La experiencia dramática
Avinyonet del Penedés, Candaya (2013)
http://www.candaya.com/laexperiencia.htm
Primera experiencia chejfequiana: impresión nouveau roman (por lo descriptivo-objetual), Juan José Saer (por lo argento-psicológico). De extraña estructura reflectiva (bipolar) en la que dos personajes conversan dejándose mimetizar por el entorno, adaptando sus reflexiones a medida que transitan ese escenario. Una mujer, actriz, que al referise a sus experiencias cotidianas e incluso al referirse a cualquier experiencia (pasada o por-venir), tiene la costumbre de descomponerlas, tal como le han enseñado en sus clases de teatro, en unidades mínimas dramáticas, o como debería desmontarse toda pieza dramática para que consiga el efecto catárquico o emotivo necesario. Su contrapunto: el acompañante, ese hombre-de-mirada-de-pájaro, que se desprende del aquí-ahora para simular mediante su escucha, su camino-cavilar, su propia farsa accidental, de la que salirse cuesta tanto como seguir en ella.
Una cita: "A Rose le gusta la idea de hacer ver que el público es anterior a los hechos, y por lo tanto debe aguardar a que las cosas comiencen". Y desde luego es lo que Chejfec solicita del lector: la paciencia con la que transitamos de la mano de ambos personajes, aguardando la acción durante toda la lectura, sin saber que mientras tanto engranamos una lectura-experiencia (monádica-dramática/pajaril-google maps) sin otra pretensión que ella misma, es decir: la de hacernos deambular a lo flâneur por sus páginas. Una lectura vagabunda, entre el recreo y la meditación.
Conservo intacta la idea de cuál es la vivencia quizá más difícil de escenificar: la experiencia de la pérdida, la frustración, el arrepentimiento, o más bien: el regusto levemente incómodo por ese algo que pudo ser y no ha sido.