rumiar la biblioteca: El testamento de O'Jaral
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lunes, 16 de noviembre de 2020

Marcelo Cohen o el traductor como develador de misterios

 

Marcelo Cohen, El testamento de O'Jaral, Madrid, Anaya & Muchnik (1995)

O'Jaral es un traductor que sabe que va a descubrir algo nuevo, un nuevo conocimiento, y por eso es vigilado por Ellos. Ellos quieren saber qué es eso que O'Jaral va a pensar así como el propio O'Jaral sabe que en algún momento de su vida va a pensar algo nuevo, aunque le parece que ese pensamiento aún no ha tenido lugar. 

"No habrá perdón para el que desprecie a los traductores. El vulgo no lo sabe ni lo saben los falsos sabios, pero si todo es lenguaje, si nada es real, nada es traducible o todo es traducible. El traductor ha aprendido que siempre es cuestión de traducir la primera frase de un escrito; si lo consigue, las habrá traducido todas. Que quede claro. A la hora de ganarse las lentejas un traductor puede ser un mercenario, pero en su esencia es un intérprete universal. Lo mismo traduce entre idiomas que de un sistema simbólico a otro. Un traductor de verdad es un develador de misterios."

Todo sucede en un escenario urbano lleno de proclamas a favor y en contra del referéndum por la anexión al Grupo Panatlántico, grupo geopolítico que Ellos defienden. Pero hay dos corrientes alternativas a la política dominante, que es dominante en todos los sentidos. Esas dos alternativas se basan en la acumulación de historias diversas para no contar siempre la misma (cosa que amplía la realidad) y en la utilización de una droga, la Gruesa, droga que se fuma, y que también abre las posibilidades de la conciencia. 

De modo que la novela, magnífica novela, transcurre entre las voces de los diferentes personajes que conversan con O'Jaral mientras lo seguimos en todas sus aventuras, o mejor, desventuras, que lo llevan a ejercer oficios muy variopintos en su camino de degradación, o de desintegración.