https://www.sigilo.com.ar/productos/cometierra-dolores-reyes/
La protagonista de esta novela es una jovencita que puede adivinar, que tiene visiones, que es capaz de ver más allá. Si come la tierra en la que alguien ha sido enterrado, es capaz de saber cómo ha muerto. La tierra le muestra cosas. Le cuenta secretos. La gente le lleva botellas llenas de tierra para que ella les diga qué pasó con sus seres queridos. Una idea magnífica.
"Cada botella era un poco de tierra que podía hablar."Uno imagina toda la novela a ritmo de cumbia villera. De hecho, está narrada con un lenguaje coloquial, fresco, rebosante de oralidad. Con episodios que no profundizan demasiado ni en los personajes ni en la trama, y quizá sea lo más flojo, aunque recordemos que se trata de una primera novela.
La cosa es que la protagonista y su hermano Walter, que viven solos (su mamá murió, su papá no se sabe dónde está, su tía también se mandó a mudar), además de recibir constantes visitas de amigos, terminan por montarse el negocio de la videncia. Un día aparece Ezequiel, un policía con quien la protagonista tendrá un affaire, y le trae una botella con tierra de la casa de una chica que está desaparecida. Por primera vez es capaz de ver a una persona viva.
"Me acosté en el suelo, sin abrir los ojos. Había aprendido que de esa oscuridad nacían las formas. Traté de verlas y de no pensar en nada más, ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada, salvo un brillo que miré con mucha atención hasta que se transformó en dos ojos negros. Y de a poco, como si la hubiera fabricado la noche, vi la cara de María, los hombros, el pelo que nacía de la oscuridad más profunda que había visto en mi vida. / Solo que la tierra no abrazaba su cuerpo. Eso me gustó. Tenía un vestido claro sobre la piel que la hacía verse más joven. Estaba acostada en algún lado. Estaba viva."A partir de entonces, la gente la busca para que ayude a encontrar a otras personas, para que ayude a resolver la autoría de ciertos crímenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario