rumiar la biblioteca

lunes, 19 de diciembre de 2016

Zia Haider Rahman o la luz que nos deslumbra

Zia Haider Rahman, A la luz de lo que sabemos (2013), traducción de Vicente Campos, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2016)
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/a-la-luz-de-lo-que-sabemos/

[Publicado en Revista de Letras, 07/12/2016]



Un exiliado ―dijo Zafar―,
es un refugiado con una biblioteca.
 

A la luz de lo que sabemos es el debut de Zia Haider Rahman (1971), nacido en Bangladesh y afincado en Reino Unido, novela enorme, novela total, novela enciclopédica, que ha recibido una excelente acogida en Inglaterra y que ahora nos llega publicada por Galaxia Gutenberg.

Sabemos que el narrador, un pakistaní de clase alta, en medio de una crisis matrimonial, acaba de encontrarse en su casa con un antiguo amigo y compañero de estudios, Zafar, a quien le ha costado reconocer, pues su aspecto es el de un pordiosero. ¿Qué ha pasado con su amigo durante todos esos años? De eso, precisamente, trata la novela. El narrador invita a su amigo a que se quede unos días para que le cuente qué le ha ocurrido, y enseguida se despliega un torrencial ejercicio de la memoria, esa construcción tantas veces defectuosa, enriquecida y deformada. Zafar describe la memoria así:

lunes, 12 de diciembre de 2016

Ishmael Reed o la novela como encantamiento

Ishmael Reed, Mumbo Jumbo (1972), traducción de Inga Pellisa, Prólogo de Juan Francisco Ferré, Barcelona, La fuga ediciones (2016)
http://www.lafugaediciones.es/mumbo.html

Novela-rompecabeza con fotos y citas y recortes de periódicos, carnaval lindy hop dionisíaco y tam-tam satírico-irónico de carcajada sabia siempre, es decir, una novela que encanta como la magia y nos hipnotiza como lo haría un mago vudú o hudú que viene a ser vudú pero de Estados Unidos, un mago bueno de bondad universal y no un hechicero de tres al cuarto. Una novela por momentos obra de teatro. Una novela con reminiscencias William Gaddis.

Leí Mumbo Jumbo con Randy Weston en la cabeza, con esta canción por ejemplo como un "Libro de recetas" (déjenla que suene mientras tanto)...



 

... y nada de Cotton Club y Louis Amstrong y Duke Ellington aunque tanto uno como el otro y todos los que van en medio saben bien lo que es el Jes Grew. ¿Ustedes saben lo que es? El Jes Grew es el protagonista verdadero de Mumbo Jumbo. Algo que todos persiguen: unos para tenerlo, otros para destruirlo. El Jes Grew es lo dionisíaco, la fiesta, el carnaval, la música, la sexualidad, todo eso prohibido por los adoradores del sol, desde Akenatón en adelante incluidos todos los practicantes de las religiones monoteístas.

El Jes Grew es una epidemia que asola a Estados Unidos y que parece que ha cruzado el charco y se está instalando también en Europa. Diremos que Mumbo Jumbo es un policial: Hay un detective psicomago que lleva la Katedral Mumbo Jumbo adonde todos van a bailar, PaPa LaBas; un enemigo del Jes Grew y editor templario, Hinckle Van Vampton; unos cazadores de obras de arte robadas por Occidente y expuestas en todos los museos de las capitales (ya saben cuáles), los Mu'tafikah; el telón de fondo de la guerra de ocupación de Haití por Estados Unidos; un libro secreto, el Libro de Tot, "la primera antología escrita por el primer coreógrafo", es decir, el libro que contiene las enseñanzas de Osiris: precisamente el que explica qué es eso del Jes Grew, eso que viene invadiendo y contagiando primero a los negros, después a los blancos:
"El Jes Grew es Algo que llevó a Charlie Parker a escalar los Everest del Acorde. Frasear volar derrapar desplomarse despegar y mandar a su Saxo Alto vaya con Dios. El Jes Grew que tocó el Saxo Tenor de John Coltrane, que tiñó la voz de Otis Redding y empujó a Black Herman a escribir un diccionario de los Sueños que habría sido la envidia de Freud. El Jes Grew es ese maníaco que el artista lleva dentro y que prefiere la glosolalia a ser 'claro, ordenado o lúcido'."
El Jes Grew es eso que queda sonando cuando cerramos el libro, una música, la carcajada, la fiesta cuando la recordamos después en la duermevela y hasta nos avergonzamos. Naturalmente que Mumbo Jumbo tiene Jes Grew o está tan cerca de ese libro perdido y por todos buscado, el libro mágico, porque nos contagia desde la primera página. Asistimos a una lectura-fiesta, hipnotizante, sabia, irónica como el coro del teatro griego. Una fiesta a la que ir para quedarse.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Constanza Ternicier o la literatura como despertar

