rumiar la biblioteca: Contar es escuchar
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lunes, 8 de marzo de 2021

Ursula K. Le Guin: la mujer es una invención muy reciente (una cita)

 

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de tiza (2018)
https://circulodetiza.es/autores/ursula-k-le-guin/

"Soy un hombre. pensarán que he cometido un error de género sin querer, o quizá que intento engañarlos, porque mi nombre de pila acaba en a, y soy dueña de tres sujetadores, y he estado embarazada cinco veces, y otras cosas por el estilo que sin duda habrán notado, pequeños detalles. Pero los detalles no importan. Soy un hombre, y quiero que me crean y lo acepten como un hecho, tal y como lo acepté yo misma durante muchos años.

[...] Las mujeres son una invención muy reciente. Precedo en varias décadas a la invención de las mujeres. De acuerdo, si son ustedes muy quisquillosos en cuanto a la precisión, las mujeres fueron inventadas varias veces en sitios sumamente distintos, pero lo cierto es que los inventores no supieron poner a la venta el producto. Emplearon técnicas de distribución rudimentarias y no hiciceron ninguna investigación de mercado, de manera que por supuesto el concepto no cundió. Incluso con el respaldo de un genio un invento tiene que hallar su mercado, y al parecer durante mucho tiempo la idea de las mujeres no entró en el balance final. Los modelos como el Austen y el Brontë eran demasiado complicados, y la gente se reía del Sufragista, y el Woolf estaba demasiado adelantado a su tiempo.

De modo que cuando nací, en realidad solo había hombres. La gente se componía de hombres. Toda respondía al mismo pronombre, el masculino; he ahí quién soy, pues. Soy el masculino genérico, como cuando se dice: 'Si un ciudadano necesita un aborto, tendrá que ir a otro estado', o: 'El escritor sabe dónde aprieta el zapato'. Ese soy yo, el escritor, él. Soy un hombre.

Tal vez no soy un hombre de primera categoría. Acepto de buen grado que quizá soy una especie de hombre de segunda o de imitación, un Él análogo. Como tal, soy al varón genuino lo que el palito de pescado cocido en horno microondas es al salmón real asado a la parrilla. Porque, vamos a ver: ¿puedo inseminar? ¿Puedo ser miembro del Bohemian Club? ¿Puedo dirigir la General Motors? En teoría puedo, pero ya saben adónde nos conduce la teoría. No a la cima de General Motors, y cuando una licenciada de Radcliffe sea presidenta de la Universidad de Harvard me despiertan y me lo cuentan, ¿vale? Aunque ya no será necesario, porque ya no quedan licenciadas de Radcliffe; fueron abolidas por considerarse innecesarias. [...] Nos han dicho que solo hay una clase de gente, y que son hombres. Y creo que es muy importante que nos lo creamos. Sin duda es importante para los hombres.

[...] Y eso viene a cuento de la verdadera chapuza que he hecho con el asunto de ser un hombre: ni siquiera soy joven. Justo cuando por fin estaban inventando a las mujeres, empecé a envejecer. Y seguí haciéndolo. Descaradamente. Me he permitido envejecer y no he tomado medidas al respecto, con una escopeta ni nada.

[...] Nací antes de que inventaran a las mujeres, y he vivido los pasados decenios tratando de ser un buen hombre y me he olvidado de seguir joven, así que envejecí. 

[...] Si no se me da bien lo de fingir ser un hombre ni se me da bien lo de ser joven, acaso podría empezar a fingir que soy una mujer mayor. No estoy segura de que ya se hayan inventado las mujeres mayores, pero merece la pena intentarlo."

El texto completo, aquí.

lunes, 27 de abril de 2020

Ursula K. Le Guin: sobre la ficción contemporánea y la marginalidad de Borges (cita)

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de tiza (2018)
https://circulodetiza.es/autores/ursula-k-le-guin/

"Así pues, en mucha ficción contemporánea, las descripciones más reveladoras y precisas de nuestra vida cotidiana están atravesadas por lo extraño, o desplazadas en el tiempo, o ambientadas en muchos imaginarios, o disueltas en las fantasmagorías de las drogas y la psicosis, o se despegan de lo mundano para alcanzar repentinamente lo visionario y bajar a tierra desde sus alturas.[...] Y así pues, Jorge Luis Borges, un escritor de un país marginal, en un continente marginal, que eligió identificarse con una tradición marginal, no con la corriente principal del realismo modernista que fluía plenamente en su juventud, es un escritor central para nuestra literatura." ("Cosas que en realidad no están presentes")

lunes, 22 de abril de 2019

Ursula K. Le Guin y Carson McCullers: escribir es confiar (citas)

Ursula K. Le Guin, Contar es escuchar, traducción de Martín Schifino, Barcelona, Círculo de Tiza (2018)
https://circulodetiza.es/libros/contar-es-escuchar/

"Ahora bien, ¿qué significa confiar en la historia? Para mí, significa estar dispuesta a no tener el control absoluto de la historia mientras la escribes. / Y eso explicaría por qué lleva tanto tiempo aprender a escribir. Primero tienes que aprender a escribir en tu propio idioma y aprender a contar historias en general: adquirir técnicas, práctica, todo eso, a fin de tener el control. Y luego debes aprender a soltarlo. [...] Resumiendo, debo confiar en que la historia sabe adónde va y, después de haberla escrito, confiar en que econtrará dónde ella y yo nos hemos salido del camino y cómo reencaminarla sin que se despedace. [...] Solo después de ello -por lo general mucho después- sabré plenamente de qué iba la historia y podré decir por qué debía dirigirse en esa dirección. Toda obra de arte tiene razones que la razón no entiende por completo." ("Una cuestión de confianza")

Carson McCullers, "El mudo" y otros textos, prólogo de Rodrigo Fresán, traducción de José Luis López Muñoz, Barcelona, Seix Barral (2007)
https://www.planetadelibros.com/libro-el-mudo-y-otros-textos/250169

"El autor raras veces percibe las verdaderas dimensiones de una obra hasta que está terminada. Es
como un sueño que florece. Las ideas crecen, echan brotes en silencio, y surge un millar de iluminaciones que se suceden día a día mientras la obra progresa. Las simientes crecen en la literatura como en la naturaleza. La semilla de una idea se desarrolla gracias al trabajo, al inconsciente y al forcejeo que se produce entre ambos. [...] Entiendo solo fragmentos. Entiendo los personajes pero la novela misma no está enfocada. El enfoque llega en momentos inesperados: nadie sabe por qué y el autor menos que nadie. Para mí, de ordinario, es la consecuencia de un gran esfuerzo. En mi caso las iluminaciones son la recompensa al trabajo. Para esas iluminaciones el autor depende al mismo tiempo del azar y de la belleza. Después de meses de confusión y de trabajo, cuando la idea ha florecido, la confabulación que se produce es un don divino. Siempre procede del subconsciente y no se puede controlar." ("El sueño que florece")