rumiar la biblioteca

lunes, 11 de enero de 2016

Rebeca García Nieto y la psicología como narración

Rebeca García Nieto, Eric, Málaga, Zut (2015)
http://www.zut-ediciones.com/

Al principio es una pareja con hijo que llega a Nueva York para empezar de nuevo en la tierra de las oportunidades, pero Franz, austríaco, quien nos cuenta esta historia, se trae consigo el pasado de su familia y de su tierra y de su lengua y literatura, y su mirada está completamente teñida de la vieja burocracia austrohúngara y de un inevitable y angustioso tono kafkiano. Lo cierto es que la experiencia se va enrareciendo hasta el punto de volverse totalitaria y peligrosa. 

"Después de los inmigrantes, les llegó el turno a los perros. Como, a pesar de haber aislado a los extranjeros, la epidemia siguió su curso, pensaron que los portadores de la enfermedad eran las mascotas."

Ella, Cindy, una americana de origen judío, representa unos cuantos tópicos de la sociedad americana, de modo que la novela parece indicarnos que Europa y América juntos no pueden engendrar más que hijos con serios problemas psicológicos

Todo esto ha sido construido con frases cortas, precisas y de ritmo a veces repetitivo pero siempre ágil.  

Más interesante y bien lograda la segunda parte de la novela, que consiste en un cuestionario o entrevista por parte de un psicólogo a la pareja en cuestión. Puro diálogo y la idea de que el psicólogo construye narración a la manera de un escritor:
"—Cuando no le gusta el rumbo que está tomando la conversación, imprime giros circenses a la trama. En cuanto la atención se fija sobre usted, promueve luchas dialécticas entre los personajes para desviar la atención. Si lo que quiere es escribir una historia con la que todos estemos de acuerdo, debo advertirle que usted es el personaje menos logrado de todos nosotros."

*
Lanzo a Rebeca dos preguntas relacionadas con dos cuestiones que, cerrado el libro, permanecen latentes en mí:



1. Los primeros capítulos de Eric nos presentan Nueva York casi como una guía de viajes, pero al mismo tiempo se superponen todas las ideas de Nueva York que el protagonista trae consigo: las del presente y las del pasado, tanto es así que él mismo se pregunta si su mujer, cada vez que visitaba Viena, no estaría paseando por una ciudad que ya no existía. Perdona mi tendencia a lecturas formales, pero ¿crees que esta idea puede funcionar como metáfora de la propia lectura? Sería interesante que nos contaras si esta cuestión tiene algún significado más allá del expuesto.

Más que una metáfora de la lectura, lo que señalas tiene que ver con la profesión del protagonista de la novela. El padre de Eric, Franz, es físico y va a Nueva York a realizar un proyecto de investigación relacionado con el gato de Schrödinger. Según la física cuántica, la realidad es modificada, incluso creada, por el observador. En ese sentido, se podría decir que Franz crea el Nueva York por el que pasea; igual que crea su Viena natal, una Viena muy distinta a la que conoce su esposa. Por otra parte, nuestra forma de mirar el mundo viene determinada por nuestro bagaje. Imagino que los aficionados a la lectura “veremos” un Washington Square diferente a las personas que ni siquiera han oído hablar de Henry James. Y algo parecido les pasará a los amantes del cine cuando vean Tiffany en la Quinta Avenida.

2. Hay otra idea que encuentro sumamente interesante: la relación entre la construcción de un “relato” en la terapia y aquello que se construye como ficción. Desde tu experiencia como psicóloga, ¿qué puedes contarnos al respecto? ¿Cuáles serían las semejanzas y las diferencias?

Para mí, hay bastantes semejanzas. De alguna manera, el paciente viene a consulta con una narrativa concreta con la que explica lo que le está pasando. A veces hay que ayudarle a introducir “modificaciones” en su relato, señalar las contradicciones del mismo… Un poco la idea es ayudarle a construir un relato menos doloroso, pero sin imponer nuestra narrativa, que es un error común y un psicólogo no es un narrador omnisciente, por así decirlo. Por otro lado, te diré que hay una forma de psicoterapia llamada terapia narrativa que se utiliza en casos de Trastorno de estrés postraumático, por ejemplo. En este caso, la persona que ha sufrido un acontecimiento traumático trata de reescribir lo que le ha sucedido.



