Armen Avanessian, Meta-futuros, traducción de Federico Fernández Giordano, Barcelona, Holobionte (2021)
El futuro viene hacia nosotros, como una corriente de tiempo que avanza en sentido contrario al que estamos acostumbrados. El tiempo nos viene de cara y nosotros avanzamos a contra corriente. Lo mismo pasa con la metafísica. La metafísica ha sido confinada al olvido, pero viene hacia nosotros desde el futuro, como un síntoma de algo que quiso ser borrado del pensamiento por irracional, impracticable, un sinsentido.
"Nuestro mundo atraviesa deficultades a todos los niveles. Debido, en parte, a desafíos sobrecogedores y crisis de signficado que tal vez habíamos olvidado entender como metafísicos. Los avances de la física y la tecnología, que una vez fueron pensados para ayudarnos o incluso liberarnos de los problemas mundanos, ya no son necesariamente una ayuda para salir adelante. Al contrario, nos hallamos cada vez más acuciados por los daños colaterales surgidos de las revoluciones tecnológicas de la modernidad (el cambio climático es uno de ellos), y que amenazan a todas las formas de vida en nuestro planeta incluida la humanidad. Hoy más que nunca, por tanto, se plantean cuestiones que no pueden ser abordadas de manera empírica."
La metafísica está por todos lados, se cuela entre nosotros, viene hacia nosotros desde lugares insospechados y con máscaras distintas. "El fanatismo político, el oscurantismo social y el esoterismo privado están a la orden del día", dice Avanessian. Y también la religión, la fe en el algoritmo, el asunto de lo poshumano. Las ciencias, que se vanaglorian de racionalidad, se basan en constructos no tangibles, teóricos. De modo que el futuro, o todos los futuros posibles, nos alcanzan con un resurgir de lo metafísico.
"Todo pensamiento comienza con una abstracción del mundo accesible intuitivamente, y por esta razón posee un componente metafísico, sin importar si se trata de una caracterización, una clasificación o cualquier otro tipo de abstracción."