Angela Carter, La mujer sadiana (1979), traducción de Graziella Baravalle, Barcelona, Edhasa (1981)
Cuando reviso el
pensamiento de las mujeres me doy cuenta de que la mayoría de las veces
encuentro deconstrucción y poca nueva construcción, mucha parodia o mucha
queja, pero rara vez un planteamiento creativo que se atreva a mirar desde otro ángulo,
uno absolutamente libre.
Angela Carter lo ha
intentado y diría que conseguido con La mujer sadiana, por ejemplo, libro desaparecido del mercado. A primera vista,
el texto se limita a analizar a los personajes femeninos de las obras del
Marqués de Sade, pero entremezcla jugosas reflexiones que atañen a la ficción de
la mujer y al mito que de ella se ha construido, al cual Carter va despojando
de sus velos.
He elegido algunas citas que en conjunto conforman una pauta de lo que podríamos llamar "nueva narrativa femenina" según Angela Carter. Diríase que una novela como La pasión de la nueva Eva (1977) va casi tan lejos como este ensayo, aunque apoyándose en la ciencia ficción. (Siempre nos quedará la ciencia ficción.)
La primera: Evita narrar o pensar a la mujer teniendo relaciones sexuales en la posición del misionero.
"La posición del
misionero tiene otra gran ventaja, desde el punto de vista mítico; implica un
sistema de relaciones que identifica a la mujer con la receptividad pasiva del
suelo, con la riqueza y la fecundidad de la tierra. [...] El suelo que —¡cielos!—
soy yo misma. Es una noción altamente atractiva; casi me sedujo. Toda mujer
puede lograr, un lujurioso autoengaño, sentirse por un momento un ser de
naturaleza grande, creadora, fértil, abierta, viviente, anónima y cualidades
parecidas. Al hacerlo, se pierde totalmente a sí misma y pierde también a su
compañero."
La segunda: Piensa, aunque a primera vista resulte doloroso, en que la mujer ha de entrar en la Historia, esto es, tiene que abandonar el ámbito mítico y relacionado con la Naturaleza y lo salvaje y lo material y la fértil tierra que pisamos, etcétera.
"[...] las
relaciones entre los sexos están determinadas por la Historia y por el hecho
histórico de la dependencia económica de las mujeres respecto de los hombres.
Ahora este hecho pertenece al pasado y, aún en el pasado, solo era cierto para
ciertos grupos sociales y en ciertos periodos. Hoy en día, la mayoría de las
mujeres trabaja antes, durante y después del matrimonio. Sin embargo, la
dependencia económica de las mujeres sigue siendo una ficción creída y parece
implicar una dependencia emocional, que se da por supuesta como condición
inherente al orden natural de las cosas y se usa para consolar de sus bajos
salarios a las mujeres que trabajan. Trabajan; advierten que sacan muy poco
provecho de ello; y por lo tanto concluyen que en realidad no han trabajado en
absoluto."
La tercera: Sade, al otorgar a la mujer un papel activo en las relaciones sexuales, al tergiversar cual terrotista y aunque fuera mediante la violencia las relaciones matrimoniales, de alguna manera estaba dándonos al menos una pista (posiblemente no sea la única) del camino hacia la Historia.
"Sade [...] urge a las mujeres a joder tan activamente como sean capaces, de modo que impulsadas por su enorme y hasta el momento desconectada energía sexual, serán entonces capaces de abrirse camino hacia la Historia, y de ese modo, cambiarla."
La cuarta: Hemos de posicionarnos lo antes posible en la Historia, con sus ventajas y desventajas, hemos de emanciparnos del todo, hemos de follar de pie.
"En un mundo de hombres, ser mujer es automáticamente una desventaja, lo mismo que ser pobre, pero ser mujer es un poco más fácil de remediar. Si la mujer abandona la praxis de la feminidad, entonces es bastante fácil ingresar en la clase de los ricos, los hombres, siempre que una ingrese en los términos de esa clase."
La quinta (y tal vez la más inquietante): En cuanto la diosa haya muerto, en cuanto la mujer haya entrado plenamente en la Historia, puede que la raza humana, tal y como la conocemos, haya llegado a su fin.
"La diosa está muerta.
Y junto con la construcción imaginaria de la diosa, muere la noción de eternidad, cuyo lugar sobre la tierra era su útero. Si la diosa está muerta, la eternidad ya no tiene donde ocultarse. El último expediente de regreso al hogar nos es negado. Debemos enfrentarnos con la mortalidad, como si fuera la primera vez.
No hay posibilidad fuera del tiempo. Debemos aprender a vivir en este mundo, considerarlo con la suficiente seriedad, porque es el único mundo que conoceremos jamás.
Creo que esta es la razón de por qué tanta gente encuentra aterradora la idea de la emancipación femenina. Representa la secularización final de la Humanidad."