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lunes, 29 de agosto de 2016

Martín Caparrós, Echeverría y los Problemas

Martín Caparrós, Echeverría, Barcelona, Anagrama (2016)
http://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/echeverria/9788433998118/NH_564

Si acaso trata sobre algo, esta novela trata sobre la necesidad de construir una identidad nacional allá cuando la Argentina la necesitaba. ¿Quizá la sigue necesitando? ¿Quizá nunca se acaba esto de construir/transformar/modelar una identidad nacional? Echeverría viene a ser quien se propone semejante tarea ("Piensa que la Argentina es una identidad política o institucional pero no va ser un país mientras no tenga una identidad y que, para tenerla, debe tener una literatura: su literatura"), y sobre su vida y sus devaneos al respecto trata esta novela. Por momentos incluso pareciera que trata sobre el propio Caparrós (algún tipo de biografía encubierta), cosa que el mismo Caparrós sospecha en determinado momento. Pero sobre todo trata (y aquí la cosa se pone de verdad interesante) sobre la problemática de escribir novelas históricas, construir identidades nacionales, construir literaturas; es decir, la novela se enriquece con la hibridación: hay acá teoría de la novela (o la pregunta sobre la teoría: "Para empezar una literatura —para vivir— se precisan preguntas; respuestas debe tener quien quiera terminarla") y una interesentísima utilización de la cita entretejida con la peripecia.

(Hay también algo que llamaré "efecto Caparrós" en la performance de lectura no exclusivo de esta novela. Me refiero a que pareciera que sabe bien hacia dónde dirige al lector: todas las reflexiones que me fueron sobreviniendo durante la lectura van encontrando contestación en alguna parte del libro.)

Me la podría pasar copiando citas de los apartados "Problemas" que incluye cada una de las partes en que se divide la novela. Acá va una:


"El pasado es escritura pura: nada resulta más variable. Para creer que no lo es —que no lo fue—, para no aceptar el desarraigo de aceptar que lo que ya sucedió es infinitamente convertible, muchos recurren a la novela histórica. Los novelistas de novelas históricas creen que pueden decidir sobre la historia —cuando lo más interesante de la historia es que es indecidible, que ofrece todas las lecturas, que depende, como cualquier otro texto, del lector. Pero los novelistas de novelas históricas no soportan la ambigüedad, la duda, y definen los hechos, los pensamientos, las razones. Consiguen que el pasado se vuelva tan tonta, tan inútilmente previsible como cualquier futuro."

*

Después pensé en si los latinoamericanos que vivimos en España no necesitamos crear una literatura de la mixtura de la misma manera que ya vienen haciendo los latinos de Estados Unidos. ¿Deberíamos pensar esta literatura como genuinamente hispanoamericana? ¿O seguir haciéndolo como argentina, peruana, chilena, mexicana, boliviana, cubana, uruguaya, ecuatoriana, colombiana, venezolana, paraguaya, guatemalteca, nicaragüense, etcétera, atendiendo al lugar de nacimiento del autor, aunque ese autor resida en el extranjero? A veces temo que el asunto de la extranjería sea una cosa (¿obsesión?, ¿fatalidad?) propia de la identidad argentina, como antiguamente (antes de que existiera Israel) era propia del judío. De modo que pareciera que ser argentino es ser bastante extranjero. Y dice Caparrós:

"Claro que somos extranjeros: los argentinos somos extranjeros esenciales, siempre extranjeros, hijos de extranjeros, padres de extranjeros, buscadores voluntarios o involuntarios de la extranjería, condenados a la extranjería, tan extranjeros como aquellos primeros, esos colonos que vinieron a vivir así de lejos de sí mismos."