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lunes, 27 de febrero de 2017

Siete novelas al hilo del complot en la literatura argentina



Roberto Arlt (1935)
Hay una tradición de la literatura argentina que me interesa sobremanera: la centrada en la temática del complot, la conspiración, lo revolucionario como desestabilizador.


De esto escribió Ricardo Piglia: un artículo que releo ahora. Se llama “Teoría del complot”. La ideología también es narración, y el Estado construye sus propias narraciones como ficción, como se construye una novela. Decía Piglia:

“Si pensamos en algunos escritores centrales en el imaginario de la narrativa argentina como Arlt, Borges y Macedonio Fernández podríamos decir que es alrededor del complot que se constituye su noción de ficción. Sus textos narran la construcción de un complot, y al decirnos cómo se construye un complot nos cuentan cómo se construye una ficción. El ejemplo paradigmático es Los siete locos. Ha sido leída básicamente como la novela de Erdosain, pero creo que es la novela del Astrólogo la que tiene un lugar central. Es la construcción de un gran complot, los siete locos son los conspiradores, y es alrededor de la noción de maquinación que la novela constituye su eficacia. Y ahí Arlt captó algo. Ese es uno de los elementos que explican, creo, la actualidad que tiene Arlt.”



El argumento de lo desestabilizador parece plato preferido de los lectores desconformes. Los lectores desconformes piden desestabilizantes: piden a la novela que desestabilice la literatura misma (hasta donde sea posible). Si no desestabiliza, al menos que enrarezca. El mejor desestabilizante es sin duda el humor. El mejor enrarecedor, lo inquietante.

*

Pienso en siete novelas argentinas sobre el complot:

  1. Los siete locos (Roberto Arlt): Erdosain, un inventor pobre que acaba de casarse, ante el desprecio de su mujer por falta de dinero, comienza a robar en la empresa donde trabaja hasta que es descubierto y despedido. Entretanto, conoce al Astrólogo, un tipo que está formando una sociedad secreta que pretende derrocar al gobierno ante el descontento general de la población más desfavorecida.
  2. La purga (Juan Filloy), narra un congreso de pintura moderna (la Ortho World Painting Conference) celebrado en una isla paradisíaca: un congreso al que asisten pintores y críticos de arte invitados por un oscuro organizador que poco a poco revela sus intenciones de aniquilar todo arte degenerado y todos sus artistas y parásitos.
  3. El beso de la mujer araña (Manuel Puig) nos sitúa en la celda de una cárcel donde están encerrados un homosexual travestí y un preso político. La conspiración consiste en que el travestí, que está complotado con los carceleros, consigue que el preso confiese mediante la seducción, la ficción y el engaño.
  4. La Internacional Argentina (Copi): El protagonista de esta historia tiene noticias de una sociedad secreta que pretende ayudar a todos los argentinos que viven en París. De a poco, se va tramando un complot para investirlo presidente de la república, destino del que quiere escapar a toda costa.
  5. La ciudad ausente (Ricardo Piglia): Junior va detrás de la máquina que construyó Macedonio Fernández y que ahora ha sido encerrada en un museo con intenciones de destruirla, pues lo que al principio no era más que una máquina de narrar, se ha convertido, al incorporar las narraciones de la ficción del Estado, en un objeto peligrosísimo. El lugar más seguro para esconderla es un museo (o un libro).
  6. La historia (Martín Caparrós), novela total y monstruosa, expone un sinfín de materiales relacionados con una civilización protoargentina y su aniquilación. Evidentemente, la cosa pareciera que estuviese organizada como un complot: el último de los caciques está tan influenciado por su instructor extranjero y su concepción del mundo, que la civilización calchaqui no solo se desmorona por fuera (por la guerra con los barbudos), sino también por dentro.
  7. No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (Patricio Pron) nos expone el testimonio de unos cuantos escritores que asistieron a un congreso de escritores fascistas en la Italia de 1945 que termina por suspenderse pues se ha descubierto que uno de ellos, Luca Borello, ha sido asesinado. Esto me hace pensar en que los congresos son peligrosos y a la vez ideales para las conspiraciones.




lunes, 29 de agosto de 2016

Martín Caparrós, Echeverría y los Problemas

Martín Caparrós, Echeverría, Barcelona, Anagrama (2016)
http://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/echeverria/9788433998118/NH_564

