rumiar la biblioteca: Fernando Cordobés
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lunes, 4 de septiembre de 2017

Piglia y Murakami hablan de escribir

Haruki Murakami,
De qué hablo cuando hablo de escribir (2015),
traducción de Fernando Cordobés y Yoko Ogihara,
Barcelona, Tusquets (2017)
Murakami desentraña sus secretos: nos cuenta cómo escribe. Para empezar, dice que en su opinión el escritor no debe ser extremadamente inteligente, porque si tiene las ideas claras, no hará falta tomarse el trabajo de construir una novela, proceso lento y de descubrimiento de aquello que verdaderamente se quiere escribir. Piglia viene a decir lo mismo sirviéndose de una metáfora: "un artista es aquel que nunca sabe si va a poder nadar: ha podido nadar antes, pero no sabe si va a poder nadar la próxima vez que entre en el lenguaje".
Murakami abunda: "El fundamento de todo escritor es contar una historia; expresado con otras palabras se puede decir que es penetrar en la parte más profunda de la conciencia. En cierto sentido es sumergirse en la oscuridad del corazón". 
Al parecer las metáforas acuáticas son bastante cercanas a lo que significa "entrar en escritura". El que escribe se zambulle presa de entusiasmo y va hacia algún lado sin tener ni idea de adónde asomará la cabeza. Como precisa Piglia: "El arte de narrar es el arte de la percepción errada y de la distorsión. El relato avanza siguiendo un plan férreo e incomprensible y recién al final surge en el horizonte la visión de una realidad desconocida: el final hace ver un sentido secreto que estaba cifrado como ausente en la sucesión clara de los hechos."

Ricardo Piglia,
Formas breves,
Barcelona, Anagrama (2000)
¿Y qué opina Murakami sobre la imaginación? Cree que "la imaginación es una combinación de recuerdos fragmentados e incoherentes. Esa memoria incoherente combinada de forma eficaz, por muy contradictoria que pueda parecer, puede tener un carácter tanto preventivo como intuitivo y, en mi opinión, eso debe transformarse en el motor y en la fuerza de la historia". Piglia universaliza la misma idea: "La tradición literaria tiene la estructura de un sueño en el que se reciben los recuerdos de un poeta muerto".

Sobre la cuestión de la originalidad, Murakami dice que, para ser original, un escritor debe "tener un estilo propio"; "ser capaz de superar ese estilo peculiar" para evolucionar, y esa originalidad debe convertirse, con el tiempo, en "estándar, en norma. Tiene que ser absorbida por la psique de la gente y convertirse en un criterio de valor". En cambio Piglia ve el asunto justo al revés: "el problema no es tanto que una obra sea o no de vanguardia, lo fundamental para un escritor es que el público y la crítica sean de vanguardia". Parece que la manera de leer es fundamental para que la vanguardia acontezca. Tampoco podemos olvidar que el escritor es, ante todo, un lector irreverente de la tradición.

En todo caso, ambos coinciden en que el proceso de escritura conlleva largos periodos de silencio. Murakami: "la fase de preparación es de las más importantes. Es un periodo de silencio durante el cual se gesta y se desarrolla dentro de uno el brote de lo que está por venir". Piglia cita a Macedonio Fernández para decir algo parecido: "Es necesario, dicen, saber ser lento, se debe saber callar".