Luis Luna Maldonado, Aquí sólo regalan perejil, Madrid, Alfaguara (2018)
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Abilio es un joven colombiano que hace un tiempo vive en Barcelona pero está a punto de regresar a su país. ¿Por qué? Porque las cosas no salieron como pensaba. Este es su último día y le está contando la historia completa a Wong, el chino dueño del bar. Le cuenta cómo llegó y qué pasó en la Ciudad Condal y por qué ha decidido regresar. Claro que Abilio no es trigo limpio: es experto en contrabando. Allá se ganaba la vida así, cosas de vivir cerca de la frontera, y al llegar cree que es lo único que más o menos sabe hacer. Tanto acá como allá hay una mujer, claro, porque Abilio no deja de ser el galán (fracasado) que se espera de todo latinoamericano. Obviamente se mete en miles de líos y vemos a Abilio rebuscándosela para no salir del todo mal parado. Pero no es un tipo con suerte, o al menos termina pagando el pato.
Toda la historia se cuenta con una prosa saltarina, oral, con ritmo caribeño. Salpicada, además, con muchas explicaciones sobre las particularidades de la variedad del español colombiano. Humor, acción y experiencia de emigrado.
"Nada peor que estar fuera de la casa y mal, jodido. Siete años, siete meses y once días acá en Barcelona. Sé por lo que he pasado. Me voy tal como vine, con la ilusión de empezar algo nuevo, pero ahora es al revés. A desandar un camino que ya no es el mismo para volver al ombligo que está poblado por otros aunque esos otros sean los mismos. Mi gente dirá ¡Uy!, Abilio está en las Españas, y entre chismes pensarán que voy todos los domingos a toros o a ver al Barça sin saber que soy del Español, que como jamón del bueno y paso con mejor vino, que voy a museo y visito castillos, que eso sí es progresar, que ahora cómo que va a venir, ¿se le habrá pegado el acento? Y cuando le digo mi gente, son los tres pelagatos conocidos, los tres familiares y sus pequeños círculos, los colegas del colegio que quedarán por ahí, los dueños de negocios del mercado y las chicas de El Camellón, cada quien en lo suyo, recordándote de vez en cuando o todos los días, como mis papás. Todos creen que acá todo es más fácil pero ignoran que la mierda sabe igual en todas partes."