Silvia Bardelás, Destiempo, traducción de Moisés Barcia, Madrid, De Conatus (2021)https://deconatus.com/libros/destiempo-silvia-bardelas-novela-de-la-comunidad/
Destiempo nos cuenta la historia de una familia en la que cuesta mucho decir lo que habría que decir, porque siempre hay imperativos, obligaciones que se ponen por delante. Pareciera que cuesta hacer lo que a uno le apetece, ser libre, abrir el corazón, estar fuera del mundo. El mundo aquí son los "hay que".
Lois, un joven que vive en Boston, vuelve a pasar un verano con su abuela Mati en Galicia porque anda medio perdido. En realidad, ha sido criado por Mati, porque su mamá, Estela, lo tuvo de muy jovencita y pareciera que se desentendió de la crianza. Madre soltera, en cuanto pudo se fue al extranjero y tardó un tiempo en llevarse al hijo con ella. Pero Lois no se halla en Estados Unidos, por eso decide volver a casa a ver si estando fuera del mundo consigue descubrir qué es lo que quiere. Pero no se vuelve nunca al pasado, el pasado no se recupera: su abuela Mati es otra mujer, ahora forma parte de un grupo de mujeres que buscan cambiar las cosas, abrir el corazón de la gente. Lo hacen con ayuda del cura Anxo, que pareciera que está enamorado de Mati. Lois se reencuentra con Eva, su amiga-novia de la adolescencia, con quien estudiaba música. Esto a Mati la pone contenta, porque da la impresión de que quiere que Lois regrese a Galicia, aunque entiende que las oportunidades del joven no son tan prometedoras como en Boston. En eso, su madre Estela lleva razón. Pero Lois no está tan seguro de los "hay que", y la abuela está en esa edad donde no quiere que su nieto se pase la vida obedeciendo imperativos. Lo quiere libre. No quiere que pase por lo que ella pasó, por dejarse llevar por el torrente de las obligaciones.
"Lo que queda claro para Lois es que cuando decides coger un camino cierras tres cuartas partes del mundo, el noventa y nueve por ciento del mundo, y no importa que ese camino responda al bien o al mal, lo terrible es cerrar el mundo [...]."
Escrita con una prosa envolvente, arrolladora, en la línea de Juan Benet o Javier Marías, y estructura con acotaciones del narrador en cursiva (que nos va introduciendo en las escenas, que nos va comentando la trama como si fueran parábasis de tragedia griega), Silvia Bardelás ha construido una novela como reflejo de las complejidades de las relaciones humanas. El deseo es lo que nos pone en movimiento, viene a decirnos, y mejor evitar las pasiones tristes, porque estas no nos llevan más que a desperdiciar la vida. Nos la pasamos sacrificando el deseo, y tal vez habría que seguir la ley del mínimo sacrificio.