 

lunes, 4 de enero de 2016

Gail Parent o las chicas quieren divertirse

Gail Parent, Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York (1971), prólogo de Rodrigo Fresán, trad. de Zulema Couso, Barcelona, Libros del Asteroide (2015)
http://www.librosdelasteroide.com/-sheila-levine-esta-muerta-y-vive

Sheila Levine es una treintañera de los años setenta bastante acomplejada: no es suficientemente guapa ni suficientemente rica ni suficientemente ñoña como para contentarse con el papel que debería haber asumido hace tiempo. Las chicas tienen que casarse y formar una familia, las chicas tienen que seguir cumpliendo con el rol aquel. 
De modo que Parent ha construido una parodia bastante fresca y divertida de la novela rosa: la joven que a pesar de ser independiente y poco inocente y con ganas de divertirse, se ve obligada a enamorarse y a busca marido.

"Lo que significa que solo hay cien mil chicas judías como yo. Exactamente iguales que yo, con melenas que hay que alisar, narices que hay que enderezar, y todas buscando marido. TODAS BUSCANDO MARIDO. Pues bien, mis adorables judías, tengo buenas noticias para vosotras: a partir de ahora tendréis menos competencia. Sheila Levine ha decidido tirar la toalla. Se va a morir."

Diríase que el argumento suena remanido y anticuado, en lo que estoy de acuerdo, pero también podemos argumentar que si las chicas nos divertimos con esta nota de suicidio es porque, a pesar de los años transcurridos, muchas jovencitas siguen siendo educadas con la premisa aquella del príncipe azul.



lunes, 28 de diciembre de 2015

Emilio Renzi o una feliz meditación

Ricardo Piglia, Los diarios de Emilio Renzi - Años de formación, Barcelona, Anagrama (2015)
http://www.anagrama-ed.es/titulo/NH_551

"No pensar para poder escribir, o mejor, escribir para lograr pensamientos no del todo pensados que definen siempre el estilo de un escritor. Al menos esa es la tradición del Río de la Plata, Macedonio, Felisberto, Borges, el escritor vacila, no entiende bien lo que narra y es la contraparte de la figura despótica del escritor latinoamericano clásico que tiene todo claro antes de empezar a escribir."

Hay aquí entretejida una meditación sobre el tiempo y el narrar (que viene a ser la manifestación del tiempo en el texto), como si su formación de historiador estuviese siempre presente en esta narración medio real, medio ficticia (como toda pronunciación del yo). O mejor: como si su formación de historiador le hubiese ayudado a comprender con nitidez lo que significa narrar. Y también: este diario se lee como una novela.
"Releer mis 'cuadernos' es una experiencia novedosa, quizá se puede extraer, de esa lectura, un relato. Todo el tiempo me asombro, como si yo fuera otro (y es lo que soy)."
 
Además leemos la escenificación y lectura de Renzi-Piglia por otros Renzi-Piglia, con incontables injertos de diversos textos e intervenciones constantes (como bien explicó Patricio Pron) y también injertos emocionales para el lector (según terminología de Ignacio Echevarría), que me indujo a un estado de feliz meditación.


"Como siempre, me espera algo parecido a un mandato (de nadie), un mandato que yo mismo he construido para mí (escribir y ser un escritor). Tampoco sé si eso tiene sentido. Pero, igual, siempre, vuelve a insistir."
(Nótese en esa última frase la versión "positiva" de aquella de Beckett que decía algo parecido a "Fracasa otra vez, fracasa mejor".)

