rumiar la biblioteca: La infancia del mundo
Mostrando entradas con la etiqueta La infancia del mundo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La infancia del mundo. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de enero de 2024

Michel Nieva o la novela cartoon

 

Michel Nieva, La infancia del mundo, Barcelona, Anagrama (2023)

Novela delirante, ciencia ficcional, con imaginario cómic o cartoon, a lo Rick & Morty, a lo Vonnegut en Galápagos, con aires de película Cronenberg, con narrador cuasi adolescente (a lo Valero Sanmartí en Los del sud us matarem a tots), leemos una historia de un futuro donde la crisis medioambiental ya no es crisis sino triste realidad, caliente realidad, más bien, porque la mitad del mundo se ha inundado y se ha poblado de innumerables mosquitos dengue que con el calor aumentaron de tamaño. Pero no solo se han engrandecido, sino que tenemos casos de hibridación mosquito-humano, como el protagonista, el niño dengue, que después es niña dengue y después, madre dengue y luego nada dengue y así, porque es así como se percibe. Este niño dengue, nacido de mujer humana, sufre discriminación en el colegio por ser diferente. Está enojadísimo con los humanos y decide exterminarlos. Su contrincante, el Dulce, no para de burlarse de él. Se ríe de su mamá por haber mantenido sexo con un mosquito. Allí la gente no para de jugar a un juego de realidad virtual en el que se enfrentan indios contra cristianos en el ya lejano siglo XIX. Este juego funciona con la Pampatronics, un aparato carísimo, por eso corren versiones falsificadas que por supuesto no consiguen el mismo efecto que la original. Por otro lado, existe tráfico ilegal de una especie de muñecos que son carne con distintas formas y sirven para tener sexo; además están unas piedras extraídas del centro mismo de la Tierra que son telepáticas y que transmiten a su poseedor información sobre la infancia del mundo, cuando todo era un solo caldo primigenio. Estas piedras, nos vamos enterando, las desentierra una empresa de geoingeniería que también se dedica a terraformar este y otros planetas y que tiene infinidad de modelos de terraformación como menús de McDonald's. En general, lo que se anhela es el invierno, la nieve, y por eso han montado cruceros invernales para el deleite de los ricos. 
"Y ese era, de hecho, el lema del crucero: 12.000 años de historia en un solo lugar. Gran Crucero de Invierno, puesto que la compañía prometía la recreación exacta de esa perdida era planetaria, el Holoceno, en la que el invierno tal como la humanidad lo había conocido nació y murió. Así, la 'hibernación' (como la empresa llamaba en sus publicidades a la experiencia del crucero) se desarrollaba desde los pisos de abajo hacia arriba, que narraban de manera ascendente los doce mil años de historia del invierno."
El argumento es bastante sencillo, con lógica de dibujos animados, donde todos se pelean todo el tiempo, o tienen sexo con muñecos, o descubren la maldad del mundo capitalista, o tienen ciertas epifanías relacionadas con sus padres, con su origen. La prosa es sencilla, algo demasiado sencilla por momentos. El gran acierto es que la novela transcurre tanto en la caliente realidad real como en la lejana realidad virtual. Realidad real y realidad virtual se mezclan y cruzan sus narrativas. 
La infancia del mundo viene a decirnos que pareciera que la lógica infantil ha invadido el aire de los tiempos, que seguimos comportándonos como si no hubiera futuro, destruyendo todo y luego pensando en arreglarlo de la misma forma, con geoingeniería, con paraísos artificiales a los que solo pueden acceder los ricos.