En La Cuarta retomamos la narración desordenada de Oscar: aquí reflexiones sobre el amor, la procreación, los ritos prenupciales, la escuela de las "prostis castas", el tiempo, con referencias cada vez más constantes a una guerra con los barbudos aunque nunca se describa y saltos hacia la historia de Juanca y la muerte Larga y sus implicaciones en la vida de los habitantes de la Ciudad y las Tierras. Lo más llamativo de todo esto es cómo se va construyendo un pensamiento del más allá bastante cristiano, con su correspondiente dios, desde otro ángulo."Jushila me mira porque sabe que nada más en el tiempo de mi padre Ramón cabe lo que le estoy contando, la historia mezclada."
"Desde entonces, la vida les resultó un boceto de la vida verdadera: cada cosita que hacen en esta la van a hacer aumentadísima en la Larga: tienen que estar todo el tiempo con tremendo cuidado. Se condenaron."
Quizá el punto más inquietante en esta parte es la mención al error siempre presente en toda obra que se precie. Dice Oscar:
A saber cuál es el error de La historia."Y si tiene que haber un error en mi obra, sería exquisito que mi error fuera el tiempo que declaro."
Las notas más o menos siguen el mismo patrón, aunque parecen abundar, a diferencia de las otras, en un montón de dudas por parte del narrador y, en algunas partes, un recuento y resumen de todo lo que hemos leído. Llamativo es el Programa del tormento, práctica estética habitual en Calchaqui. Naturalmente me pregunto si Caparrós ha construido una enorme máquina-tormento. Sin duda hay, en todas las notas, un llamamiento al tormentoso disfrute de las listas y las enumeraciones, un placer tan George Perec, que por cierto, ya ha sido explícitamente homenajeado en el género Lista calchaqui del capítulo anterior: "Me acuerdo de...".
Lo cierto es que todas las reflexiones que me fueron sobreviniendo durante la lectura van encontrando contestación en alguna parte del libro. Sirva de ejemplo el párrafo que sigue:
"Parece, más bien, como si cada fragmento fuera un sector estanco, sin relación con los demás; éste será, sin duda, uno de los principales argumentos de quienes nieguen la unidad de La Historia, junto con las diferencias evidentes entre la forma más o menos ordenada del capítulo 3 y la dispersión de los demás capítulos."
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El quinto capítulo lleva por título Mi vida. Se nos dice que no forma parte del manuscrito La historia sino que es una adenda. Se trata del relato de Miranda desde su propio punto de vista. De cómo fue capturado y educado y de cómo llegó a ser el instructor de Oscar. De cómo, finalmente, salió de la ciudad y sobrevivió, y yo también sobreviví.
Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida
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La novela es apabullante. Una impecable fiesta del lenguaje, la ironía y la paciencia. Una máquina que parece ir deshaciéndose, digna, para permanecer de otra manera, quizá en alguno de esos tiempos tan estravagantes, en la memoria que los rodea. Un repaso, a la vez, de la historia argentina y de la construcción de su propia identidad. Aquí la serie completa sobre La historia
1 - "La historia" de Martín Caparrós: Primera
2 - "La historia" de Martín Caparrós: Segunda
3 - "La historia" de Martín Caparrós: Tercera
4 - "La historia" de Martín Caparrós: Cuarta y Mi vida
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