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lunes, 13 de noviembre de 2023

Julio Hardisson Guimerà o narrar la geografía

Julio Hardisson Guimerà, Costa del silencio, Cardedeu, Tercero incluido (2022)

https://terceroincluido.net/producto/costa-del-silencio/

La geografía está viva en esta novela de Julio Hardisson Gimerà. La geografía y la arquitectura. Como si narrar se convirtiera en recorrer espacios arquitectónicos y naturales de una isla. Estamos en las Canarias, el paisaje es marcadamente volcánico. Hay un hombre finlandés con su hija. El hombre venía a la isla de niño a pasar estancias estivales. Este viaje es a la vez un recorrido por el tiempo transcurrido desde entonces, por la memoria, que a veces lo tergiversa todo, y por la arquitectura de un complejo que nació integrado a la naturaleza y que ya no lo parece tanto.

"Descendieron a los apartamentos por unas escaleras de caracol situadas en un extremo de la cubierta. A través de cada uno de los niveles inferiores discurría un pasillo que había sido excavado en la misma pared del acantilado. Sobre la superficie de piedra volcánica proliferaba una maraña de plantas trepadoras que ascendían desde las jardineras construidas a ras de suelo. En el interior de los pasadizos se percibía un intenso aroma a mar, herrumbre y hormigón, y tras la hilera de puertas que daban acceso a los apartamentos se presentía la profunda y basculante presencia de la gran masa oceánica en el exterior."

Así, el ambiente volcánico y algo fantasmal se convierte en el principal protagonista. De modo que la novela por momentos es postal minuciosamente descrita y por otros, ensayismo narrado. Leemos la prosa de Hardisson Guimerà, sosegada y precisa, y pareciera que algo inquietante está a punto de pasar. Porque todo lo observa con sumo detenimiento, como aquellas novelas francesas del Nouveau roman.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Gary Lachman y la consciencia humana actual (citas)

 

Gary Lachman, Una historia secreta de la consciencia (2003), traducción de Isabel Margelí, Girona, Atalanta (2013)

https://www.edicionesatalanta.com/catalogo/una-historia-secreta-de-la-consciencia/

"Lo que hace diferente a la consciencia humana actual no es que ya no participe del mundo, sino que nosotros ya no reconocemos esa participación. La consciencia humana ha salido de su antigua intimidad con el mundo, y ahora lo ve como algo completamente cercenado de sí misma, como si un escritor se olvidara de que ha creado los personajes y las escenas que describe, viéndolos como algo totalmente independiente, y pese a todo continuara en cierto modo escribiendo la novela inconscientemente. (O mejor aún, es como lo que experimentamos todos al soñar: estamos inmersos en las aventuras que crea nuestra mente, pero no nos reconocemos como sus creadores.)"
"Por eso dice Barfield que no tiene sentido preguntar por el origen del lenguaje, pues para él equivale a preguntar por el 'origen del origen'. El lenguaje no llegó como una forma de imitar, dominar o explicar la naturaleza, según se suele creer, pues la 'naturaleza' tal como la entendemos no existió hasta que existió el lenguaje. Para Barfield, las polaridades mente/mundo y lenguaje/naturaleza son consecuencias de una partición de la 'participación original'."
"Como Rudolf Steiner, Barfield afirma que la liberación de nuestra consciencia respecto a lo que él llama la participación original era, aunque lamentable, necesaria para que los seres humanos fueran individuos libres e independientes, capaces de regresar conscientemente a un estado de participación." 
"Conviene recordar que Barfield no está diciendo que 'todo está en la mente'. Nosotros no 'creamos realidad'. Existe claramente una realidad 'fuera' de nosotros. Lo que creamos es nuestra representación de ella, y de ello es de lo que somos responsables. En estos tiempos posmodernos se ha vuelto muy habitual pensar que 'la realidad' está a nuestra disposición, y la actitud que este pensamiento ha generado es, en general, una especie de cinismo frívolo."

lunes, 30 de octubre de 2023

Conversación con Ale Oseguera a propósito de "Mi rostro es un mapa de mi cuerpo"

 