Constanza Ternicier, La trayectoria de los aviones en el aire, Barcelona, Comba (2016)
https://www.editorialcomba.com/catalogo/libros/narrativa/la-trayectoria-de-los-aviones-en-el-aire/

Amaya Tripet, una chilena que estudia en Barcelona, acaba de despertar en un hospital londinense. Sus padres están ahí, en la habitación, aunque recuerda que están divorciados. ¿Qué hace allí, en Inglaterra? Lo último que viene a su memoria es que había ido a pasar unos días de vacaciones, un fin de semana low cost
Intercalando capítulos en segunda y en tercera persona, asistimos al despertar de un colapso nervioso que la dejó en coma. Amaya recuerda y nosotros con ella: que está estudiando en Barcelona, que acaba de comenzar una relación amorosa con su compañero de piso. Lee a escondidas algunas anotaciones de su padre, sabe que ellos quieren llevarla de regreso a casa, pero a ella no le gusta la idea.

De prosa envolvente y rítmica, cada capítulo dispone de su propia canción, su banda sonora. Y al final, una advertencia: la locura no es necesariamente sinónimo de genio creador.

"Amaya había leído que Cioran, con su pesimismo que llega a dar risa, en la Rumanía de los años veinte, aspiraba a tener sífilis para obtener la gloria literaria. La enfermedad estaría compensada por una genialidad hiperproductiva, por la sobreactividad mental que le permitiría producir a mil, y luego se hundiría en la locura. ¡Qué tontería más grande! Si cuando te estás volviendo loco, piensa Amaya, no puedes ni escribir. Apenas leer. Estás paralizado, sumido en el horror de perderte para siempre. Y eso no tiene nada de genial."

lunes, 28 de noviembre de 2016

Rubem Fonseca y el noir metaliterario

Rubem Fonseca, Vastas emociones y pensamientos imperfectos (1988), trad. de Mario Merlino, Santiago, Tajamar (2008)
http://www.tajamar-editores.cl/titulo/114

La historia de un director de cine que se ve envuelto en un entramado de contrabando de joyas y que estudia minuciosamente a Isaak Bábel, pues está preparando un guión de Caballería roja... La novela podría resumirse así, pero contada con un ritmo veloz, descuidado (su prosa es socarrona, directa, a veces cruel y siempre humorística) y trepidante, intercalando tramas sin demasiadas explicaciones y llevándonos desde el policial al ensayo político sobre la URSS hasta la crítica literaria con la literatura rusa en primer plano, con viaje a Berlín y espionaje incluido. 

“Bábel se había convertido en una idea fija. Yo sabía que solo un admirador obcecado, lo que ciertamente no era, se quedaría pegado con un escritor como me ocurría a mí con Bábel. O si no un loco. Cuando filmé La guerra santa me interesé profundamente por Euclides da Cunha, pero de una manera lúcida, que me permitía percibir las grietas del escritor, del pensador. Sin embargo Bábel me parecía perfecto. La idea de la perfección, tanto como su búsqueda, es una utopía de soñadores. Sí, yo era un soñador que soñaba de una manera extraordinaria, pero seguramente no era un loco, en el sentido psiquiátrico convencional. Yo era singular (todas las personas son singulares), tal vez raro, pero no loco.”

