rumiar la biblioteca

lunes, 20 de junio de 2022

Tatiana Salem Levy o narrar la violencia

Tatiana Salem Levy, Vista Chinesa (2021), traducción de Mercedes Vaquero Granados, Barcelona, Libros del Asteroide (2022)

https://librosdelasteroide.com/libro/vista-chinesa

Esta la historia de una violación, o mejor, el testimonio de cómo narrar la violencia. Un relato desgarrador, emotivo e intenso, donde el cuerpo es el protagonista: el dolor, el placer, la anestesia. Vista Chinesa es un monte de Río de Janeiro al que la protagonista, una arquitecta bien avenida, iba a hacer footing habitualmente. Pero un día decidió cambiar el horario e ir por la tarde. Así comienza un relato de una de las experiencias más traumáticas de su vida. 

"A decir verdad, no sé si algún día tendré el valor de entregaros esta carta, de contaros que vuestra madre no es solo vuestra madre, vuestra madre es también esta mujer que vio al diablo frente a sí."

lunes, 13 de junio de 2022

Fernando Clemot o narrar el nacimiento del fascismo

 

Fernando Clemot, Fiume, Valencia, Pre-textos (2021)

https://www.pre-textos.com/escaparate/product_info.php?products_id=2058

Tristam Vedder, un periodista americano, vuelve muchos años después a Fiume, escenario de uno de los experimentos más inquietantes del siglo XX. Allí, el conocido poeta Gabriele D'Annunzio instauró una ciudad-Estado independiente con el primer gobierno fascista que se conoce, modelo después de Mussolini, y Tristam estaba allí en calidad de corresponsal. Treinta años después viaja con su mujer, su hija y yerno, un viaje por Europa cuyo destino final es visitar el lugar donde su hijo cayó en combate en la Segunda Guerra Mundial. Pero volver a los escenarios del pasado lo traslada al territorio de la memoria. 

"El problema de observar el nacimiento del fascismo ahora es separarlo del proceso de putrefacción que sufrió. Separar la carne podrida del hueso. Entender qué nos atrajo de aquello, por qué nos sedujo y qué lo llevó de Fiume a las fosas Ardeatinas, de la marcha sobre Roma a Treblinka. Cuesta aislarlo ahora de su degradación, miseria y derrota final. En 1919 el fascismo no era sinónimo de muerte, dolor o tortura. No era ni siquiera fascismo, no tenía nombre entonces, era una nueva dialéctica, una forma de combatir lo antiguo, una reacción extrema a todas aquellas políticas que habían llevado al mundo a una tragedia. Entre 1919 y 1922 aquel concepto era revolucionario, un movimiento tan fascinante como lo que estaba ocurriendo en Rusia. En Fiume puede que no fuera siquiera una ideología: era una estética. Todas las ideologías en el momento que se nombran como tales comienzan a parecerse: el socialismo, el nacionalismo, el anarquismo, el fascismo. Contienen todas un poso de obediencia y dogmatismo. Son una fe y, como tal, solo pueden arrastrar inevitablemente al enfrentamiento y, finalmente, a la muerte."

El gran acierto de Fiume es mostrarnos a un personaje que a medida que leemos se vuelve cada vez más antipático, pero también fascinante. Confiesa sus bajezas y nosotros, como lectores, nos compadecemos, y esa contradicciones nos pone en una situación realmente incómoda. Fernando Clemot, notable narrador de prosa envolvente y deslizante, nos arrastra (y nos dejamos) hacia lo más abyecto de la humanidad, hacia lo más abyecto de nosotros mismos.

lunes, 30 de mayo de 2022

Andrea Mayo o el maltrato (cita)

 

Andrea Mayo, La planta carnívora, Barcelona, Comba (2022)

https://editorialcomba.com/libros/narrativa/la-planta-carnivora/

"A veces crees que todo puede cambiar porque te dice que no se ha dado cuenta de lo que hacía, y te asegura que lo ha entendido y te pide perdón besándote cada herida, en una especie de paroxismo de arrepentimiento, y te suplica otra oportunidad y promete que tienes razón, jura que nunca más, argumenta miedo e inseguridades, experiencias traumáticas; una madre infantil y un padre violento y una hija mentirosa de un hombre infiel. Son pocos momentos. Y no son auténticos. Tienen propósito. Persiguen un fin. Forman parte de la trampa. Son como las promesas del jugador compulsivo, que cuando pierde asegura que no repetirá y que en cuanto se recupera olvida lo que ha dicho. Jura hasta que tiene bastante dinero para apostar otra vez."


lunes, 23 de mayo de 2022

Reinaldo Laddaga o crónica de Nueva York durante la Gran Pausa

Reinaldo Laddaga, Altas del eclipse, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2022)

http://www.galaxiagutenberg.com/libros/atlas-del-eclipse/

El coronavirus fue la Gran Pausa. Pero además, la pandemia puede leerse en clave de cuento de terror. Y así lo hizo Laddaga, con Edgar Allan Poe y esos cuentos suyos que muestran un espacio donde no se está ni vivo ni muerto: "El entierro prematuro", "Pérdida del aliento", "La máscara de la muerte roja", "Revelación mesmérica". Para colmo, el autor padeció el virus en carne propia. 

