William Gaddis, Italo Calvino, Walter Benjamin y el autómata : rumiar la biblioteca

lunes, 24 de julio de 2017

William Gaddis, Italo Calvino, Walter Benjamin y el autómata

Italo Calvino, Punto y aparte,
traducción de Gabriela Sánchez Ferlosio,
Madrid, Siruela (2013)
En "Cibernética y fantasmas (Apuntes sobre la narrativa como proceso combinatorio)", Italo Calvino se pregunta qué estilo literario tendría un autómata, y llega a la conclusión de que sería uno clásico, aunque evidentemente cada cierto tiempo el autómata debería variar el estilo para renovar la literatura mediante un proceso combinatorio (no muy diferente del que sigue un autor, salvo que este último se sirve de la intuición y corta por atajos cuando, suponemos, el autómata se serviría de la totalidad de combinaciones posibles de un corpus dado). Sin duda, reflexiona Calvino, el papel relevante en el hecho literario (si obviamos la confección humana) quedaría relegado al lector. Primero, para decidir cuál de todas esas combinaciones es la "adecuada". Segundo, porque la literatura en sí sigue siendo un asunto de la conciencia humana que difícilmente puede interesar a una máquina. 

Walter Benjamin,
La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica
,
traducción de Andrés Weikert,
México, Ítaca (2003)

Ya decía Walter Benjamin, refiriéndose a la fotografía:
"Con esta, la mano fue descargada de las principales obligaciones artística dentro del
proceso de reproducción de imágenes, obligaciones que recayeron entonces exclusivamente en el ojo."
También argüía que el arte reproducido (o construido por máquinas) pierde su aura. Esto que parece tan místico, Benjamin lo defendía con los siguientes argumentos: la obra ya no es única; da un poco igual cuál fue la primera obra de donde se tomaron las copias; no importa si la obra ha salido ya del ámbito de culto; tampoco tiene sentido preguntarse (si nos atenemos a la literatura) con qué materiales trabajó el autómata: ¿se trata de fragmentos de otras obras? ¿Se trata de copiar el fraseo de la sintaxis, de insertar allí otras palabras siguiendo una lógica gramatical y semántica? 

*
De algo relacionado con esto se lamentaba el narrador de Ágape se paga, de William Gaddis, cuando se refería al invento de la pianola:
William Gaddis, Ágape se paga,
traducción de Miguel Martínez-Lage,
México, Sexto Piso (2008)
"El azar y el desorden campan a sus anchas y se llevan todo por delante y este sistema binario, máquina digital, con su rollo de papel que se lo juega al todo o nada y que es la que defiende el fuerte, sí, era el fuerte, todo el asunto consistía en ordenar y organizar y eliminar el azar, eliminar el fracaso, como si fuera un gravísimo defecto de carácter y como si en eso y nada más consistiera la tecnología, música entretenimiento contabilidad, contabilidad, hace setenta años un gran pianista registró un rollo de papel coordinando sus manos y pedaleando en la quincuagésima parte de un segundo, 1926, y una empresa lo comercializó y llegó a vender diez millones de rollos y todo termina por ser un tebeo, el gentío que se apiña ahí fuera crash bang y asalta las puertas en busca del placer la democracia salta los muros aterroriza a la élite que ha encontrado su rinconcito de entretenimiento de clase alta ya cuando María Antonieta y la toma de la Bastilla con este, sí, aquí está este, un anuncio alemán de 1926 que es el que aguanta prietas las filas en defensa de la clase, allá que van, aquí que vienen, 'una clase de personas aún más numerosa que no consigue que funcione con éxito el tipo habitual de pianola, porque carecen de un sentido preciso de los valores musicales. No tienen 'oído musical', y por esa razón tocan atrozmente en pianos provistos incluso de pianolas internas de grado aún mejor", ¿hablamos de lo que es la clase?, ¿de la defensa de estos elitistas amantes de la música? No, aquí no, aquí no se habla más que de lo que se habla siempre. ¡Las ventas!"
¿Habrá máquina capaz de reproducir un estilo como este? ¿Este estilo no es acaso un juego de intenciones (el tono: apasionado, quejoso, algo cínico) sumado a una sintaxis desordenada, tal vez mediante un arte combinatoria a la manera de un autómata? (Recordemos que Los reconocimientos, novela monumental, parece construida por retazos o citas o referencias a otras novelas.) Obviemos el asunto social que el narrador de Gaddis inserta en su discurso como problemática de la reproductibilidad. Naturalmente, el autómata podría injertar el discurso social como elemento combinatorio. Diremos, entonces, que es un panfleto de defensa del autor como hacedor. También el autómata, según la combinatoria, podría defender al autor, incluso podría defenderse a sí mismo, arguyendo que él también se sirve del azar (y sería cierto) y que es capaz de fracasar (aunque de esto no se daría cuenta sin la ayuda del lector). 

Tal vez el fracaso sea la medida (y también el límite) de toda obra de arte. Tal vez el fracaso sea el asunto más relevante de la teoría de la recepción.

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