rumiar la biblioteca

lunes, 22 de mayo de 2023

Pilar Romera o nada es lo que parece

 

Pilar Romera, Los impostores, Barcelona, Destino (2019)

https://www.planetadelibros.com/libro-los-impostores/302248

Novela de intriga y triángulos amorosos ambientada en la posguerra en Barcelona, Los impostores narra la vida de varios personajes entrelazados por Dora, cuyo hermano Albert acaba de ser arrestado por la policía. Corre el año 1949 y la ciudad se prepara para una visita del Generalísimo. Las calles han de estar limpias, hay que encerrar a los sospechosos habituales. Dora está casada con un tal Buenaventura, pero antes de eso lo estuvo con Joan. Luego está Miquel, amor adolescente de Dora que vuelve a aparecer. Y el policía Fuentes, que tiene a Paco (amigo de Dora y Joan) de confidente. 

Está claro que todos los personajes fingen ser otros, aunque de distintas maneras. Bien es sabido que aquellos años no daban para mucha sinceridad, porque ser auténtico costaba demasiado caro. Ya se lo dice la madre de Dora a su hija en uno de los capítulos más emotivos:

"Siempre te ha pasado lo mismo. No sé por qué esta vez tenía que ser diferente. Tu problema ha sido que nunca has querido hacer las cosas como es debido. Y eso, a la larga, pasa factura."

Novela entretenida y notablemente bien documentada, que juega con la tensión y las no siempre fáciles relaciones entre las personas, Los impostores nos viene a decir que, a veces, las decisiones que se toman se hacen con las manos atadas.

lunes, 15 de mayo de 2023

Rosa Ribas o la urbanización inquietante

 

Rosa Ribas, Lejos, Barcelona, Tusquets (2022)

https://www.planetadelibros.com/libro-lejos/348807

Una urbanización alejada de la capital, una que quedó a medio hacer una vez derrumbado el boom del ladrillo. Está habitada apenas, hay zonas que se vienen abajo, casas okupadas. Apenas un café, un badulaque y una gasolinera. Los pobladores decentes se ven a cada rato: reuniones de vecinos, fiestas. Dicen que se tienen que cuidar entre ellos, que los okupas son cada vez más. El ambiente es opresivo, a pesar de que están en medio del campo. 

"Cada vez que llega alguien aquí, le echo un vistazo, para ver quién es. Y qué tal es. Cuando llegaste ya había aquí una pareja que lleva unos meses ocupando un piso de la fase dos. Unos rumanos andan metidos en uno de los primeros bloques de esta parte. Por ahí [...] viven también dos familias que hasta tienen huerto y animales. Y por allá, tres chicos, me imagino que fugados... Ahora no somos tantos, pero han llegado a vivir por aquí hasta treinta personas. Y la mayoría son como tú y yo, discretos y precavidos, porque si no lo saben, se imaginan que los de la urbanización no nos quieren aquí."

Eso le dice el viejo Matías al protagonista masculino, un hombre que está fugado y no sabemos muy bien por qué. Ambos son okupas. Pero también está la mujer recién separada que trabaja todo lo que puede para cansarse lo antes posible e irse a dormir, una que vive con la gente decente, con la que poco a poco se va enemistando.

Apenas hay acción en esta novela de ambiente, un ambiente inquietante y electrizado con aires a Dogville. La prosa es neutra, de frase corta, con ciertos retazos irónicos cada tanto. Lo que viene a contarnos es la historia de una comunidad asfixiante y pretendidamente perfecta que se ve infestada por outsiders. Claro que la cosa se va complicando: hay muertos, una historia de amor, gente que se vuelve loca, niños perdidos. Rosa Ribas consigue mantener la tensión hasta la última página incluso cuando nada pareciera a su favor: personajes aparentemente rutinarios en un escenario semiderruido en medio de un páramo. 

lunes, 8 de mayo de 2023

Cristina Rivera Garza: amor, revolución, lenguaje, locura

 