Si acaso trata sobre algo, esta novela trata sobre la necesidad de construir una identidad nacional allá cuando la Argentina la necesitaba. ¿Quizá la sigue necesitando? ¿Quizá nunca se acaba esto de construir/transformar/modelar una identidad nacional? Echeverría viene a ser quien se propone semejante tarea ("Piensa que la Argentina es una identidad política o institucional pero no va ser un país mientras no tenga una identidad y que, para tenerla, debe tener una literatura: su literatura"), y sobre su vida y sus devaneos al respecto trata esta novela. Por momentos incluso pareciera que trata sobre el propio Caparrós (algún tipo de biografía encubierta), cosa que el mismo Caparrós sospecha en determinado momento. Pero sobre todo trata (y aquí la cosa se pone de verdad interesante) sobre la problemática de escribir novelas históricas, construir identidades nacionales, construir literaturas; es decir, la novela se enriquece con la hibridación: hay acá teoría de la novela (o la pregunta sobre la teoría: "Para empezar una literatura —para vivir— se precisan preguntas; respuestas debe tener quien quiera terminarla") y una interesentísima utilización de la cita entretejida con la peripecia.

(Hay también algo que llamaré "efecto Caparrós" en la performance de lectura no exclusivo de esta novela. Me refiero a que pareciera que sabe bien hacia dónde dirige al lector: todas las reflexiones que me fueron sobreviniendo durante la lectura van encontrando contestación en alguna parte del libro.)

Me la podría pasar copiando citas de los apartados "Problemas" que incluye cada una de las partes en que se divide la novela. Acá va una:


"El pasado es escritura pura: nada resulta más variable. Para creer que no lo es —que no lo fue—, para no aceptar el desarraigo de aceptar que lo que ya sucedió es infinitamente convertible, muchos recurren a la novela histórica. Los novelistas de novelas históricas creen que pueden decidir sobre la historia —cuando lo más interesante de la historia es que es indecidible, que ofrece todas las lecturas, que depende, como cualquier otro texto, del lector. Pero los novelistas de novelas históricas no soportan la ambigüedad, la duda, y definen los hechos, los pensamientos, las razones. Consiguen que el pasado se vuelva tan tonta, tan inútilmente previsible como cualquier futuro."

*

Después pensé en si los latinoamericanos que vivimos en España no necesitamos crear una literatura de la mixtura de la misma manera que ya vienen haciendo los latinos de Estados Unidos. ¿Deberíamos pensar esta literatura como genuinamente hispanoamericana? ¿O seguir haciéndolo como argentina, peruana, chilena, mexicana, boliviana, cubana, uruguaya, ecuatoriana, colombiana, venezolana, paraguaya, guatemalteca, nicaragüense, etcétera, atendiendo al lugar de nacimiento del autor, aunque ese autor resida en el extranjero? A veces temo que el asunto de la extranjería sea una cosa (¿obsesión?, ¿fatalidad?) propia de la identidad argentina, como antiguamente (antes de que existiera Israel) era propia del judío. De modo que pareciera que ser argentino es ser bastante extranjero. Y dice Caparrós:

"Claro que somos extranjeros: los argentinos somos extranjeros esenciales, siempre extranjeros, hijos de extranjeros, padres de extranjeros, buscadores voluntarios o involuntarios de la extranjería, condenados a la extranjería, tan extranjeros como aquellos primeros, esos colonos que vinieron a vivir así de lejos de sí mismos." 
 

lunes, 14 de diciembre de 2015

4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida

Martín Caparrós, La historia, Bogotá, Norma (1999)


"Jushila me mira porque sabe que nada más en el tiempo de mi padre Ramón cabe lo que le estoy contando, la historia mezclada."
En La Cuarta retomamos la narración desordenada de Oscar: aquí reflexiones sobre el amor, la procreación, los ritos prenupciales, la escuela de las "prostis castas", el tiempo, con referencias cada vez más constantes a una guerra con los barbudos aunque nunca se describa y saltos hacia la historia de Juanca y la muerte Larga y sus implicaciones en la vida de los habitantes de la Ciudad y las Tierras. Lo más llamativo de todo esto es cómo se va construyendo un pensamiento del más allá bastante cristiano, con su correspondiente dios, desde otro ángulo.
"Desde entonces, la vida les resultó un boceto de la vida verdadera: cada cosita que hacen en esta la van a hacer aumentadísima en la Larga: tienen que estar todo el tiempo con tremendo cuidado. Se condenaron."
Quizá el punto más inquietante en esta parte es la mención al error siempre presente en toda obra que se precie. Dice Oscar:
"Y si tiene que haber un error en mi obra, sería exquisito que mi error fuera el tiempo que declaro."
A saber cuál es el error de La historia.



