rumiar la biblioteca: abril 2020

lunes, 27 de abril de 2020

Ursula K. Le Guin: sobre la ficción contemporánea y la marginalidad de Borges (cita)

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de tiza (2018)
https://circulodetiza.es/autores/ursula-k-le-guin/

"Así pues, en mucha ficción contemporánea, las descripciones más reveladoras y precisas de nuestra vida cotidiana están atravesadas por lo extraño, o desplazadas en el tiempo, o ambientadas en muchos imaginarios, o disueltas en las fantasmagorías de las drogas y la psicosis, o se despegan de lo mundano para alcanzar repentinamente lo visionario y bajar a tierra desde sus alturas.[...] Y así pues, Jorge Luis Borges, un escritor de un país marginal, en un continente marginal, que eligió identificarse con una tradición marginal, no con la corriente principal del realismo modernista que fluía plenamente en su juventud, es un escritor central para nuestra literatura." ("Cosas que en realidad no están presentes")

lunes, 20 de abril de 2020

Marina Perezagua o seguirle la pista a un corazón

Marina Perezagua, Seis formas de morir en Texas, Barcelona, Anagrama (2019)
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/seis-formas-de-morir-en-texas/9788433998835/NH_633

Novela epistolar, Seis formas de morir en Texas nos cuenta dos historias paralelas: la experiencia de una mujer ciega que está condenada a muerte y la búsqueda de un corazón que ha sido trasplantado. El que anda buscando un corazón es uno de los desciendentes del trasplantado, de origen chino, pues según la tradición budista un alma no descansa hasta que descansa también su corazón. Además, la chica que está en el corredor de la muerte en Estados Unidos también recibe un trasplante de córnea y será, a la vez, donante de corazón. De ese modo esta novela nos adentra en el controvertido tema de los donantes de órganos condenados a muerte, práctica habitual en China, al parecer el mayor mercado de órganos, y también en Estados Unidos.
"Hoy sé que los reos más sanos y fuertes pasan de las prisiones a los hospitales después de haber firmado, bajo amenazas que conciernen a sus seres más queridos, una autorización como donantes de órganos."
Se puede objetar que la peripecia de esta novela está supeditada a la denuncia, y se tendrá razón. Pero Marina Perezagua despliega un estilo elegante y original: así, denuncia y estilo construyen este edificio que es más novela de forma (cartas, diarios, narradores diversos) que de acción.

lunes, 13 de abril de 2020

Theodor Kallifatides: guerras, amor y mujeres inteligentes

Theodor Kallifatides, El asedio de Troya, traducción de Nella García, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2020)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/el-asedio-de-troya/

Grecia, 1945. La aldea donde vive el protagonista está ocupada por los nazis. Hay alemanes por todas partes. Su papá aún no ha regresado de la guerra y su madre lo llora cada noche. Por la mañana va a la escuela, donde han contratado a una nueva maestra. El protagonista se enamora perdidamente de ella, como si la Señorita fuera la única salvación. Ella es la esperanza. Es cierto que también tiene una amiga, Dimitra, una joven inteligente y que parece tener interés en él, pero el muchacho solo tiene ojos para el amor imposible.
La cuestión es que durante los borbardeos, que es cuando se refugian en una gruta, la Señorita les va contando la Ilíada para distraerlos. Así la novela construye una historia dentro de otra historia, una guerra dentro de otra guerra, con el estilo irónico y tierno característico del autor. Lo llamativo es ese punto de vista de Dimitra, la muchacha inteligente. Sus reflexiones no tienen desperdicio:
"¿Por qué están aquí los alemanes? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué soy una chica? Odio ser una chica. Voy a acabar como mi madre. Jamás estudiaré nada, me casaré con un borracho y me quedaré embarazada dos veces al año." 

lunes, 6 de abril de 2020

Dolores Reyes o lo que sabe la tierra

Dolores Reyes, Cometierra, Buenos Aires, Sigilo (2019)
https://www.sigilo.com.ar/productos/cometierra-dolores-reyes/

La protagonista de esta novela es una jovencita que puede adivinar, que tiene visiones, que es capaz de ver más allá. Si come la tierra en la que alguien ha sido enterrado, es capaz de saber cómo ha muerto. La tierra le muestra cosas. Le cuenta secretos. La gente le lleva botellas llenas de tierra para que ella les diga qué pasó con sus seres queridos. Una idea magnífica. 
"Cada botella era un poco de tierra que podía hablar."
Uno imagina toda la novela a ritmo de cumbia villera. De hecho, está narrada con un lenguaje coloquial, fresco, rebosante de oralidad. Con episodios que no profundizan demasiado ni en los personajes ni en la trama, y quizá sea lo más flojo, aunque recordemos que se trata de una primera novela. 
La cosa es que la protagonista y su hermano Walter, que viven solos (su mamá murió, su papá no se sabe dónde está, su tía también se mandó a mudar), además de recibir constantes visitas de amigos, terminan por montarse el negocio de la videncia. Un día aparece Ezequiel, un policía con quien la protagonista tendrá un affaire, y le trae una botella con tierra de la casa de una chica que está desaparecida. Por primera vez es capaz de ver a una persona viva. 
"Me acosté en el suelo, sin abrir los ojos. Había aprendido que de esa oscuridad nacían las formas. Traté de verlas y de no pensar en nada más, ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada, salvo un brillo que miré con mucha atención hasta que se transformó en dos ojos negros. Y de a poco, como si la hubiera fabricado la noche, vi la cara de María, los hombros, el pelo que nacía de la oscuridad más profunda que había visto en mi vida. / Solo que la tierra no abrazaba su cuerpo. Eso me gustó. Tenía un vestido claro sobre la piel que la hacía verse más joven. Estaba acostada en algún lado. Estaba viva." 
A partir de entonces, la gente la busca para que ayude a encontrar a otras personas, para que ayude a resolver la autoría de ciertos crímenes.