http://www.librosdelasteroide.com/-asamblea-ordinaria
Asamblea ordinaria, de Julio Fajardo (Tenerife, 1979), es un conjunto de tres relatos que se nos presentan ordenadamente intercalados y que se desarrollan en ese territorio tan temblequeante y desestabilizante de la crisis financiera mundial en la que todavía, oh, lectores, estamos inmersos. Tres relatos, digo, que se nos ofrecen como un libro-asamblea con sus respectivos y diferentes tres puntos de vista:
- Uno contado por una mujer en primera persona que ha dejado de cobrar el sueldo aunque sigue trabajando mientras su marido, un desempleado de larga duración, se la pasa de reunión en reunión de activistas.
- El segundo contado por un chico de origen humilde y a pesar de ello de alto nivel educativo que trabaja en una oficina de un empresario de clase alta que va echando, poco a poco, a todos los empleados. Está narrado como una carta, con un interlocutor directo, de modo que predomina la segunda persona.
- Un tercer relato contado en tercera persona que narra la historia de una mujer viuda y de su sobrino que, a falta de recursos, se muda a vivir con ella.
"Decías que tanto el hostiazo financiero global como nuestra propia catástrofe nacional de economía y trabajo —y también todos los cambios y el mogollón de medidas que habían venido motivadas o justificadas por ese proceso—, en el fondo no eran sino los pasos sucesivos de una estrategia muy lógica y muy premeditada [...]. Decías que era un plan diseñado en base a lo que tenían calculado que los ciudadanos íbamos a ser capaces de soportar en cada fase, y concebidos más que nada para ir poco a poco acostumbrándonos a todos a tener bastante menos."
Hasta aquí, otro libro de relatos independientes que tal vez pueden leerse como novela coral y asamblearia sobre la crisis (donde, como en toda asamblea, nadie se pone de acuerdo), escrita con una interesante prosa templada, elegante, algo seria, de periodos largos y de reminiscencias orales. Sin embargo, Julio Fajardo pareciera que viene a decirnos que no solo habla de la crisis socioeconómica sino también de las pequeñas crisis desencadenadas en los personajes bajo la presión de semejante situación, y de cómo lo que en un principio parece algo panfletario y aquejado de un maniqueísmo simplista luego se descoyuntura, se desmarca o, para decirlo de otra manera, cobra ambigüedad y se parece más a la literatura y a la vida.
La crisis también es oportunidad, sálvese quien pueda, conócete a ti mismo, me escapo por la puerta de atrás.