rumiar la biblioteca: junio 2024

lunes, 17 de junio de 2024

Ginés Cutillas y el pacto de lectura (cita)

 

Ginés Cutillas, El ensayo-ficción, Madrid, Sílex (2024)

https://www.silexediciones.com/producto/el-ensayo-ficcion/

"El pacto de ambigüedad presenta a la vez el texto como ficticio y real. Lo que cautiva de esta nueva forma de narrar es precisamente ese desprendimiento de la realidad que aligera el texto, no importa tanto la veracidad como la verosimilitud: aquí debería, podría o tendría que suceder y, sin embargo, también podría ser de otra manera. No se escribe bajo ninguna ley moral, lo que convierte el texto en un relato amoral, libre de prejuicios por parte del autor y de juicios posteriores por parte del lector, en un intento de abrirse a los demás, en busca del reconocimiento del otro."

[...]

"Ser 'borgiano' es precisamente eso, ser ambiguo al colocar la ficción y la realidad al mismo nivel. Piglia afirmaba que había tres tipos de escritores, según el plano en el que se encontrasen el texto y el subtexto. Si ambos están al mismo nivel, tenemos la literatura borgiana, si el subtexto va delante, la kafkiana, y si mostramos el texto, pero escondemos el subtexto, siguiendo el ya famoso método iceberg, entonces tenemos escritores tipo Hemingway. Curiosamente, estos tres tipos de escritores podrían tener su equiparación según el pacto de lectura: así, en el mismo orden, tendríamos el ambiguo, el ficcional y el autobiográfico."

lunes, 10 de junio de 2024

Eduardo Halfon: ser judío y guatemalteco

Eduardo Halfon, Tarántula, Barcelona, Libros del Asteroide (2024)

https://librosdelasteroide.com/libro/tarantula


Con su ya característico tono confeso y su narrador autoficcional, escuchamos la voz de Eduardo Halfon contándonos un episodio de su niñez. Bueno, no era exactamente un niño, sino un preadolescente de trece años, es decir, cuando ya no se es del todo niño pero aún tampoco un jovenzuelo. Sabemos que la familia ya vive en Estados Unidos desde hace tres años porque en Guatemala hay guerra y hasta los niños saben qué es la guerra aunque no entiendan sus porqués. Y entonces el padre decide que los enviará a un campamento aquel verano. Eduardo no quiere ir, pero el padre impone su autoridad.

Resulta que el campamento es un campamento para niños judíos en Guatemala donde enseñan a los niños a ser judíos y a cantar canciones en hebreo. Todo parece inocente (hacen guardias, aprenden canciones, aprenden palabras en hebreo) hasta que tiene lugar una actividad (si se puede llamar a lo que ocurre "actividad" y no simplemente "aberración") sumamente escalofriante: el monitor simula que esos niños están en un campo de concentración y los trata como tales, porque es así como entenderán lo que significó un campo de concentración para el pueblo judío.

Aquella historia traumática viene contada mediante retazos: vamos sabiendo de a poco y así consigue que nos mantengamos atentos. Es capaz de irla desmenuzando y al tiempo comentando, pues su escritura no deja de ser un proceso de autodescubrimiento. Dice el narrador en un momento que es judío y además guatemalteco, a su pesar, aunque de niño odiara ser precisamente eso. Después de leerlo a mí me queda la impresión de que Halfon nos presenta lo judío como doloroso y cruel y lo maya como misterioso y sanador. 

"Que cuáles eran los libros que nunca había leído, me preguntó el periodista español, pero que más me habían influenciado como escritor. Una pregunta ridícula y a la vez genial, le dije a Regina. Y yo, sentado ante aquel periodista español, de inmediato supe mi respuesta. Tomé un sorbo amargo de expreso y me quedé saboreándolo más de lo necesario, por puro drama. La Torá y el Popol Vuh, le dije a Regina. Aunque jamás los he leído, no hay dos libros que, como hombre y como escritor, me hayan marcado más. Y es que no necesito leerlos, le dije, pues los he llevado siempre conmigo, escritos ambos en alguna parte muy dentro de mí. El libro de los judíos y el libro de los guatemaltecos, si se me permite esa simplificación, y si es que se les puede llamar libros a esas dos obras monumentales que representan y definen las dos grandes columnas sobre las cuales está construida mi casa. Pero una casa que yo, por alguna razón, desde niño necesitaba destruir o al menos abandonar."

lunes, 3 de junio de 2024

Francisco Hermoso de Mendoza: narrar un taller de escritura

 

Francisco Hermoso de Mendoza, Los días del devenir, Madrid, Ápeiron Ediciones (2024)

https://www.apeironediciones.com/libros/Los-d%C3%ADas-del-devenir-Francisco-Hermoso-de-Mendoza-p650278708

Estamos dentro de una residencia geriátrica, la narradora se llama Loreto. Es amiga de Julio, otro de los internos que siempre anda amenazando con que se va a suicidar. Resulta que entre las nuevas actividades hay un taller de escritura impartido por Sandra, y ambos se apuntan. Así, lo que leemos es la historia de cómo Sandra (más tarde un sustituto) va corrigiendo los textos que tanto Loreto como Julio le entregan. El de Loreto cuenta un viaje por Italia; Julio escribe textos autobiográficos, donde siempre habla de un tal Julián. La novela, pues, se va construyendo como cajas chinas: historias dentro de historias, donde abunda el sentido del humor y una prosa afilada y precisa.

"Ver reír a Sandra me sorprende. ¿Se ríe de mi escritura? ¿Se ríe de mí? ¿Lo hace de ambas? Por lo general mantiene en el curso un semblante de seriedad inalterable. Por eso la risa franca de hoy me ha descolocado durante mi lectura teatralizada. [...] Y todos deberíamos saber ya que no hay mejor purgante que el humor."