ni siquiera tus abortos, que se habituaron al sector de tierra en que los pusiste y se han mezclado con las plantas vecinas, olvidándose de su origen trágico."
Al poco nos vamos enterando de que su familia es bastante particular: madre suicida, padre proctólogo que apenas habla de sí mismo. Su niñez transcurre muy cercana a los dogmas católicos, se fascina con el misticismo. Porque rezar es "el mejor antídoto contra la imaginación". De hecho, por momentos parece capaz de hablar con su madre ya muerta. Pero ella viene de otro matrimonio, un concejal sin escrúpulos, que ejerce el poder sobre ella como si fuera su pertenencia.

Todo lo que le sucede parece como si le sucediera a otra, de ahí el desdoblamiento, verse a sí misma desde fuera, narrar en segunda persona. Una mujer que es títere, objeto, obediente y siempre dispuesta a complacer. Y por supuesto que hay fantasmas en el cementerio, o al menos ella convive con ellos, como si no estuviese ni viva ni muerta, como si poco a poco se estuviese afantasmando ella también. 

lunes, 13 de septiembre de 2021

Fernanda García Lao o narrar a tajadas

Fernanda García Lao, Nación Vacuna (2017), Avinyonet del Penedès, Candaya (2020)

https://www.candaya.com/libro/nacion-vacuna/

Nación Vacuna es el nombre de un barco que viaja con destino a las islas M, precisamente las mismas islas donde sucedió una guerra contra Inglaterra que ganó la nación, o al menos así informa la Junta en prensa. El narrador se llama Jacinto Cifuentes, y su hermano trabaja en la Junta, y por eso recibe el encargo de preparar a unas mujeres para que suban al barco y vayan a las M, porque alguien tendrá que repoblarlas por fin con gente de la nación. En las M los supervivientes están enfermos y estas mujeres funcionan como antídotos: son mujeres-vacuna. Las mujeres son tratadas como cosas biológicas, ganado argentino, recipientes con finalidad patriótica.

"La ganadora del Proyecto Vacuna viajará a las M, secundada por dos finalistas. Los treinta infectados las esperan. Nunca los olvidamos, mienten. Hemos logrado una Vacuna que es un escudo de protección masivo. Pero no solo reanimaremos clínicamente a los sobrevivientes. Nuestra cruzada es moral, hace meses que viven sin hembras. Sodomizados, no son un buen ejemplo para la patria. Las seleccionadas vivirán con los héroes en los barracones hasta quedar preñadas. Las M resurgirán y de ellas nacerán niños sanos. Gracias a las hembras reconquistaremos el mito de nuestro más preciado pedazo de tierra."

Repleta de humor cínico, la prosa de García Lao tiene aquí un ritmo entrecortado. Frases cortas, con profusión de imágenes poéticas. Pero no solo las frases se despliegan como tajadas, los párrafos siguen la misma lógica. Fragmentos de la voz del tal Cifuentes, que por cierto, es hijo de carnicero.