Sara Mesa, Un amor, Barcelona, Anagrama (2020)
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/un-amor/9788433999030/NH_651
Las palabras son témpanos en esta novela. Están flotando sobre un mar helado que es la trama, donde el amor apenas existe, pues lo que vemos aquí es la historia de una obsesión. Una urgencia del ego que necesita apremiantemente satisfacer su orgasmo.
Un amor cuenta la historia de Nat, una traductora que se va a vivir a un pueblucho perdido porque es lo único que puede permitirse. Enseguida se siente observada y avasallada por los hombres de allí. Es la nueva. Todos sienten curiosidad. Un día, se acerca un alemán y le propone que se acuesten a cambio de arreglarle el techo de la casa, que está lleno de goteras. A partir de entonces nace una relación obsesiva, pues ella pretende intimar con él y eso es imposible.
"¿Es una obsesión? Sí, claramente es una obsesión. Pero no solo eso, se dice. Es un rapto, una metamorfosis, una transformación radical de lo esperado. Lo que estaba fuera, en la lejanía del paisaje, lo que era invisible y carecía de interés, está ahora dentro de ella, habitándola, sacudiéndola."
A todos les cuesta comunicarse en este pueblo y el lenguaje no sirve para nada. El paisaje es otro protagonista; a veces la define, muestra su estado de ánimo. Sin embargo ella quiere intimar con el alemán, se empeña "en traducirlo, en llevarlo a su terreno". Pero nada. Las palabras son cosas, cosas heladas. Son la escaleta de un guión de cine. Allá van flotando como témpanos.
"En la distancia se perfila una palabra -así- y después una frase completa: así es como comienzan los disfraces."
Evidentemente la cosa se va poniendo cada vez más tensa, más Dogville. De hecho, todo estalla a causa de un terrible accidente con su perro.
Este es el estilo Sara Mesa. Novelas contenidas, construidas con precisión milimétrica, con un dominio notable y cinematográfico de la tensión narrativa, de la intriga. Con tramas donde las mujeres son sometidas al ejercicio del poder patriarcal. Se conciben como víctimas y tienen miedo. Y todo eso en un entorno estilístico neutro, contenido, grado cero.