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¿Qué es La Cosa? ¿La Cosa Nostra? No, La Cosa es solo suya y menos mal. La Cosa es eso que anda rondándole a la protagonista durante toda la novela. La Cosa es miedo, es asco, es lo inevitable. La Cosa es el huésped inquietante, el inoportuno, el que no se va aunque se lo exijamos. El huésped acostumbrado a los velos, a enturbiar la realidad, a ver en la ceguera y en los ciegos algo bastante peligroso: desconfía de ellos, como enseña la tradición, porque ellos saben cosas que nosotros no sabemos. Ellos conocen La Cosa, la han aceptado, la alojan resignados.
"La presencia inconfundible que tantas veces había sentido durante la infancia, estaba en el cuarto, como antaño, solo que ya no se trataba de una niña sino de algo más difuso y descomunal, algo que no necesitaba un cuerpo para hacerse notar, y con ella aparecieran también el olor de la casa en aquella época; las voces; las hormigas del parque; las manos congeladas cargando la mochila hasta la esquina donde pasaba el autobús de la escuela; el rostro de mi padre, el nombre de Diego. Eso había sido mi vida, un instante, imágenes almacenadas durante años, sueltas ahora como una llamarada de cenizas."
Finalmente La Cosa es aceptada, pues, aunque implique acostumbrarse a lo subterráneo.
El huésped me recordó a Informe sobre ciegos, a Ensayo sobre la ceguera, pero sobre todo a la célebre conferencia de Borges sobre la ceguera.