Leída después de la socarrona y revanchista historia de “El cobrador”, lo único que había leído de Rubem Fonseca y que entendí como la manifestación exagerada pero manifestación al fin (¡y por fin!) del deseo de todo latinoamericano harto de la bota en la cara, diré que simpatizo y hasta recomiendo echarle un ojo a este brasilero que trabaja quizá a la par y con los mismos intereses de Ricardo Piglia pero, por supuesto, de otra manera. ¿Cuál? Más directa, menos meditativa o sofisticada, más violenta, con más rasgos noir, o al menos con esas señales expuestas de forma más explícita. Trabaja con tramas intercaladas, pinceladas de erudición, algo de pensamientos o vastas emociones con surrealismo, y siempre el suspense, la intriga como hilo conductor.
“—En el caso de Caballería roja el estilo de la película será lo más importante. Bábel, en una conversación con su biógrafo, Paustovski, dijo que una historia podía hacerse solo de estilo, sin contenido, trama o suspense. Claro que exageraba, sus historias tienen trama y suspense, cualquiera de ellas puede contarla oralmente, sin perder la fascinación, un contador de cuentos en una plaza pública. Pero sobre todo los cuentos de Bábel tienen estilo. Este es un desafío que tengo que enfrentar.
—Pero ¿qué es estilo? —preguntó Veronika de manera hostil.”


lunes, 21 de noviembre de 2016

La novela deejay V


Si imaginamos un destino de la literatura similar al destino de la música, en el sentido en el que hoy aplaudimos y celebramos y adoramos al deejay como si de una estrella de rock o de un concertista virtuoso o de un afamado compositor se tratara, y celebramos su trabajo, es decir, el de poner discos, como arte, o mejor dicho, celebramos su collage y su mixtura y su capacidad de navegar por el tiempo y la tradición, de hacer tremolar el tiempo sobre diferentes bases, y extrapolamos el fenómeno al libro, o mejor, al libro electrónico, y pensamos que el escritor dejará de ser ese juntapalabras o el que busca estilo y construye una escritura, y que su función se habrá desplazado hacia un diseñador-maquetador con talento, con conocimientos de programador, que fabrique collages y corta-pegas y links de navegación por las grandes obras de todos los tiempos y aplaudamos su trabajo, lo celebremos como gran hacedor de los tiempos por venir, y colaboremos para que pueda ganarse la vida con mucha mayor soltura que un escritor, porque tal y como dicen algunos, y no sin razón, con semejante tradición para qué escribir o reescribir, o contestar y dialogar con esa tradición, quizá sea suficiente con manipularla y fragmentarla y servirnos de ella para contar la historia que queramos, para seguir ejecutando el hecho literario.

Por ejemplo, yo podría continuar con el montaje de una autobiografía in progress, que ya comenzara con el post La novela deejay, La novela deejay II, La novela deejay III y La novela deejay IV utilizando un framento de la novela El jardín de al lado de José Donoso como fotografía de la inmigración latinoamericana (en la que me incluyo), foto que acumula capas de años y sigue asombrosamente parecida:
 

lunes, 14 de noviembre de 2016

Eileen Chang o ser mujer en China

Eileen Chang, Un amor que destruye ciudades (1943), traducción de Anne-Hélène Suárez y Qu Xianghong, Barcelona, Libros del Asteroide (2016)
http://www.librosdelasteroide.com/-un-amor-que-destruye-ciudades

Edith Wharton, en un delicioso texto llamado "El vicio de leer" (1903) recopilado en el volumen Escribir ficción (Páginas de Espuma), afirma que si un libro "entra en la mente del lector tal y como salió de la mente del autor, sin ninguno de los añadidos ni las modificaciones que inevitablemente se producen con el contacto de un nuevo cuerpo de pensamiento, entonces ¿qué finalidad tiene su lectura?". Una advertencia que podría aplicarse a cada proceso lector, pero que creo imprescindible en un caso como el que nos ocupa. ¿Por qué? Permítanme que me explique.