Cristina Rivera Garza, Nadie me verá llorar, Barcelona, Tusquets (1999)

https://www.planetadelibros.com/libro-nadie-me-vera-llorar/88601

Joaquín es fotógrafo. Se especializó en fotografiar a locos, un trabajo rutinario como cualquier otro, como los que hacía antes: fotos de prostitutas, fotos de muertos. Estamos en México a principios del siglo XX. Joaquín es morfinómano y está obsesionado con una interna, Matilda, pues sospecha que ya la conoce del pasado, de un burdel. Intenta desentrañar su identidad, saberlo todo, tanto, que hasta se confiesa con el jefe del manicomio, Eduardo. Le cuenta sus cuitas de amor, hablan de mujeres, de sus obsesiones. Y escucha las historias de Matilda, que se ven mezcladas con los cambios políticos.

Al poco nos vamos dando cuenta de que el verdadero protagonista es el lenguaje. No solo porque Rivera Garza lo trabaja con precisión, con verdad rara, con extrañamiento de la percepción, sino porque la locura y el lenguaje siempre van juntos, porque el lenguaje es síntoma. 

"Hay ciertos términos que, en cambio, lo hacen sonreír con una arrogancia difícil de ocultar: los diagnósticos de 'imbecilidad', 'psicosis masturbatoria', 'susto', 'locura razonada', entre otros. Cada vez que los encuentra al final de los interrogatorios coloca signos de interrogación entre ellos, y luego de descartarlos, añade una nueva terminología con su pluma fuente. 'Toxicomanía', 'histeria', 'esquizofrenia'. Esos son los nuevos nombres para quienes han perdido el deseo por la vida."

Sumemos a esto la estructura de la novela: entretejida con informes reales sobre los locos, en tipología distinta, con fragmentos y voces y puntos de vista que van alternándose, Nadie me verá llorar se va armando como un puzle que primero parece psicótico, desmembrado (¿y acaso no se nos presenta así la realidad, acaso no aprendemos desde niños a colocar las cosas según un orden compartido?) y a medida que leemos se va montando, va construyendo sentido.

martes, 2 de mayo de 2023

Rosa Beltrán o un catálogo de especímenes humanos

 

Rosa Beltrán, El cuerpo expuesto, México. Alfaguara (2013)

https://www.penguinlibros.com/es/tematicas/39750-ebook-el-cuerpo-expuesto-9786071128591

Un hombre que trabaja en la radio va exponiendo casos de personas siguiendo algunas de las descripciones de El origen de las especies de Darwin. Es decir, se expone un fragmento del libro de Darwin y acto seguido leemos una historia que serviría como ejemplo. De tal manera que vemos cuentos intercalados como un álbum de coleccionista de especímenes raros.

Por otro lado, conocemos la historia del mismo Darwin, una historia que corre paralela. Así, tenemos varios textos en un mismo libro, todos ellos conectados por particularidades y rarezas del ser humano, todo narrado con una prosa límpida e irónica, que reboza sentido del humor, muchas veces bastante negro.

"Que usara la selección natural como pretexto para justificar un crimen les resultó de mal gusto. Pero que expusiera el caso de una mujer que pactaba con su chofer para que este matara a su marido era ir contra la ley. Era utilizar los medios de forma ilegal y, según dijeron, era haberme pasado de la raya. Antes, había tenido llamadas de atención de la radiodifusora, amenazas de recortarme el tiempo del programa, 'clarificaciones' sobre lo que podíamos transmitir y lo que no. Había una moral que cuidar."

lunes, 24 de abril de 2023

Mohamed Mbougar Sarr o el misterio del Rimbaud negro


Mohamed Mbougar Sarr, La más recóndita memoria de los hombres (2021), traducción de Rubén Martín Giráldez, Anagrama (2022)

https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/la-mas-recondita-memoria-de-los-hombres/9788433981257/PN_1083

Un escritor senegalés descubre una novela fascinante, un libro mítico y muy difícil de encontrar escrito por otro escritor senegalés al que llaman el Rimbaud negro. Se trata de El laberinto de lo inhumano de T. C. Elimane. Alrededor de este escritor y de esta novela transcurre la novela de Sarr. Estructurada por distintas partes narradas por diferentes voces, con fragmentos de la crítica de la novela y otros textos diversos, vamos conociendo la vida de Elimane y de todos aquellos que lo conocieron. Al final es el lector quien debe recomponer el puzle. 