"Y tenían miedo: todos tenían miedo. Es que no les habían dado la indumentaria que una enfermedad tan contagiosa requería, de manera que por los pasillos caóticos se veía desfilar la mayor variedad de coberturas protectoras. Las doctoras y enfermeros se traían de sus casas lo que fuera que pudiera detener la transmisión del virus: anteojos de buceo, máscaras de metal como las que usan los soldadores, cascos de motociclista, guantes deportivos para las manos y bolsas de plástico para envolverse los pies. Y ese desfile ominoso de disfraces marchaba por pasillos donde los enfermos estaban acostados boca abajo en sillones y banquetas, con tubos de oxígeno en la espalda, como buzos en el lecho de una corriente evaporada, y en salas atestadas donde ocho pacientes estaban conectados al tanque de un respirador como si fuera a un pulpo mecánico y ruidoso."

Atlas del eclipse es una crónica de Nueva York durante la pandemia. Calles vacías, fantasmales. Camiones frigoríficos para conservar cadáveres. Cementerios. Pero al mismo tiempo, es la crónica del pasado de Nueva York, casi siempre en excursiones por el lado más desfavorecido de la ciudad, por las afueras. Las películas suelen mostrarnos mucho más a los ricos que a los pobres. Así, leemos historias entrelazadas que superponen capas de tiempo en los mismos lugares. Un mapa lúgubre con historia.

lunes, 16 de mayo de 2022

Fernanda García Lao y lo inquietante por dos

 

Fernanda García Lao, Sulfuro, Barcelona, Candaya (2022)


Prosa poética, de ritmo ágil y cadencioso; fraseo directo, como navajazos: García Lao despliega aquí una narración en segunda persona: la voz que narra se observa a sí misma y a la vez interpela directamente al lector. La protagonista se ha mudado a una casa nueva al lado de un cementerio y enseguida comienza una relación con un escribano viudo que tiene dos hijos. La casa tiene dos piscinas, en el agua aparecen cosas flotando: un tanga de raso, un murciélago muerto. Un aire inquietante lo inunda todo. Ella además ha sufrido dos abortos que ha enterrado: los abortos dieron plantas de quinoto. Menos mal que está la perra, tal vez el personaje más simpático de todos. 
"La perra te sigue hasta la puerta del auto como si entendiera la situación. Y eso te reconcilia. Te dan ganas de quererla, que sea tuya. Nada es tuyo en la casa de las dos piletas. Ni siquiera tus abortos, que se habituaron al sector de tierra en que los pusiste y se han mezclado con las plantas vecinas, olvidándose de su origen trágico."
Al poco nos vamos enterando de que su familia es bastante particular: madre suicida, padre proctólogo que apenas habla de sí mismo. Su niñez transcurre muy cercana a los dogmas católicos, se fascina con el misticismo. Porque rezar es "el mejor antídoto contra la imaginación". De hecho, por momentos parece capaz de hablar con su madre ya muerta. Pero ella viene de otro matrimonio, un concejal sin escrúpulos, que ejerce el poder sobre ella como si fuera su pertenencia.

Todo lo que le sucede parece como si le sucediera a otra, de ahí el desdoblamiento, verse a sí misma desde fuera, narrar en segunda persona. Una mujer que es títere, objeto, obediente y siempre dispuesta a complacer. Y por supuesto que hay fantasmas en el cementerio, o al menos ella convive con ellos, como si no estuviese ni viva ni muerta, como si poco a poco se estuviese afantasmando ella también. 

lunes, 9 de mayo de 2022

Juan Arnau: La mente diáfana (cita)

 

Juan Arnau, La mente diáfana, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2022)

http://www.galaxiagutenberg.com/libros/la-mente-diafana/

"En Occidente, Gottfried W. Leibniz, George Berkeley y, más recientemente, Alfred N. Whitehead y Niels Bohr trataron de rescatarla, pero con poco éxito. Este fracaso por parte de lo que podríamos llamar la 'ilustración periférica' (u 'olvidada') ha tenido consecuencias decisivas para el destino de Europa y, en general, del mundo occidental. Desde entonces, la conciencia, fundamento de la cultura mental, se considera un fenómeno tardío y de escasa relevancia en la evolución cósmica. Para el pensamiento indio antiguo, la situación es bien diferente. La conciencia, situada en el inicio mismo del cosmos, establece una distinción original entre espíritu y naturaleza que permite que ambos mantengan una relación amorosa y cognitiva. De esa relación emerge el mundo en que vivimos. El espíritu quiere conocer y penetrar en la naturaleza. Esta, a su vez, quiere ser atravesada y vivificada por el espíritu, en un acto erótico y sapiencial en el que encuentra su realización. [...] El yo y la mente pertenecen a la naturaleza, pero necesitan al espíritu si quieren lograr su plena realización. De dicha realización, que tiene muchos nombres (moksa, nirvana), basta con saber que supone la liberación del espíritu, que aunque siempre ha gozado de libertad, ha sido confundido por la magia de lo creado en la que él mismo ha participado desde el principio. / Samkara lo dirá de un modo elocuente: lo que llamamos universo no es sino 'el conocimiento que se conoce a sí mismo'. Pero para ser mundo, el conocimiento debe conocerse a través de cada uno de los seres vivos. Se sugiere que la conciencia, tan íntima, tan nuestra, en realidad no nos pertenece. Es luz reflejada venida de fuera. Entra en nosotros y vuelve a salir; por eso su apropiación es ilícita y, sobre todo, desagradecida. Desatiende los códigos elementales de la cortesía. Somos lunas, pero el ego se cree un sol. La luz es siempre refleja y recíproca y, en la vida humana, conciencia y atención. La búsqueda de una mente diáfana, que no ponga obstáculos al tránsito de la conciencia, se convertirá en uno de los grandes ideales de la cultura india."