Bello y por momentos poco pigliano el estilo del último cuento, el que cierra el libro, "Canto rodado", que es a la vez la historia de su abuelo, la historia de la técnica narrativa de su madre (y tal vez la que Renzi utiliza), la historia de cómo han sido ordenados y transcritos estos textos que leemos y una invitación a continuar con los siguientes tomos, que esperamos cómplices de su felicidad.

En el fondo, ahora que acaba el año, envidio algo de la construcción de esta sofisticadísima prótesis de la memoria, pues como el mismo Renzi confiesa: "[...] mis cuadernos son para mí la máquina del tiempo".




lunes, 21 de diciembre de 2015

Granta - Outsider

VV.AA., Granta, 3, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2015)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/granta-3-outsider/

Los lectores de Granta están de enhorabuena: encontrarán aquí una selección de outsiders y escritores de los márgenes y escritores híbridos en todos los sentidos que nos llevan de inmediato al terreno confuso y resbaloso de la creación, al big bang de Onetti recostado en su cama de la mano de Rodrigo Fresán, a tres breves y maravillados cuentos de Andrés Ibáñez, a la Grecia de Cynthia Ozick, a quien deberíamos instituir como la Gran Sibila del comienzo de la Era de la Escritora con Sentido del Humor, a los helados planos del ojo-bisturí que todo lo ve de la reciente premio Nobel, Svetlana Aleksiévich (svet significa "luz") y su contrario, el punto ciego de Javier Cercas, ese instante de incertidumbre y de no entender de toda literatura que se precie, entre otros rarunos textos que cada cual sabrá transitar como funambulista o espeleólogo o buceador o practicador de la duermevela.
VV.AA., Granta, 2, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2015) - See more at: http://rumiarlabiblioteca.blogspot.com.es/2015/05/granta-matar-el-tiempo.html#sthash.NryDhfkx.dpufVV.AA.
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lunes, 14 de diciembre de 2015

4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida

Martín Caparrós, La historia, Bogotá, Norma (1999)


"Jushila me mira porque sabe que nada más en el tiempo de mi padre Ramón cabe lo que le estoy contando, la historia mezclada."
En La Cuarta retomamos la narración desordenada de Oscar: aquí reflexiones sobre el amor, la procreación, los ritos prenupciales, la escuela de las "prostis castas", el tiempo, con referencias cada vez más constantes a una guerra con los barbudos aunque nunca se describa y saltos hacia la historia de Juanca y la muerte Larga y sus implicaciones en la vida de los habitantes de la Ciudad y las Tierras. Lo más llamativo de todo esto es cómo se va construyendo un pensamiento del más allá bastante cristiano, con su correspondiente dios, desde otro ángulo.
"Desde entonces, la vida les resultó un boceto de la vida verdadera: cada cosita que hacen en esta la van a hacer aumentadísima en la Larga: tienen que estar todo el tiempo con tremendo cuidado. Se condenaron."
Quizá el punto más inquietante en esta parte es la mención al error siempre presente en toda obra que se precie. Dice Oscar:
"Y si tiene que haber un error en mi obra, sería exquisito que mi error fuera el tiempo que declaro."
A saber cuál es el error de La historia.



Las notas más o menos siguen el mismo patrón, aunque parecen abundar, a diferencia de las otras, en un montón de dudas por parte del narrador y, en algunas partes, un recuento y resumen de todo lo que hemos leído. Llamativo es el Programa del tormento, práctica estética habitual en Calchaqui. Naturalmente me pregunto si Caparrós ha construido una enorme máquina-tormento. Sin duda hay, en todas las notas, un llamamiento al tormentoso disfrute de las listas y las enumeraciones, un placer tan George Perec, que por cierto, ya ha sido explícitamente homenajeado en el género Lista calchaqui del capítulo anterior: "Me acuerdo de...". 

Lo cierto es que todas las reflexiones que me fueron sobreviniendo durante la lectura van encontrando contestación en alguna parte del libro. Sirva de ejemplo el párrafo que sigue:
"Parece, más bien, como si cada fragmento fuera un sector estanco, sin relación con los demás; éste será, sin duda, uno de los principales argumentos de quienes nieguen la unidad de La Historia, junto con las diferencias evidentes entre la forma más o menos ordenada del capítulo 3 y la dispersión de los demás capítulos.


*
El quinto capítulo lleva por título Mi vida. Se nos dice que no forma parte del manuscrito La historia sino que es una adenda. Se trata del relato de Miranda desde su propio punto de vista. De cómo fue capturado y educado y de cómo llegó a ser el instructor de Oscar. De cómo, finalmente, salió de la ciudad y sobrevivió, y yo también sobreviví.

*
La novela es apabullante. Una impecable fiesta del lenguaje, la ironía y la paciencia. Una máquina que parece ir deshaciéndose, digna, para permanecer de otra manera, quizá en alguno de esos tiempos tan estravagantes, en la memoria que los rodea. Un repaso, a la vez, de la historia argentina y de la construcción de su propia identidad. 


Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida 

lunes, 7 de diciembre de 2015

3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera

«Quebrada de las Flechas - Argentina»
de Adam Jones
Martín Caparrós, La historia, Bogotá, Norma (1999)

La Tercera narra de manera sorprendentemente ordenada la historia de Juanca, el bastardo, y la revuelta por la Larga, que para entendernos significa que hay vida después de la muerte. No se escatiman detalles. Supongo que la manera de contarlo, como dije, sorprendentemente ordenada, es de alguna forma una manera de reflejar la llegada de un tiempo más parecido al que conocemos. Sin duda que en la revuelta las reminiscencias a la historia de la revolución cristiana son numerosas. Incluso llego a pensar que este tal Juanca más que solamente un revoltoso es un espía de los hombres barbudos (aunque en las notas se niegue una interpretación semejante).
"Les contó muy confuso que después de que lo tiraran de la Casa al estanque vagó unos días por la Ciudad, descalabrado, y huyó. Que cruzó las montañas del este y fue hacia el norte y pasó hambruna, hasta que empezó a trabajar en un campo de los hombres barbudos. Sobre ellos fue más confuso que con nada. Juanca pasó muchas estaciones cultivando maíz para los barbudos, aprendió su idioma y sus costumbres, tuvo y perdió dos hijos, se construyó una choza, peleó por ellos y recibió su mote: llegaron a quererlo. Pero no daba nombres, lugares, precisiones."
El resultado de la revuelta, en concreto, es que todo el pueblo deja de temer la muerte y se producen asesinatos y suicidios en cantidades considerables. Así se explica en las notas:
"Otra explicación es más increíble todavía: que fuera un agente de los españoles –entre los cuales, seguramente, pasó parte de su destierro, ver nota 4, cap. 3– con la misión de acelerar el desgaste de la Ciudad y las Tierras por cualquier medio a su alcance y que este medio haya sido, precisamente, la búsqueda y obtención de la vida larga. No me parece razonable. Sin embargo, si ese era su objetivo, terminó, gracias a Oscar, por conseguirlo."
 

De las notas, similares a las anteriores en cuanto que agregan material (en este caso, diccionario, gramática, sinonimia; el Tratado de la Suerte; la historia del descubrimiento, edición e interpretación del manuscrito en cuestión; código de conducta de los revoltosos o "largos"; fichas de los cinco primeros jefes; una guía de viajes; explicación de la Máquina del Tiempo que respalda el buen funcionamiento de cada tiempo elegido; La perdida perdida, obra de teatro de un mestizo, etcétera), destacaré un concepto sobre la falsedad (con mención a Fanon) que ha llamado poderosamente mi atención:
"Lo falso -falso según los criterios centrales- es la única posibilidad de creación que le queda a los países dependientes. Los centrales lo definen como falso para atraparlo dentro de sus modelos y despojarlo de sus potencialidades subversivas. Hay que reivindicar lo falso: nuestra única verdad está en la falsificación de sus verdades colonialistas."
¿Acaso no brilla aquí algo bastante cercano al alma de la novela que nos ocupa?
Lo falso y lo paródico, pues parodia y practica incontables géneros. 

Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida