rumiar la biblioteca

lunes, 19 de julio de 2021

Eduardo Ruiz Sosa o la enfermedad de la memoria

 

Eduardo Ruiz Sosa, Anatomía de la memoria, Avinyonet del Penedès, Candaya (2014)

https://www.candaya.com/libro/anatomia-de-la-memoria/

Pocas novelas tan ambiciosas como esta de Eduardo Ruiz Sosa. Novela que cuenta una historia bien conocida por todo latinoamericano: militares, activistas, secuestros, desaparecidos, libros prohibidos. Anatomía de la memoria es entonces un compendio de gente que está aquejada de la Enfermedad, que es la enfermedad del activismo o la revolución pero también la enfermedad de la literatura. Cuando la literatura y la revolución iban de la mano. ¿Alguien se acuerda de eso? Sí, alguien que ha dispersado la enfermedad de los que ya están muertos en los libros. Hay que contagiar de nuevo la enfermedad, hay que acordarse de lo que significaba estar enfermo. Alguien tiene que meter esa enfermedad en un frasco (encerrarla en un libro), y recetarla de nuevo.

Sin embargo, este argumento no es más que una excusa para que Ruiz Sosa despliegue una prosa realmente notable, hipnótica y deslizante, repleta de ironía soterrada, es decir, todo eso que configura lo que se suele definir como una prosa extraordinaria. Además, se sirve de recursos formales como el uso de la sangría francesa y una manera verdaderamente llamativa de cortar los párrafos: algo que por momentos se parece a la poesía y por otros a un diccionario. Un ritmo cercano al trance con un leve tono elegíaco. Pecado mío no haber leído Anatomía de la melancolía de Burton del que este libro es hermano. Sin embargo sí identifiqué un recurso que hace poco volví a leer en el Ulises de Joyce y que encuentro poco explotado y sin duda fascinante: el recurso de las preguntas. El recurso del narrador preguntando qué hacen los personajes, como si estuviéramos delante de la construcción, delante de aquello que se plantea el narrador y que normalmente queda silenciado:




lunes, 12 de julio de 2021

Jacques Derrida y el psicoanálisis

 

Jacques Derrida, Fueros. La melancolía de Abraham, traducción de Noelia Billi y Renata Prati, Buenos Aires, Katz (2021)

http://www.katzeditores.com/fichaLibro.asp?IDL=210

Libro que recoge una texto y una entrevista de Jacques Derrida relacionadas con el psicoanálisis. El texto, Fueros, juega con el concepto de "cripta", que define como un falso inconsciente, un inconsciente-prótesis, injertado. 

"El enclave de la cripta, entre 'el inconsciente dinámico' y el 'Yo de la introyección', forma, en el interior del Yo, del espacio general del Yo, una suerte de bolsa de resistencia, el quiste endurecido de un 'inconsciente artificial'."

La entrevista, La melancolía de Abraham, aborda distintos temas propios de la obra de Derrida, centrándose en su concepto/práctica de deconstrucción. Dice Derrida que la deconstrucción estudia ciertos conceptos en relación con su genealogía histórica, y para ello usa el lenguaje, y mientras lo usa está haciendo cosas. Ese lenguaje deviene una "escritura performativa". El concepto va cambiando de sentido a medida que se lo usa.

[...] al analizar por ejemplo la historia del concepto de 'amor', o el de 'justicia' o 'derecho', hago algo, hago gestos a través de la escritura, gestos de escritura, que son ellos mismos performativos, y que plantean y transforman por ende los 'conceptos' en cuestión."

"[...] lo que me parece muy importante en el aporte del psicoanálisis es que nos obliga a pensar la multiplicidad o la divisibilidad de eso que llamamos el 'yo', el 'sujeto', la 'persona': yo soy muchos, yo soy divisible. Y, como usted sabe, la divisibilidad es el recurso último de la deconstrucción. La deconstrucción se mete siempre con lo indivisible."

 

lunes, 5 de julio de 2021

Bohumil Hrabal (Fragmento del diario, 13/05/2021)

Vengo con unos días que tengo ganas de escribir, mono de escribir. Estoy corrigiendo una novela de Hrabal, Personajes en un paisaje de infancia, que está muy bien escrita. Con ese estilo que ahora se entiende como buena literatura, y lo es, sin duda. Un fraseo largo, desordenado. El personaje es una mujer que bebe mucha cerveza, que está un poco piripi, y nosotros seguimos su voz. El típico narrador del que desconfiamos. Tiene momentos bastante delirantes, con ensoñaciones del pasado, como si estuviera semidormida. Una especie de duermevela, y narrada con el desorden y la rapidez al mismo tiempo, sobre todo la rapidez de cambio de escena, siguiendo la lógica del sueño. La primera persona permite eso. A veces provoca confianza o, si no, la desconfianza. Pero aparte de eso, es un estilo clásico de la literatura del presente, no preciosista proustiana sino más a lo Kafka, y sin duda un estilo que dan ganas de escribir porque es muy bueno. Entonces me di cuenta de que tenía ganas de escribir y de que no estoy escribiendo nada, ni siquiera en el diario.

Pero la cosa de leer ese libro de Hrabal me dio nostalgia de esos momentos en que el párrafo sale solo, como si tan solo hubiera que escuchar la voz y ella dictara. Estoy desconectada de la voz. Y tal vez lo que vengo sintiendo es que echo de menos la voz. Echo de menos escribir algo. He perdido el fraseo y la costumbre y hasta la conexión rápida entre las ideas y las palabras, la narración, digamos, o digamos la voz, directamente, porque sin duda que eso es la voz. La voz que ya sale narrando directamente en el papel. Un narrador que escribe solo cuando encuentra su impostación, y dependiendo de esa impostación narra una cosa u otra.

lunes, 28 de junio de 2021

In the mood for love (Fragmento del diario, 12/04/2021)

Estaba viendo In de mood for love y me aburrí y pensé en que ya hace mucho que no escribo, y después pensé en lo que le dije al amigo a quien le gusta In the mood for love: que para escribir hay que tener algo que decir. Por eso sirven los diarios, para aplacar las ganas de escribir. Al menos así pienso yo, aunque debería escribir más, al menos en el diario, porque hace demasiado que no escribo y eso porque el amor me distrae. ¿Será por eso, realmente?

Pero no quiero hablar del amante, quiero obligarme a escribir, que es lo que me propuse al cerrar Filmin porque me estaba aburriendo con In the mood for love. Hay películas o series tan aburridas que consiguen que tenga realmente ganas de escribir, no en el sentido de “se me acaba de ocurrir una idea”, sino en el sentido de que tal vez escribiendo me aburra menos. Entonces recuerdo que a veces escribir es una fiesta. Ahora mismo ni siquiera suena música, pero estoy escribiendo más o menos rápido y comienzo a notar ese placer de los dedos dándole al teclado y las ideas que comienzan a borbotar improvisadas y a veces todo fluye directamente con las teclas del ordenador y entonces es maravilloso.

Escribir es también el acto de darle a las teclas, la parte orgánica y mecánica del asunto. Engancha. Tal vez mucho más que la función comunicativa de la escritura, que es cuando uno tiene algo que decir. Porque hay que tener algo que decir. A veces eso que uno tiene que decir viene mientras se está escribiendo, y entonces uno se sorprende de esa idea que vivía adentro, una idea que estaba a punto de salir o tal vez solo desarrollándose en la zona inconsciente.

(Solo llevo diez minutos escribiendo.)

No es tan fácil tener ideas, aunque uno se esfuerce y se obligue a entrar en el diario. Ahora podría releer las entradas más recientes, como para seguir una narrativa de mi vida, cosa que suelo hacer de vez en cuando, pero como he escrito tan poco últimamente, recuerdo más o menos todas las entradas de los últimos tiempos, en las que prácticamente siempre aparece este amante al que estoy viendo.

Eso lo sabemos y no hace falta estar hablando de él todo el tiempo, aunque esté prácticamente todo el tiempo en mi mente. Hablar del amor es algo pasteloso al final. Aburre hablar siempre del amor, porque el amor del que se habla es anhelo. Es difícil hablar del amor mientras está ocurriendo el amor, porque el amor suele ser absolutamente ñoño, y los amantes se quedan mucho rato mirándose a los ojos y sonriendo sin poder evitarlo y sintiendo felicidad, cosa que apenas se puede describir más que con la palabra felicidad.

(Quince minutos escribiendo. El tiempo es completamente diferente cuando se escribe.)

lunes, 21 de junio de 2021

Witold Gombrowicz y el talento (cita)

Witold Gombrowicz, Diario argentino (1986), traducción de Sergio Pitol, Buenos Aires, El cuenco de plata (2016)

https://elcuencodeplata.mitiendanube.com/productos/9789873743481/

"¿Qué valor puede tener en todo caso esta idea si no soy capaz de realizarla aquí, en mi diario? Sin embargo no logro hacerlo, algo me lo impide; cuando entre la gente y yo no existe una forma artística, el contacto se vuelve demasiado molesto. Debería tratar este diario como un instrumento de mi devenir ante ustedes..., obligarlos a que me enfoquen de cierta manera, de una manera que hiciera en mí posible (¡adelante, que aparezca esa peligrosa palabra!) el talento. Que este diario sea más moderno y más consciente y quede impregnado de la idea de que mi talento solo puede nacer en relación con ustedes, es decir que solo ustedes pueden incitarme al talento, es más: crearlo en mí."

lunes, 7 de junio de 2021

Roger Chartier: la vida cultural es cada vez más virtual (cita)

Roger Chartier, Lectura y pandemia, Buenos Aires, Katz (2021)

http://www.katzeditores.com/fichaLibro.asp?IDL=208
 

"En la misma investigación ya citada sobre las prácticas culturales de los franceses hay otro dato muy interesante: uno de cada seis franceses afirma que su vida cultural tiene lugar por completo en el mundo digital, particularmente a través de las redes sociales, los vídeos online, o los juegos electrónicos. Leen o escriben solamente en las pantallas. La mitad de estos individuos, que ya desde antes de la pandemia vivían en condiciones similares a las pandémicas, tienen menos de 25 años. La cuestión es, por un lado, saber si sus prácticas culturales van a mantenerse exclusivamente online o si en algún momento van a salir del mundo digital para encontrarse con otras prácticas, culturales o no. Por otro lado, podríamos preguntarnos también si esta minoría de hoy prefigura la sociedad entera de los lectores del futuro."