Ale Oseguera, Mi rostro es un mapa de mi cuerpo, Madrid, Esto no es Berlín (2022)

https://www.estonoesberlin.com/libros/mi-rostro-es-un-mapa-de-mi-cuerpo-ale-oseguera/

[Publicado en Quimera 477, septiembre de 2023]

Poeta, actriz y periodista, autora de los poemarios Tormenta de Tierra (2016) y Un hotel de cinco estrellas sobre un cementerio (2019) y de la novela Realidad del Mono (2020), Ale Oseguera (Guadalajara, México, 1982) acaba de publicar el poemario Mi rostro es un mapa de mi cuerpo (Esto no es Berlín, 2023), un viaje circular alrededor de la construcción de la identidad: cómo ponerla en escena, cómo diseñarla cuando nos vemos obligados a hacerlo. «El centro del viaje es origen que también es destino», se nos dice aquí. Pero raro es que quien emprende el viaje no se transforme por el camino.

 

En Mi rostro es un mapa de mi cuerpo me encontré con un viaje circular puesto en escena. Ese viaje circular nace de la obligatoriedad de definirse, de construir una identidad. Pareciera que como mujer-poeta-inmigrada-sin hijos, la sociedad te obligara a explicar quién eres. ¿Crees que el cuerpo es la identidad?

El cuerpo no es la identidad. O no lo es únicamente. Sin embargo, sus heridas sí que condicionan la identidad. Según Silvia Federici, el cuerpo es testimonio de nuestras penas, luchas y alegrías. En el cuerpo, dice, «se pueden leer historias de opresión y rebelión». El cuerpo es, además, la primera frontera a traspasar para poder realmente conocer a una persona: a una misma o a ese Otro con quien convivimos. Nuestra historia y vivencias nos forman, con ellas construimos lo que somos y eso se lee en el cuerpo. Es esto lo que exploro en el poemario.

¿Cuánto de pensar la identidad depende de no alinearse con lo que se espera de uno?

Pensarse fuera de las categorías asignadas por las clases dominantes es lo que ha dado lugar a movimientos históricos de defensa de derechos humanos: desde el fin de la esclavitud al feminismo o a los movimientos de pensamiento antiimperialista de principios del siglo pasado. Para quienes hemos nacido en pueblos y naciones con una fuerte raíz colonial y fuera de las geografías hegemónicas, es imprescindible no alinearse a los discursos dominantes. Esta no alineación es el germen de todo el proceso de descolonización que es, a su vez, importante para crear relatos y miradas propias. Pero la descolonización identitaria, esa reestructuración del pensamiento que permita la eliminación de las jerarquías por nacionalidad, color de piel u origen, también debe darse en el seno de las naciones como España o Gran Bretaña, que sometieron a tantos pueblos en el mundo. Sin un proceso de revisión y reparación histórica se perpetúan los sistemas colonialistas y las desigualdades desde el Norte al Sur global.

Me pareció sumamente interesante que este viaje circular conlleve una suerte de varias etapas: cuerpo, historia, voz, refugio. Como si el punto ciego que es el yo se viera obligado a exponerse. Y sobre todo me interesó la idea de escalera como «espacio liminal», como paso de una etapa a otra.

A partir de una exposición en un museo, en la que se usaba la escalera como escenario expositivo, Homi K. Bhabha se refiere a la escalera como un sitio intermedio, «liminal», que se vuelve hogar y no sólo lugar de tránsito. Me pareció una metáfora bellísima para describir el ejercicio de resignificación y apropiación de los espacios periféricos. Bhabha se refiere a un lugar físico, mental o identitario, fuera de los binomios. Esos sitios son propicios para la hibridez, el mestizaje y la fusión multi e intercultural.

En el poema «Espacio liminal» exploro esta idea de quedarse a vivir en la escalera, hacer del tránsito tu casa; algo que conlleva la creación de comunidades alternativas. Es decir, personas que se unen no por un pasado común (la tierra de origen, la nacionalidad), sino por su condición en el tiempo presente y su proyecto de vida a futuro. Por eso también aparece el «nosotros» en el poema. La escalera, el espacio liminal, deja de ser un lugar inhóspito y solitario para convertirse en un lugar habitable y acogedor. Esto es una referencia a las vidas migrantes, a las disidencias y a lo que Anzaldúa denomina «la frontera».

