rumiar la biblioteca

lunes, 16 de marzo de 2020

Daniel Mella y la desolación de la vida cotidiana

Daniel Mella, Trilogía del dolor, Barcelona, Comba (2020)
https://www.editorialcomba.com/catalogo/libros/narrativa/trilogia-del-dolor/

Trilogía del dolor reúne las tres primeras novelas de Daniel Mella, Pogo (1997), Derretimiento (1998) y Noviembre (2000), tres textos de juventud que comparten el sentimiento trágico de las cosas, la crueldad y la violencia, la desolación de la vida cotidiana.  
Pogo tiene por protagonista a un joven profesor que parece desconectado de la empatía. Narrada con un aire pop y de cierta poética surrealista en imágenes impactantes.  
Derretimiento nos presenta la voz de un hombre inquietantemente cruel, lamborghiniano, que narra desde su extrañada percepción con aire expresionista, pesadillesco y kafkiano.  
Noviembre nos cuenta la historia de Guzmán, un hombre que se ha separado de su mujer Ana y cuya hija, Maite, ha desaparecido.
"Pero había otra cualidad esencial en ese cuerpo, tal vez la más determinante: la memoria. Ese bloque de carne almacenaba todo sin censura, absorbía el dolor y lo retenía con una fuerza para mí desconocida en ese entonces, y que luego se revelaría, bastante más tarde, inconfundible, como el odio más profundo." (Derretimiento)

lunes, 2 de marzo de 2020

María Gainza o narrar como pintar

María Gainza, El nervio óptico (2014), Barcelona, Anagrama (2017)
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/el-nervio-optico/9788433998446/NH_594

Libro de relatos o autoficción por cuentos (si fuera un palo del flamenco), que podrían leerse también como una novela fragmentada, novela de momentos personales y también familiares de una hija de la clase alta que ha optado por el camino de la rebeldía. Todo eso engarzado con anécdotas de pintores de todos los tiempos. 
"Creo que el arte que depende demasiado del subidón de un descubrimiento inexorablemente declina cuando se lo logra dominar por completo. Al confinar la pintura a una sensación visual, Monet tocaba solo la epidermis de las cosas."
Narrar como se pinta, es decir, con abundancia de descripciones, con pinceladas de neutra prosa comedida y más imagen/reflexión que acción.
"¿Acaso una buena obra no transforma la pregunta '¿qué está pasando' en 'qué me está pasando'? ¿No es toda teoría también autobiografía?"

lunes, 24 de febrero de 2020

Mariana Enriquez y la oscuridad

Mariana Enriquez, Nuestra parte de la noche, Barcelona, Anagrama (2019)
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/premio-herralde-de-novela/9788433998859/NH_636

Algo de esta novela conecta completamente con el imaginario adolescente: el mal, la oscuridad, lo inexplicable, el terror en todas sus variantes, lo esotérico. Partiendo de aquí, el resultado es fascinante porque está contado desde la tradición (Brontë de Cumbres borrascosas + Bolaño de 2666) y estructurado en varias partes que ofrecen distintos puntos de vista a propósito de los Bradford, una familia de clase alta que lo maneja todo a su antojo, que tiene lazos con lo más oscuro de la política y lo más oscuro del poder sobre las personas. 
"Los crímenes de la dictadura eran muy útiles para la Orden, proveían de cuerpos, de coartadas y de corrientes de dolor y miedo, emociones que resultaban útiles para manipular."
Es también una expansión del cuento "La casa de Adela" de Las cosas que perdimos en el fuego, casa en la que Adela, una niña, desaparece. 

Los Bradford necesitan a un médium para contactar con la Oscuridad, y para ello se sirven de un niño pobre, Juan, a quien utilizan en unas ceremonias horrorosas. Este Juan es un personaje muy ambiguo, por momentos es víctima, por momentos despliega una maldad delirante. Pero todo en él resulta fascinante, a la manera de Heathcliff de Cumbres borrascosas. Juan crece, se casa con una Bradford, tienen un hijo, Gaspar, y toda la tensión narrativa se centra en si Gaspar heredará la capacidad de dialogar con la Oscuridad. 
"Nadie la entiende, amiga, le dijo Juan, que descansaba con los ojos cerrados pero perfectamente lúcido. El problema no es si es posible entenderla. El problema es si habla para nosotros o solamente habla en su abismo, si lo que habla es el hambre sobre el vacío. Si tiene algo más que la inteligencia de la tormenta o la tierra cuando tiembla. Si es algo más que otra ceguera, solo que nos parece iluminada porque no la conocemos."