"Lo que acabará pasando, sin duda, es que la Francia burguesa, para tener buena conciencia, consagrará a uno de vosotros y veremos de vez en cuando a un africano que alcanza el éxito o es erigido como modelo. Pero en el fondo, créeme, sois y seguiréis siendo extranjeros, independientemente del valor de vuestras obras."

Sarr construye una novela sumamente entretenida, muy hermanada con la estela de las grandes novelas de Roberto Bolaño. Tal vez se puede argüir que se nota la juventud del narrador, pues a veces echamos de menos cierta profundidad en la reflexión. Aparte de eso, y de que no hay grandes proezas estilísticas, la lectura es placentera y abunda en asuntos relacionados con Senegal, la literatura no occidental vista desde Occidente y lo que significa ser escritor a secas.

lunes, 17 de abril de 2023

Conversación con Franco Chiaravalloti a propósito de "Tangos en prosa"

 

[Publicada en Quimera 470 en febrero de 2023]

Por Franco Chiaravalloti

 Narradora y editora, Verónica Nieto (Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina, 1978) es autora de tres novelas: Qué haces en esta ciudad (Ril Editores, 2019), La camarera de Artaud (Trampa Ediciones, 2018) y Kapatov o el deseo (Balduque, 2015). Ahora reedita Tangos en prosa (Trampa Ediciones, 2022), una recopilación de cuentos que demuestran la versatilidad y elasticidad que ofrece la narrativa breve. Esta exploración de tonos, argumentos, personajes y territorios son un catálogo del amor de Verónica Nieto por la literatura.

 ¿Cómo nació Tangos en prosa? ¿De cuándo son estos cuentos? ¿Cómo fue el proceso de reedición?

Allá por el año 2014, cuando se pensaba que el libro electrónico había llegado para quedarse y que arrasaría con el formato en papel, Javier Blasco, catedrático de Literatura de la Universidad de Valladolid, me preguntó si tenía algún texto para inaugurar una editorial exclusivamente de libro electrónico y que funcionaría como spin-off de la misma universidad. Así nació Tangos en prosa, un libro de cuentos que recopila textos de épocas distintas, desde el año 2006 al 2019. La edición que presentamos ahora, de la mano de Trampa Ediciones, está revisada y bastante corregida: descarté tres cuentos con los que ya no me identificaba e introduje uno de 2019. También cambiamos el orden. Buscamos un recorrido más orgánico, que permitiera una lectura más fluida y que no siguiera un orden cronológico. Por eso casi me parece un libro nuevo. 

Al leerlos, mi impresión fue la de enfrentarme a un catálogo de tu habilidad para sumergirte en miradas muy diversas, con modos de expresión sumamente variados. ¿Qué significa el cuento para vos? ¿Qué te permite?

Confieso que soy más de novela que de cuento. Por eso, para mí, los textos cortos son un espacio de completa experimentación, de búsqueda, de laboratorio. Al releer los Tangos ahora, me doy cuenta de que estaba ensayando estilos distintos. Hay cuentos con una prosa más orgánica, musical (le doy muchísima importancia a la prosodia, a la musicalidad de la prosa, que es hacia donde tiende mi escritura), y otros más contenidos, con un lenguaje más neutro y donde importa más la imagen, el concepto.