En el poemario tenemos la sensación de que las palabras son pronunciadas; hay intersecciones de voces distintas, con distintas tipografías. Además, pareciera que asistimos a un ritual o a la puesta en escena de una fórmula mágica. Las palabras también ocupan espacio, hay un diseño intencionado en la página. También vemos cierta apelación al lector, pues algún poema propone juegos interactivos. ¿Cuánto influye tu formación actoral en la escritura de poesía, en el planteamiento del poemario?

La escena y la oralidad nutren a la palabra escrita y viceversa. Esto es así desde el nacimiento de la poesía. Más adelante, en el siglo XX, para los artistas de Vanguardia, la multidisciplinaridad era el modus operandi habitual. Inspirada en toda su historia y formatos, no concibo la poesía como un acto de pura escritura, sino como un ejercicio de experimentación artística, agilidad lingüística y valentía emocional. Sin embargo, cuando la escribo, mi reto es crear un artefacto que sea lo suficientemente autónomo para que pueda emocionar y leerse sin necesidad de mi presencia. Luego viene la performance, la extensión de la palabra escrita, la expansión multidisciplinar; pero nunca he pretendido que mis poemarios sean un suvenir, el testimonio de un trabajo escénico que carece de valor propio si no me tienes delante. Si has podido, al leer mi trabajo, sentir las invocaciones, escuchar los cánticos, hacerte preguntas, sin haberme visto ni escuchado en escena, algo de mi meta habré logrado.

¿Te consideras una escritora mexicana, inserta en esa tradición, o en una más general?

Me cuesta mucho definirme con una bandera. Ni a mí ni a mis textos. Sin embargo, los marcos literarios, culturales e históricos mexicanos me son inherentes, así que México siempre está presente en mi obra. Creo que podría pertenecer a una tradición más general, puesto que mis referentes no son sólo mexicanos y no escribo sólo sobre México. Como sujeto migrante, formada en una tradición occidental pero que además, ha buscado referentes fuera de este Occidente, quizá estoy en una tradición de literaturas fronterizas, híbridas. 

¿Qué piensas de clasificar la literatura por nacionalidades?

Categorizar la literatura por nacionalidades responde a una idea antigua y muy europea que consideraba la literatura como el alma de las naciones. El carácter intermedio e híbrido de las literaturas migrantes hace que ningún canon nacional las acoja de entrada; aunque hay autores considerados de inicio migrantes que han dado el salto a cánones nacionales como Rushdie y Naipaul en Gran Bretaña o Aimé Césaire en Francia. Los autores migrantes terminan siendo encasillados bajo su condición de extranjeros, etiqueta que también presenta problemas. Uno de ellos es que se espere que únicamente produzcan relatos autobiográficos.

¿Cuál es tu familia poética o tus influencias a la hora de escribir poesía? ¿Y qué buscas como lectora de poesía?

Me interesan las poéticas no conformistas, que intenten ir más allá de su medio: ya sea el papel, la escena o el sonido. Por eso me interesaron siempre tanto las Vanguardias. Siempre cito a Eduard Escoffet cuando dice que no es casualidad que las Vanguardias de principios del siglo XX las hayan iniciado los poetas: el futurismo, el surrealismo, el dadaísmo... La poesía es germen y va por libre. Es en esa expansión en la que yo busco la poesía. Por eso me interesan tanto las propuestas de autores actuales como Laura Sam, Carlos Luna o Víctor López, que trabajan con el papel, el sonido y la música. O de creadoras como Alessandra García, Ángela Segovia, Angélica Liddell o Danilo Facelli, que unen poesía, performance y teatro. Creo que mi familia poética formativa está en la obra de Pizarnik, Baudelaire, Angelou, Sor Juana, Belli, Sabines, por mencionar sólo algunos. La actual está en ese terreno liminal que construimos quienes traspasamos las fronteras del papel y experimentamos con los formatos.

lunes, 23 de octubre de 2023

Matías Néspolo y el hampa

 

Matías Néspolo, Siete maneras de matar a un gato, Lince ediciones, Barcelona (2009)

Novela que muestra el hampa bonaerense: adolescentes que se la rebuscan en la calle, trapicheos, guerras de bandas por el monopolio de la droga, mentiras y traiciones a mansalva. Pero todo esto lo cuenta Néspolo con impecable estilo canchero: oído le sobra, y uno lee como si escuchara la novela. 

