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lunes, 19 de octubre de 2015

Brilla, Andrés Ibáñez

Andrés Ibáñez, Brilla, mar del Edén, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2014)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/brilla-mar-del-eden/

Hay aquí dentro un mundo en apenas una isla. Esto recuerda a aquello del aleph o de "en la isla todo cabe", como en la cabeza de un alfiler. Pero ojo que nada es lo que parece. 
Es una cursi historia de amor rodeada de aventuras. 
Es una variación mejorada o una parodia de una serie de televisión. 
Es un homenaje al Quijote con sus novelas intercaladas y sobre todo a Roberto Bolaño. 
Una reformulación de toda la literatura de náufragos. 
Un Solaris en la Tierra, pues la isla reacciona y crea cosas según el inconsciente de los personajes. 
Un juego de ordenador con diferentes escenarios y diferentes jugadores y con reglas cambiantes. 
Es una novela total, adictiva y divertidísima con un "héroe estúpido".

Una larga meditación, el adagio de la Octava sinfonía de Bruckner:





Pero sobre todo, por encima de ese silencio o falta de silencio que es mencionado una y otra vez en toda la novela, el silencio que permite que brote la música, el silencio como única respuesta cuando preguntamos por el sentido, se repite un mensaje contundente en contra de toda esclavitud: ideologías, religiones diversas, dinero, creencias, voces, etc.
"Habíamos entrado en la esclavitud. Es cierto que es difícil no ser esclavo de algo. De la carne, o de no comer carne. Del alcohol, o de la pureza. De la sensualidad, o del celibato. Entonces no lo sabíamos. Uno raramente se da cuenta de que se ha convertido en un esclavo. Además, siempre hay una razón de peso para convertirse en esclavo. Normalmente uno se convierte en esclavo porque desea un bien mayor, o porque ha sido convencido por algún tipo de fe. La fe hace esclavos. La fe exige esclavos. Por eso, para no ser esclavos de nada, es necesario no tener fe en nada. ¿Es posible vivir así? No creer en nada conduce a la depresión y al vacío. Entre el vacío y la esclavitud, seguramente existe una senda. Es una senda tan fina como el filo de una navaja. Los que caminan por esa senda son los seres libres, los únicos seres vivos. ¿Cuántos hay en el mundo?"


Sin embargo todo brilla al final, como el mar, como el amor, como una novela luminosa.