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lunes, 25 de noviembre de 2024

Cristina Rivera Garza o escribir es político

 

Cristina Rivera Garza, Los muertos indóciles (2013), prólogo de Jorge Carrión, Bilbao, Consonni (2021)

https://consonni.org/es/publicaciones/los-muertos-indociles-necroescritura-y-desapropiacion

Necesario este libro de reflexiones acerca de lo que significa escribir en la era de las nuevas tecnologías, pero sobre todo de lo que significa escribir cuando el escritor ha bajado definitivamente de la torre de marfil y ya no se considera un genio inspirado sino un reescritor, pues asume que el hecho literario es más bien una cuestión de artesanía y oficio, una conversación con todo lo que ya se escribió, una manera de leer (tal vez la más productiva), un ser consciente del otro en la creación: palimpsesto sin duda, pero también comunicación. Escribir es político, viene a decirnos Rivera Garza: que nuestra escritura refleje también este mundo nuevo que habitamos, que imaginamos posible.

"¿Dices que el pasado se instauró en el poder pero sigues hablando de la originalidad como baluarte literario? ¿Te preocupa el estado de las cosas pero cuando escribes crees que la estética no va con la ética? ¿Estás dispuesta a transformar el mundo pero cuando narras te persignas ante la divina trinidad inicio-conflicto-resolución? ¿Te diviertes escribiendo como un loco o un niño pero a eso lo llamas ejercicios o apuntes y nunca 'literatura'? ¿Eres un as en las redes y haces mucho copy-paste pero cuando narras lo único que te preocupa es la verosimilitud? ¿Quieres trastocarlo todo pero te parece que el texto publicado es intocable? En resumen: ¿Estás en contra del estado de las cosas pero sigues escribiendo como si en la página no pasara nada?" 

lunes, 27 de julio de 2020

Marge Piercy: Mujer al borde del tiempo



Marge Piercy, Mujer al borde del tiempo (1976), traducción de Helen Torres, Bilbao, Consonni (2020)

Me decepcionó un poco Mujer al borde del tiempo. Tal vez porque tenía demasiadas expectativas sobre un libro de ciencia ficción feminista, con crítica social y una propuesta ecológica y medioambiental contundente para su tiempo (y para el nuestro). La protagonista, una mujer mexicana que tiene todas las de perder, está internada en un manicomio y recibe la visita de un ser de sexualidad fluida que la invita a viajar al futuro. El futuro es una sociedad igualitaria y ecológica, una panacea. Y nunca sabemos si esta panacea no es más que un delirio.
"Es curioso, pero la manera en que ustedes hablan me recuerda a la gente de... de la institución en la que estoy encerrada... La mayoría del tiempo no hablamos entre nosotros, pero hay... menos barreras que en el exterior. Sea como sea, de alguna manera siempre he tenido tres nombres dentro de mí. Consuelo, mi nombre de nacimiento. Consuelo es una mujer mexicana, sirvienta de sirvientes, silenciosa como una arcilla. La mujer que sufre. La que carga y soporta. Después soy Connie, la que se las arregló para ir dos años al centro de estudios superiores, hasta que Consuelo se quedó embarazada. Connie consiguió algún trabajo decente de vez en cuando y luchó por un subsidio para tener algo de dinero extra para Angie. Me metió en un bus cuando dejé Chicago. Pero fue ella la que se casó con Eddie, pensaba que era una decisión inteligente. Después soy Conchita, mi parte depresiva, mezquina y alcohólica que va a la cárcel, al loquero, que solo ama a hombres inútiles, que hizo daño a su hija..."
La historia se desarrolla sin sobresaltos, sin intención estilística alguna. (Tal vez sea una excelente lectura panfletaria, pero no es lectura literaria.) Esto viene a confirmar una vez más que importa mucho más el cómo que el qué, al menos para lectores acostumbrados a libros que pretenden dialogar con la literatura.