Estamos ante un notable ejemplo de reformulación de la novela romántica a lo Jane Austen, no exenta de su característica fina ironía. Las frases son contundentes y directas, los diálogos están impecablemente construidos, el tono destila cierto aire absurdo. Es buena literatura, sin duda, aunque bastante anticuada. Quien piense por un momento en las heroínas de Austen recordará que esas muchachas, a pesar de su inteligencia y moderación, pocas veces son activas a la hora de elegir marido y se nos muestran, a su pesar, tan solo como sujetos susceptibles de casarse y tener hijos. Son, hablando en plata, adorables Ángeles de la Casa, es decir, dóciles, correctas, complacientes, aduladoras cuando toca. Virginia Woolf, en un texto de 1931 (préstese atención a las fechas), "Profesiones para mujeres" (recopilado en La muerte de la polilla y otros escritos, Capitán Swing), dice que lo primero que tiene que hacer una mujer es matar al Ángel de la Casa.

Nada más lejos que asesinar al angelito por parte de la protagonista de la nouvelle Un amor que destruye ciudades, una heroína romántica típica. Acaso tome algunas decisiones que en tiempos de Austen habrían sido severamente castigadas por impulsivas, aunque en los tiempos en los que nos coloca Chang tampoco están del todo bien vistas. 
"Por excelente que fuera una mujer, si no lograba ser amada por los miembros del sexo opuesto, no lograría el respeto de los suyos. Las mujeres eran mezquinas en ese aspecto."
El asunto del matrimonio, nada nuevo bajo el sol. El asunto de que las propias mujeres son muchas veces las más férreas defensoras del Ángel de la Casa. Me dirán: eh, son problemáticas del siglo pasado, pero no sé hasta qué punto: hace unos días salió en la prensa la noticia de que a las mujeres chinas se les prohibirá  por ley casarse con extranjeros a partir de 2018

*

El segundo cuento resulta algo más inquietante, a pesar de que la mujer sigue presentándosenos reprimida y dispuesta a aceptar el puesto de concubina. Su título: "Bloqueados".
Se trata de una escena que transcurre en un tren que ha quedado momentáneamente detenido y ese lapsus da lugar a una absurda historia de amor. El malentendido refleja, sin duda, la dificultosa comunicación entre las personas.
"La vida era como la Biblia, que había sido traducida del hebreo al griego, del griego al latín, del latín al inglés, del inglés al mandarín. Y cuando Cuiyuan la leía, la traducía mentalmente del mandarín al shanghainés. Los malentendidos surgían inevitablemente."

Entonces:
  1. Quizá habría que plantearse si la tardanza de aproximadamente setenta años con que llega Eileen Chang a nuestra lengua no sufre de los mismos problemas de comprensión a los que alude la protagonista del cuento "Bloqueados".  
  2. Por incomprensión me refiero a la idea de ofrecernos más "Ángel de la Casa", eso que adoran los lectores de novela romántica pero que los lectores exigentes definirían como un fantasma anticuado y aburrido: ¿acaso no se encuentra "otra cosa" escrita por mujeres para ofrecer a los lectores de hoy? ¿Acaso nos escandalizaremos? ¿O es que no hay manera de venderlo?
  3. Por momentos pareciera que a Eileen Chang todo eso también le parece aburrido: ahí resopla un soterrado tono absurdo (al menos en la versión castellana). Pero quizá se trate de mis ganas de salvarla, mi manía de leer mal.

Ahora bien, nadie negará que Chang escribe con una prosa afilada, elegante y divertida, que se pasa un rato agradable si sabemos ponernos en situación (como cuando leemos a Austen) y que se disparan todas esas reminiscencias románticas en la performance de la lectura, ahora teñidas, como queda dicho, de un aire siempre absurdo. De modo que podríamos conjeturar que el puesto de la escritora china más importante del siglo XX, pues así se nos presenta (y si no hay otra escritora que presentarnos), se lo tiene merecido.