Pienso que cada texto pide un estilo y un tono distintos. En este sentido, me parece que cuando escribo me pongo al servicio de la voz que narra el texto. No la fuerzo, solo escucho su dictado y le hago caso. Sobre todo, lo que no quiero es que se vea al escritor. Intento desaparecer del texto, que no se note mi presencia, que el narrador o narradora no sean la misma persona que soy yo. Me interesa calzarme los zapatos de otro, imaginar otra conciencia y otra mirada del mundo, la que sea que esté contando esa historia.

Sin duda que hay una variedad de géneros: humor, terror, drama, histórica, monólogo interior, nostálgico, juvenil... ¿Por qué tangos? ¿A qué responde el título?

El título responde a que todos los cuentos nos narran historias que son «un tango», en el sentido de que los personajes se lamentan de lo perdido, sienten nostalgia, se quejan por algo injusto. El título responde al imaginario del tango (en cuanto a las letras), pero también a ese tono a veces nostálgico, a veces pasional de la música del tango. Pero no solo hay drama sino también humor. La ironía, ese humor triste y resignado, siempre termina por aparecer en mi escritura. La ironía es un concepto que viene del coro griego, que comentaba las acciones que transcurrían en la tragedia. La ironía permite eso, alejarse, mirar las cosas desde un costado. El comentario termina por quitarle hierro al asunto, y eso suele provocarnos como mínimo una sonrisa. 

Los temas y ambientes son muy diversos también. Desde reescrituras de mitos griegos, cuentos que transcurren en la América precolombina, un cuento de un vampiro músico de jazz, el de una anciana que vive en las sierras de Córdoba con pasado nazi, o ese de las ratas de biblioteca. ¿Cómo nacen los cuentos?

Esta pregunta es difícil porque yo soy de esas escritoras que no programan lo que van a escribir. Soy de las que trabajan al dictado de algo misterioso. Algunos lo llaman voz, yo lo llamo simplemente escribir. Es como si al escribir se activara un mecanismo que no necesariamente responde a una idea preconcebida. Sin embargo, sí hay cuentos que nacen de imágenes, como la del vampiro que es pianista de jazz, y que se inspira en una escena que me pasó de verdad: yo estaba en una casa de campo y, al anochecer, un murciélago medio despistado se metió por la ventana y fue a aterrizar encima de un piano. Otro cuento es el del fin del mundo maya, que escribí en 2012, y salió algo raro, porque es un cuento de ciencia ficción narrado con un castellano antiguo. Para conseguir ese estilo, leí crónicas de la conquista. O el cuento de Heliogábalo, que tiene un tono elegíaco, propio de la época en que vivió este noble romano. El cuento de las ratas, en cambio, nació de un concurso, donde el requisito para presentarse era que la historia transcurriera en una biblioteca. Evidentemente, lo primero que pensé es en la expresión «ratón de biblioteca». Ahora me doy cuenta de que parte de la inspiración nace también de la propia literatura, de imitar estilos, del trabajo artesanal con el propio lenguaje.

Por último, ¿cuáles son tus referentes?

Acá voy a hacer trampa y voy a hablar de cuentos que me gustan mucho. Pero no sé si pueden ser referentes de los míos. Hay un cuento de Carson McCullers, «El aliento del cielo», que cada vez que lo leo me provoca una sensación de fracaso y tristeza enorme: trata de un tipo que solo publicó una novela; está en una fiesta de escritores porque se ha escapado del infierno que vive en su casa con su mujer, con la que se la pasa bebiendo y peleando. Otro cuento que me fascina es «Los carros de fuego», de Mario Levrero, en el que un tipo se empeña en conseguir un gato y, en su búsqueda, se sube a un autobús, llega a un barrio de las afueras y se obsesiona con jugar a la lotería; es un cuento delirante, ese dejarse llevar durante el acto de escribir me fascina y me divierte a raudales. Por último, cito los cuentos de Cynthia Ozick; en realidad admiro todo lo que ella escribe, porque consigue cosas que adoro: conversar con la tradición, una constante ironía, un estilo desenfadado y desparpajo en abundancia.