rumiar la biblioteca: Los Living
Mostrando entradas con la etiqueta Los Living. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Los Living. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de abril de 2013

Martín Caparrós y el sentido común

Martín Caparrós
Los Living
Barcelona, Anagrama (2011)
http://www.anagrama-ed.es/titulo/NH_493

Seducida por su contundente sentido común, al menos el que se respira en A quien corresponda, una aguda y abatida reflexión sobre la guerrilla, la represión y sus consecuencias, acometo esta segunda lectura del autor con Los Living, de cariz y tono similar. Aunque descuidado en su prosa, de la que quedan ganas de ese derretirse onánico y veleidoso que suelo exigir de la mayoría de libros, aplaudo a ese auténtico cronista del bonaerense clase media-baja, del argentino que ahora me queda tan lejos (a pesar de reconocerlo), del machito y la histeria femenina, de la pizza fugazzetta y el fútbol mañanero los domingos por lo radio. Leo y coincido, leo y estoy de acuerdo, leo y pienso: tiene razón. Los personajes de Caparrós parecen llevar siempre la razón, aunque duela, al modo del hombre justo, del hombre que no teme autoanalizar sus actos y ponerlos sobre la mesa. Como si no temieran llamar las cosas por su nombre, como reza esa frase hecha. 

Una cita propicia en tiempos en los que parece que vuelven las banderas: "Un grupito de chicos y chicas tenía una bandera azul y roja y trataba de prenderle fuego. Beto me dijo que mirara, que era una bandera inglesa y que por eso estaban por quemarla. El que la sostenía era un flaquito pecoso, pelo colorado, y la que trataba de prenderle fuego era muy parecida: una especie de hermana, linda pero bastante inútil para el fuego".

Qué decir sino que lleva razón al hacernos notar (a los argentinos, pero también a todos), que el exilio y el éxodo y la mezcla son verdad que ocurre y ocurrirá por siempre jamás, y qué ridículo parece abanderarnos cuando, según la arqueología, venimos todos del continente negro. La bandera, la tierra, la sangre, la raza: no creo necesario decir a qué suena.