Las notas más o menos siguen el mismo patrón, aunque parecen abundar, a diferencia de las otras, en un montón de dudas por parte del narrador y, en algunas partes, un recuento y resumen de todo lo que hemos leído. Llamativo es el Programa del tormento, práctica estética habitual en Calchaqui. Naturalmente me pregunto si Caparrós ha construido una enorme máquina-tormento. Sin duda hay, en todas las notas, un llamamiento al tormentoso disfrute de las listas y las enumeraciones, un placer tan George Perec, que por cierto, ya ha sido explícitamente homenajeado en el género Lista calchaqui del capítulo anterior: "Me acuerdo de...". 

Lo cierto es que todas las reflexiones que me fueron sobreviniendo durante la lectura van encontrando contestación en alguna parte del libro. Sirva de ejemplo el párrafo que sigue:
"Parece, más bien, como si cada fragmento fuera un sector estanco, sin relación con los demás; éste será, sin duda, uno de los principales argumentos de quienes nieguen la unidad de La Historia, junto con las diferencias evidentes entre la forma más o menos ordenada del capítulo 3 y la dispersión de los demás capítulos.


*
El quinto capítulo lleva por título Mi vida. Se nos dice que no forma parte del manuscrito La historia sino que es una adenda. Se trata del relato de Miranda desde su propio punto de vista. De cómo fue capturado y educado y de cómo llegó a ser el instructor de Oscar. De cómo, finalmente, salió de la ciudad y sobrevivió, y yo también sobreviví.

*
La novela es apabullante. Una impecable fiesta del lenguaje, la ironía y la paciencia. Una máquina que parece ir deshaciéndose, digna, para permanecer de otra manera, quizá en alguno de esos tiempos tan estravagantes, en la memoria que los rodea. Un repaso, a la vez, de la historia argentina y de la construcción de su propia identidad. 


Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida 

lunes, 7 de diciembre de 2015

3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera

«Quebrada de las Flechas - Argentina»
de Adam Jones
Martín Caparrós, La historia, Bogotá, Norma (1999)

La Tercera narra de manera sorprendentemente ordenada la historia de Juanca, el bastardo, y la revuelta por la Larga, que para entendernos significa que hay vida después de la muerte. No se escatiman detalles. Supongo que la manera de contarlo, como dije, sorprendentemente ordenada, es de alguna forma una manera de reflejar la llegada de un tiempo más parecido al que conocemos. Sin duda que en la revuelta las reminiscencias a la historia de la revolución cristiana son numerosas. Incluso llego a pensar que este tal Juanca más que solamente un revoltoso es un espía de los hombres barbudos (aunque en las notas se niegue una interpretación semejante).
"Les contó muy confuso que después de que lo tiraran de la Casa al estanque vagó unos días por la Ciudad, descalabrado, y huyó. Que cruzó las montañas del este y fue hacia el norte y pasó hambruna, hasta que empezó a trabajar en un campo de los hombres barbudos. Sobre ellos fue más confuso que con nada. Juanca pasó muchas estaciones cultivando maíz para los barbudos, aprendió su idioma y sus costumbres, tuvo y perdió dos hijos, se construyó una choza, peleó por ellos y recibió su mote: llegaron a quererlo. Pero no daba nombres, lugares, precisiones."
El resultado de la revuelta, en concreto, es que todo el pueblo deja de temer la muerte y se producen asesinatos y suicidios en cantidades considerables. Así se explica en las notas:
"Otra explicación es más increíble todavía: que fuera un agente de los españoles –entre los cuales, seguramente, pasó parte de su destierro, ver nota 4, cap. 3– con la misión de acelerar el desgaste de la Ciudad y las Tierras por cualquier medio a su alcance y que este medio haya sido, precisamente, la búsqueda y obtención de la vida larga. No me parece razonable. Sin embargo, si ese era su objetivo, terminó, gracias a Oscar, por conseguirlo."
 

De las notas, similares a las anteriores en cuanto que agregan material (en este caso, diccionario, gramática, sinonimia; el Tratado de la Suerte; la historia del descubrimiento, edición e interpretación del manuscrito en cuestión; código de conducta de los revoltosos o "largos"; fichas de los cinco primeros jefes; una guía de viajes; explicación de la Máquina del Tiempo que respalda el buen funcionamiento de cada tiempo elegido; La perdida perdida, obra de teatro de un mestizo, etcétera), destacaré un concepto sobre la falsedad (con mención a Fanon) que ha llamado poderosamente mi atención:
"Lo falso -falso según los criterios centrales- es la única posibilidad de creación que le queda a los países dependientes. Los centrales lo definen como falso para atraparlo dentro de sus modelos y despojarlo de sus potencialidades subversivas. Hay que reivindicar lo falso: nuestra única verdad está en la falsificación de sus verdades colonialistas."
¿Acaso no brilla aquí algo bastante cercano al alma de la novela que nos ocupa?
Lo falso y lo paródico, pues parodia y practica incontables géneros. 

Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida

lunes, 30 de noviembre de 2015

2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda

Martín Caparrós, La historia, Bogotá, Norma (1999)

La Segunda arranca con los recuerdos de juventud de Oscar, en los que comienza a aparecer el franciscano a quien dicta, Jushila/Miranda, que es también su preceptor (reminiscencias cervantinas):
"Hasta Jushila, cuando recoge mis palabras, piensa, supongo, que debe embellecerlas. Pensará, como ellos piensan, que la belleza depende de algunos recovecos. Y ahora me mira como quien dice señor cómo se lo imagina, sentado sobre mis pieles ralas, apoyado contra la pared que enfrenta al fresco."
Oscar divaga, pues la historia que nos narra es desordenada como ella sola. Nos habla de un médico en tiempos de otro Padre, Osvaldo; de los tapices predictivos en los que se anuncia su propia vida (donde, evidentemente, aparece la imagen de unos "hombres barbudos"); de Jushila y de cómo llegó a Calchaqui (recordemos que los calchaquíes estuvieron guerreando con los españoles durante aproximadamente cien años); de cómo vivían los antiguos y su gobierno; de la Casa, construida a imagen de la Naturaleza que los rodeaba, y de las maquetas-copia de la Casa y de las casas; describe algunos de los tiempos decididos por los Padres que le antecedieron; cuenta su rito de iniciación sexual y de aceptación a la edad adulta, entre otras cosas. 


*
"Los maquinistas son los más astutos: inventan, más que las máquinas, las horas que alguien va a pasar con su máquina: le inventan un futuro chico."
Caparrós el maquinista del lenguaje y mi ya semana entera en Calchaqui.

(A todo esto venía preguntándome, dada la importancia de la música en esta civilización, cómo será una música que nosotros escuchamos como duración y sucesión en el tiempo si los tiempos de Calchaqui son tan caprichosos y para nada lineales.)

*

De las notas destacaré el poema épico inaugural o Libro de los Principios, las "Memorias de mongui" (dícese del único ejemplo de género literario de ficción), la importancia del perfume y su tabla de perfumes y equivalencias de los estados de ánimo, el magnífico interrogatorio-diagnosis de la mujer enferma, el funcionamiento de la familia calchaqui, las consideraciones sobre el desnudo y la vestimenta del Libro de las Usanzas, que parece, a juzgar por su composición en octosílabos, el germen de la literatura gauchesca, y la descripción del Museo de las Cosas y sobre todo del Museo de la Diferencia o de las Cosas Deshaciendo:
"La última sala, en uno de esos golpes de teatro que abundaban en Calchaqui, muestra las destrucciones que fueron necesarias para construir las cosas expuestas en las salas anteriores. Hay árboles convertidos en madera, caracoles que resultaron nácar, piedras de mineral de hierro, una vicuña desollada. Sería alentador pensar que la nefasta decisión de Oscar, cuando por fin pudo elegir su tiempo, hundió algunas de sus raíces en esta idea que el Museo representa."

A pesar de la cantidad de información y de la cualidad lexicográfica de la misma (con sus incontables referencias cruzadas, que por otro lado nos llevan a releer, de alguna forma, lo que ya leímos o a la inversa -leer lo que releeremos), es asombroso cómo consigue insertar elementos de suspenso con sutiles anticipaciones de lo que vendrá. (Será por eso que sigo leyendo.)
 

También sabremos que rechazan la simetría porque acerca a los hombres a los animales y no a la tierra o el cielo, por ejemplo, pero en cambio fuman como locos, justo por lo contrario. Está aquello del relato del Padre Bruno y de cómo los animales aprenden (a lo Pavlov) y el asunto de los testamentos o la "aubiografía de los hombres mediocres"; unas crónicas de viaje a la Pampa; el misterioso Padre Néstor, de quien se sospecha que intentó instaurar la religión (los calchaqui no creen en dioses ni nada parecido); el sistema jurídico y el educativo a partir de la caza, y, citado in extenso, el importantísimo Libro de Morirse, un tratado de cómo se prepara la muerte, cosa a la que los calchaqui le prestan mucha atención. Por último, un extracto del Canto de los muertos por la Larga o canto a los mártiles de la revuelta a la que suspongo, y también deseo a estas alturas, nos adentraremos en el siguiente capítulo.

Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida