rumiar la biblioteca: noviembre 2019

lunes, 25 de noviembre de 2019

Ana Basualdo o las palabras son cosas

Ana Basualdo, Oldsmobile 1962 (1994), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica (2012)
https://www.fcede.es/site/es/libros/detalles.aspx?id_libro=12576

Dos adolescentes amigas van en busca de la casa de la novela Amalia, la primera novela argentina, en una siesta de verano; un niño va a casa de su abuela en el Tigre que años atrás fue la sede del periódico de su abuelo; siete hermanos contratan a una prostituta para compartirla entre todos (¿Blancanieves?); una muchacha intercambia poemas que recibe como iluminaciones amarillas (¿Borges?) por productos cosméticos; una mujer, no sabemos si alcohólica o de percepción resbaladiza, se mira al espejo junto a sus dos gatos. Estos son algunos de los cuentos de Oldsmobile 1962 reeditado varias veces, como si el mismo libro se negara a desaparecer, donde las atmósferas son raras; los paisajes, pueblerinos; los veranos están a punto de terminar; hay mariposas y gatos y muchas plantas y casas en ruinas y ríos y coches y espejos dados vuelta. Hay frases y citas como si las palabras mismas fueran cosas. Notables los cuentos con personajes femeninos, pues el imaginario que allí se narra está enrarecido o semiencantado o sorprendido de sí mismo.
"Julio, que también pretende saber esto, dice que yo, en lugar de pensar, es como si nadara. Y hablar me resulta tan difícil, dice, como le resultaría al nadador explicar con palabras sus movimientos en el agua. Es así. Pero las palabras, a veces, son tan grandes como los objetos que nombran. Cómo abrir la boca para que salga un árbol entero. Mucho menos una frase: vagones interminables, atestados. Carlos dice que es a propósito que no le hablo, para inquietarlo. Cuando lo repite más de tres veces, le grito alguna tontería de esas que no pesan nada, y me voy." ("Palma")

lunes, 18 de noviembre de 2019

Ginés S. Cutillas o qué será la literatura femenina

Ginés S. Cutillas, Mil rusos muertos, Madrid, Sílex (2019)
http://www.silexediciones.com/


El libro está enmarcado en un género llamado “ensayo-ficción”, un híbrido mezcla de novela, autoficción y ensayo. El resultado es muy bueno: la parte “novela-autoficción” consigue mantener al lector atento durante toda la lectura, mediante el suspense y la acción narrativa propia de cualquier ficción. Usa los mismos recursos. La parte “ensayo”, además, pone al lector en una tesitura de conversación con el texto. Esta doble vertiente además despliega dos tramas paralelas: la de la autoficción nos cuenta la historia de cómo el narrador consiguió dedicarse exclusivamente a la literatura. La del ensayo nos explica la investigación a la que tuvo que enfrentarse cuando lo invitaron a dar una conferencia titulada Microrrelato y mujer.

A mí me pareció muy estimulante la parte del ensayo, tal vez porque me toca de cerca. Mientras iba leyendo, iba preguntándome a mi vez lo mismo que iba preguntándose el narrador, iba conversando y contraponiendo mis propias ideas a las suyas.

La gran pregunta del libro es si existe algo llamado literatura femenina. A priori, para mí no existe una literatura femenina porque el autor cuando se sienta a escribir no creo que piense mucho en desde qué sexo está escribiendo. La literatura es unisex si la miramos desde el punto de vista de cómo está construida. Ahora bien, sí creo que hay ciertos temas que interesan más a las escritoras, que los abordan más, por el hecho de que se relacionan con las experiencias de las mujeres. Por ejemplo:

  • la procreación/el aborto
  • el tema del andrógino/hermafrodita
  • el posicionamiento de víctima, enfrentado al otro-poderoso (denuncia/reivindicación)

Me parece que Mil rusos muertos toma este punto de vista de víctima/enfrentado al otro-poderoso. Al mismo tiempo, podríamos decir que sigue la estructura narrativa de una novela de héroe, porque no se queda en la denuncia, en su posicionamiento de víctima, sino que supera los obstáculos, consigue oponerse al otro-poderoso. Hay además una transformación del protagonista, el personaje evoluciona.


También hace una maniobra de equiparar aquello que decía Virginia Woolf: la mujer necesita dinero y una habitación propia, con el artista de hoy (con independencia de si varón/mujer): el artista necesita tiempo (incluido en esta categoría: dinero y espacio). De modo que las categorías mujer/varón se transforman en Cutillas en pobre/rico. También es interesante la cuestión de cómo el espacio (en Woolf) y el tiempo (en Cutillas) determinan el tipo de género que se va a escribir. Si uno no dispone de suficiente tiempo, escribirá microrrelatos, dice Cutillas. Otro tema que subyace a este es el de la interrupción, el gran enemigo del escritor.

"[...] Woolf apenas gana dinero por su condición de mujer, nosotros apenas ganamos dinero por nuestra condición de creadores; y ahora añadamos el tiempoo mejor, la falta de él como una variable más a tener en cuenta casi un siglo después de su inmortal mensaje."

Volviendo al asunto de la literatura femenina, sí me parece que necesitamos leer más a las escritoras para que dejemos de decir que la mujer es un misterio. Nadie dice que el hombre es un misterio, sencillamente porque conocemos sus experiencias, porque las aprendimos desde la cultura. A mí personalmente me hubiese gustado conocer más experiencias de mujeres a través de la literatura, de películas, etcétera. Me parece que la cultura forja nuevos imaginarios que al final influyen en la vida de las personas, y si niñas y niños aprenden que existen muchos más itinerarios de vida posibles para las mujeres, aparte del papel tradicional de ama de casa/madre/esposa/hija/ayudante…, eso tendrá repercusiones en la vida de todos. Los modelos son sumamente necesarios.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Qué haces en esta ciudad: fragmento

Verónica Nieto, Qué haces en esta ciudad, Barcelona, Ril Editores (2019)
https://rileditores.quares.es/apex/f?p=2025:DETALLE-PRODUCTO:8442513617385::::P2_ID:19722


"Ah, sí, de seguro, Jaume, tenemos aquí mucha capacidad para fundar un país autónomo con gran talento intelectual y de innovación y de creación, con excelentes dotes para los negocios, e incluso genéticos, si nos mezclamos, a ver, necesitamos gente joven y de diferentes etnias y con ganas de conocerse, la mezcla es la verdadera revolución, la mezcla es lo más peligroso pues nadie querrá ir a ninguna guerra a pelearse con su hermano su amigo su pareja su hijo, je, je, je, es lo mejor, se ha de educar a la gente para que sea abierta y tolerante. ¿Tolerante?, bah, odio la palabra tolerante. ¿Qué pasa?, ¿qué has de tolerar tú?, ¿eres superior? Vaya por Dios, esto no tiene arreglo, Jaume, es imposible construir una sociedad igualitaria, sobre todo es imposible definirla, porque ¿existe la igualdad?, quiero decir, ¿somos todos iguales?, ¿tenemos las mismas oportunidades?, ¿somos verdaderamente democráticos?, ¿o somos monárquicos y jerarquizamos la sangre?, ¿somos algo coherente o pretendemos serlo o nos decimos que queremos una sociedad sin injusticias y enseguida damos la espalda y nos vamos a por otra copa de cava? ¿Vamos? Vamos, pero lo que quería decir… ¿Prefieres de esta o…? Por lo visto al ducado de Champaña se le atribuye la primera letra de cambio, siglo xiii, ¡la bebida preferida de los banqueros!, no pero yo… ¿Un gin-tónic?, bien, ya son horas, no nos vamos a discutir por la bebida que prefieras, digo yo, aunque la guerra es la madre de todas las cosas, de las naciones, de las etnias, de las culturas, ¡de los negocios!, y la paz no es más que una promesa porque la guerra no desaparece nunca, la guerra es guerra en cuanto existe la posibilidad de la guerra, la amenaza y la necesidad de protección, la necesidad de convenios económicos y de alianzas, y dime tú, ¿quién prefieres que nos proteja si no los yanquies, eh?, ¿comprendes?, un ejército europeo independiente, ¡bah! ¡Bu!, más bien ¡buuuu!, y los rusos al lado, otra posibilidad, todos fantasmas de la bipolaridad, a ver si van a tener que venir los rusos a liberar a Europa otra vez. ¿De los yanquies? Ja, ja, ja. Por eso: ¡buuuu!, ¿sabes qué te digo? Sí, que no vamos a darle más vueltas al asunto, el problema está en que cada uno quiere proteger a su retoño y por más que venga un japonés que sea el crack de las finanzas nosotros vamos a darle el puesto al sobrino del tipo con el que hacemos negocios y ellos colocan a nuestra sobrina y todos colaboramos, colaboracionistas somos, ¿cómo quieres cambiar eso?, cambiar el flujo circular del favor del compromiso de la genuflexión, ¿sabes lo que te digo? Además, como dijo Jaurès, un poco de internacionalismo aleja de la patria, mucho internacionalismo nos devuelve a ella. Pero a Jaurès lo mataron, ¿no?"

lunes, 4 de noviembre de 2019

Esther García Llovet y el gran escritor latinoamericano

Ester García Llovet, Cómo dejar de escribir, Barcelona, Anagrama (2017)
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/como-dejar-de-escribir/9788433998279/NH_578

Linda sorpresa este pequeño libro que se lee como un suspiro, un suspiro simpático. Con una prosa veloz, cercana e irónica, nos cuenta la historia de Renfo, el hijo del gran escritor latinoamericano ya fallecido, que está escribiendo la biografía de su padre y buscando un cuaderno con esos textos perdidos. Entretanto, aparece el abuelo, el papá del gran escritor latinoamericano, que es también un gran actor. Así que vemos a Renfo dando tumbos entre los consejos de los mayores y el peso de las generaciones que lo precedieron.
"Qué de puta madre sonaban las frases de mi padre, sonaban a verdad, a realidad pura y transparente, o mejor aún, hacían que la realidad quisiera parecerse a ella."