"¿Será seguir creyendo que existe el mérito, olvidar que la igualdad no es un punto de partida sino algo que hay que cultivar?"
Novela que es una extraña solicitud de empleo en Google, y es extraña porque no se ajusta precisamente a lo que se pide. Para empezar, la solicitud viene firmada por dos personas: Olga, mujer madura, y Mateo, joven estudiante universitario. Es una larga, larguísima carta a Google, un compendio de días y días de conversación entre los dos. Los temas de los que hablan: robótica y matemáticas, el libre albedrío, la igualdad de oportunidades (qué gran farsa), el amor, el perdón, la libertad y la resignación. Es curiosa esta relación: dos personas que se conocen en una biblioteca pública y que están en momentos completamente diferentes de la vida. De buenas a primeras, Google jamás hubiera podido predecirla. Pero no es una relación de amor romántico, para nada. Es una relación de amistad muy intensa, atravesada por el amor a la filosofía. Así, la novela es un complejo diálogo entre dos generaciones en un mundo que ha cambiado bastante. Pensar se les da bien, y el lector acompaña sus reflexiones con el gusto propio de estar leyendo algo híbrido entre narrativa y ensayo.
"Las máquinas no se dan cuenta de que son máquinas. No se dan cuenta, por tanto, de que no se dan cuenta. Hay quien dice que ese es el papel que cumple el sentimiento de libertad. Dado un nivel de conciencia en el que algunas preguntas pueden aparecer, el cuerpo, el cerebro, el mecanismo entero se blinda generando una emoción, quizá una fuerza, llamada libertad. Si el miedo protege al organismo de dar el paso irreversible hacia el barranco, el sentimiento de libertad lo protege de dar el paso irreversible hacia... ¿hacia qué? Esta pregunta debería responderla Google. No afecta a las futuras inteligencias artificiales que acaso lleguen a emerger. Nos afecta a las personas: ¿qué sucede el día en que una máquina comprende que es una máquina?, ¿qué pasa cuando un robot se da cuenta de que es un robot?"