lunes, 17 de febrero de 2020

Natalia Carrero o cómo escribir sorteando la interrupción

Natalia Carrero, Letra rebelde, Madrid, Belleza infinita (2016)
https://bukinda.com/es/inicio/21-letra-rebelde-9788494186790.html

Novela gráfica de humor irreverente, Letra rebelde nos cuenta la vida de una mujer que no sabe si escribir o no y sobre todo cuándo hacerlo, cómo sortear las interrupciones de la vida cotidiana. Reflexiones que bordean la metaliteratura, cómo ser mujer-madre en los tiempos de ahora y qué significa escribir, si realmente es tan maravilloso como nos cuentan. Notables las páginas de lectura de esos ya clásicos consejos de escritura (Rilke, Carta aun joven poeta) o de pintura (Read, Carta a una joven pintora) intercalados con las interrupciones de la vida cotidiana. 



lunes, 3 de febrero de 2020

La novela deejay XI

Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.

Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con los posts La novela deejay, La novela deejay II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX y X utilizando un fragmento de El mesías de Estocolmo de Cynthia Ozick para explicar esa sensación de fascinación y brillante explosión mental que provoca un texto de vez en cuando, eso que busco incansable como se busca el deseo: 


lunes, 27 de enero de 2020

Rodrigo Fresán o visitar el palacio de la memoria

Rodrigo Fresán, La parte recordada, Barcelona, Literatura Random House (2019)
https://www.megustaleer.com/libros/la-parte-recordada/MES-107002

"Y esa es la única certeza: uno empieza a escribir para bien o para mal de verdad y como uno cuando por fin comprende que jamás podrá escribir como otro. [...] El Estilo. El Estilo Propio a partir de fragmentos ajenos."
La última parte de la trilogía de Rodrigo Fresán empieza con ese (el mismo) escritor (que ya es excritor) en un avión, porque parece que en el aire se activa la memoria, los viajes propician la introspección. Así, este libro que es mucho más estilo que "historia", que se presta mejor a escuchar (ejecutar) que a resumir su trama, despliega sus temáticas habituales (obsesiones fresanianas) pero lo hace desde el análisis de qué es la memoria para un escritor. ¿Qué es recordar para un escritor? Primero, como algo que más o menos se acerca a la parte teórica del asunto, y luego, siguiendo lo que hace poco Enrique Vila-Matas denominó como la "dinámica del me acuerdo" de Georges Perec: me acuerdo de eso y de lo otro y de lo de más allá, suponemos que muy cerca de la biografía de Fresán (y cuando digo Fresán piénsese en el escritor), esos episodios de toda una vida de escritor que fueron importantes para ese escritor. La educación sentimental de ese escritor. La visita a su palacio de la memoria, esas habitaciones en las que uno guarda cosas y se encuentra con cosas y a veces hasta crecen cosas que en principio no deberían estar allí.

Todo esto usando enumeraciones, citas intercaladas, diferentes tipografías, sus obsesiones: 2001 (la película), The Beatles, Nabokov, Proust, Bellow, el escritor IKEA, Ella, sus diatribas contra la autoficción y las costumbres a las que nos someten las nuevas tecnologías, ¿contar la historia de sus padres?, Vonnegut, su inexistente país de origen, un tal Nebel (¿Fogwill?), su hermana Penélope, el hijo de esta, su tío Hey Walrus, Pertusato, Nicolasito, Dylan, Glenn Gould, Philip Dick, la novela Drácula, Blade Runner, Barcelona y los escritores latinoamericanos, Barcelona y el independentismo (la anécdota de cómo la vicepresidenta regaló uno de sus libros), y mucho más, todo eso contado por nuestro superhéroe favorito: Bildungsro-Man. Un final a la de Fellini. Muchas risas, por supuesto.
"Había cada vez más narradores y cada vez menos escritores, pensaba él. Y estaba claro que unos y otros no eran lo mismo: no era lo mismo un gran escritor que un gran narrador (un gran narrador era suplantado por otro gran narrador sin gran dificultad y eran numerosos; mientras que los contados grandes escritores eran insustituibles y se iban acumulando para siempre y siempre dispuestos si se los llamaba). Los libros de los grandes escritores hablaban un idioma único y propio y muy difícil de aprender y de dominar por otros. Los libros de los narradores de diverso tamaño, en cambio, parloteaban todos con la misma lengua y emitían frases como redactadas por funcionales pero desapasionados autómatas."