rumiar la biblioteca: abril 2024

lunes, 29 de abril de 2024

Gary J. Shipley: Los Inamovibles o el horror weird

 

Gary J. Shipley, Los Inamovibles (2017), traducción de Federico Fernández Giordano, Barcelona, Holobionte (2023)

https://edicionesholobionte.com/los-inamovibles-gary-j-shipley/

Una mujer muere y su esposo, el narrador, no puede moverla de casa, pero además el cadáver no se descompone y decide quedarse con ella, a los niños también les gusta seguir estando cerca de la madre. Pero este cuerpo extraño, que va soltando una especie de limo, comienza a provocar experiencias perceptivas fuera de lo común en todos ellos, incluso en la gente que pasa por la calle. Hay foros en internet que hablan sobre los Inamovibles, sobre sus experiencias con ellos: 

"No puedo más que suscribir lo que parece el último tema de interés en Los Inamovibles, y sobre el que todos parecen estar de acuerdo. La idea es que los cuerpos de los inamovibles son algún tipo de misteriosa mutación incipiente. También se dice que un día de estos experimentarán un cambio. Y que ese cambio tendrá la capacidad de revelar algo que aún no resulta definible para nosotros, pero que todos necesitamos. Me gustaría responder, aunque soy incapaz de hacerlo, que no existe ninguna necesidad de que nada sea diferente de como es."

Horror, cibersurrealismo weird, existencialismo atroz, esta nouvelle viene acompañada de otras piezas cortas en este volumen: un hombre que quiere comerse poco a poco su propia cabeza, una niña a quien le crecen piernas en las axilas... Shipley nos invita a viajar por sus controvertidas ideas:

"Pero el objetivo (si podemos complacernos con tales delirios teleológicos) no es tanto el extrañamiento, sino los consecutivos hogares que vamos excavando en él. Encuentra tu lugar en el hecho de estar fuera de lugar."

 

lunes, 22 de abril de 2024

Víctor Balcells o el amor es construir ciudades virtuales

 

Víctor Balcells, Discotecas por fuera, Barcelona, Anagrama (2022)

https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/discotecas-por-fuera/9788433999580/NH_698

Víctor acaba de separarse de Ur y se ha mudado a un piso compartido donde todos se dedican a posicionamiento web o diseño web o tráfico web, del mismo modo que el propio Víctor, que además de haber creado dos plataformas que por supuesto no dan dinero, Monstruopedia y Escribien, es aficionado a los videojuegos. Siempre lo fue, y solo dejó de serlo cuando conoció a Ur y empezaron a salir. Lo cierto es que ahora, mientras está en modo "duelo de desamor", va construyendo una ciudad virtual como si esta fuera una metáfora o más bien un memorial de la relación perdida. Sus compañeros de piso le hablan del Halo y de La Cúpula, la organización de hackers que lucha contra los efectos del Halo en la sociedad. ¿Qué es Halo? Algo misterioso o inexplicable que se transmite a través de todo tipo de contenido online (sobre todo a través de la pornografía) y que cambia el comportamiento de la gente. De eso va esta novela y de cómo el mundo virtual está lleno de carreteras y pasadizos que manipulan nuestra mente.

"Ella me dijo que lo ocurrido no era ningún juego y que más tarde, ya lo habían hablado, me introducirían en La Cúpula. Cuando pregunté qué era La Cúpula, Ju dijo: La organización para la que trabajamos. Cuando pregunté qué clase de trabajos hacían, ella dijo: Posicionamiento y propagación de antídoto, uno de los muchos que se desempeñan para combatir contra el Halo."

Novela que recuerda a El pasado de Alan Pauls pero en la era de internet, Discotecas por fuera viene a decirnos que el desamor es siempre un cuento de fantasmas, o que el amor postinternet es una isla de anhedonia. 

lunes, 15 de abril de 2024

Eloy Tizón o escribir es perseguir patos

 

Eloy Tizón, Plegaria para pirómanos, Madrid, Páginas de Espuma (2023)

https://paginasdeespuma.com/catalogo/plegaria-para-piromanos/

Un personaje recorre todo el libro como leitmotiv: Erizo, que aparece en casi todos los cuentos. A veces es escritor; otras, guionista, aventurero, reportero y casi siempre un hombre soltero. Tal vez el libro es un canto a la soledad, una plegaria por volver a estar cómodo en ese territorio que no es el de la pareja. 

A un escritor le proponen ser escritor fantasma; al guionista soltero se le muere una vecina; un hombre desembarca y reflexiona sobre Ella; una mujer convaleciente enumera todo lo que vio; unas internas de un colegio de monjas ensayan una obra de teatro; un reportero gráfico se ha ido a vivir a Detroit; Cordelia y Magnes se reprochan; un hombre participa en una especie de prueba en un escenario inhóspito que parece un videojuego (mi preferido), un hombre le escribe a Marianne, antigua pareja. 

Más que cuentos son relatos, pues no hay mucha acción. No pasan demasiadas cosas, el lector sigue las reflexiones del narrador. Los textos se sostienen por el trabajo de la prosa, que es verdaderamente notable, por las reflexiones ensayísticas y poéticas, por la ironía o humor triste. Me gusta especialmente que no se atengan al realismo, que puedan pasar cosas raras o sin explicación. 

"¿Escribir dices? No, gracias. Yo no quiero escribir. Lo intenté una vez. Buf. Qué pesadilla. Fue como perseguir patos. Una jaula de patos se abre, se escapan todos y tú tienes que atraparlos."

lunes, 8 de abril de 2024

Sorayda Peguero y la caribeñidad (cita)

 

Sorayda Peguero, Doce encuentros y una despedida, Medellín, Frailejón (2023)

https://frailejoneditores.com/products/doce-encuentros-y-una-despedida-sorayda-peguero-isaac


"Un escritor español que conocí en el aeropuerto principal de Santo Domingo me manifestó su deseo de descubrir la caribeñidad. Su interés me hizo pensar que la caribeñidad debía estar en el líquido amniótico en el que yo flotaba antes de nacer; sin embargo, como el pez de Foster Wallace, me costaba explicarle de qué está hecha. 

La caribeñidad tiene que ver con algo que Antonio Benítez Rojo decía que no sabía describir. Él lo llamaba una “cierta manera”. Es lenguaje, ritmo y también movimiento. Una estética del placer que remite a lo poético para exorcizar la violencia que se ha extendido siempre por todas nuestras orillas. La cosa colonial, las minas, los cañaverales, las dictaduras, los huracanes, la injerencia extranjera, los abusos de los mandamases, la exuberancia, la escasez. La caribeñidad tiene que ver con la brega diaria por vivir, intervenida a ratos por las distracciones que no nos sirven para ignorar que la cosa está difícil, pero sí para recordar que seguimos vivos."