rumiar la biblioteca: Eugenia Vázquez Nacarino
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lunes, 25 de febrero de 2019

Lucia Berlin o versiones de sí misma

Lucia Berlin, Una noche en el paraíso, traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, Barcelona, Alfaguara (2018)
https://www.megustaleer.com/libros/una-noche-en-el-paraso/MES-084008

Aunque este segundo volumen de cuentos de Lucia Berlin no produce el efecto del primero (Manual para mujeres de la limpieza), tal vez porque se pierde el factor sorpresa del descubrimiento, la voz simple y honesta de Lucia Berlin sigue emocionando: ella consigue el momento de verdad. Además, uno tiene la sensación de estar presenciando una variación de las narraciones del primer volumen, un anecdotario con distintas versiones de ella misma, de manera que se construye una historia de vida alternativa. Tal vez este efecto se deba a que en ambos volúmenes los cuentos se han ordenado respetando precisamente esa cronología biográfica.
A poco que se avance en la lectura, uno tiene una sensación bastante parecida a esta cita del cuento "Perdida en el Louvre":
"Todo lo que veía me resultaba vívidamente déjà vu, pero es que veía lo que había leído."

lunes, 2 de enero de 2017

Los misterios de Ozick

Cynthia Ozick, Cuentos reunidos (2004), traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, Barcelona, Lumen (2015)
http://www.megustaleer.com/libro/cuentos-reunidos/ES0087360

Déjenme que lo diga de una vez: Cynthia Ozick es inmensa, novedosa, divertidísima. Cynthia Ozick es la sibila a quien rendir tributo, encender velas e incienzo y quemar para ella nuestros mejores párrafos. Su lectura me provoca una intensa fascinación y a la vez perplejidad, tanta que enseguida siento deseos absolutos de inciarme en eso que ella hace, en los misterios de Ozick. Los misterios de Ozick parecen sencillos pero difíciles de encontrar en las librerías, señores. Fíjense: una mujer que escribe con un humor exquisito, ironía constante y, lo peor, sobre escritores (el Tema Prohibido). ¿Cómo se atreve? ¿Cómo lo hace?

A primera vista parece bastante fácil: relaboración de la tradición (y no solo la judía), relaboración de las mitologías (y no solo las judías), precisión, nada de florituras anochecidas, mucho desparpajo y pocas y contadas veces un párrafo poético (cuando toca). Utiliza comparaciones del tipo: "mascaba las notas al pie como si fueran caramelos balsámicos"; "un aire denso, pesado, caliente, sesgado y vehemente, como el aliento de un juez vengativo" (ok, aquí tal vez sobran adjetivos). Es mayormente realista, pero no se corta cuando lo irracional irrumpe con la fuerza de los huracanes. Pareciera que defiende la verdad de la ficción por encima de la verosimilitud (por eso algunos tildan sus escritos de alocados). 
"No importa, dice la Ficción; qué gracia, dice la Transgresión; ¿y qué más da?, se burla el Sueño." ("Dictado")
Además, es adorablemente metaliteraria: aquí hay poetas, escritores, pintores, actores, editores, críticos, intelectuales, traductores, seres mitológicos, Henry James y Joseph Conrad, un joven T. S. Eliot, plagios, lexicógrafos, rabinos, amanuenses, etcétera. Seres indignados, desesperados, hechidos de orgullo, enamorados, envidiosos o alelados. Seres obsesionados con algo (a la manera quijotesca, a la manera de esos personajes de las películas de Werner Herzog): piénsese por ejemplo en el protagonista de la excelente novela El mesías de Estocolmo, completamente obsesionado con que es hijo de Bruno Schulz, un delirio en toda regla.

Algunos la clasifican con la etiqueta de "escritora judía", como también se dice de Kafka que escribía "literatura judía". Por mi parte tiendo a pensar que el Holocausto pertenece a la Historia Universal. No sé por qué no se la llama simplemente "Maestra absoluta de la Metaliteratura", "por fin esa Mujer que Escribe para Todos", "llegó la Era de la Mujer con Sentido del Humor" y "queremos más de Este Tipo". 

"Saltaba a la vista que no era simplemente una historia, sino que apuntaba a mucho más, y ese 'mucho más' significaba en sí mismo mucho más. Ya solo con eso me amargué; son técnicas que se aprenden en esas lápidas huecas llamadas escuelas de escritura. A mí me parece que cuando uno quiere contar una historia, la cuenta. Estoy en contra de las máscaras y los trucos de la metáfora y la fábula. Por esa razón me atraen los cuentos de magia y fantasía: significan lo que dicen; en ellos los milagros no son símbolos, sino probabilidades condicionadas." ("Usurpación")

Déjenlo todo y léanla.
 
 

lunes, 9 de mayo de 2016

Lucia Berlin o el arte de que lo terrible suene divertido

Lucia Berlin, Manual para mujeres de la limpieza, traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, Madrid, Alfaguara (2016)
http://www.megustaleer.com/libro/manual-para-mujeres-de-la-limpieza/ES0142775#

Leer a Lucia Berlin es como leer a una especie de Hebe Uhart americana. Trabaja con lo biográfico, es irónica y dulce (aunque destila menos desparpajo), se fija en las pequeñas cosas, divierte y emociona. Leer este libro de título discutible es leer la vida de Lucia Berlin o, mejor, la novela de su vida. Frases como esta nos devuelven la confianza en los editores que comienzan a apostar fuerte por una auténtica escritura de mujeres (no estaría mal que lo hicieran también cuando están vivas):
"Una vez me propuso que fuéramos a echarnos en su furgoneta y descansáramos juntos un rato. [Están en una lavandería.]
Los esquimales lo llaman 'reír juntos'. Señalé el cartel verde lima, NO DEJEN LAS MÁQUINAS SIN SUPERVISIÓN."
O esta (que parece un chiste):
"Unos meses más tarde Melina se dio cuenta de que estaba embarazada. Loca de alegría, se lo contó a su marido. Él se puso hecho una furia. No puede ser, dijo, me hice una vasectomía. ¿Qué? Melina se indignó. ¿Y te casaste conmigo sin decírmelo? Lo echó de la casa a patadas, cambió las cerraduras. Él le mandó flores, le escribió cartas apasionadas. Durmió delante de la puerta hasta que al final lo perdonó."
O este otro fragmento, leído por ella, que podríamos llamar "la literatura como reconstituyente":





Manual para mujeres de la limpieza es un libro de relatos que se lee como una novela o como una biografía novelada o como una ficción autobiográfica antes de que se pusiera de moda el término. De hecho, entre todos los textos es llamativo el que lleva por título "Punto de vista", quizá el más (¿el único?, no, también ese de los talleres de escritura en la cárcel) metaliterario, o mejor, un manifiesto de cómo Lucia Berlin construye sus relatos:


Y me llama la atención porque hoy en día lo que la gente pide a gritos es precisamente lo contrario, el reality show.

Se habla aquí de alcoholismo, abortos, matrimonios y divorcios, hijos nacidos muertos, heroinómanos, carcelarios, cáncer e infinidad de cosas terribles, pero, como bien dice en el cuento "Silencio":
"No me importa contar cosas terribles si consigo hacerlas divertidas."
Esa es la clave. Pero también se habla de amor, amistad, atracción sexual, familia, compañerismo en el trabajo con una paleta de variados matices en todas las relaciones humanas. 
" [...] podéis mentir y aun así decir la verdad. Esa historia es buena, y suena verdadera, venga de donde venga." 


lunes, 16 de noviembre de 2015

Cynthia Ozick o los ruiseñores no cantan mejor que los cuervos

Cynthia Ozick, Cuerpos extraños (2010), traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, Barcelona, Lumen (2013)
http://www.megustaleer.com/libro/cuerpos-extranos/0107461

"Olvídate de los cuentos de hadas. En la vida real [...] los ruiseñores no cantan mejor que los cuervos." 

Bea, de quien se dice que "todo su cuerpo era una cesta de mimbre por la que se escapaban los viejos deseos incumplidos", se ve impelida por su hermano Marvin, un hombre furioso y controlador, a ir en busca de su hijo Julian que se ha escapado a París donde se ha casado con una rumana. Para colmo la hermana del joven se ha ido tras él y allí se ha quedado jugando a ser extranjera. Este es el comienzo de una historia desconfigurada a ratos y quizá por esa misma desconfiguración, adorable de continuo.

"Pensó: Qué difícil es cambiar la propia vida. / Y al cabo pensó: Qué tremendamente sencillo es cambiar la vida de los demás."
Pues la cosa parece fácil: Bea es incapaz de desprenderse de su historia y darle un vuelco a su vida (divorciada desde hace ya tiempo de un músico que ha terminado por abandonarla y dejarle nada menos que un piano de cola en su diminuto apartamento), mientras la familia entera de su hermano sufre transformaciones de todo tipo.

Pero a la vez es la historia de tres mujeres que, en plenos años cincuenta, es decir, en plena posguerra y comienzo de la guerra fría, son capaces de sacrificarse por los hombres al precio que cueste, de modo que somos testigos de las diferentes caras de la responsabilidad asumida por esas mujeres que se ven obligadas a sacar las papas del fuego, que se prestan a ello sin apenas rechistar.  

Cuerpos extraños es un artefacto compuesto de cartas y de capítulos narrados con impecable ironía donde los personajes van y vienen según convenga a la historia, donde la acción de construir la novela está presente y se torna adorable por sencilla y clara. Además reconstruye el París atestado de refugiados de la Segunda Guerra Mundial y los peligros acechantes, la sospecha constante, del "peligro comunista".

"Hablaban una lengua políglota, tenían un hambre melancólica grabada en su rostros extranjeros y cedían a extravagantes arranques que los llevaban a preguntar como locos, como si no toleraran una negativa. ¿Qué temían que se les negara? La normalidad, suponía, todo lo que les habían arrebatado."