rumiar la biblioteca: Librerías Gandhi
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lunes, 30 de marzo de 2015

Valeria Luiselli o el humor colmillo

Valeria Luiselli, La historia de mis dientes, México, Sexto Piso (2013)
http://sextopiso.mx/6569-la-historia-de-mis-dientes-valeria-luiselli/

¿Yo sé lo que quiero decir sobre La historia de mis dientes sobre Valeria Luiselli sobre las ganas que tengo ahora de leer Los ingrávidos, por ejemplo? 
No, no sé, y visité al subastador de posts con mucha esperanza pero poca billetera abultada, de modo que así me quedé, sin palabras. Con dientes pero sin palabras.

¿Esto es una broma? Un libro para sala de dentistas. Una historia hilarante, una biografía donde el desparpajo y la alucinación y el absurdo se despliegan en complejos sistemas de citas que el lector sigue a la perfección, sin confundirse ni equivocarse. 

¿Se acuerdan de aquella historia de Cortázar del vendedor de frases? Cuento sin moraleja. Aquí también se subastan muchísimas cosas: dientes, anécdotas, paradojas, etcéteras. Y una personalísima historia de la lectura, de redes literarias e influencias infames.

Comencé a leer y enseguida se desplegó mi propio mapa de sinapsis:
1. Laurence Sterne / Machado de Assís
2. Emma Reyes / Aurora Venturini / Hebe Uhart

Y cito solo a estos porque ni leí tanto ni en el libro son nombrados.

Aunque todo lo nombrado revela un gusto exquisito y un sentido del humor afilado. Escribe a lo vampiro, Luiselli, y supongo que esos colmillos prometen más banquetes. Banquetes a los que también invita a sus coetáneos.





 

lunes, 7 de julio de 2014

Antonio Orejudo o el adolescente está soñando

Anronio Orejudo,
Ventajas de viajar en tren (2000),

Barcelona, Tusquets, 2011
Sueños de adolescentes españoles chanantes y delirantes, sueño también del profesor universitario de literatura, o más que sueño, pesadilla y todo eso que te cuento sin venir a cuento, porque no hay sino sorpresas de una prosa ligera y al tiempo rítmica y sofisticada.

Cercano a Copi, Aira, Guebel y hasta a Laiseca y Levrero, de narrativa onírica y osada, en búsqueda constante de provocar al lector: asco, miedo, indignación, risa, desorientación, excitación. Tampoco pierde tanto el hilo de la narración, y eso es celebrable. Hilarante, pues, y al tiempo metaficcional: nunca olvida desnudar el pacto de ficción, y de paso algunos artefactos del varón.   

La narrativa de Antonio Orejudo puede resumirse con una cita de Ventajas de viajar en tren:
"Y todo eso, que en el tren le había parecido extraordinario, pero posible, verosímil y hasta divertido, sintió que se iba convirtiendo conforme ella lo relataba en una cómica sucesión de disparates, como esos sucesos perturbadores, como esas ideas geniales que se nos ocurren en sueños, y que al verbalizarlas se diluyen en el aire o dejan al descubierto su condición de gilipollez."

Antonio Orejudo,
Un momento de descanso,

Barcelona, Tusquets, 2011
Pero es denuncia también, porque el delirio no deja de cumplir una función social (y por eso enredo a Laiseca y su realismo delirante) que le da la vuelta a la realidad como un guante de látex, de látex o, bueno, ya me entienden, con tanta pornografía me obsesiono, pero este otro libro además de sexo habla de la universidad y de la corrupción y de las injusticias aunque con impecable sentido del humor, cosa que no deja de ser valiente, por otro lado, por el lado de la honestidad. Y también de la imaginación y la mentira, herramientas de todo escritor:

"Aunque eso me atormentó durante algún tiempo, al final comprendí que obsesionarse con distinguir nítidamente entre realidad e imaginación era un error operativo y conceptual que además conducía a la neurosis. Entendí que era más razonable -y también más exacto- considerar que la imaginación es un sexto sentido, tan fidedigno o engañoso como los demás. Al fin y al cabo, la vista también nos juega a veces malas pasadas. Hasta la razón nos resulta en ocasiones poco fiable, sin que por ello desconfiemos por principio de nuestros análisis o nos arrepintamos de tener circunvoluciones cerebrales."
Os dejo un vídeo (cortesía de Librerías Gandhi) con una breve entrevista:

lunes, 2 de junio de 2014

Juan Francisco Ferré o el espejo roto

Juan Francisco Ferré, Karnaval, Barcelona, Anagrama (2012)
http://www.anagrama-ed.es/titulo/NH_508

Espejo roto, me dije nada más comenzar la lectura. La escena fundamental (la supuesta violación del hombre poderoso a la mucama de hotel), y sobre la que se varía a la manera de improvisaciones jazzísticas, se ha reflejado en una sala de espejos y todos ellos se han roto. Han estallado, me digo, o el mismo autor ha detonado el caos para juntar después los pedacitos. Parece que le divierte hacerlo, a pesar de los cortes en los dedos. Finalmente las astillas del espejo (unas cuantas con restos de sangre ya seca) han quedado ordenadas de alguna forma inevitablemente lineal (otra cosa no puede hacerse con un libro), pero quizá pudieran haberse dispuesto de otra manera (o con toda probabilidad podemos leer las piezas de otra manera, y seguro que nos dan permiso).
Espejo y representación e impostura: recurrecia de la imagen, el escenario, el teatro del mundo, la farsa, el carnaval, desde luego.

"Los espectáculos tienen esa ventaja social sobre la ciencia y el saber. Se dirigen a todos, sin excepción, y excluyen la restricción o la privacidad de sus contenidos. Por eso quizá la democracia de los tiempos modernos se asemeja más a un colorido espectáculo de variedades para las masas que a una rigurosa exposición científica en una vetusta aula universitaria de élite."

Pero entonces llego a la mitad, a esa parte intermedia (o entreacto), el falso documental: divertido, me digo, algo parecido leí en La saga de los Marx, es lo primero que se me viene a la cabeza, a ver qué pasa luego.

Para mi sorpresa luego pasa lo mejor: la segunda parte es el reflejo invertido de la primera. O también: la segunda parte pone en evidencia que se puede abrir el libro por la mitad como una mujer se abre de piernas. O también: el libro ha sido construido desde el centro y se abre como un abanico.
Nada más empezar se nos advierte de la clave de lectura. Aparecen un tal Julio y un tal Ernesto (argentinos ambos) y una referencia a la primera parte: la suposición de un mundo paralelo citado en la carta al presidente norteamericano. Así que esta segunda parte es reflexividad de la primera, en el sentido de reflejo y también en el de reflexión. Si la primera nos muestra al dios K culpable y agresor, al animal político de dientes afilados y risa diabólica, esta segunda nos enseña a la víctima de un complot, un hombre a quien le han "hecho la cama" (nunca mejor dicho), el mismo que el tal Edison (el malo de la película) ha arrojado por el conducto de las basuras por intentar pasarse de listo con él. Esto nos recuerda aquello de que todo es porque está interpretado. La realidad, y con ella la verdad, no existe prístina y clara como a menudo anhelamos.

De más está decir que con ese personaje Ferré analiza y deconstruye los alcances y desmadres del poder, del capitalismo y de lo libertino, con desmesura análoga en estructura y estilo. Leemos y al tiempo releemos o rememoramos la Filosofía en el tocador de Sade, La historia del ojo de Bataille, Lolita de Nabokov, La saga de los Marx de Goytisolo, etc.

Quizá rechine un poco cierta misoginia, o mejor, ausencia de lo femenino, o tal vez no haya sido capaz de reírme lo suficiente de la ironía: mujer-maniquí, mujer-tonta, mujer-puritana, mujer-violada, mujer-indefensa, mujer-con ablación / mujer-malvada, mujer-sádica, mujer-perversa, mujer-pornográfica, mujer-mentirosa, etc. Quizá por esa llamativa ausencia de una mujer más o menos real (de la que en ningún momento, y a pesar de pretender ser una novela total, conocemos deseos y pensamientos, ni siquiera mediante el sarcasmo), tanta pornografía no consiga el mismo efecto erótico y cálido que otros textos (por ejemplo, los ya citados).

"Los hombres del siglo veintiuno queremos que la mujer sea creada de nuevo a imagen y semejanza del maniquí; con los mismos derechos y las mismas obligaciones que estos encantadores seres."


Novela ambiciosa, iluminadora, que enseña a escribir. Novela que invita a la reflexión y a reírnos (y tirarnos de los pelos) de lo absurdo de la sociedad que habitamos. 
Y si no os convencí, os dejo un vídeo (cortesía de Librerías Gandhi) donde el autor nos habla de Karnaval: