rumiar la biblioteca: feminismo
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lunes, 13 de octubre de 2014

A propósito de los temas femeninos

La columna y la otra de Ignacio Echevarría junto con la revisión de galeradas de la muy recomendable revista Granta (de próxima aparición, editada por Galaxia Gutenberg), me ha llevado a reflexionar una vez más sobre lo que significa escribir para una mujer y sobre la importancia que se le da a lo que se denomina "temática femenina", es decir, aquello de lo que escriben las mujeres en contraposición a los temas de los hombres, o mejor: aquello sobre lo que las mujeres tienen permitido escribir. ¿No se trata acaso de un debate remanido y envejecido, al menos en Occidente?

No deja de llamarme la atención que este debate siga vigente: la discriminación, la prohibición, la violencia, el machismo/feminismo, etc.
Será que el debate no ha terminado de resolverse o que, como síntoma de su por fin pronta inanidad, está más eufórico que nunca como si se tratase de los últimos aleteos de vida: la fuerza bruta del animal a punto de caer muerto.

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Aquí va una tentativa de algunos temas femeninos:

1. La escritura del cuerpo
2. La escritura sobre la locura/discapacidad mental
3. La trama nupcial y sus variantes (maternidad/novela erótica donde la mujer es esclavizada, etc.)
4. El suicidio
5. La fantasía andrógina
6. La escritura de las pequeñas cosas, los detalles

Ahora pensemos en autores como Artaud o Eugenides, dos ejemplos del todo femeninos según esta lista.

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De todos estos temas, puede que a la mujer le interese detenerse en el tema de la maternidad (y me refiero al embarazo) como de ninguna manera puede interesarle al varón por razones de todos conocidas. ¿La procreación no es entonces un tema universal? Quizá la experiencia de la procreación no lo sea, como tampoco tantas experiencias de las que muchos carecemos: la guerra, el hambre, la aurora boreal, el desierto, la ceguera. 


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Novelas de claro público femenino donde se ata a las mujeres y se les enseña que eso es lo deseable (¡así es como ha de gustarte!), o novelas juveniles en donde se les habla a las chicas de lo "bueno" del deseo de ser mamá por encima de la necesidad de autosuficiencia e independencia, sí que me parecen incomprensibles. Nos quejamos del maltrato de género, pero lo festejamos. Nos quejamos de la desigualdad, pero enseñamos a nuestras hijas a ser dependientes y serviciales. Secretarias serviciales.

El tema sigue candente, a juzgar por los discursos. Habrá que ver si solo se trata del canto de un cisne, o más bien es asunto inherente a la diferencia, al poder o la jerarquización, y por lo tanto un tema condenado a relaborarse y repetirse.