El protagonista, el Gringo, quiere escaparse del mundo en que le tocó vivir. De golpe aparece un libro en su vida: Moby Dick. El libro no le convence del todo, pero le hace pensar que irse también es posible, que siempre queda aventurarse a lo desconocido cuando lo conocido ni convence ni es seguro del todo. La literatura no salva, pero nos invita a imaginar otros mundos posibles. No importa si apenas consigue cambiar las cosas: al menos abre la ventana.

"Demasiadas preguntas. No me gusta que me las hagan. Y menos hacérmelas yo mismo cuando no tengo respuestas. Me tiro en la cama y trato de distraerme con el libro de la ballena, pero no puedo leer. Le sigo dando vueltas a lo mismo. Y al libro también, hasta que se me cae la guita y el papel que me dio el Toni. Vuelvo a contar la plata y repaso la nota por enésima vez. Son mi boleto de ida."

lunes, 16 de octubre de 2023

El amor es subir de nivel (Zenda)

 

[Publicado en Zenda el 12/10/2023]

Verónica Nieto regresa a la narrativa con una novela ambientada en un futuro próximo, en la que los videojuegos se conectan al inconsciente y en la que la gente sube sus sueños a la red, tal que si fueran stories de Instagram. Pero la protagonista de esta distopía ha muerto en extrañas circunstancias y, por tanto, estamos también ante una investigación criminal en el sentido más clásico de la palabra.

En este making of Verónica Nieto narra el origen de Psicojuego (Salto de Página).

¿Verdad que si conoces cómo se ligaba antes de las aplicaciones de citas te cuesta horrores entender la dinámica del amor en la era de Tinder? Eso fue lo primero que constaté en cuanto superé una ruptura amorosa. Tocaba ligar de nuevo y las reglas de juego habían cambiado por completo. Cupido tenía forma de aplicación en mi smartphone. Ya lo dijo Alessandro Baricco en The Game: la lógica del videojuego lo ha invadido todo, se ha convertido en el «esquema fundacional de toda una civilización». Miras perfiles como cromos, pones likes, ganas puntos, y así vas subiendo de nivel.

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lunes, 9 de octubre de 2023

Psicojuego (fragmento textual + fragmento sonoro)

 

Verónica Nieto, Psicojuego, Barcelona, Salto de Página (2023)

https://malpasoycia.es/libreria/psicojuego/

FRAGMENTO TEXTUAL

"Psicólogo a secas: ¿Sabe lo que pasa? La gente joven no desarrolla narrativas originales. Sigue patrones establecidos, patrones aprendidos. Basta unas pocas horas de visualización de partidas de distintos jugadores para darse cuenta de que las interacciones sexuales siguen un patrón. Como si todos practicaran sexo de la misma manera. Sexo aprendido en la pornografía, por supuesto. ¿Dónde si no?

Interrogador: Explíquese mejor, por favor.

Psicólogo a secas: Lo que quiero decir es que la gente no practica sexo con la persona o personas que tienen delante, estudiando sus reacciones, respondiendo a los estímulos. La gente practica sexo como si se tratara de una técnica de manual, una técnica aprendida. Y eso se puede ver enseguida con un repaso a las partidas de los diferentes jugadores. Son todas similares.

Interrogador: Usted quiere decir que practican sexo aprendido en alguna parte.

Psicólogo a secas: Exacto. No hay demasiado sexo creativo. También se puede argüir que no existen demasiadas personas creativas. Pero eso es otro tema. Uno podría pensar que mi generación casi siempre practica sexo como si estuviéramos ciegos. Vamos tanteando. Ellos tienen sexo… Bueno, tienen mucho más sexo del que jamás tuvimos nosotros.

Interrogador: Si se piensa en todo el sexo virtual, por descontado."

 

FRAGMENTO SONORO